lunes, 11 de marzo de 2019

El Evangelio De Juan 115: ¿Conoces A DIOS? Juan 17:1-3.


El día de hoy comenzaremos a escudriñar el capítulo diecisiete del evangelio del discípulo amado, el apóstol Juan, antes de entrar de lleno en la exposición de cada versículo, como lo hemos venido haciendo con los capítulos anteriores, primero vamos a exponer algunas observaciones preliminares a modo de introducción, esto con el fin de ampliar nuestra perspectiva en las palabras dichas por Jesús en estos versículos.

A.   Este capítulo está íntimamente relacionado con los discursos anteriores inmediatos.

No es una oración aislada o sin contexto alguno, de hecho, el mismo apóstol Juan nos hace notar la relación de esta oración con los discursos anteriores de Jesús, específicamente desde que tomaron la ultima cena hasta que les habló de que en el mundo tendrán aflicción, pero en él encontrarán gozo eterno, Juan lo hace resaltar al unir los párrafos con la frase estas cosas hablo Jesús y levantó sus ojos al cielo.

Es más, muchos vemos la oración de Jesús como la culminación de estos discursos, el broche de oro a tan trascendentes palabras, es la forma en que el Señor Jesús les da a entender a sus discípulos que las palabras de consuelo del capítulo 14, que las exhortaciones a permanecer del capítulo 15 y que las profecías del capítulo 16, tienen una base inamovible en el cielo mismo, que no son palabras al aire, que tienen un sustento directamente del Trono de DIOS. Aquí todo es seguro, pues este capítulo no contiene ni una frase condicional.

B.   Esta oración es de carácter único e irrepetible.

Esta oración de Jesús al Padre es conocida como la oración sumo sacerdotal, el Señor está en su oficio de sumo sacerdote, recordemos que el profeta era el representante de DIOS ante su pueblo, pero el sacerdote o en este caso el sumo sacerdote es el representante del pueblo ante su DIOS, y es precisamente esta tarea a la que avoca el Señor en este capítulo, interceder.

Si algo podemos imitar los cristianos hoy en día de esta gloriosa oración es que el propósito de nuestras oraciones debería ser para la Gloria de DIOS, y también muestra que deberíamos orar no sólo por nosotros mismos sino también por otros.

Sin embargo, en un sentido todavía más profundo, esta oración del gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, nunca puede ser modelo para nuestras oraciones. Es totalmente única. De esta oración Jesús nunca dijo: ustedes pues orarán así, como sí lo hizo con el Padre Nuestro. Esta oración es única en los siguientes aspectos:

·         Su Autor es la segunda persona de la Trinidad, que ha asumido la naturaleza humana. En esta ocasión no habla en plural Padre nuestro.

·         Es una oración inter trinitaria, es decir es exclusiva de los miembros de la Trinidad, en este caso de la Segunda persona a la primera persona de la Trinidad, del Verbo al Padre.

·         No contiene ni una sola confesión de pecado; antes bien, lo contrario. La oración se caracteriza por la conciencia del Hijo de su perfecta obediencia a la voluntad del Padre.

C.   Sus divisiones.

La oración sumo sacerdotal en sí es una unidad, no son dos o tres oraciones. La misión de Jesucristo y de sus seguidores en la tierra, para la gloria de Dios, es el tema constante. Sin embargo, si bien la oración revela una unidad maravillosa, una unidad tan orgánica y real que los comentaristas no están de acuerdo respecto a donde termina una parte y comienza la siguiente, se disciernen tres movimientos o divisiones orgánicas:

·         Primero, Jesús ruega por sí mismo (versículos 1–5; según otros: 1–8).
·         En segundo lugar, por los apóstoles (versículos 6–19; según otros: 9–19).
·         En tercer lugar, por a la Iglesia Universal (versículos 20–26).

Con esto en mente, además de saber que ahora estamos a escasos minutos, tal vez 10 o máximo 15 minutos del arresto del Señor Jesús, comencemos a escudriñar los primeros tres versículos de esta maravillosa oración, en estos versos seremos confrontados con una verdad central para todo cristiano: Conocer a DIOS.

Juan 17:1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti.

Ya aclaramos que Juan, al escribir estas cosas es porque estaba conectando directamente las enseñanzas de Jesús desde que salieron del aposento alto hasta este momento, sabemos que es una oración al Padre por la descripción de Juan: levantando los ojos al cielo, levantar los ojos al cielo era la posición común al orar, y también muy apropiada, por cuanto Aquel a quien se dirigía tiene su trono en el cielo.

La expresión, la hora ha llegado muestra una vez más que Jesús está consciente del hecho de que para cada episodio en el gran plan de redención y hasta para cada hecho de la historia en general, hay un momento para su cumplimiento, ese momento lo ha decretado DIOS desde la eternidad pasada.

Por el contexto se puede notar que Jesús pensaba no sólo en la hora de su muerte sino en la de la consumación total de su ministerio terrenal:

·         Muerte.
·         Resurrección.
·         Ascensión.
·         Coronación.

Tenía en mente toda su ida al Padre. En el pensamiento de Jesús, van juntos el sufrimiento y la gloria consiguiente, tal como lo explico con la alegoría de la mujer de parto.

La muerte de Cristo fue de tal carácter que su resurrección, ascensión y coronación tenían que seguirla; en consecuencia, la hora se refiere a los cuatro eventos. Esta no fue la primera vez que Jesús se había referido a dicha hora. La diferencia era que antes había dicho que todavía no había llegado, en cambio ahora había llegado. 7:30. 8:20.

Esta hora era el momento de crisis. Era la hora en que el Hijo del Hombre concluiría sus labores llevando a cabo el sacrificio expiatorio único por el pecado del género humano; la hora de cumplir profecías, tipos y símbolos anunciados cientos de años antes; llegó la hora del triunfo sobre el príncipe del mundo; llegó la hora de iniciar una nueva era, la de la gracia.

Jesús prosigue: Glorifica a tu Hijo, para que también el Hijo te glorifique a ti.

Por todo el contexto sabemos que el significado es: Concede que, por medio de mi ida total a ti, por medio de mi muerte, resurrección, ascensión, coronación yo pueda ser glorificado, y que tú puedas ser glorificado por mí.

¿Por qué la cruz glorifica la Hijo y al Padre?

Porque en la cruz, que es la culminación de la gran obra de redención diseñada por DIOS para salvar a su pueblo, el Verbo manifestó su perfecta obediencia Al Padre, su amor infinito por los pecadores, y su poder sobre el príncipe de este mundo.

Es en este sublime acto de obediencia que el Padre es glorificado pues se cumplió a la perfección su eterno plan de salvación y no hay mayor gloria que obedecer a DIOS, por ello es que la obediencia en la cruz glorifica la Padre y al Hijo.

Además, cuando Jesús agrega, para que tu Hijo te glorifique a ti, muestra que su oración no es egoísta. Jesús desea ser glorificado para que por medio de esta gloria pueda glorificar al Padre, una vez más vemos la perfecta armonía que hay en la Trinidad.

El Señor Jesús continúa orando y dice: 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

La expresión toda carne es un hebraísmo que realza la debilidad del hombre, tal como él es por naturaleza, esa fue la forma en que los exhortó cuando se fue a orar y sus discípulos no pudieron velar con él: la carne es débil. Mateo 26:41.

La segunda frase: para que dé vida eterna a todos los que le diste (al Hijo), nos indica que Jesús no habla de todos los seres humanos sin excepción, sino que, sin distinción de lengua, tribu, pueblo y nación, Juan lo plasma más explícitamente en Apocalipsis 5:9.

Es pocas palabras, estamos ante un verso donde la doctrina de la Expiación limitada es claramente expuesta. Este verso nos dice que el Señor Jesucristo tiene el poder sobre de la unidad de la débil raza humana para de entre todos, salvar a los que el padre eligió, lo podemos parafrasear como: mi sacrificio es suficiente para todos, pero eficiente solo para los elegidos.

El Señor Jesús liga su oración por los elegidos para salvación con la vida eterna: 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

El versículo 3 muestra cómo se manifiesta y cuán maravillosa es la vida eterna, por medio de la cual tanto el Padre como el Hijo son glorificados y se manifiesta en el verdadero conocimiento precisamente del Padre y del Hijo.

La vida eterna no empieza al morir e ir al cielo y entrar en la Gloria, la vida eterna comienza cuando por su gracia DIOS nos hace nacer de nuevo, el tiempo que estamos en este mundo entre nuestra nueva vida y el ir al cielo es solo un tiempo de ensayo, de preparación para lo que vamos a hacer en la eternidad: CONOCER MÁS Y MÁS A DIOS.

Conocer al Padre y a Jesucristo porque él es el único camino al Padre; se refiere no a un conocimiento meramente abstracto e intelectual, sino a un reconocimiento gozoso de todos y cada uno de sus atributos: Su amor por su puesto, pero también Su Ira Santa, Su Santidad, Su Justicia, Su Fidelidad, Su Gracia y Misericordia, Su Supremacía y Soberanía, etc.

su soberanía, aceptación alegre de su amor, y comunión íntima con su persona (a través de la Escritura, o sea, a través de su Palabra a nosotros; y por medio de la oración, es decir, por medio de nuestras palabras dirigidas a él).

Sin embargo, la percepción que la mayoría de los cristianos tienen de DIOS mucha de las veces ha sido una percepción equivocada, debido en parte porque la mayor parte de nuestra teología está basada en nuestros propios conceptos y no en la palabra bendita de DIOS.

Esto no es nuevo, desde siempre el ser humano se ha planteado preguntas como:

·         ¿Quién es DIOS?
·         ¿Cómo es Él?
·         ¿Qué forma tiene?
·         ¿Por qué nos formó y nos dio vida?
·         ¿Cómo podemos agradarle o adorarle?
·         ¿Qué plan o propósito da a nuestras vidas?

Sin embargo, por no buscar en el lugar correcto se han dado un sinfín de respuestas fantasiosas o simplemente erradas y por desgracia LOS CRISTIANOS ESTAMOS IGUAL QUE MUCHOS PAGANOS en este aspecto: 1ª Corintios 15.34.

Los cristianos no obedecemos a DIOS porque no le conocemos, ¿Qué no se obedece a DIOS por amor? Sí, pero no se puede amar a quien NO se conoce.

Ya entendimos que la obediencia perfecta del Señor Jesús es lo que mayor Gloria ha dado al Padre, nosotros estamos diseñados para glorificar al Padre también, recuerda que nuestro propósito de vida más elevado es ser como Cristo, y la obediencia a DIOS es fundamental para lograrlo. Pero fallamos estrepitosamente en esa área de nuestras vidas, simplemente porque no conocemos al DIOS que queremos obedecer.

No conocer íntimamente por medio de la Escritura a DIOS y al Señor Jesucristo da como consecuencia no amarlos profundamente y la falta de amor y profunda devoción da como consecuencia el no obedecerle ya lo dijo Jesús en Juan 14:15 si me aman guardarán mis mandamientos, pero no le amamos porque simplemente no nos interesa conocerlo.

NO conocer a DIOS en la totalidad de sus atributos tiene por consecuencia No tener temor de Él y eso acarrea el no obedecerle: Proverbios 16:6. Asistir a la iglesia, servir en un ministerio, dar dinero o apoyar de cualquier forma o pastorear una iglesia, NO es ninguna garantía de conocer a DIOS: 1ª Samuel 2.12. Recientemente sonó mucho la noticia de un pastor ATEO.

Ryan Bell, él es un ex-pastor Adventista del Séptimo Día y profesor de Seminario, que decidió dimitir de su pastorado con el fin de vivir su vida sin Dios durante al menos doce meses. Sobra decir que tanto las Escuelas Bíblicas donde enseñaba - Azuza Pacific University y el Seminario Fuller - se negaron a renovar su contrato. Bell ha admitido que entendía su decisión.

Entonces, ¿Qué supone que es vivir sin Dios durante un año? Bueno, aquí lo tienes de su propia boca: "Voy a vivir como si Dios no existiera. No voy a orar, ni leer la Biblia en busca de inspiración...Voy a hacer todo lo que pueda para entrar al mundo del ateísmo y vivir, durante un año, como un ateo. Es importante hacer la distinción de que no soy un ateo. Al menos no todavía. No estoy seguro de lo que soy. Eso es parte de lo que pretendo en este año".

Si nos decimos cristianos solo por el hecho de simpatizar con algunas enseñanzas de Jesús, o porque reconocemos nuestra necesidad de Él para ser salvos, pero aun vivimos en una vida desordenada y en desenfreno de pecado (no que no pequemos nunca más) es PORQUE NO CONOCEMOS A DIOS, El DIOS de la Escritura tiene un carácter completo Él es 100% bondad y al mismo tiempo es 100% severo. Romanos 11.22.

Nos hemos preguntado alguna vez

·         ¿Por qué no nos gusta orar?
·         ¿Por qué pasa tan lento el tiempo de oración?
·         ¿Por qué me cuesta trabajo adorar a DIOS en la congregación?
·         ¿Por qué no es un deleite leer la biblia a diario, siempre? 
·         En pocas palabras ¿Por qué no puedo intimar de verdad con DIOS?

La respuesta a todas es solo una, NO CONOCEMOS A DIOS y cuando no conocemos alguien nos es difícil pasar tiempo y mucho más tener intimidad con Él.

En los púlpitos modernos se habla de todo: unción, gloria, dones, milagros, auto ayuda, superación, alcanzar las metas, prosperar en esta vida, guerra espiritual, ángeles y demonios, liberación, restauración, PERO NO SE HABLA DE DIOS como tal. Se ha llegado al extremo de llevar el mundo a las iglesias: ostentosos juegos de luces, espectáculos, robots, obras de teatro, cristo-tecas, psicología, superación personal, mimos, payasos, magos, cantantes de todo tipo, shows de entretenimiento, lo cual no todo es malo en sí mismo, sin embargo, se usan pues es más fácil mantener así contentas a las personas de las congregaciones EN LUGAR DE LLEVARLOS POR MEDIO DE LA BIBLIA A CONOCER A DIOS.

Lamentablemente las librerías “cristianas” están saturadas de libros tipo auto ayuda:

·         Los 7 pasos para ser santo
·         Los 5 secretos de la santidad
·         Las 10 formas de no caer en la tentación
·         9 pasos para una vida cristiana victoriosa.
·         Etc.

Y se venden como decimos en México “como pan caliente” porque lamentablemente NO conocemos a DIOS y creemos que será más fácil buscar en otro lado que en DIOS mismo.

¿De verdad nos alegra el saber que estaremos en la eternidad con DIOS? ¿Sinceramente nos emociona el saber que iremos al cielo a su presencia? O ¿solo sentimos alivio de que no iremos al infierno? Tu respuesta revela cuanto conoces, amas y obedeces por consecuencia a DIOS. Oseas 6:6.



Conocer a DIOS por medio de sus atributos que encontramos en su Palabra debe ser nuestra más grande prioridad de ahora en adelante. Isaías 57:15.



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