En la clase pasada comenzamos a estudiar
otros ministerios o funcionas más que el Espíritu Santo desarrolla en su
iglesia, vimos las 3 primeras y dejamos una cuarta para el día de hoy, las que
nos dimos a la tarea de escudriñar son:
·
Enseñar.
o
Tiempo.
o
Contenido.
o
Propósito.
o
Forma.
·
Guiar.
o
Por
medio de la enseñanza.
o
Por
medio del recuerdo.
o
Dando
testimonio en nosotros.
·
Dar
seguridad o certidumbre de la salvación.
o
En
la medida que renovamos la mente.
El ministerio restante, que es en el cual
nos vamos a enfocar este día es: La
Oración. Este ministerio está expresamente declarado en una porción
importante: Romanos 8:26-27.
Aquí se destacan:
A. La necesidad de
este ministerio.
B. El método que
el Espíritu Santo emplea en él.
C. El resultado de
la ayuda que este ministerio nos proporciona.
A. La
necesidad. Dice
el Apóstol: «… el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos
orar como debiéramos». No dice «en nuestras debilidades, en plural, sino en esta
debilidad específica, que es la incapacidad para orar sin la «ayuda» del
Espíritu Santo y, sobre todo, cómo y qué hemos de orar.
Sin
el Espíritu Santo, definitivamente no hay una vida de oración, tanto personal
como colectiva, nosotros por nuestra propia cuenta, en definitiva nunca vamos a
tener el deseo incesante de orar, de postrarnos de rodillas y clamar a DIOS,
aquellos que llevamos una vida de oración es única y exclusivamente por la obra
del Espíritu.
B. El
método. El
método que el Espíritu Santo usa en este ministerio es descrito aquí por medio
del verbo «ayuda» en griego, sunantilambano
(συναντιλαμβάνω, G4878), que significa literalmente: pone Su mano a trabajar en cooperación con
nosotros. En pocas palabras:
Al Orar El Espíritu Santo No Nos
Hace Un Lado Para Realizar Actos Sin Sentido, Por El Contrario, Él Nos Asiste
Poniendo Fervor.
Según
el texto, esta ayuda se hace específicamente con gemidos indecibles. Que bien se pude traducir como un fervor demasiado profundo para ser
expresado en palabras, este fervor que no se puede expresar no es nuestro, es Del Espíritu y Él lo pone en
nosotros como esas ganas de orar. A
nosotros nos basta con saber que Él intercede…
conforme a la voluntad de Dios v. 27.
La
ayuda del Espíritu Santo en este ministerio aparece de otra forma en Efesios 6:18. Ahí vemos que el Espíritu
guía y dirige nuestras oraciones, generalmente iluminando y moviendo la mente y
el corazón del creyente. Esta es la oración que hemos de buscar y practicar
determinadamente.
La
oración en El Espíritu se practica de
dos formas:
1. Personal.
Como
un acto de fe, pues para orar es necesario creer que DIOS es real. Hebreo 11:6.
2. Colectiva:
como iglesia. Hechos 4:23-32. En
este pasaje encontramos varios puntos a seguir tomando el modelo de la primera
iglesia.
i. Alzaron
unánimes la voz. Hubo
participación de toda la iglesia. Si bien no creemos que todos como locos al mismo tiempo gritaban al
cielo, lo que si deducimos es que al menos decían
amén a la oración del que guiaba. 1ª Corintios 14:16.
Charles Spurgeon dijo en su
sermón El Amén: Yo quisiera que
nosotros dijéramos Amén de una manera más uniforme y universal al fin de la
oración pública. Estoy seguro que esto es bíblico y apostólico y creo que sería
útil para todos. Tal vez la costumbre fue abandonada por la forma irregular en
la que los hermanos decían Amén.
Él
hace mención de la iglesia metodista, que en sus días decían amén de forma
indiscriminada, casi como la iglesia de la actualidad, que a todo dice amén,
tanto a las banalidades, ¿Cuantos van a comprar talento? Amén. Como a las herejías, ¿Cuántos son dioses aquí? Amén.
Es
muy importante decir amén a una verdad bíblica expresada en la congregación,
tanto en la alabanza, la oración y la predicación misma.
¿Por
qué es importante decir amén a una verdad bíblica expresada?
Decir Amén A Una Verdad Bíblica Es
Como Decir LE CREO A DIOS, Porque Su Palabra Es Fiel Y Verdadera Y Esto A La Poco
a Poco Va Renovando Nuestro Entendimiento.
ii. Fue
presidida. Aunque
Lucas no hace mención directa, lo más probable es que haya sido uno de los apóstoles quien los
guio en la oración, pues es imposible que todos
al mismo tiempo oraran exactamente lo mismo. DIOS da el don de presidir
para poder entre otras cosas utilizarlo en la oración. Romanos 12:8.
iii. Fue
basada en la Escritura. Ellos
citaron el Salmo 2 para su oración
colectiva pues se adaptaba perfectamente a la situación que acaban de pasar. De
igual manera, es muy importante que en la medida de lo posible utilicemos la
Palabra al orar, citarla en fragmentos pequeños pero asertivos.
Para Poder Citar La Escritura Al
Orar Es Necesario Leerla, Meditarla E Interiorizarla Antes.
Solo recordemos que al
orar en comunidad no estamos dando un sermón o un discurso, tampoco es para que
todos los demás vean cuanto sabemos de la Escritura.
C. El
resultado. El
resultado de una vida de oración bajo el ministerio del Espíritu Santo es que
DIOS sea grandemente glorificado. Hechos
4:29-32.
Conocimiento Sin Oración Produce Legalismo, No Sirve Tener
Sana Doctrina Sin Tener Amor Por Estar En Tiempo De Oración Con DIOS.
Ahora bien, el hecho que resalta aquí es que hablaban con denuedo la palabra de Dios. Y
la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno
decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en
común, en otras palabras, reflejaban a Cristo fielmente.
No esperamos que el lugar tiemble o que seamos dotados de señales y prodigios, ese tema lo veremos un poco más adelante, el
punto es que:
La
Oración No Tiene Como Propósito Cambiar La Voluntad De Dios La Oración Tiene
Como Propósito Cambiarnos A Nosotros.
Si pensamos que nuestras oraciones cambian
los planes o la voluntad de DIOS es porque aún no entendemos a fondo lo que es
la Soberanía divina, la oración es para que aprendamos a descansar en DIOS.
DIOS EN SU INFINITA SABIDURIA Y BONDAD NOS DA LO QUE NECESITAMOS, no necesariamente
lo que le pidamos.
No me malinterpreten no es que no debamos de
pedir, no es que ya no vamos a orar pues de todos modos DIOS es soberano y va a
hacer lo que Él sabe que es mejor, por el contrario, saber que DIOS es soberano
debe alentarnos aún más a orar, pues tenemos la seguridad de que va a darnos la
respuesta perfecta, aunque muchas veces esa no sea la respuesta que queremos
escuchar, pero al final es la mejor.
¿Entonces cómo es que debemos de orar cuando
tenemos una petición? Igual que siempre, rogando humildemente, suplicando y
pidiendo, PERO RECONOCIENDO QUE SE HACE SU VOLUNTAD y que su voluntad es
perfecta, tal como Jesús en el huerto de Getsemaní: Lucas 22: 41-44.
El no reconocer esta verdad ha llevado a
muchos cristianos sinceros y humildes a
la frustración espiritual:
·
Le pedí a DIOS salud de mi esposo y no me dio nada.
·
Rogué por un mejor trabajo y no respondió.
·
Suplique por mi economía y DIOS no escuchó.
·
Clame por mi familia y no pasó nada.
Son frases muy comunes entre los cristianos
que ignoran la Soberanía de DIOS, el engaño de las doctrinas humanistas hace
estragos en la iglesia.
Cuando nosotros descansamos en la perfecta,
buena y agradable voluntad de nuestro DIOS, y pase lo que pase seguimos orando
y reflejando a Cristo, es entonces que da resultado la Oración en el Espíritu.
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