La ultima característica del fruto del Espíritu Santo
que encontramos en Gálatas es la Templanza, también traducida como dominio propio, pero no por ser la última en
esta lista significa que es la menos importante, pues, como lo estudiaremos a
continuación, la templanza es el vínculo entre todas las demás características
del fruto del Espíritu.
Comenzaremos definiendo etimológicamente la palabra
templanza, que viene del griego enkrateia significa continencia,
dominio propio o disciplina.
El plan de DIOS en la salvación de sus hijos, es que
una vez trasladados a su reino seamos conformados a la imagen y semejanza moral
de Jesucristo. Tito 2:11-12.
Muchos creen que DIOS nos ha hecho salvos del
infierno, de su ira, de la muerte segunda, sin embargo, esas son las
consecuencias de nuestra salvación, en realidad DIOS nos ha hecho salvos del
pecado, y su obra es triple en nosotros los seres humanos.
Somos salvos del castigo por el pecado, es en nuestro
espíritu, somos salvos del poder del pecado esto es en nuestra alma y seremos
salvos de la presencia del pecado, esto es en nuestro cuerpo.
Por esto es que todo aquel que dice que es salvo, pero
vive exactamente igual que antes de supuestamente serlo, debe plantearse
seriamente la duda de si en verdad será salvo, si decimos ser salvos y aun así
no tenemos temor de un DIOS Santo, si no le tenemos en cuenta para nada que no
sea de nuestro beneficio, si no nos duele seguir pecando, entonces, en
definitiva, necesitamos escuchar el verdadero evangelio bíblico. Cuando somos
salvos se nota porque buscamos ser como nuestro salvador. C.H. Spurgeon.
Aquí es donde entra la templanza, como ya lo vimos en Tito 2.11-12, una vez que somos salvos
del pecado, DIOS comienza a trabajar en nosotros, en el proceso de reflejar
cada día más y más el carácter de Cristo, y la templanza es parte fundamental en este proceso.
La templanza como parte del fruto del Espíritu es la
auto negación ante los malos deseos o placeres carnales impuros, es el
contraste con las obras de la carne que el mismo apóstol Pablo describe unas
líneas antes de hablar del fruto del Espíritu, la idea básica de la templanza
es fuerza, poder o dominio de uno mismo, habla de gobierno propio, el cual solo
se logra por nuestra permanencia en Cristo.
La templanza nos dice que estamos llamados a
diferenciarnos de la demás gente que se deja llevar por los deseos de la carne,
esa diferencia estriba en que nosotros bajo la dirección y control del Espíritu
Santo ejercemos gobierno y regulación a nuestras acciones. 2ª Timoteo 1:7.
En contraste, aquellos que no han nacido de nuevo no
pueden y no quieren ejercer control sobre sus actos pecaminosos, les da igual
si están pecando o no, solo piensan en satisfacer los deseos de la carne, los
que por la gracia de DIOS hemos sido regenerados, hemos abierto los ojos a la
justicia de DIOS, y por primera vez en nuestras vidas nos damos cuenta de que
lo que hacemos cuando cometemos pecados NO ES AGRADABLE A LOS OJOS DE DIOS.
La templanza es algo que se practica regularmente
hasta perfeccionarla, pues no es algo que se da de la noche a la mañana, en 1ª Corintios 9:25-27, por medio de dos
analogías vemos este principio.
Las analogías del atleta y el soldado evidentemente
hablan de disciplina la cual es esencial en actividades deportivas y
militares si es que se quiere sobresalir de entre los demás, la frase golpeo
mi cuerpo, no se refiere a la auto flagelación como se mal entendido
por muchos fanáticos extremistas, se refiere a mantenerlo en sujeción, habla de
mantener bajo control los deseos y acciones pecaminosas que van en contra del
carácter Justo y Santo de DIOS.
La gran diferencia entre el atleta y el militar y un
hijo de DIOS, es que los primeros casos lo hacen por autodeterminación, por su
propio deseo y voluntad, mientras que los hijos de DIOS reconocemos que si
ejercemos disciplina en nuestras pasiones es porque es DIOS quien pone el querer
como el hacer. Filipenses 2:13.
Ellos corren por un galardón terrenal, nosotros lo
hacemos por amor a Cristo y reconocemos que es Cristo en nosotros.
Un atleta que solo entrena a fondo cuando está
presente su entrenador es falto de templanza, un obrero que solo trabaja al
cien cuando está presente su jefe es falto de disciplina, un soldado que
solo se esfuerza por hacer las cosas bien cuando está presente un superior es
falto de dominio propio, de la misma manera si solo nos comportamos como cristianos
cuando estamos frente a otros cristianos (en la iglesia) es porque no hemos
desarrollado la templanza como debe de ser, tal como le pasó al mismísimo
apóstol Pedro. Gálatas 2:11-14.
Si solo nos comportamos como cristianos cuando estamos
en la iglesia, es porque nos gusta guardar las apariencias, porque deseamos
llenar las expectativas de los que nos rodean, pero posiblemente no ha ocurrido
un cambio interno significativo, pues aquellos que han nacido de nuevo ya no practican el pecado. 1ª Juan 3:8.
La templanza es el dominio de los deseos y las
pasiones propias de la carne, incluidos los instintos más básicos como el comer
o el deseo sexual. 1ª Corintios 7:9.
La templanza se refiere no a refrenarlos por completo,
eso es ascetismo que es abstención
total, más bien es tener el equilibrio correcto, no es malo comer, por el
contrario, es una necesidad primordial, pero cuando abusamos y caemos no solo
en el sobrepeso, sino en la obesidad o hasta la obesidad mórbida entonces somos
faltos de templanza.
De igual manera no es malo el desear casarse y estar
con una persona toda la vida, pero cuando alteramos el orden y deliberadamente
tenemos intimidad fuera del contexto del matrimonio, solo por darle gusto a la carne es por falta de dominio
propio.
Pero no nos confundamos, en los casos donde DIOS
explícitamente nos marca un alto, entonces los creyentes nos abstenemos por
completo. Gálatas 5:19-21. Romanos
1.29-31. Marcos 7:22-23.
No se puede adulterar
de forma equilibrada, eso es una abominación y es torcer la Escritura a
nuestra conveniencia carnal.
Es el Espíritu Santo la fuerza dentro de nosotros, la
motivación, el poder, que opera en nuestro interior llevándonos a perfeccionar
la santidad en el temor de DIOS, y hace que Cristo sea una realidad en nuestras
vidas al reflejarlo en todo lugar y con todas las personas, no somos nosotros
por nuestra cuenta, al decir disciplina o dominio propio, no se refiere a
que es algo que nosotros hacemos aparte de DIOS, eso es simplemente imposible,
si los hijos de DIOS podemos ejercer el dominio propio, es por la acción de la
gracia de DIOS, de lo contrario no solo no podríamos hacerlo, no tendríamos ni
el deseo de hacerlo.
Es el Espíritu Santo quien nos muestra que la luz y
las tinieblas no se mezclan, que no podemos en nuestra nueva naturaleza vivir
como en la antigua, que la santidad y la inmundicia no van juntas, el deseo de
ser Santos como nuestro DIOS, lo produce el Espíritu en nuestro interior.
El dominio propio es en realidad el dominio del Espíritu Santo. Romanos
8.8-10.
Una vida sin el Espíritu no puede, por sí misma,
desarrollar el fruto del Espíritu, pues no basta con tener la voluntad de
querer hacer las cosas correctas, si no se tiene el poder de hacerlas de nada
sirve, tal como le pasaba al apóstol Pablo. Romanos 7:14-25.
Ser santos significa en forma práctica ser como
Cristo, la templanza es la característica del fruto del Espíritu que nos
permite separarnos del mundo para DIOS, pero no podemos hacerlo por nuestra
cuenta, lo único que hacemos es conscientemente elegir el poner nuestra mirada
en cristo, rendirnos por completo a su control y dejar que él haga su voluntad
en nosotros.
Ser santos significa tener dominio propio sobre la carne, y ese dominio
lo ejerce Cristo en nosotros, no lo hacemos nosotros por nuestra cuenta.
Jesucristo es no solo nuestro mejor y mayor ejemplo de
Templanza, sino que él mismo en nuestras vidas ejerce esa templanza. Hebreos 4.15. Jesús ejerció el dominio
propio bajo el dominio del Espíritu Santo, esto lo vemos en Lucas 4:1-13.
Del relato del médico amado Lucas se desprenden 5
verdades que nos apuntan a la Templanza ejercida por el Espíritu Santo en los
suyos.
1. Cuando
Jesús fue tentado, estaba Lleno del Espíritu Santo.
La llenura del Espíritu Santo en nuestros días, con el movimiento carismático-pentecostal
en su apogeo ha sido tergiversada al extremo de caer en doctrinas no bíblicas
como:
·
Caerse al suelo.
·
Hablar en lenguas.
·
Andar borracho en el culto.
·
Tener dones milagrosos.
·
Tener unción sanadora.
· Hacer cosas locas pues no se
pueden controlar, están llenos y no lo pueden evitar, según ellos.
·
Predicar con poder o unción.
·
Ser un líder reconocido en la congregación.
·
Un sentimiento hermoso.
·
Una experiencia inexplicable.
·
Temblor incontrolable.
·
Risa santa y fuera de orden,
·
Etc.
Para un cristiano, la llenura del Espíritu significa que Jesucristo
consume todo nuestro ser, que somos uno con él todo el tiempo, que pensamos en
él, que vivimos en él, que lo amamos a él, que solo se trata todo el tiempo de
él, casi todos los adolescentes pasan por esto muchas veces, se llama estar
enamorados.
2. El enemigo buscaba un área de debilidad en
Jesús, sabiendo que llevaba 40 días en ayuno era obvio que tendría hambre
(Jesús fue 100% un ser humano en su ministerio y vida terrenal). Por ello es
que la tentación consistió en sugerirle comida.
3. Jesús no permitió que su mente se concentrara
en su hambre o en la comida sugerida por el diablo, el volteo a las Escrituras
para resistir la tentación.
4. El diablo continuó tentándole, Jesús seguía
recordándole lo que la Escritura dice.
5. Al no caer en tentación el diablo se apartó de
él.
En este relato vemos que Jesús por su propia cuenta no resistió la
tentación, no ejerció dominio propio independientemente del Espíritu, por el
contrario, estaba lleno de Él, y actuaba en total dependencia de Él, eso lo
llevo a concentrar sus pensamientos en DIOS y Su Palabra y no en las
tentaciones en sí, nada de lo que el diablo le dijo o hizo dio resultado
sencillamente porque Jesús tenia dominio propio total por el poder del Espíritu
Santo.
Es imposible que no tengamos tentaciones en este mundo caído. Santiago
1:12-15.
La victoria sobre la tentación y los pecados de la carne solo es posible
al poner nuestras mentes en Cristo. Colosenses 3:1-3.
Jamás podremos superar los pecados de la
carne por medio de determinación propia y auto disciplina, eso es mirar hacia
abajo y hacia dentro de nosotros mismos, cuando la biblia claramente dice que
la mirada es arriba en Cristo y Cristo al ejercer dominio en nosotros nos
llevara a ejercer el dominio propio o templanza.
Me gustó mucho este artículo. Gracias
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