Estamos en las ultimas horas de vida del Señor Jesús,
después de que fue aprendido en el torrente de cedrón, cerca del huerto de
Getsemaní, el Señor es llevado por los alguaciles y los 600 soldados romanos al
palacio de Caifás, el sumo sacerdote en función en ese año.
Ahí en el palacio, se dieron dos eventos simultáneos,
mientras el Señor era interrogado para hallar en él, algún motivo que justificara
su condena, Pedro es interrogado acerca de si es discípulo de Jesús, ambos,
Jesús y Pedro, contestan bajo juramente, Jesús dice plenamente la Verdad,
mientras que Pedro, miente descaradamente.
El Señor sabe lo que Pedro está haciendo, lo mira directamente
a los ojos cuándo el gallo canta, eso trae a la memoria de Pedro la predicción
hecha por Jesús horas antes de que esto sucedería exactamente como acaba de
pasar. Lo único que le queda a Pedro, es salir y llorar amargamente por el
pecado que acaba de cometer.
Pero no es el único que es movido en su corazón por su
mala conducta, cuando Jesús es condenado a muerte, ahora es Judas quien siente
un terrible remordimiento por la gran traición que orquestó con algunos de los
sacerdotes del sanedrín, así que corre a ver a algunos de ellos con el
propósito de regresar las 30 monedas de plata que fueron el precio de su
traición.
Estos arrogantes hombres, no aceptan las monedas de
Judas, saben que están manchadas con la sangre de un inocente, así que Judas
corre a tirarlas al templo, sale de ahí y va y se ahorca. Judas no estaba arrepentido,
a él solo le daba un enorme temor vivir las consecuencias de su traición, de su
acto vil y despreciable de entregar al que siempre se mostró como su amigo, a
morir de una de las formas más horripilantes que haya existido en la historia
de la humanidad.
Hubo básicamente 3 diferencias entre Pedro y Judas y
ese fue el cenit de nuestra enseñanza de la semana pasada:
·
Pedro reconoció su pecado, Judas solo sintió temor.
·
Pedro sintió verdadero dolor por su pecado, Judas solo
sintió dolor por él mismo.
·
Pedro rompió para siempre con su pecado, Judas
simplemente tomó la salida fácil.
No podemos dejar de mencionar, que esto obviamente se
debió a la gracia soberana de DIOS, en otras palabras, si Pedro se arrepintió y
Judas solamente sintió remordimientos, no fue por que uno era bueno y otro
malo, ambos, Judas y Pedro fueron hombres pecadores en toda la extensión de la
Palabra, simplemente al Señor le plació elegir a Pedro para salvación.
Pero todavía quedan muchos eventos por suceder, el
Señor Jesús está siendo llevado por los alguaciles del templo para que se pueda
hacer oficial su sentencia de muerte, por lo tanto, está a punto de darse el
primero de los tres juicios civiles que narra la Escritura en su contra, dos de
ellos frente a Pilato, gobernador romano de la región, el otro frente al
tetrarca Herodes.
El día de hoy veremos los el primero de esos juicios,
las próximas semanas veremos los demás, en donde definitivamente es confirmada
su sentencia de muerte, así que nos apoyaremos en los evangelios de Juan y de
Lucas mayormente en esta ocasión.
Juan nos narra los acontecimientos como sigue: 28 Llevaron a Jesús de casa de Caifás al
pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no
contaminarse, y así poder comer la pascua. 29. Entonces salió Pilato a ellos, y
les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? 30. Respondieron y le
dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.
Jesús debe haber sido mantenido prisionero desde las
tres de la mañana hasta el alba. Entonces, a primera hora de la mañana como
dice Marcos 15:1 se convocó al
Sanedrín. La intención era pasar de inmediato a Jesús a Pilato, antes de que
las multitudes de Jerusalén se dieran cuenta de lo que sucedía. El Sanedrín
tenía el derecho de decretar la muerte, pero no tenía el derecho de ejecutar
tal decreto. Para ejecutarlo, los romanos debían tomar la decisión.
El levantarse al amanecer (o poco después), y el estar
listo para comenzar a trabajar en una hora tan temprana, no era algo raro en el
mundo antiguo, ni siquiera por parte de personajes importantes, tales como
Pilato. En la puerta del pretorio Jesús fue entregado a los soldados del
gobernador; porque los venerables
miembros del Sanedrín que formaban parte de la comitiva que entregó al
prisionero tuvieron escrúpulos religiosos en cuanto a entrar en la residencia
de un pagano. No querían contaminarse. Al
parecer consideraban la contaminación ritual como asunto mucho más grave que su
contaminación moral. Esto era típico de ellos. Lucas 11:39.
Para no contaminarse, y así poder comer la Pascua,
ellos no entraron en el pretorio. ¿Quiénes son esas personas a las que se
refiere el pronombre ellos? ¿Todos? ¿Todos los saduceos? El texto no dice eso.
Todo lo que el texto dice es que ellos, los miembros del Sanedrín y la policía
del templo no entraron en el palacio del gobernador o pretorio.
¿Comer la pascua dice Juan? ¿Qué no fue cuando Jesús
les lavó los pies a sus discípulos en el aposento? Si, si es ese el día en que
se instituye la Santa Cena en lugar del peshaj
o pascua judía, parece haber una contradicción, pero como ya lo sabemos, no
es así, simplemente es una expresión. La expresión, así poder comer la Pascua, significaría meramente, así poder guardar o celebrar la fiesta, los
7 días que dura en total, como en 2ª Crónicas 30:22.
Aclarado lo anterior, continuemos, Juan nos dice que
Jesús fue presentado ante el famoso Poncio Pilato, él era el quinto gobernador
de la porción meridional de Palestina. Era gobernador en el sentido de
procurador, con autoridad sobre una provincia imperial, y como tal era el responsable
directamente ante el emperador. Aunque tenía jurisdicción civil, criminal y
militar, estaba bajo la autoridad del legado de Siria.
Por las fuentes que han llegado hasta nosotros podemos
concluir que no fue una persona de mucho tacto. En una ocasión hizo que los
soldados que estaban bajo su mando llevaran emblemas con la imagen del
emperador. Para el judío esto resultaba sacrílego y amenazó con la muerte a los
que acudieron a pedirle que quitara esos estandartes idólatras.
En otra oportunidad utilizó el tesoro del templo para
costear un acueducto. Cuando una multitud se quejó y amotinó, ordenó a los
soldados que los reprimieran a la fuerza. El incidente que por fin condujo a
que lo quitaran del cargo fue el interponerse a una multitud de fanáticos que, bajo
el liderato de un falso profeta, estaban a punto de subir al Monte Gerizim para
encontrar los vasos sagrados que, según creían, Moisés había escondido en dicho
lugar. La caballería de Pilato los atacó, matando a muchos.
Ante la queja de los samaritanos, Pilato fue quitado del
cargo. Se dirigió a Roma para responder de las acusaciones que se habían formulado
contra él. Antes de llegar a Roma, el emperador Tiberio había muerto. Un relato
no confirmado, que Eusebio incluye, afirma que Pilato se vio obligado a ser su propio verdugo.
Por los Evangelios deducimos que era orgulloso y cruel.
Lucas 13:1. Probablemente era tan
supersticioso como su esposa. Sobre todo, como lo indican todos los relatos del
juicio de Jesús ante él, era egoísta, ya que buscaba quedar bien ante el emperador.
Odiaba mucho a los judíos quienes, según él, no hacían sino causarle un
problema tras otro. Aunque no se pude decir que no tuviera vestigios de
compasión humana y de algún sentido de justicia. De todos modos, aunque su
culpa fue grande, no fue tan grande como la de Anás y Caifás.
Al comparar todos los relatos de los Evangelios
respecto a este juicio, uno tiene la impresión de que Pilato hizo todo lo
posible para desentenderse de este caso. No quería a los judíos; por ello, no
quería agradarles concediéndoles lo que le pedían respecto a Jesús. Por otra
parte, en lo más profundo del corazón, los temía, y temía la posibilidad de que
pudieran usar su influencia contra él. Hasta cierto punto estaba dispuesto a
hacer lo que la justicia requería, sobre todo si con ello podía molestar a sus
enemigos, los judíos. Pero sólo hasta cierto punto. Cuando su posición se ve
amenazada, él cede ante ellos.
Jesús, entonces, fue llevado ante este gobernador.
Este, probablemente informado por los soldados de guardia que una delegación
del Sanedrín había traído a un prisionero, y que esa delegación se negaba a
entrar en el pretorio, salió a su encuentro. De pie en un pórtico en la calle
frente a su residencia, pidió a los dirigentes judíos que hicieran su alegato.
¿Qué acusación traéis contra este hombre?,
dijo. La pregunta era, desde luego, totalmente apropiada. La respuesta, sin
embargo, fue descarada. Contestaron, Si
éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.
Era una sugerencia abierta. Quería decir, Gobernador,
si sabes lo que te conviene, deja de hacer preguntas. Sabes muy bien que en
casi todos los asuntos nosotros somos el tribunal supremo en Israel. Deberías
confirmar nuestra decisión y hacer lo que te pedimos que hagas.
Juan continua y nos narra: 31. Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según
vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar
muerte a nadie; 32 para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho,
dando a entender de qué muerte iba a morir.
Pilato todavía no sabía que los líderes judíos estaban
dispuestos a dar muerte a Jesús. Pensando que lo que ellos querían era infligir
un castigo menor, no acierta a comprender por qué deberían molestarlo con este
detenido. Y si ni siquiera están dispuestos a presentar una acusación legal,
entonces no quiere saber nada del caso. Por ello, cuando ahora exclama, Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra
ley, no quiere dar a entender que el detenido ni siquiera hubiera sido
juzgado. Lo que quiere decir es: Háganse cargo del caso ustedes mismos.
Resulta claro que los miembros del Sanedrín así lo
entendieron por su respuesta: A nosotros
no nos está permitido dar muerte a nadie. Con esta respuesta mostraron qué clase
de castigo deseaban infligir, nada menos que la pena capital. Si bien, bajo la
ley romana, tenían derecho a dictar semejante sentencia, en la práctica o
ejecución no tenían el derecho de dar muerte a nadie, ese derecho era exclusivo
de los romanos.
También sabían, que si Pilato, el romano, cedía a los
deseos de ellos, Jesús sería crucificado no lapidado ni ahorcado; sería levantado de la tierra. Y eso era
exactamente lo que querían. Eso era también exactamente lo que, por razones
totalmente diferentes, Jesús mismo deseaba.
Por eso Juan nos dice que esto sucedió para que se
cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando entender de qué muerte iba a
morir. Juan 3:14. Juan 12:32. Mateo
20:19. Jesús, según su propia profecía y para que ésta se cumpliera, debe morir
con la muerte del maldito. Deuteronomio 21:23.
Gálatas 3:13. Este era el plan de Dios para nuestra salvación trazado desde
la eternidad pasada.
Podemos complementar y armonizar el relato al
continuar en Lucas 23:2 Y comenzaron a
acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que
prohíbe dar tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey.
Es claro que, aunque el Sanedrín había acusado de
blasfemia a Jesús, ante Pilato los líderes judíos no presentan inmediatamente
este cargo. Deben haber sido de la opinión, y con justa razón, que una
acusación específicamente política tenía mejor oportunidad de ser tomada en
cuenta en el derecho romano. Además, pueden haber pensado que una acusación
estrictamente religiosa causaría muy poca impresión a un pagano. Sin embargo,
esto no significa que la acusación religiosa no haya tenido parte en el juicio.
Sí tuvo una parte, pero no inmediatamente. Fue reservada para más tarde en Juan 19:7.
La acusación frente al tribunal civil es triple:
a) Pervierte
a la nación.
b) Prohíbe
dar tributo al emperador.
c) Él
mismo se ha proclamado Rey.
Tres flagrantes mentiras, pues en ningún momento
pervirtió a la nación, la palabra usada es del griego diastrefo
(διαστρέφω, G1294), que se traduce también como corromper moralmente,
sabemos que fue todo lo contrario, sus palabras fueron siempre vete y no peques más.
Tampoco prohibía dar tributos, cuando lo quisieron
engañar al respecto dio su famosa respuesta: den al Cesar lo que es del Cesar y a DIOS lo que es de DIOS.
Y mucho menos se auto proclamó rey, y menos en el
sentido político y mundano de la palabra, todo su ministerio fue con su fuerte
énfasis en cualidades tales como la humildad, el servicio y la autonegación y
cuando lo quisieron coronar, prefirió salir del lugar.
Además, Pilato sabía muy bien que los judíos no
estaban precisamente enamorados de Roma y del gobierno romano, como para que
pudieran estar deseando la ejecución de alguien que expresara sentimientos anti
romanos. Estaba bien consciente del hecho de que la verdadera razón por la que
demandaran la confirmación de la sentencia de muerte que el Sanedrín ya había
aprobado era la envidia. Mateo 27:18.
Lucas nos narra la reacción de Pilato: 3 Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Tú eres el
Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú lo dices.
Pilato hizo esta pregunta para protección propia, no
porque creyese la acusación. El pronombre Tú no solamente lo pronunció, sino
que también encabeza la pregunta. Se pone gran énfasis en él, como si el
procurador estuviera diciendo: ¿Tú … rey
de los judíos? ¡Qué ridículo!
La respuesta la tenemos completa en Juan 13:34 Jesús le respondió: ¿Dices tú
esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
El Señor Jesús responde de manera tal que no se
implica, pero tampoco se defiende, es por ello que Pilato replantea la
situación. 35.
Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales
sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Con gesto desdeñoso y tono de desprecio Pilato hace a
un lado la sugerencia de que quizá haya formulado la pregunta como lo hubiera
hecho un judío. ¿Acaso soy judío? Pilato no veía a un revolucionario en esta
persona de aspecto manso que estaba de pie frente a él. El gobernador no era
tan necio.
Pilato prosigue: Tu propia nación, el pueblo al cual
perteneces, y en concreto los sumos sacerdotes en representación de todo el
Sanedrín, te han entregado a mí. Son
ellos quienes han formulado las acusaciones. ¿Cómo respondes? ¿Qué has hecho?
Aunque Pilato sabía muy bien que no era otra situación
sino la envidia de parte de los líderes judíos la que había llevado a Jesús
ante él, sin embargo, no estaba seguro de que esto lo explicara todo. Tal vez
haya más que investigar, pensó, de esta manera preparó el camino para la
respuesta en la cual Cristo explica su realeza.
36. Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de
este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los
judíos; pero mi reino no es de aquí.
Ahora le corresponde a Jesús explicar la naturaleza de
su realeza. La respuesta que Jesús da a Pilato es triple:
A.
Se da cuenta de la profundidad de la pregunta ¿Eres rey en algún sentido?
Para comenzar: Mi
reino, dice Jesús, con énfasis en el mío. Pues Él es rey. Este reino consiste en la soberanía de Cristo en los
corazones de los que le obedecen. Jesús habla de que Su Reino es un Reino espiritual.
Sabemos que la biblia nos dice en muchas ocasiones que
el Rey y Soberano del universo, de la creación entera es DIOS mismo.
·
Lucas
1:33.
·
Lucas
22:29.
·
Apocalipsis12:10.
·
Salmo
103:19.
·
Salmo
145:13.
·
Daniel
4:3 y 25.
·
Salmo
22:28
·
Abdías
21.
·
1ª
Crónicas 29:11.
Sin embargo, aquí en este pasaje en particular, no se
refiere al dominio de Dios y, en consecuencia, tampoco al dominio de la segunda
persona de la Trinidad, sobre todas sus criaturas, sino específicamente a la
realeza espiritual de Cristo en los corazones y vidas de sus seguidores.
Toda la creación está bajo la soberanía y reinado de Cristo, pero existimos
personas, que por la gracia de DIOS llevamos esa soberanía escrita en nuestro
corazón y la aceptamos con gusto.
B.
En segundo lugar, Jesús indica que su reino, no es de
este mundo.
La realeza de Jesús no es como una realeza terrenal.
No nace de la tierra; no se la dio ningún poder mundano, y es de carácter totalmente
diferente. Así, por ejemplo, no utiliza medios terrenales. Si la realeza de
Cristo hubiera sido de origen y carácter terrenales, habría tenido servidores, como
el Sanedrín, por ejemplo, el cual disponía de fuerza policiaca, y como Pilato,
quien disponía de soldados romanos, y éstos habrían peleado de forma que no
hubiera sido entregado a morir a manos de los judíos.
Si la realeza de Cristo hubiera sido de orden
terrenal, sus servidores habrían luchado, bajo sus mismas órdenes, de forma que
en Getsemaní no habría sido entregado a los judíos y a su perverso Sanedrín. Por
ello es que en lugar de ordenarles que lucharan para defenderle, hizo exactamente
lo contrario cuando Pedro sacó su espada.
C.
En tercer lugar, muestra que su reino, es un reino en los
corazones y vidas de todos los que escuchan la verdad. 37b. Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido,
y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que
es de la verdad, oye mi voz.
Por último ¿En qué consiste esta realeza? Pilato desea
saberlo. La acusación en su contra es como de un rebelde en contra de Roma,
pero Pilato no puede entender como alguien puede pretender ser rey sin tener un
reino terrenal.
Pilato desea saber si este prisionero es de verdad
rey. Jesús responde diciendo, Tú dices
que yo soy rey. Jesús no está eludiendo la pregunta, su respuesta para nada
significa como algunos han propuesto que: Esto
es lo que tú dices, pero yo nunca lo he dicho.
El contexto inmediatamente siguiente sólo da lugar a
una interpretación: que Jesús al responder, Tú
dices que yo soy rey, quiso definitivamente decir que Pilato tenía razón al
inferir que el prisionero poseía y reclamaba para sí autoridad real. Por ello
enfatiza: Yo para esto he nacido. En consecuencia,
el significado es: Yo soy rey; para esto precisamente nací.
Jesús, sin embargo, su reinado no era heredado o por
algún tipo de golpe de estado, ni ninguna otra circunstancia natural, él nació
siendo Rey, de hecho, había nacido o venido al mundo desde el cielo para el propósito
especifico de ser rey.
En forma muy significativa Jesús agrega, Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
Esto era, desde luego, una invitación implícita para que también Pilato escuchara,
pues todo aquel, no importa que sea judío o gentil que le debe su origen
espiritual a Cristo, está ansioso de escuchar esta voz de la verdad.
Aquellos que pertenecemos al reino espiritual de
Cristo, anhelamos más que nada escuchar a nuestro Rey, y cada vez que escuchamos verdad predicada desde el
púlpito, estamos escuchando a nuestro Soberano salvador. Así que le invito
a escuchar atentamente estos últimos minutos acerca de la Verdad del doble
reinado de Cristo, es simultaneo y lo vimos en el estudio de Cristología, en
sus oficios.
A. El
primero es El reino espiritual o regnum
gratiae de Cristo y tiene 4 características:
I.
Está
fundado en la obra de redención.
II.
Es
un reino puramente espiritual.
III.
Es
un reino presente y futuro.
IV.
La
iglesia es parte del reino espiritual, pero no es sinónimo.
El reinado espiritual empezó a funcionar como tal
inmediatamente después de la caída. Pero, no asumió su trono pública y
formalmente sino hasta el tiempo de su ascensión y ubicación a la diestra de
Dios. Algunos opinan que este reinado cesará cuando Cristo retorne, pero la
Escritura enseña explícitamente que durará para siempre:
·
2ª
Samuel 7:13-16.
·
Salmo
45:6; 72:17; 89:36-37.
·
Isaías.
9:7.
·
Daniel.
2:44.
·
Lucas.
1:33.
·
2ª
Pedro 1:11.
El reino espiritual de Cristo es desde la eternidad y hasta la eternidad.
B. Pero
no es el único reino de nuestro Señor Jesucristo, subordinado al reino de la
gracia está el reinado soberano de Cristo sobre su creación, conocido como el regnum pontentiae.
Por el regnum
potentiae damos a entender el dominio del Dios-hombre, Jesucristo, sobre el
universo, su administración providencial y judicial de todas las cosas en
interés de la Iglesia.
Como Rey del universo el Mediador guía de tal manera
el destino de los individuos, de los grupos sociales y de las naciones, de los
eventos naturales, para promover el crecimiento, la purificación gradual y la
perfección final del pueblo que ha redimido por medio de su sangre.
En palabras más simples: Cristo gobierna el universo de forma tal que TODO lo que pasa es para
que su iglesia madure y se asemeje cada vez más a Él.
En esa capacidad también protege a los suyos en contra
de los peligros a los que están expuestos en el mundo y muestra su justicia
sujetando y destruyendo a todos sus enemigos, por ese motivo es que la
verdadera iglesia siempre prevalecerá.
Mateo 16:18.
·
Persecuciones.
·
Sincretismo.
·
Ecumenismo.
·
Divisiones internas.
·
Herejías destructoras.
·
Comodidad banal.
·
Tribulaciones.
Todo esto y mucho más ha enfrentado la iglesia del
Señor a lo largo de 20 siglos, si ha pasado por estas cosas es por designio de Cristo,
para purificar su amada y siempre saldrá adelante porque Cristo mismo la
protege por su Regnum Potentiae. 1ª Corintios 11:19.
La idea de que Cristo gobierna ahora los destinos de
los individuos y de las naciones en interés de la iglesia comprada con su
sangre, es un pensamiento mucho más confortante que la noción de que Él es
ahora un refugiado en el trono del cielo.
Basta con recordar atributos como: Soberanía y su Providencia. La realeza de Cristo sobre el universo
está subordinada a su realeza espiritual.
Si este mundo estuviera más allá de su control,
fácilmente se frustrarían todos sus planes y designios. Por lo tanto, Dios lo
invistió con autoridad sobre él de tal manera que puede dominar todos los
poderes, fuerzas y movimientos en el mundo.
Y puede asegurar de este modo una segura permanencia
de su pueblo en el mundo y proteger a los suyos en contra de todos los poderes
de las tinieblas. Estos no pueden derrotar sus propósitos, sino que aún están
constreñidos a servirlos. Juan 10:27-28.
La estrecha relación entre el regnum
potentiae y el regnum gratiae garantizan la preservación de nuestra
salvación. SOLI DEO GLORIA. Judas 24.
Cuando Jesús le contesta a Pilato que, si en efecto Él
es Rey, Pilato como no es de la Verdad, nunca imagino lo extenso, profundo y extraordinario
de su reinado, primero en el ámbito espiritual, sobre un pueblo muy específico:
su iglesia, aquellos que amamos la verdad, vivimos la verdad, defendemos la
verdad, escuchamos la verdad y si es necesario hasta podemos morir por la
verdad del Señor Jesucristo.
Pero esta también, simultáneamente reinando sobre el
cosmos entero, la creación está bajo sus pies, bajo su dominio y autoridad, y
el Señor Jesucristo ejerce su soberanía sobre su creación en beneficio de
nosotros, de los elegidos, pero no para que gobernemos o tengamos bienes
materiales ni ningún otro fin mundano y banal, él lo hace con un solo
propósito: moldearnos a su imagen y semejanza, y nosotros, como amamos la
verdad, y nos agrada escuchar esa verdad, estamos agradecidos eternamente de
que así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario