Hasta el siglo XIX, la mayoría de las
personas consideraba al hombre como un ser esencialmente distinto de los
animales, un ser creado a la imagen de Dios. Pero con la divulgación de las
ideas de la evolución orgánica de Darwin, el hombre moderno piensa que es un
animal más. En su libro bestseller (libro mejor vendido), El mono desnudo, Desmond
Mortis, un zoólogo y escritor talentoso, dice: "A pesar de su gran
erudición, el Horno Sapiens sigue siendo un mono desnudo.
Charles Darwin creía que el hombre y el mono
descendían de un antepasado común y que la diferencia entre los dos es
solamente la de grado y no de clase. Señalaba la similitud física entre ellos. No
cabe duda alguna que el hombre es físicamente un animal. Es un ser de carne y
sangre, de nervios y huesos, compartiendo la mayoría del código genético con
las bestias. Pero preguntamos, ¿es un simio evolucionado y nada más?
El dogma secular afirma que el ser humano es
parte del mundo natural y debe ser comprendido como tal. Este concepto se basa
en la suposición de que las únicas realidades en el universo son las que pueden
ser explicadas y descritas en términos científicos, y que cualquier idea contraria
no sólo es innecesaria sino también inválida. Desde luego no hay lugar para
Dios en su sistema, ni para el significado, propósito y valores espirituales
del hombre. No es de extrañar que este mundo le reste importancia a lo que
enseña la Biblia referente al origen, propósito y destino del hombre.
¿Es el hombre producto de un larguísimo
proceso de evolución o fue creado por Dios en un acto instantáneo? ¿Qué de los
hallazgos de fósiles de hombres prehistóricos? ¿Eran realmente estos
descendientes de Adán? ¿Es posible armonizar el relato bíblico con las
conclusiones de los antropólogos?
I.
¿Qué enseñan los hallazgos de fósiles de
hombres prehistóricos? ¿Presentan pruebas indubitables que había un desarrollo
gradual del hombre desde una forma subhumana hasta el Homo Sapiens o sea el hombre
moderno? Las respuestas dependen mucho de los supuestos del antropólogo. Si es
un darwinista convencido, buscará datos y pruebas favorables a la teoría
darwiniana y tenderá a pasar por alto la evidencia en su contra.
Por otra parte, si el antropólogo es
creyente, es probable que interprete los datos de tal forma que armonicen con
el relato bíblico de la creación.
1. Los fósiles del hombre
prehistórico.
Algunos antropólogos creen que los antepasados de la especie humana se
desarrollaron en África hace alrededor de cuatro millones de años. Restos
fosilizados de seres bípedos conocidos como australopitecos (simios del sur)
fueron descubiertos en el valle de Rift y en las cuevas de caliza de África
meridional. Difieren de otros simios principalmente porque podían andar
erguidos. Se hallaron huellas de estos seres sobre cenizas volcánicas en Laetolil,
Tanzania septentrional, las cuales se remontan supuestamente de 3.8 a 3.5
millones de años.
A los fósiles de hombres prehistóricos más
conocidos se les han asignado nombres tales como el hombre de Java
(Pithecanthropus erectus), el hombre de Pekín (Sinathropus), el hombre
Swanscombe, el hombre de Neanderthal y el hombre de Cromagnon Estos fósiles
pueden clasificarse en tres grupos principales
a) Homo Erectus o los hombres de Java y Pekín
(600 000 a 100.000 años a de JC).
b) Homo Neanderthal, hombres Neanderthal y
Cromagnon (250 000 a 40 000 años a de JC).
c) Homo Sapiens o el hombre moderno (90000
años a de J C en adelante).
2. La teoría de los
evolucionistas.
Se cree que los seres humanos y los monos tienen antepasados comunes y que la
divergencia evolutiva, que llevó a la especie humana por un lado y a los monos
por otro, tuvo lugar en África hace unos cinco u ocho millones de años. Con todo,
se calcula que hace cuatro millones de años los más antiguos antepasados del
hombre estaban firmemente establecidos sobre la faz de la tierra. El factor
determinante de la evolución de la especie humana primitiva fue la
reestructuración de la anatomía para permitir la postura erguida.
Anatómicamente, el hombre se diferencia del
simio por el hecho de tener un desarrollo cerebral mucho mayor, una parte
facial y mandibular menos desarrollada que la craneana, un lenguaje articulado,
una posición erecta perfecta, una columna vertebral con cuatro curvaturas, mientras
que entre los antropoides (monos) sólo encontramos dos, y otros caracteres no
menos significativos.
Aparte de andar erguido, los restos del
australopiteco se asemejan más a los de un chimpancé o un gorila que a los de
un ser humano. Los evolucionistas describen al australopiteco como un prehomínido
(prehumano). Sin embargo, los evolucionistas admiten que se ignora si algunos
de estos caminantes erectos con cerebros pequeños pertenecen a la línea evolutiva
que conduce hasta los humanos modernos.
Hasta que no se
encuentre el famoso ESLABÓN PERDIDO los
fósiles solo demuestra que varios organismos siempre han sido diferentes entre
sí.
No obstante, debido a la escasez de
evidencia de que los simios del sur fueran los antepasados del primer hombre
verdadero, el Homo Erectus, los proponentes de la evolución especulan que seres
medio monos experimentaron un crecimiento en su capacidad cerebral y la fisonomía
de estas criaturas iba adquiriendo rasgos más humanos con un rostro aplanado y
una estatura más alta.
Según ellos la rama Homo fue la primera que
logró dominar la fuerza mental para imponerla sobre la destreza física. Esta
capacidad mental capacitó al hombre para inventar, aprender, comunicarse y
realizar acciones en cooperación con sus congéneres, al mismo tiempo que
adaptarse a condiciones físicas de distintas regiones de la tierra.
El antropólogo E. A. Hooten señala que a
partir del cráneo de un hombre de Neanderthal un pintor puede dibujar el rostro
de un chimpancé o el de un filósofo. Como consecuencia de las ideas de la
evolución, los dibujantes han representado al hombre de Neanderthal como un ser
encorvado y con un rostro simiesco.
La enciclopedia World Book explica que los
científicos tienen una cantidad limitada de fósiles de la gente paleolítica, la
cual tenía un aspecto muy diferente del hombre moderno. Por lo tanto, los
científicos tienen que adivinar cómo era su aspecto y cada antropólogo
reconstruye estos seres según su propio concepto.
Algunos antropólogos consideran que el
australopiteco no era un ser semihumano, sino era lo que su nombre indica, un
simio del sur que caminaba erguido. También tenemos la involución en el tamaño
del cráneo del hombre de Cromagnon y el del hombre moderno. Este hombre
prehistórico tenía un cerebro de 1.800 cc. en comparación con el cerebro de
1.450 cc. del actual hombre europeo.
Esto nos enseña que los fósiles de humanos antiguos que
difieren ligeramente de los humanos de hoy simplemente demuestran variedad
dentro de la raza humana.
Tal como hoy tenemos muchas variedades que viven
lado a lado. Hay pigmeos menudos y hay hombres de dos metros de altura, con una
variedad de tamaños y formas de esqueletos, pero todos son seres humanos.
También el cerebro superior del Cromagnon indicaría que la raza moderna se ha
degenerado un poco si es descendiente de ese hombre.
II.
Evolución teísta.
Esta interpretación considera que el relato bíblico
es fidedigno, pero presenta la verdad en forma simplificada y gráfica. Acepta
también los procesos de la evolución orgánica como algo puesto en marcha y
guiado por Dios. Se cree que la Biblia nos cuenta que Dios creó el mundo, pero
no explica el cómo.
La ciencia debe proporcionarnos tal
descripción. No debe haber conflicto entre la Biblia y la ciencia porque la una
complementa a la otra. El hombre es el resultado de un largo proceso de
evolución. En un punto del desarrollo de la criatura pre-adámica, Dios sopló en
ella haciéndole semejante a él; así llega a ser un verdadero hombre. Los
proponentes de este punto de vista aceptan las doctrinas de la caída, el pecado
original y la necesidad de redención. Se basa en dos premisas:
a) El relato de Génesis
no es historia sino alegoría.
O sea, una leyenda que enseña verdades espirituales.
b) Adán fue el primer
hombre en el sentido de que fue el primer homínido que poseía las
características netamente humanas. Había seres pre-adámicos que no tenían la
imagen divina.
Hay varios peligros si aceptásemos tal
teoría:
·
Peligro
número 1. Falsa representación de la Naturaleza Perfecta de Dios.
La evolución teísta nos lleva a una
representación falsa de la Naturaleza de Dios ya que la muerte y el dolor son atribuidos
al Creador como principios de la Creación. (El creacionismo progresivo, de
igual manera, admite millones de años de muerte y sufrimiento antes del
pecado).
·
Peligro
número 2. Dios se convierte en un "Dios de los vacíos".
La Biblia dice que Dios es la causa primera
de todas las cosas 1ª Corintios 8:6. En la evolución teísta el único
espacio que se le concede a Dios son aquellas partes de la naturaleza que la
evolución, con los medios actuales, no puede explicar. De esta forma Dios es
reducido a ser el "Dios de los vacíos". De los vacíos dejados por la
"ciencia". Esto lleva al punto de vista de que "Dios, por lo
tanto, no es absoluto, sino que Él, en sí mismo, ha evolucionado.
·
Peligro
número 3. Negación de las enseñanzas fundamentales de la Biblia.
La historia Bíblica de la creación no
debería ser entendida como un mito, una parábola, o una alegoría, sino como una
crónica histórica, porque En ningún pasaje de la Biblia hay ninguna indicación
señalando que la historia de la creación no deba ser entendida como una crónica
de lo que realmente ocurrió.
La doctrina de la evolución teísta debilita
la forma fundamental de leer la Biblia, que es la forma que Jesús, los profetas
y los apóstoles utilizaron para leerla, entenderla y enseñarla. Hechos
relatados en la Biblia son reducidos a ser imaginación mítica y el mensaje de
que cada palabra de la Biblia y su significado, con certeza, se pierde.
·
Peligro
número 4. Pérdida del camino para encontrar a Dios.
La Biblia describe al hombre como
completamente engañado por el pecado después de la caída de Adán. Romanos 7
:18-19. Sólo aquellas personas que se dan cuenta de que son pecadoras y de
que están perdidas buscarán al Salvador.
La evolución no admite ningún pecado en el
sentido Bíblico de romper la relación con Dios. El pecado pierde su
significado, y eso es exactamente lo contrario de lo que el Espíritu Santo hace,
Él declara el pecado como malo. Si el pecado lo vemos simplemente como un
factor evolutivo no dañino, entonces hemos perdido la clave para llegar a Dios,
que no se resuelve incluyendo a Dios en el escenario de la evolución.
·
Peligro
número 5. La encarnación de Dios se debilita.
La encarnación de Dios a través de Su hijo
Jesucristo es una de las enseñanzas básicas de la Biblia. Juan 1 :14. Filipenses
2 :5-7. La idea de evolución debilita la base de nuestra salvación. La
consideración de la evolución nos fuerza inevitablemente a una revisión
crítica… de afirmaciones cristianas. Esto se aplica directamente al concepto cristiano
de la encarnación de Dios.
·
Peligro
número 6. Olvida el propósito de la corona de la creación.
En ningún otro libro histórico encontramos
tantas y tan valiosas afirmaciones sobre el propósito de Dios para el hombre
como en la Biblia. Por ejemplo:
o El hombre es el
objetivo de Dios en la creación. Génesis 1:27-28.
o El hombre es el
objetivo del plan de salvación que Dios ha hecho. Isaías 53:5.
o El hombre es el
objetivo de la misión del Hijo de Dios. 1ª Juan 4:9.
o Nosotros somos el
objetivo de la herencia de Dios. Tito 3:7.
o El cielo es
nuestro destino. 1ª Pedro 1.4.
o El ser humano
corona la creación. Hebreos 2:6-8.
Por lo tanto, una creencia como la evolución
teísta, que intenta armonizar propósito con no-propósito, es una contradicción.
III.
Singularidad del ser humano.
Un gran problema para los evolucionistas que
sostienen que los hombres y los monos han tenido un antepasado común, es
enfrentar la gran diferencia entre los dos; deben explicar la singularidad del
hombre. Al comparar la conducta humana con la de los animales, incluso los
simios, se notan diferencias sustanciales. La naturaleza humana sobrepasa grandemente
la de las bestias.
a) Sólo el hombre piensa,
aunque no sea necesario hacerlo. Los animales piensan solamente cuando están
frente a un problema que resolver. En cambio, el hombre piensa espontánea y
creativamente. El proceso de llegar a conclusiones considerando los pasos de la
lógica e inferencia, indica que hay un ser en él, que no es sólo de tejido y nervios,
sino señala que tiene un alma.
b) Sólo el hombre es un
ser racional, con voluntad y capaz de determinar sus acciones. Los animales
actúan por puro instinto y no son capaces de elegir.
c) Sólo el hombre es un
ser moral. Capaz
de distinguir entre el bien y el mal, y tiene una conciencia que le aprueba o
le castiga según su comportamiento.
d) Sólo el hombre puede
expresarse mediante un lenguaje complejo y sumamente desarrollado. Algunos animales
se comunican por señas, gruñidos, silbidos y otros sonidos, pero éstos son
formas rudimentarias de expresión en comparación con el complicado lenguaje
humano. Los especialistas concuerdan en que el cerebro humano está programado genéticamente
para expresarse mediante el lenguaje y en que el habla puede explicarse
únicamente sobre la base de que tenemos, dentro del cerebro, una capacidad
innata para procesar lenguajes. La facultad del habla separa singularmente a
los humanos de los animales.
e) Sólo el hombre tiene
la capacidad de disfrutar de lo estético y lo bello. El sentido de lo hermoso
no se encuentra en el órgano sino a través del órgano. Los perros pueden oír
mejor que los hombres, pero es improbable que disfruten de un concierto musical
cómo puede un músico adiestrado. Las águilas tienen ojos semi telescópicos,
pero no son capaces de disfrutar ni de la belleza de la naturaleza ni de la
hermosura de las obras de arte.
f) Sólo el hombre es un
ser político.
Los animales gustan de vivir en manda, pero sus organizaciones sociales y sus
actividades están determinadas por los instintos. La sociedad humana, en
cambio, está constituida por la elección misma del hombre de entre varias
formas de convivencia. Solamente la sociedad humana es constitucional y política.
g) Sólo el hombre fabrica
o realiza cosas artificiales.
Los pájaros construyen sus nidos y los castores sus casas por instinto. Les
falta la creatividad y la variedad que caracterizan lo hecho por el ser humano.
h) Sólo el hombre es un
ser religioso. Sólo
él se da cuenta de que existe lo milagroso y le rinde culto.
IV.
Conclusiones.
El hombre da origen a pensamientos
abstractos, a conciencia, se fija metas, se traza planes para alcanzarlos, solo
el hombre es creado con ojo para la belleza, oído para la música, aptitud para
el arte y una imaginación que inventa y crea. El hombre halla gozo y
satisfacción en el ejercicio de estos dones. Tenemos un sentido moral para
determinar lo que es correcto y lo que es incorrecto, y una conciencia que le
duele cuando se desvía de lo recto.
¿Cómo puede explicar la brecha tan vasta
entre el ser humano y el animal? Hay más en el hombre que lo físico; él es
mucho más que un simio evolucionado. La respuesta de cómo llegó a ser más que
un animal se encuentra en Génesis 1:27 Creó, pues, Dios al hombre a
su imagen.
Esto indica que Dios creó al hombre en un
acto especial. Aunque su cuerpo fue hecho del polvo de la tierra al
igual que las demás criaturas terrestres Génesis 1:24, su espíritu
procede del aliento de vida que le sopló Dios. Génesis. 2:7.
Posee un espíritu de vida, un alma, una mente, una personalidad: atributos que
reflejan las cualidades de la imagen de Dios.