miércoles, 15 de enero de 2020

CFB 1689. Tema 5: El Decreto De DIOS Parte I. Cita: Proverbios 19:21.


Tenemos un DIOS perfecto e infinito en sabiduría y poder, por lo cual es impensable que ese DIOS tan sublime, haya creado un mundo sin un plan igual de perfecto y bien delineado, un plan que tenga cada detalle, por mínimo que sea para cada una de sus criaturas.

Aun nosotros los seres humanos, que somos meramente una criatura de ese grandioso DIOS, y que somos de vidas cortas y propensos a cometer incontables errores, con todo y eso, somos propensos a planear lo mejor posible todas nuestras cosas, viajes, estudios, comidas, etc. De hecho, consideramos como insensatos a aquellos que no planean con anticipación.

La verdad del caso es que a pesar de que muchos se oponen a la predestinación teóricamente, todos la practicamos en la vida diaria. El arquitecto, antes de comenzar la construcción de un edificio, hace sus dibujos y traza sus planes, hasta los más minuciosos detalles; en su mente el edificio se haya terminado antes de colocarse la primera piedra. Así también sucede con el comerciante, con el abogado, con el agricultor, y con todo ser racional e inteligente". Yo mismo antes de presentar este tema, lo diseñe y elabore iniciando en mi mente.

Un universo sin decretos sería tan irracional y espantosos como un automóvil que va en la oscuridad sin luces y sin conductor, tal es la necesidad de que el universo y todo lo que en él existe sea regido por decretos bien establecidos por DIOS.

El decreto divino se divide en dos: el general de todos los acontecimientos y el especifioc de la predestinación a vida.

A.   Decreto general. Dios, desde toda la eternidad, por el sapientísimo y santísimo consejo de su propia voluntad, ha decretado en sí mismo, libre e inalterablemente,1 todas las cosas, todo lo que sucede;2 sin embargo, de tal manera que por ello Dios ni es autor del pecado ni tiene comunión con nadie en el mismo;3 ni se hace violencia a la voluntad de la criatura, ni se quita la libertad o contingencia de las causas secundarias, sino que más bien las establece;4 en lo cual se manifiesta su sabiduría en disponer todas las cosas, y su poder y fidelidad en llevar a cabo sus decretos.5

1)    Definición. Pr. 19:21; Is. 14:24-27; 46:10,11; Sal. 115:3; 135:6; Ro. 9:19.

El decreto de Dios es su propósito o su determinación respecto a las cosas futuras.

Hemos usado el singular, como hace la Escritura, porque sólo hubo un acto de su mente infinita acerca del futuro, no son los decretos, es uno solo: hacer todo para su propia gloria, a partir de ahí se desprenden sus planes o propósitos como medio para lograr el decreto eterno primario o principal. Pr. 19:21; Is. 14:24-27; 46:10,11; Sal. 115:3; 135:6; Ro. 9:19.

La palabra “decreto” se encuentra en el Salmo 2:7. En Efesios 3:11, leemos acerca de su “determinación eterna”. En Hechos 2:23, de su “determinado consejo y providencia”. En Efesios 1:9, el misterio de su “voluntad y beneplácito”. En Romanos 8:29, que él también “predestinó”.

Los decretos de Dios son llamados sus “consejos” para significar que son perfectamente sabios. Son llamados su “voluntad para mostrar que Dios no está bajo ninguna sujeción, sino que actúa según su propio deseo, en el proceder Divino, la sabiduría está siempre asociada con la voluntad, y, por lo tanto, se dice que los decretos de Dios son “el consejo de su voluntad”. Los decretos de Dios están relacionados con todas las cosas futuras, sin excepción: todo lo que es hecho en el tiempo, fue predeterminado antes del principio del tiempo, en la eternidad pasada.

2)    Perfección del decreto. Dn. 4:34,35; Ro. 8:28; 11:36; Ef. 1:11.

Dios decretó como ha de funcionar y todo lo que va a hacer con exactitud increíble todas y cada una de sus criaturas, cual arquitecto o ingeniero, DIOS planeó perfectamente cómo ha de funcionar cada parte de su infinita creación para su propia gloria. Dn. 4:34,35; Ro. 8:28; 11:36; Ef. 1:11.

3)    Implicaciones del decreto. Gn. 18:25; Stg. 1:13; 1 Jn. 1:5.

Dios decretó el pecado, pero no es el autor del pecado

DIOS no puede ser el autor del pecado porque el no es quién hace que ocurra mediante su propia causa inmediata, el pecado siempre es responsabilidad de las causas segundas que voluntariamente se implican a él, el ejemplo de David censando al pueblo despeja muchas dudas. 2ª Samuel 24:1. 1ª Crónicas 21:1. Podemos percatarnos que el decretó de DIOS no se llevó a cabo pro el Espíritu Santo obrando en el corazón de David, sino mediante una causa segunda: satanás.

Hay más pajes que esclarecen el asunto: Génesis 50:20. Hechos 2:23. Ambos pasajes o muestran que el propósito de DIOS al decretar el pecado fue completamente puro pues fue movido por su propia misericordia redentiva. Que DIOS decrete el pecado no lo hace participe del pecado, así como decretó que los seres humanos vayamos al baño, pero él no necesita hacerlo.

4)    Agentes ejecutores del decreto. Gn. 50:20; 2 S. 24:1; Is. 10:5-7; Mt. 17:12; Jn. 19:11; Hch. 2:23; 4:27,28.

DIOS ha dotado de libertad a sus criaturas, en especifico a los seres humanos, de tal manera que somos los ejecutores de su decreto eterno, pero de tal manera que al mismo tiempo siempre se cumplirá lo que DIOS mismo decretó, esa libertad no debe de confundirse con el concepto filosófico, pero no bíblico del libre albedrío.

Albedrío viene del latín arbitrium y significa capacidad de tomar decisiones, voluntad. Es por eso que en algunos deportes al réferi se le conoce como árbitro, pues es quien toma las decisiones entre los equipos participantes. Y la voluntad es la encargada de tomar las decisiones.

Este es un concepto filosófico más que un concepto bíblico, y es la habilidad que tiene cada individuo de tomar sus propias decisiones, específicamente hablando en el cristianismo es la decisión de creer o no creer en Jesucristo como su salvador personal.

No tiene nada que ver con el hecho de tomar la decisión de que vamos a vestir el día de hoy, o que vamos a comer o como vamos a ir a nuestras casas, que película queremos ver, o que estilo de música queremos escuchar, no nos confundamos, no se trata de eso, esas decisiones triviales o superficiales de la vida no son las que están en tela de juicio, lo que importa en realidad es:

·         ¿Tenemos los seres humanos la capacidad de elegir nosotros a Cristo?
·         ¿Podemos hacer cosas buenas espiritual y moralmente hablando sin la ayuda e intervención de DIOS?
·         ¿La gracia de DIOS no es necesario pues nosotros tomamos la libre decisión de creer y hacer cosas buenas?

Si el libre albedrío existe como muchos filósofos en las iglesias cristianas lo aseguran, surge una gran incógnita ¿Para que mandó DIOS a su hijo a morir en la Cruz del calvario si nosotros podíamos acercarnos a él y ser buenos por nuestras libres decisiones?

El concepto del libre albedrío nos dice que DIOS no puede o no quiere obligarnos nunca a hacer nada que nosotros no deseemos, como creer en él, por ejemplo, que DIOS es todo un caballero que respetará siempre nuestras decisiones, que, si nosotros decimos con nuestro libre albedrío que NO a la voluntad de DIOS entonces DIOS no puede hacer ya nada al respecto, DIOS tiene las manos atadas a nuestro libre albedrío piensan muchos.

Lo cierto es que nunca en la biblia encontramos el atributo de caballerosidad divina, vemos claramente la Supremacía de DIOS y el ejercicio de su Supremacía es lo que se conoce como soberanía divina, pero jamás encontramos algo así como caballerosidad divina:

·         Daniel 4.35.
·         Jonás 1:1-3, 17.
·         Hechos 9:1-6.

No hay tal cosa como un libre albedrío genuino, de ser posible que los hombres pudieran hacer lo bueno a los ojos de Dios entonces por demás estuvo que Cristo muriera en la cruz, entonces no estábamos tan perdidos y entonces Dios se habría equivocado y eso no sucede nunca, lo que los seres humanos poseemos es la libertad de actuar dentro del decreto divino, pues somos los agentes ejecutores de dicho decreto.

5)    Fidelidad de su decreto. Nm. 23:19; Ef. 1:3-5.

Nada frustra, nada escapa y nada condiciona el decreto eterno de DIOS.
Antes de pasar al decreto especifico de DIOS, es necesario primero adentrarnos en un concepto muchas veces malinterpretado: la presciencia divina.

B.   La presciencia divina. Aunque Dios sabe todo lo que pudiera o puede pasar en todas las condiciones que se puedan suponer,1 sin embargo nada ha decretado porque lo previera como futuro o como aquello que había de suceder en dichas condiciones.2

1)    Omnisciencia divina. 1 S. 23:11,12; Mt. 11:21,23; Hch. 15:18.
2)    DIOS no necesita ver al futuro para decretar su perfecta voluntad. Is. 40:13,14; Ro. 9:11-18; 11:34; 1 Co. 2:16.

El apóstol Pedro entendía perfectamente el decreto eterno de DIOS. 1ª Pedro 1:2.

Si DIOS tuviera que mirar hacia el futuro para conocer los eventos y de esa manera decretar su voluntad, entonces él estaría sujeto a los acontecimientos y no en control de ellos.

Por lo tanto, DIOS no puede prever algo que no haya sido antes por él mismo decretado, porque es su decreto el que hace que todo ocurra con certeza y no se puede prever que algo vaya a ocurrir sin que DIOS primero no lo decrete. 

Las profecías bíblicas no son meramente DIOS mirando al futuro para saber que ocurrirá, sino que DIOS desde la eternidad decretó lo que va a ocurrir, por eso puede confiárselo a sus profetas. Isaías 46.10. hechos 3.18. 4:24-28. 15.15-18.

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