La semana pasada comenzamos con esta seria
de predicaciones expositivas basadas en el libro de Hechos, ya entendimos quien
es el autor de esta maravillosa narración, el médico amado Lucas, su propósito,
dar a conocer las bondades del evangelio desde Jerusalén hasta Roma y el destinario
original Teófilo, entre varios detalles más que son necesarios saber para
comprender mejor este libro histórico del Nuevo Testamento.
Lucas comienza este libro con una poderosa
frase: lo que Jesús hizo y enseñó, pues nuestro Señor no solamente predicó el
evangelio del reino de DIOS, lo vivió en persona, lo modeló de manera que los
que ahora permanecemos en él, tengamos la capacidad por su gracia de
reflejarlo, no somos nosotros, es Cristo por medio de cada uno de nosotros.
Lucas nos dice que Jesús les dio una orden
explicita a sus apóstoles, esperar en Jerusalén hasta que la promesa del
Espíritu Santo llegue, lo siguiente que nos narra es una pregunta directa de
sus discípulos al Señor Jesús:
Hechos 1:6. Entonces los
que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a
Israel en este tiempo?
Antes de la ascensión de Jesús, cuando los
apóstoles se dieron cuenta que muy pronto las apariciones de Jesús llegarían a
su fin, le hicieron una pregunta relacionada con el futuro. Como en el griego
el verbo preguntar indica repetición, entendemos que los discípulos
unánimemente expusieron el asunto que les preocupaba: Señor, ¿restauras el
reino a Israel en este tiempo?
¿Cómo podemos interpretar esa pregunta? La
explicación más común es que los discípulos todavía están pensando en términos
de un reino político de la nación de Israel, en el cual Jesús sería el rey terrenal.
Si recordamos, durante el ministerio de Jesús, la madre de Santiago y Juan pidió
que a sus hijos se les diera un lugar especial en su reino. Un poco antes de la
entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, ella le preguntó si sus hijos pudieran
sentarse uno a su izquierda y el otro a su derecha en su reino. Mateo 20:21.
Aun después de su muerte y resurrección, los
dos discípulos en el camino a Emaús, Cleofas y su compañero, tenían esta misma
plática con el Señor: nosotros pensábamos que él iba a redimir a Israel le
dijeron, muy decepcionados de que por su reciente muerte ya no podría cumplirlo,
al menos según ellos.
Los judíos sentían una fervorosa esperanza
mesiánica. En los Salmos de Salomón, obra apócrifa escrita poco antes de
la era cristiana, se repite con frecuencia esta idea. La siguiente plegaria es
típica.
Mira, oh Señor, y
suscítales su rey, el hijo de David, en el tiempo que tú veas, oh Dios, que
pueda reinar sobre Israel tu siervo. Y cíñelo de fuerza, para que pueda hacer
añicos a los poderes impíos y purificar a Jerusalén de las naciones que la
pisotean y la destruyen... Y él purificará a Jerusalén, y la santificará como
en tiempos de antaño, para que las naciones vengan desde los confines de la
tierra a ver su gloria...
Salmos de Salomón, 17: 23-35.
Pensamientos tales muy bien podrían haber inducido
a los discípulos a esperar que hubiera llegado el tiempo para el establecimiento
del reino prometido, lo cual motivó su pregunta.
También tenemos que resaltar que hasta este
momento los discípulos aún no habían captado el concepto del reino espiritual
para todas las naciones, compuesto del verdadero Israel, aquellos que somos de corazón
circuncidado. Tampoco comprendían que cuando la nación judía rechazó a Jesús se
había separado de la raíz y del tronco del verdadero Israel, en el cual los
conversos cristianos, fueran judíos o gentiles, debían ser injertados. Es
evidente que aún esperaban que se estableciera el reino mesiánico de David, en
la monarquía en Judá, en el pueblo judío literal.
Es por ello que se refieren no a Juda, sino
a Israel, esto es importante, pues en sus pensamientos estaba el reino
unido, como en la época del rey David y no el reino dividido que Roboam
provocó. Así que ellos pensaban que las promesas de restauración y las
profecías del reinado davídico eran de ellos, para su pueblo, para su nación,
ellos no la veían como 10 tribus al norte más dos tribus al sur, se veían como
un solo pueblo delante de DIOS.
No obstante, el énfasis de Jesús es en un reino
espiritual, al momento de la ascensión los discípulos expresan su ardiente
deseo de ser liberados de la opresión extranjera y le ruegan que restaure el
reino a Israel. Los apóstoles descubren su curiosidad respecto del futuro. Pero
el futuro pertenece a Dios, no a ellos. Ellos debieron de haber recordado la
observación tan pertinente que hizo Moisés: Las cosas secretas pertenecen a
Jehová nuestro Dios; más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre. Deuteronomio 29:29. Podemos darnos cuenta que hasta el
momento siguen sin comprender por completo la situación.
Pero no nos sorprendamos mucho, ya que cada uno
de nosotros tenemos un deseo innato de poder descubrir la cortina que separa el
futuro del presente, es algo inherente al corazón o a la naturaleza humana, nos
fascina pensar en el futuro, saber que hay en él, algunos en forma hasta
desmedida recurren a medios malsanos para poder saberlo: Lectura de manos,
cartas, médiums, horóscopo, etc.
Aun los cristianos seguimos muchas veces
siendo afectados por este remanente del pecado en la carne, pues en lugar de
orar para descansar en la soberanía de DIOS, muchas veces oramos diciéndole al
Señor como debe de actuar, planeamos nosotros nuestro futuro, pensando que podemos
hacerlo mejor que el Omnisciente Señor de nuestras vidas, o nos preocupamos por
él, nos tronamos los dedos o caemos en desesperación, hemos
olvidado que DIOS no solo está con nosotros en el presente, él está también en
el futuro, lo tiene planeado, lo tiene todo bajo control, lo entiendas o no, lo
creas o no, lo aceptes o no, DIOS es el Señor del presente, pasado y futuro, y
no hay nada que él no esté controlando ya, desde un imperio, como le
preguntaron los discípulos, hasta lo más simple o cotidiano de nuestras vidas
personales, todo está en sus manos.
Como de costumbre, el Señor les da una
magistral respuesta que debió transformar su manera de pensar de forma radical:
7 y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el
Padre puso en su sola potestad;
Jesús no dice que ignora el futuro; dice que
los discípulos no tienen derecho de saber lo que está reservado para ellos: no
les toca a ustedes saber, es algo que está reservado para DIOS y nada más,
es otro del os motivos por los cuales cualquier tipo de adivinación es pecado, desde
los que mencionamos: lecturas de todo tipo, horóscopos, hasta los más insólitos,
como hidromancia, percepción del aura o la ouija.
No les toca a ustedes
saber.
Cortésmente, Jesús reprende a sus discípulos por su limitada comprensión de lo
extenso del reino de Dios, pero más que regañar, tiene en mente enseñar a sus discípulos
acerca de verdades eternas y maravillosas: que El Padre está en completo
control del calendario de los acontecimientos del mundo y él traerá todo a su
destino final.
Este es un gran contraste con los profetas
del Antiguo Testamento quienes ojearon el horizonte de los tiempos y predijeron
el futuro, en cambio, los apóstoles del Nuevo Testamento no lo tienen
permitido, pro lo menos aun no, pues ya llegará el momento con Juan en la isla
de Patmos donde es dictado el libro de las Revelaciones, esto es así porque
ellos son testigos de la vida de Jesús de Nazaret, están viviéndolo en tiempo presente
y es lo que están llamados a predicar del pasado es decir la vida de Jesús,
antes de que puedan profetizar del futuro. Al igual que nosotros, también
los apóstoles pasaron por su proceso de madurez espiritual.
Después el Señor les dice acerca de Los
tiempos o las sazones que el Padre ha fijado por su propia autoridad. Los
griegos tenían dos palabras para referirse al tiempo: Cronos (tiempos) y
Kairos (ocasiones).
Cronos: lapso de
tiempo, duración de tiempo. Raíz de la palabra cronometro y sus derivados. Hablamos
del tiempo terrenal, que se puede medir. Dios estableció con la creación el
sol, la luna y las estrellas para medir los tiempos terrenales. Génesis
1:14-18, y por eso las unidades de medida de nuestro tiempo: milenio,
siglo, año, mes, día, horas, etc. Es el tiempo del hombre.
Kairos: medida
correcta, ocasión, período definido, tiempo oportuno, tiempo favorable, momento
señalado y preciso. Cronos marca cantidad, Kairos calidad, Romanos 5:6.
Kairos es el tiempo oportuno y diseñado desde el cielo, dónde Dios interviene
en la vida de los hombres de una manera extraordinaria y poderosa. Tiempo
diseñado en el cielo, que se manifiesta en la tierra, para bendición de los
hombres. En pocas palabras, Cronos es el tiempo del hombre, el kairos es el
tiempo perfecto de DIOS. Eclesiastés 3:1. 9:11.
En el tiempo cronos de los hombres, podemos
concluir a veces, que Dios se está tardando con cierta respuesta, pero Dios
sabe qué, cuándo y cómo lo hace. Por ejemplo, María, la hermana de Lázaro, dijo
a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto y luego
Marta la otra hermana le dijo: Señor, hiede ya, porque lleva cuatro días, pero
Jesús dijo: ¿No te he dicho que si crees veras la gloria de Dios? Juan
11: 33-40.
Cuando él cronos y el kairos no están
alineados en nuestras vidas, es cuando comenzamos a desesperarnos, Jesús lo
sabía, los discípulos no estaban alineados, por ello más que hablarles de los
últimos tiempos donde su dominio será latiente a todas las naciones, mejor los
instruyó en la nada fácil tarea de alinear cronos y kairos.
La única manera de aliñarlos es descansando
en el propósito eterno del Señor: todo es para su propia gloria. Por lo
tanto, Dios ha determinado el orden de los acontecimientos, nada puede ocurrir
por casualidad. Nuestro nacimiento y vida no son un accidente ni mucho menos un
error, tal vez haya personas que no fueron planeados por sus padres, pero de
algo estamos seguros, si fueron planeados por Dios.
Es más, Dios diseño cada característica de
nosotros, estatura, color de piel, tipo de ojos, color de cabello, cada mínimo
detalle él lo sabe, la biblia dice: no te fue oculto el desarrollo de mi
cuerpo. Salmo 139:15 DHH.
Dios
nunca hace nada por casualidad, ni tampoco comete errores, él tiene un
propósito y un diseño específico para todo, y eso nos incluye a todos nosotros,
porque Dios estaba pensando en cada uno de los que estamos aquí antes de crear
el mundo, es por eso que lo creó, para que lo habitáramos y lo administráramos,
nuestro cuerpo, el universo, las leyes de la física, en fin todo está
perfectamente diseñado, pues en Dios no hay casualidades, hay propósitos.
Todo lo que acontece en
el mundo es por la voluntad perfecta de DIOS. En un universo gobernado por Dios no hay lugar
para acontecimientos fortuitos. La casualidad no existe. La probabilidad es
solo una palabra que utilizamos para describir las posibilidades matemáticas.
El hecho de que estemos con vida y bien
físicamente no es casualidad, es el propósito de nuestro Dios que es bueno. Dios Nunca Hace
Nada Accidentalmente, Y Él Nunca Comete Errores. Romanos 12:2.
Si Cristo no fuera real, todo sería un
accidente, no habría nada seguro, todo quedaría a la deriva, no habría
propósitos, significado, importancia en nada, no habría más que unos breves
años de vida y ya, sin embargo, sabemos que DIOS es real, que formó todo con un
propósito, que en Cristo no hay casualidades, que todo, absolutamente todo tiene
una razón y un significado profundo de ser:
·
El universo.
·
El planeta.
·
Nuestro cuerpo.
·
Nuestra familia.
·
Nuestra salud.
·
Nuestra vida amorosa.
·
La escuela.
·
El trabajo.
·
Y un largo etcétera, pues en DIOS no hay
casualidades.
Dios Tiene Un Propósito Para Todas Las Cosas,
Jamás Pensemos Que Algo Es Obra De La Casualidad. Isaías 45.18.
La voluntad y propósitos de DIOS son tan perfectos que puede obrar
incluso a través de las acciones más diabólicas. La ofensa más grande jamás
cometida por un ser humano fue la traición de Cristo por Judas. Sin embargo, la
muerte de Cristo no fue un accidente histórico. Estaba en concordancia con el
consejo determinado de Dios. El acto malvado de Judas hizo que sucediera lo
mejor que haya sucedido en la historia, la Expiación. Apocalipsis 13:8.
El problema viene, cuando en lugar de creer todo
esto con todo nuestro corazón y descansar en las amorosas y sabias decisiones
de nuestro DIOS, comenzamos a tratar de arreglar las cosas nosotros, a
quejarnos a desesperarnos, a pensar que podríamos hacer las cosas mejor que él,
es aquí cuando él cronos y el kairos se desalinean y hay turbación, depresión y
desánimo en nuestras vidas espirituales y en todas las demás áreas por
consecuencia.
No tenemos por qué desconfiar, el Señor
Jesús fue muy claro, los tiempos y las ocasiones están solamente en poder del Padre,
también se puede traducir: ha fijado con su propia autoridad. La palabra
griega que se traduce potestad o autoridad es exousia (ἐξουσία,
G1849), denota libertad de acción, derecho a actuar, carente de
restricciones, significa que Dios no es siervo del tiempo; es su Amo, no
estamos flotando a la deriva en esta vida, estamos en el centro del propósito
eterno de aquel que es Amo y Señor de la Eternidad.
Así que el Señor les continúa aclarando el
panorama: 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra.
Ahora nos hace saber que no estaremos solos,
no nos deja desamparados en este mundo que a cada rato nos trata de apabullar,
si no entendemos todos los motivos del Señor, al menos si tenemos el poder para
poder sobrellevarlo de forma victoriosa. Lucas ahora usa la palabra dunamis (δύναμις, G1411), que se traduce como poder, capacidad, física
o moral, residente en una persona.
La palabra dinamita deriva de dunamis.
Lucas se refiere al poder maravilloso que reciben únicamente aquellos sobre
quienes desciende el Espíritu Santo. Este poder es para
·
Vivir una vida nueva.
·
Vencer el pecado.
·
Testificar de Cristo a los perdidos.
·
Creerle a DIOS que Él es Señor de nuestras
vidas.
·
En el caso especifico de los apóstoles: obrar
prodigios y señales milagrosas.
Por ello es que una vez que el Espíritu viene
sobre de los creyentes tenemos la capacidad, como dijo el Señor de ser testigos
suyos. martur (μάρτυς, G3144), de donde proviene la voz castellana
mártir, uno que da testimonio mediante su muerte. La palabra aparece 13 veces
en los Hechos. Como testigos, los apóstoles sabían que Jesús era el
Mesías de la profecía y el Redentor de la humanidad. También podían dar
testimonio de su promesa de volver.
Como testigos, los discípulos fueron el primer
y más importante eslabón de evidencia visible entre el Señor crucificado,
resucitado y ascendido, y el mundo; el cual, por medio del testimonio de ellos,
podría llegar a creer. 1ª Juan 1:3.
Pero no solo los apóstoles, todos aquellos
que somos discípulos del Señor Jesús estamos llamados a ser testigos, mártires
de ser necesario por la causa del evangelio, testigos de su vida, muerte y
resurrección, no por medio de milagros, si no con una vida nueva, con una vida
que vence los pecados, con una vida que depende de DIOS y sus promesas, eso
siempre ha impactado más que cualquier milagro.
Por ultimo el Señor da una predicción y al
mismo tiempo un patrón a seguir: ser testigos del poder de DIOS mediante una
vida dependiente de Cristo en:
·
Jerusalén.
·
Judea.
·
Samaria.
·
Lo último de la tierra.
Esta palabra fue profética, sabemos ahora
2000 años después, que fue así como se propagó el evangelio, llegó a Roma, España,
Gran Bretaña, América, África, y Oceanía. Pero al mismo tiempo es una indicación
de que el llevar la buenas nuevas es de adentro hacia a afuera, no
podemos pretender ir de misioneros a China si no hemos predicado el evangelio a
nuestra familia.
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