Al mismo tiempo que el Señor Jesús es juzgado por las
autoridades eclesiásticas, Pedro, ve llegar el fin de su coraje y
autosuficiencia cuando, un par de niñas y un puñado de hombres intrascendentes
lo intimidan al grado de hacerlo negar en 3 ocasiones al Señor de su vida.
Lo trágico es que la forma en que lo hiso fue en
aumento, primero solamente negó conocer al Señor, después puso a DIOS por
testigo que no conocía a ese hombre, por
ultimo invoco para sí maldición con DIOS como testigo, definitivamente la
intervención providencial del gallo salvó a pedro de hacer aun peores locuras,
en ese instante, al cruzar su mirada con la del Señor, recordó vívidamente que
este evento fue profetizado horas antes y salió a llorar amarga y
profundamente, como solo él podría hacerlo.
Mientras Pedro sale del palacio de Caifás, Jesús está
siendo sentenciado a morir por el sanedrín, de hecho, el juicio solo era el
pretexto para darle tintes de legalidad al asunto de su vil y artera venganza, pero
ellos no pueden aplicar la pena de muerte, lo tiene prohibido por el gobierno
romano que los tiene dominados, así que tiene que enviarlo a Poncio Pilato para
poder hacer oficial su sentencia de muerte.
1. Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del
pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte. 2. Y le
llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.
Pero en este evento nos enfocaremos la próxima semana,
el día de hoy nos adentraremos en otro evento que se está suscitando
simultáneamente, mientras Jesús es enviado con el gobernador Pilato, un hombre
lleno de remordimiento fue a ver al sanedrín para tratar de aliviar su
conciencia que no le dejaba de reprochar su vil traición. Este relato es
exclusivo del evangelio de Mateo, aunque si lo encontramos fuera, pero no en
otro evangelio, sino narrado por Lucas en el libro de los Hechos. Hechos 1:16-20.
En nuestro estudio de bibliología ya dejamos en claro
que no hay ninguna contradicción, desde hace casi 1500 años estos pasajes
complementarios han sido motivo para que los detractores del cristianismo insistan
en que la biblia tiene errores y contradicciones, lo cual es completamente
falso, la autoridad divina de la Escritura es lo que la sitúa por encima de
todos y cada uno de los demás escritos del mundo a lo largo de la historia.
Simplemente es un relato complementario, Judas, salió,
se ahorcó y en el proceso, la soga reventó, cayó de cabeza sobre unos peñascos,
motivo por el cual sus entrañas fueron derramadas, una horrible forma de morir,
para un horrible ser humano.
No es el tema del día de hoy, por lo tanto, solo
mencionaré que tengo una enseñanza en mi canal de You Tube llamada ¿Qué dice la biblia del suicidio? Ahí
aclaramos las dudas que surgen de este tema con una cosmovisión bíblica.
Nos apegaremos a escudriñar solo el relato de Mateo: 3. Entonces Judas, el que le había
entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de
plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, 4 diciendo: Yo he pecado
entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros?
¡Allá tú!
No se dice exactamente cuándo fue que Judas se llenó
de remordimiento la palabra arrepentido aquí
es del griego metamélomai (μεταμέλομαι, G3338), se traduce mejor como lamento
o pesar.
Pero el texto deja la impresión de que fue
inmediatamente después de saber que Jesús había sido sentenciado a muerte. Puede
ser que haya corrido hacia los principales sacerdotes y los ancianos en el
momento mismo en que se formaba la procesión para llevar a Jesús al pretorio.
Judas se llenó de remordimiento. Se cargó de
autorreproches. No significa que, de habérsele dado la oportunidad, habría
confesado su pecado al Salvador pidiéndole perdón. No había experimentado un
cambio básico de corazón y mente. Pero el sentimiento de culpa y de temor de lo
que podría traerle como resultado a él mismo le imposibilitó el enfrentarse con
el futuro. Así que corre hacia los principales sacerdotes y los ancianos y les
devuelve las treinta piezas de plata mientras llora: He pecado entregando sangre inocente. No debemos apresurarnos a formarnos
una opinión muy favorable de este remordimiento de Judas.
Orígenes opinaba que el pesar del traidor, un pesar
muy grande, fue el resultado de la enseñanza de Jesús. Más bien su
remordimiento se parecía al sentimiento de Caín en Génesis 4:14. Pero sea como fuere, los principales sacerdotes y los
ancianos no estaban muy dispuestos a cooperar con el traidor.
Leemos: 4b Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a
nosotros? ¡Allá tú! Debe haber sido con sublime desconsideración, con
desprecio y repugnancia que ellos pronunciaron estas palabras. Judas ya les
había servido para lo que querían. Ya no querían más tratos con él; tampoco
querían en este momento en particular tener nada que ver con este dinero de sangre.
Desesperado, Judas ahora se dirige al templo: 5. Y arrojando las piezas de plata en el
templo, salió, y fue y se ahorcó.
El arrojar las monedas es la acción de un hombre desesperado.
No se sabe exactamente en qué parte del templo cayeron. Algunos intérpretes opinan
que la plata fue arrojada dentro del santuario, que comprende el Lugar Santo y
el Lugar Santísimo. Según esta teoría, el traidor arrojó la bolsa con la plata
a la entrada del Lugar Santo.
Pero el v. 6 parecería apoyar la teoría de que Judas
arrojó las monedas en la tesorería.
Junto al muro en el patio de las mujeres había trece arcas en forma de
trompetas en las cuales la gente depositaba sus ofrendas, sea tributo o
donación voluntaria, para las diversas causas religiosas.
A este patio se llamaba a veces la tesorería. Juan 8:20.
Podemos imaginar a Judas, emocional-mente perturbado, arrojando estas monedas,
ya sean sueltas o más probablemente en la bolsa, hacia el patio. Si la cuerda
de la bolsa estaba desatada, muy probablemente rodó el dinero ruidosamente por
el piso y se dispersó en todas direcciones. Habiendo devuelto el dinero el traidor
partió. Entonces se fue y se ahorcó.
6. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No
es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.
Esto suena como si estos sacerdotes encargados del
cuidado del templo estuvieran diciendo: Lo
que Judas intentaba no puede hacerse. Usar ese dinero manchado para fines
sagrados sería ilegal. Deuteronomio 23:18.
No debe ser puesto en la qorbana
(arameo) o tesorería del templo.
El solo pensamiento de precio de sangre es repugnante a estos hipócritas disfrazados de santos.
El hecho de que ellos mismos hubieran, en un sentido, creado este dinero no parece preocuparles en lo más mínimo.
Estos hombres podían ser muy concienzudos cuando se
llegaba al cumplimiento meticuloso de la ley en asuntos que no dañaran lo que
ellos consideraban como su propio interés personal. En cuestiones mucho más
importantes, tales como la justicia, la
misericordia y la fidelidad, no eran tan escrupulosos. Mateo 23:23.
No les importaba en forma alguna pagar precio de
sangre para echar manos a su enemigo y asesinarlo. En este aspecto estos
sacerdotes se parecían a los escribas y los fariseos como sepulcros blanqueados.
Mateo 23.
El resultado de sus deliberaciones acerca de las
treinta piezas de plata se relata en el v. 7.
Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para
sepultura de los extranjeros.
Ellos deciden usar este dinero para una causa que no
está directamente relacionada con el templo y su mantenimiento o con algún otro
proyecto estrictamente religioso. En cambio, usaron el dinero para la compra
del Campo del Alfarero también
mencionado por algunos como el Acre de
Cerámica. Esta expresión probablemente indique un campo del cual los
alfareros obtenían la arcilla, pero que se había agotado como una fuente de abastecimiento
y por eso se ofrecía en venta. Los sacerdotes, pues, tienen la intención de transformar
este desolado terreno en un lugar para sepultar a los extranjeros.
No solo era para aquellos que no pertenecían a su
nación, también estaban pensando especialmente en los judíos que vivían fuera
de la Tierra Santa y que venían a Jerusalén para asistir a una de las grandes
fiestas y que, sorprendidos por la muerte y sin amigos ni parientes, no tenían
quien les proporcionara los medios para un funeral.
De este modo el dinero de sangre, habiéndose ya usado
para el asesinato del Amigo de los pobres, ahora podía servir para ayudar a los
pobres mismos en su postrera necesidad. Pero si los sacerdotes pensaban que por
medio de esta buena obra podían
limpiar sus corazones y sus manos, estaban equivocados.
8. Por lo cual aquel campo se llama hasta
el día de hoy: Campo de sangre.
El significado aquí es evidentemente que este lugar
fue llamado Campo de Sangre porque
fue comprado con dinero de sangre. El nombre del campo entonces seguiría siendo
un continuo testimonio contra Judas, los sacerdotes y todos los que habían
estado de acuerdo con ellos.
Hay quienes interpretan Hechos 1:18 como que significa que el campo derivó su nombre de la circunstancia
que la sangre de Judas fue derramada allí. Si el pasaje en Hechos realmente da a
entender esto, no hay conflicto con Mateo
27:8, porque las dos razones no son irreconciliables.
Desde el siglo cuarto d. C. se sabido la ubicación exacta
de campo, se encuentra al sur de la ciudad en el Valle de Hinnom cerca de la
unión de éste con el Valle de Cedrón.
9. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y
tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto
por los hijos de Israel; 10 y las dieron para el campo del alfarero, como me
ordenó el Señor.
El texto es de Zacarías
11:13 y de Jeremías 19:2-11, Mateo
solo menciona a Jeremías porque la costumbre era mencionar al profeta de mayor
trascendencia. Sin embargo, el punto principal que hay que tener presente es
que también en el suicidio del traidor y en la compra de un campo con el dinero
de sangre se está cumpliendo nuevamente la profecía y se lleva a cabo el plan
de Dios.
El punto que deseo tratar el día de hoy, es el motivo
pro el cual no dejamos para después este episodio, sino que a propósito lo
escudriñamos inmediatamente después de la triple negación de Pedro. ¿Cuál es la
diferencia entre pedro y Judas? ¿Por qué Pedro es restaurado a su apostolado y
Judas termina suicidándose?
La diferencia es la misma que hay entre arrepentimiento y remordimiento.
El arrepentimiento es un
cambio radical en la naturaleza del corazón de las personas, en cuanto al tema
del pecado. Todos nacimos en pecado. Por naturaleza amamos el pecado. Nos
entregamos al pecado tan pronto como podemos actuar o pensar, al igual que un pájaro
puede volar, y un pez nadar.
Nunca existió un niño que
necesitara ir a la escuela o recibir instrucción para que aprendiera la
falsedad, egoísmo, cólera, voluntad propia, glotonería, soberbia y necedad.
Estas cosas no son adquiridas por medio de malas compañías, o aprendidas
gradualmente por un largo curso de instrucción. Brotan por sí mismas, aun
cuando niños o niñas son criados como hijos únicos.
La semilla en ellos es
evidentemente el producto natural del corazón. La capacidad de los niños para
hacer cosas malas son prueba irrefutable de la corrupción y caída del hombre.
Ahora cuando nuestro corazón es trasformado por el Espíritu Santo, cuando este
amor natural al pecado es arrojado afuera, entonces toma lugar el cambio que la
Palabra de Dios llama arrepentimiento.
Pero el genuino
arrepentimiento, como el que demostró Pedro, nada tiene que ver con el simple
remordimiento y el temor a las consecuencias que mostró Judas, hay al menos 3
diferencias entre la actitud de Pedro y la de Judas, si no tiene estas 3
características, tu arrepentimiento por tus pecados NO es genuino, así que
escucha bien los próximos minutos, porque es mucho lo que esta en juego: tu
destino eterno.
I.
El verdadero
Arrepentimiento Comienza con un Conocimiento del Pecado.
El verdadero
arrepentimiento comienza con un conocimiento del pecado. Los ojos de la persona
arrepentida son abiertos. Ven con espanto y confusión lo largo y ancho de la
santa ley de Dios, y la extensión, la enorme extensión, de sus propias
transgresiones.
Descubre, para su
sorpresa, de que al creer de sí mismo como una " especie de buena
persona," y una persona con un "buen corazón," se dan cuenta que
han estado debajo de un enorme engaño. Se dan cuenta que, en realidad, son
malvados, y culpables, y corruptos, y perversos en los ojos de Dios.
Su orgullo es derrumbado.
Sus elevados pensamientos se esfuman. Se da cuenta de cuan enorme pecador es.
Este es el primer paso del verdadero arrepentimiento. Y por su puesto que Pedro
lo tuvo, salió a llorar amargamente cuando se dio cuenta de su vil acto de
negación, la convicción por el pecado lo tomó nuevamente, como el día en que
conoció a Jesús al bajar de la barca, no me sorprendería que esa imagen narrada
en Lucas 5 hubiera pasado por la
mente de Pedro en el momento en que su mirada se cruzó con la de su Señor.
Judas en cambio, nunca
sintió esa convicción por su pecado, solo le remordió en su conciencia que un
inocente muriese por su culpa, eso lo llenó de temor a las consecuencias, pero
no de una conciencia de que cometió pecado.
II.
El arrepentimiento
verdadero produce dolor por el pecado.
El verdadero
arrepentimiento obra dolor por el pecado. El corazón de una persona arrepentida
es tocado con un profundo remordimiento por sus transgresiones pasadas. Se
enfurecen al pensar que han vivido con tanta locura y maldad.
Se lamentan por la pérdida
de tiempo, por los talentos que desperdician, por haber deshonrado a Dios, por
haber herido su propia alma. El recuerdo de estas cosas es doloroso para ellos.
La carga de estas cosas es a veces casi insoportable.
Pedro mostro su dolor con
lágrimas, salidas directamente de su corazón por haber pecado deliberadamente,
Judas en cambio el único dolor que sintió fue por él mismo, por el miedo a
vivir consecuencias que no deseaba, por ello es que, en su desesperación, solo
atina a arrojar las monedas de plata en el templo, ese no es un acto de
arrepentimiento, solo es un acto desesperado de cobardía por el temor a ser
castigado.
III.
Arrepentimiento Verdadero
Produce una ruptura del Pecado.
El verdadero
arrepentimiento se manifiesta en una ruptura del pecado muy a fondo. La vida de
una persona arrepentida es alterada. El curso de su conducta diaria es cambiado
por completo. Lo que Dios manda es lo que ahora desea practicar, y lo que Dios
prohíbe es lo que ahora desea evitar.
Se esfuerza en todas las
formas de mantenerse alejado del pecado, de luchar contra el pecado, de hacer
guerra contra el pecado, para obtener la victoria sobre el pecado. Deja de
hacer el mal. Aprende a hacer bien. Se desprende bruscamente de sus malas
costumbres y de las malas compañías. trabaja, aunque sea débilmente, en vivir
una nueva vida.
Pedro tuvo la oportunidad
posteriormente, de alejarse de ese acto pecaminoso en particular, ahora no fue
frente a dos niñas un puñado de hombres irrelevantes, sino frente al mismo
sanedrín que testificó valientemente el Nombre del Señor Jesucristo. Hechos 4:1-12. 5:26-42.
Judas en cambio,
cobardemente tomó la salida fácil, prefirió
ahorcarse que apartarse de su pecado, prefirió hacerlo a su manera que a la manera de DIOS.
Pedro mostró arrepentimiento, reconoció su pecado,
mostró dolor por cometerlo y rompió con él, nunca más lo volvería a cometer,
sin embargo, Judas hizo todo lo contrario, en su egoísmo propio de su
naturaleza carnal, solo hiso las cosas para su propia conveniencia, pero en
realidad nunca estuvo arrepentido por su mal proceder.
¿Cómo quien estamos viviendo? ¿Cómo Pedro o como
Judas? ¿En verdad reconocemos nuestros pecados? ¿Nos duele cometerlos? ¿Hacemos
todo lo posible y más si se puede por dejar de pecar? o ¿solo tenemos un temor
malsano a las consecuencias que podrían llegar a nuestras vidas? Es tiempo de
reflexionar en ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario