El día de hoy comenzaremos a escudriñar el capítulo
diecisiete del evangelio del discípulo amado, el apóstol Juan, antes de entrar
de lleno en la exposición de cada versículo, como lo hemos venido haciendo con
los capítulos anteriores, primero vamos a exponer algunas observaciones
preliminares a modo de introducción, esto con el fin de ampliar nuestra
perspectiva en las palabras dichas por Jesús en estos versículos.
A.
Este
capítulo está íntimamente relacionado con los discursos anteriores inmediatos.
No es una oración aislada o sin contexto alguno, de
hecho, el mismo apóstol Juan nos hace notar la relación de esta oración con los
discursos anteriores de Jesús, específicamente desde que tomaron la ultima cena
hasta que les habló de que en el mundo tendrán aflicción, pero en él
encontrarán gozo eterno, Juan lo hace resaltar al unir los párrafos con la
frase estas cosas hablo Jesús y levantó
sus ojos al cielo.
Es más, muchos vemos la oración de Jesús como la
culminación de estos discursos, el broche
de oro a tan trascendentes palabras, es la forma en que el Señor Jesús les
da a entender a sus discípulos que las palabras de consuelo del capítulo 14,
que las exhortaciones a permanecer del capítulo 15 y que las profecías del capítulo
16, tienen una base inamovible en el cielo mismo, que no son palabras al aire,
que tienen un sustento directamente del Trono de DIOS. Aquí todo es seguro,
pues este capítulo no contiene ni una frase condicional.
B.
Esta
oración es de carácter único e irrepetible.
Esta oración de Jesús al Padre es conocida como la oración sumo sacerdotal, el Señor está
en su oficio de sumo sacerdote, recordemos que el profeta era el representante
de DIOS ante su pueblo, pero el sacerdote o en este caso el sumo sacerdote es
el representante del pueblo ante su DIOS, y es precisamente esta tarea a la que
avoca el Señor en este capítulo, interceder.
Si algo podemos imitar los cristianos hoy en día de
esta gloriosa oración es que el propósito de nuestras oraciones debería ser
para la Gloria de DIOS, y también muestra que deberíamos orar no sólo por nosotros
mismos sino también por otros.
Sin embargo, en un sentido todavía más profundo, esta
oración del gran Sumo Sacerdote, Jesucristo, nunca puede ser modelo para nuestras
oraciones. Es totalmente única. De esta oración Jesús nunca dijo: ustedes pues orarán así, como sí lo hizo
con el Padre Nuestro. Esta oración es
única en los siguientes aspectos:
·
Su Autor es la segunda persona de la Trinidad, que ha
asumido la naturaleza humana. En esta ocasión no habla en plural Padre nuestro.
·
Es una oración inter
trinitaria, es decir es exclusiva de los miembros de la Trinidad, en este
caso de la Segunda persona a la primera persona de la Trinidad, del Verbo al
Padre.
·
No contiene ni una sola confesión de pecado; antes
bien, lo contrario. La oración se caracteriza por la conciencia del Hijo de su
perfecta obediencia a la voluntad del Padre.
C.
Sus
divisiones.
La oración sumo sacerdotal en sí es una unidad, no son
dos o tres oraciones. La misión de Jesucristo y de sus seguidores en la tierra,
para la gloria de Dios, es el tema constante. Sin embargo, si bien la oración
revela una unidad maravillosa, una unidad tan orgánica y real que los comentaristas
no están de acuerdo respecto a donde termina una parte y comienza la siguiente,
se disciernen tres movimientos o divisiones orgánicas:
·
Primero, Jesús ruega por sí mismo (versículos 1–5;
según otros: 1–8).
·
En segundo lugar, por los apóstoles (versículos 6–19;
según otros: 9–19).
·
En tercer lugar, por a la Iglesia Universal
(versículos 20–26).
Con esto en mente, además de saber que ahora estamos a
escasos minutos, tal vez 10 o máximo 15 minutos del arresto del Señor Jesús,
comencemos a escudriñar los primeros tres versículos de esta maravillosa
oración, en estos versos seremos confrontados con una verdad central para todo
cristiano: Conocer a DIOS.
Juan 17:1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo:
Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te
glorifique a ti.
Ya aclaramos que Juan, al escribir estas cosas es porque estaba conectando
directamente las enseñanzas de Jesús desde que salieron del aposento alto hasta
este momento, sabemos que es una oración al Padre por la descripción de Juan: levantando los ojos al cielo, levantar
los ojos al cielo era la posición común al orar, y también muy apropiada, por
cuanto Aquel a quien se dirigía tiene su trono en el cielo.
La expresión, la
hora ha llegado muestra una vez más que Jesús está consciente del hecho de
que para cada episodio en el gran plan de redención y hasta para cada hecho de
la historia en general, hay un momento para su cumplimiento, ese momento lo ha
decretado DIOS desde la eternidad pasada.
Por el contexto se puede notar que Jesús pensaba no
sólo en la hora de su muerte sino en la de la consumación total de su
ministerio terrenal:
·
Muerte.
·
Resurrección.
·
Ascensión.
·
Coronación.
Tenía en mente toda su ida al Padre. En el pensamiento
de Jesús, van juntos el sufrimiento y la gloria consiguiente, tal como lo
explico con la alegoría de la mujer de
parto.
La muerte de Cristo fue de tal carácter que su
resurrección, ascensión y coronación tenían que seguirla; en consecuencia, la
hora se refiere a los cuatro eventos. Esta no fue la primera vez que Jesús se
había referido a dicha hora. La diferencia era que antes había dicho que
todavía no había llegado, en cambio ahora había llegado. 7:30. 8:20.
Esta hora era el momento de crisis. Era la hora en que
el Hijo del Hombre concluiría sus labores llevando a cabo el sacrificio expiatorio
único por el pecado del género humano; la hora de cumplir profecías, tipos y
símbolos anunciados cientos de años antes; llegó la hora del triunfo sobre el
príncipe del mundo; llegó la hora de iniciar una nueva era, la de la gracia.
Jesús prosigue: Glorifica
a tu Hijo, para que también el Hijo te glorifique a ti.
Por todo el contexto sabemos que el significado es: Concede que, por medio de mi ida total a ti,
por medio de mi muerte, resurrección, ascensión, coronación yo pueda ser
glorificado, y que tú puedas ser glorificado por mí.
¿Por qué la cruz glorifica la Hijo y al Padre?
Porque en la cruz, que es la culminación de la gran
obra de redención diseñada por DIOS para salvar a su pueblo, el Verbo manifestó
su perfecta obediencia Al Padre, su amor infinito por los pecadores, y su poder
sobre el príncipe de este mundo.
Es en este sublime acto de obediencia que el Padre es
glorificado pues se cumplió a la perfección su eterno plan de salvación y no
hay mayor gloria que obedecer a DIOS, por ello es que la obediencia en la cruz
glorifica la Padre y al Hijo.
Además, cuando Jesús agrega, para que tu Hijo te glorifique a ti, muestra que su oración no es egoísta.
Jesús desea ser glorificado para que por medio de esta gloria pueda glorificar
al Padre, una vez más vemos la perfecta armonía que hay en la Trinidad.
El Señor Jesús continúa orando y dice: 2 como le has dado potestad sobre toda
carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
La expresión toda
carne es un hebraísmo que realza la debilidad del hombre, tal como él es
por naturaleza, esa fue la forma en que los exhortó cuando se fue a orar y sus
discípulos no pudieron velar con él: la
carne es débil. Mateo 26:41.
La segunda frase: para
que dé vida eterna a todos los que le diste (al Hijo), nos indica que Jesús
no habla de todos los seres humanos sin excepción, sino que, sin distinción de
lengua, tribu, pueblo y nación, Juan lo plasma más explícitamente en Apocalipsis 5:9.
Es pocas palabras, estamos ante un verso donde la
doctrina de la Expiación limitada es
claramente expuesta. Este verso nos dice que el Señor Jesucristo tiene el poder
sobre de la unidad de la débil raza humana para de entre todos, salvar a los
que el padre eligió, lo podemos parafrasear como: mi sacrificio es suficiente
para todos, pero eficiente solo para los elegidos.
El Señor Jesús liga su oración por los elegidos para
salvación con la vida eterna: 3 Y esta
es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo,
a quien has enviado.
El versículo 3 muestra cómo se manifiesta y cuán maravillosa
es la vida eterna, por medio de la cual tanto el Padre como el Hijo son
glorificados y se manifiesta en el verdadero conocimiento precisamente del
Padre y del Hijo.
La vida eterna no empieza al morir e ir al cielo y entrar en la Gloria,
la vida eterna comienza cuando por su gracia DIOS nos hace nacer de nuevo, el
tiempo que estamos en este mundo entre nuestra nueva vida y el ir al cielo es
solo un tiempo de ensayo, de preparación para lo que vamos a hacer en la
eternidad: CONOCER MÁS Y MÁS A DIOS.
Conocer al Padre y a Jesucristo porque él es el único
camino al Padre; se refiere no a un conocimiento meramente abstracto e
intelectual, sino a un reconocimiento gozoso de todos y cada uno de sus
atributos: Su amor por su puesto, pero también Su Ira Santa, Su Santidad, Su
Justicia, Su Fidelidad, Su Gracia y Misericordia, Su Supremacía y Soberanía,
etc.
su soberanía, aceptación alegre de su amor, y comunión
íntima con su persona (a través de la Escritura, o sea, a través de su Palabra
a nosotros; y por medio de la oración, es decir, por medio de nuestras palabras
dirigidas a él).
Sin embargo, la percepción que la mayoría de los cristianos tienen de
DIOS mucha de las veces ha sido una percepción equivocada, debido en parte
porque la mayor parte de nuestra teología está basada en nuestros propios
conceptos y no en la palabra bendita de DIOS.
Esto no es nuevo, desde siempre el ser humano se ha planteado preguntas
como:
·
¿Quién es DIOS?
·
¿Cómo es Él?
·
¿Qué forma tiene?
·
¿Por qué nos formó y nos dio vida?
·
¿Cómo podemos agradarle o adorarle?
·
¿Qué plan o propósito da a nuestras vidas?
Sin embargo, por no buscar en el lugar correcto se han dado un sinfín de
respuestas fantasiosas o simplemente erradas y por desgracia LOS CRISTIANOS
ESTAMOS IGUAL QUE MUCHOS PAGANOS en este aspecto: 1ª Corintios 15.34.
Los
cristianos no obedecemos a DIOS porque no le conocemos, ¿Qué no se obedece a
DIOS por amor? Sí, pero no se puede amar a quien NO se conoce.
Ya entendimos que la obediencia perfecta del Señor Jesús es lo que mayor
Gloria ha dado al Padre, nosotros estamos diseñados para glorificar al Padre
también, recuerda que nuestro propósito de vida más elevado es ser como Cristo,
y la obediencia a DIOS es fundamental para lograrlo. Pero fallamos
estrepitosamente en esa área de nuestras vidas, simplemente porque no conocemos
al DIOS que queremos obedecer.
No conocer íntimamente por medio de la Escritura a DIOS y al Señor
Jesucristo da como consecuencia no amarlos profundamente y la falta de amor y
profunda devoción da como consecuencia el no obedecerle ya lo dijo Jesús en Juan 14:15 si me aman guardarán mis
mandamientos, pero no le amamos porque simplemente no nos interesa
conocerlo.
NO conocer a DIOS en la totalidad de sus atributos tiene por
consecuencia No tener temor de Él y eso acarrea el no obedecerle: Proverbios 16:6. Asistir a la iglesia,
servir en un ministerio, dar dinero o apoyar de cualquier forma o pastorear una
iglesia, NO es ninguna garantía de conocer a DIOS: 1ª Samuel 2.12. Recientemente sonó mucho la noticia de un pastor ATEO.
Ryan Bell,
él es un ex-pastor Adventista del Séptimo Día y profesor de Seminario, que
decidió dimitir de su pastorado con el fin de vivir su vida sin Dios durante al
menos doce meses. Sobra decir que tanto las Escuelas Bíblicas donde enseñaba -
Azuza Pacific University y el Seminario Fuller - se negaron a renovar su
contrato. Bell ha admitido que entendía su decisión.
Entonces, ¿Qué
supone que es vivir sin Dios durante un año? Bueno, aquí lo tienes de su propia
boca: "Voy a vivir como si Dios no existiera. No voy a orar, ni leer la
Biblia en busca de inspiración...Voy a hacer todo lo que pueda para entrar al
mundo del ateísmo y vivir, durante un año, como un ateo. Es importante hacer la
distinción de que no soy un ateo. Al menos no todavía. No estoy seguro de lo
que soy. Eso es parte de lo que pretendo en este año".
Si nos decimos cristianos solo por el hecho de simpatizar con algunas
enseñanzas de Jesús, o porque reconocemos nuestra necesidad de Él para ser salvos,
pero aun vivimos en una vida desordenada y en desenfreno de pecado (no que no
pequemos nunca más) es PORQUE NO CONOCEMOS A DIOS, El DIOS de la Escritura
tiene un carácter completo Él es 100% bondad y al mismo tiempo es 100% severo. Romanos 11.22.
Nos hemos preguntado alguna vez
·
¿Por qué no nos gusta orar?
·
¿Por qué pasa tan lento el tiempo de oración?
·
¿Por qué me cuesta trabajo adorar a DIOS en la congregación?
·
¿Por qué no es un deleite leer la biblia a diario, siempre?
·
En pocas palabras ¿Por qué no puedo intimar de verdad con DIOS?
La respuesta a todas es solo una, NO CONOCEMOS A DIOS y cuando no conocemos
alguien nos es difícil pasar tiempo y mucho más tener intimidad con Él.
En los púlpitos modernos se habla de todo: unción, gloria, dones,
milagros, auto ayuda, superación, alcanzar las metas, prosperar en esta vida,
guerra espiritual, ángeles y demonios, liberación, restauración, PERO NO SE
HABLA DE DIOS como tal. Se ha llegado al extremo de llevar el mundo a las
iglesias: ostentosos juegos de luces, espectáculos, robots, obras de teatro,
cristo-tecas, psicología, superación personal, mimos, payasos, magos, cantantes
de todo tipo, shows de entretenimiento, lo cual no todo es malo en sí mismo,
sin embargo, se usan pues es más fácil mantener así contentas a las personas de
las congregaciones EN LUGAR DE LLEVARLOS POR MEDIO DE LA BIBLIA A CONOCER A
DIOS.
Lamentablemente las librerías “cristianas” están saturadas de libros
tipo auto ayuda:
·
Los 7 pasos para ser santo
·
Los 5 secretos de la santidad
·
Las 10 formas de no caer en la tentación
·
9 pasos para una vida cristiana victoriosa.
·
Etc.
Y se venden como decimos en México “como pan caliente” porque
lamentablemente NO conocemos a DIOS y creemos que será más fácil buscar en otro
lado que en DIOS mismo.
¿De verdad
nos alegra el saber que estaremos en la eternidad con DIOS? ¿Sinceramente nos
emociona el saber que iremos al cielo a su presencia? O ¿solo sentimos alivio
de que no iremos al infierno? Tu respuesta revela cuanto conoces, amas y obedeces por consecuencia a
DIOS. Oseas 6:6.
Conocer a
DIOS por medio de sus atributos que encontramos en su Palabra debe ser nuestra
más grande prioridad de ahora en adelante. Isaías 57:15.
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