Pedro y Juan han tenido que comparecer ante
el gran concilio del sanedrín manejado por los saduceos, quienes estaban
molestos que un par de galileos iletrados, sin preparación ni credenciales
teológicas enseñaran que hay resurrección de los muertos, específicamente la
resurrección de Cristo, pero las cosas no salieron como ellos esperaban, pues
Pedro lleno del Espíritu Santo manejo la situación de una forma tal, que los
dejó boquiabiertos.
Pedro magistralmente cambio la situación de
un interrogatorio a la admiración de un milagro, el cual no dejo de declararlo,
fue hecho por la fe en el nombre de Jesús, el concilio solo atina a
intimidarlos para que no prediquen más ni enseñan en ese Nombre, sin embargo,
Pedro los confronta una vez más y sin temor alguno, en sus propias caras les
hace notar su error, pues en sus propias palabras: es preferible obedecer a
DIOS antes que a los hombres.
Pedro y el cristianismo bíblico, no hacen un
llamado a la anarquía en ninguna manera, sin embargo, cuando la ley de Dios y
las leyes del hombre entran en conflicto, nos enfrentamos a un problema.
Conocemos la afirmación de los apóstoles: “obedecer a Dios antes que a los
hombres”. Sabemos que Dios demanda obediencia incondicional. Por eso, cuando
la intención de alguna ley civil es contraria a la ley de Dios, debemos hacer
manifiestas nuestras objeciones a las autoridades gubernamentales, pero, sobre
todo debemos de obedecer a DIOS sin ninguna duda, aunque ello signifique que
haya represalias en nuestra contra.
Cuando los cristianos estén dispuestos a
obedecer la más alta ley, deben estar preparados para pagar el precio, que
muchas veces se traduce en persecución. Y al pagar este precio, deben recordar
las palabras alentadoras de Jesús: “Gócense y alégrense, porque su galardón
es grande en los cielos” Mateo 5:12.
Lucas ahora dirige nuestra atención a lo que
sucedió después, cuando Pedro y Juan son puestos en libertad, y aunque no escribió
nada acerca de que hacía la iglesia mientras ellos permanecían arrestados y en
el juicio, es comprensible pensar que oraba fervientemente por su bienestar
físico y espiritual.
4:23. Y puestos en
libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales
sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
Lucas dice que tan pronto como quedaron en
libertad, los apóstoles corrieron a reunirse “con los suyos”. ¿Quiénes eran los
suyos? No podemos decir que constituyen toda la iglesia de Jerusalén, porque
tendríamos que pensar en términos de unos cinco mil hombres (v. 4). Al escribir
esto, quizás Lucas tiene en mente al grupo original que acostumbraba reunirse
en el aposento alto después de la ascensión de Jesús, los discípulos más
cercanos.
He aquí en términos prácticos la comunión de
los santos. Los que seguramente estaban orando por la liberación de los detenidos
reciben ahora un informe completo y en detalle, dado por los ahora liberados.
Pedro y Juan cuentan a sus amigos lo que había ocurrido en el tribunal, y las
preguntas que los principales sacerdotes y los ancianos les hicieron, y la
amenaza que les profirieron. Todos los demás apóstoles estaban interesados en
conocer las implicaciones del veredicto que Pedro y Juan recibieron.
Lucas menciona únicamente a los principales
sacerdotes y a los ancianos, quienes representan al Sanedrín y al partido de
los saduceos. Nos imaginamos que fueron estos los que formularon las preguntas durante
el juicio.
También Lucas dice que los apóstoles
informaron acerca de las preguntas y amenazas de parte de los principales
sacerdotes y ancianos, pero no dicen nada sobre su propia defensa. Los
dirigentes de la iglesia de Jerusalén, por lo tanto, miran al futuro y ven el
peligro que les representa el mismo Sanedrín.
Su único recurso es refugiarse en Dios
mediante la oración, ellos entendían perfectamente que la primer arma que el
cristiano debe tomar es la oración, la oración es lo primero que debemos de
hacer, no debe de ser nuestro ultimo recurso, cuando decimos cosas como hice
todo lo que pude, ya solo me queda orar, estamos demostrando que nuestra
confianza está en nosotros mismos y no en nuestro DIOS Poderoso, y esa
autosuficiencia no es otra que la carne expresándose, para nada estoy diciendo
que no hagamos nada más que orar, lo que la iglesia primera entendía y
que deberíamos entender nosotros es que antes de hacer cualquier cosa, no solo
al enfrentar los problemas, primero
deberíamos de ponerlo en oración.
Unidos, los dirigentes de la iglesia oran a
Dios, como lo hicieron después de la ascensión de Jesús. Encuentran las fuerzas
y la valentía en la íntima comunión con Dios; porque reconocen que Dios
gobierna en este mundo y que él deshará las amenazas del concilio. Lucas nos
relata el contenido de su oración.
24. Y ellos, habiéndolo
oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el
Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
La oración que Lucas transcribe es
típicamente judía y es modelada sobre la petición hecha por Ezequías cuando el
ejército asirio sitió a Jerusalén. Isaías 37:16–20. Los dirigentes de la
iglesia de Jerusalén ahora oran y se dirigen a Dios como el soberano Señor, Él
es quien gobierna soberanamente sobre todo lo que ha hecho. Él es el creador
del universo y quien tiene todo el control, es por ello que la iglesia descansa
en Él, C.H. Spurgeon decía la soberanía de DIOS es la almohada sobre la que
descansa mi cabeza, si DIOS tiene el control, y lo tiene siempre, entonces
todo estará bien, pues todo lo hace para su propia gloria.
Cuando los apóstoles oran, reconocen a Dios
como el creador de “el cielo, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay”. De
hecho, citan del AT, donde hay numerosos lugares en que se registran estas palabras:
·
Ex.
20:11.
·
Neh.
9:6.
·
Sal.
146:6.
·
Is.
37:16.
Ellos conocen la verdad fundamental que
Dios, quien creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo demás, tiene el derecho
soberano que tiene de gobernar su creación. Dios gobierna en su creación; por
lo tanto, jamás el hombre podrá alzarse en contra del soberano Señor.
Es tan solo el comienzo de la oración y ya
podemos darnos cuenta, en primer lugar, que nada tiene que ver con las
oraciones antropocéntricas y hasta anti bíblicas de muchos falsos líderes
actuales, para empezar reconocen que no son ellos los que mandan en el
universo, que es DIOS y solamente Él, por derecho de creador, quién manda, y
eso es muestra de que conocían perfectamente al DIOS al cual estaban clamando,
no era solo el dios de la imaginación de ellos, es el DIOS que la Escritura
presenta en toda su gloria y majestad.
4:25 que por boca de
David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan
cosas vanas?
Ahora, no solo hablan del DIOS que la
Escritura presenta, sino que citan en su oración corporativa, porque recordemos
que aquí esta orando, sino literalmente toda la iglesia de Jerusalén, si
una representación sustanciosa de ella, y además de conocer a DIOS a quien
están levantando su clamor, también mencionan porciones especificas de la
Escritura, este pasaje es Salmo 2:1-2.
Las traducciones difieren en cuanto a la
forma de la introducción de esta cita del Salmo 2:1–2. La DHH o la TLA entre
otras dicen explícitamente que el Espíritu Santo dijo por boca de David. La
versión RVR60 que omite la frase por el Espíritu Santo no está basada en las
más antiguas y confiables pruebas textuales. Los traductores han preferido
mantener la frase, porque aun cuando el griego pudiera ser confuso, el sentido
de la frase es claro. El texto dice que Dios habló por el Espíritu Santo a
través de la boca de David. Además, en la fórmula introductoria más apegada al
original, David es llamado “nuestro padre y tu siervo”.
La cita del Salmo 2:1–2 es apta a la
situación porque los apóstoles sienten el poder de la jerarquía religiosa y de
las autoridades judías como una tenaza que se cierra sobre ellos. Al igual que
el salmista preguntan: “¿Por qué se amotinan o enfurecen las naciones, y piensan
o conspiran en vano los pueblos?”
El texto sigue la traducción de la
Septuaginta y por eso difiere livianamente de la traducción que sigue el texto
hebreo: “¿Por qué se enfurecen las naciones?” El énfasis cae en la palabra
vanos, es decir, por qué las naciones conspiran en vano. Los enemigos de Dios
creen que han vencido a la iglesia de Dios. Crucifican a Jesús y ponen en la
cárcel a los apóstoles. Lo hacen impunemente y aun así su acción es inútil. Así
como David soportó la persecución a mano de Saúl y experimentó el cuidado
protector de Dios, los apóstoles saben que el Señor no les abandonará, Él
prometió estar a su lado siempre. Mateo 28:20.
El Salmo 2 revela las expresiones
completamente insensatas de las naciones amotinándose contra Dios. Todos sus
esfuerzos en tal sentido son definitivamente frustrados. El reino del Hijo de
Dios será para siempre y ni las puertas del Hades prevalecerán contra él.
4:26 Se reunieron los
reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y
contra su Cristo.
David es un tipo de Cristo. El observa a las
rugientes naciones de su tiempo conspirando y amotinándose contra Dios; se
oponen al Señor Dios y se declaran enemigas de su ungido. David es el rey que
fue ungido por el profeta Samuel, como Dios se lo dijo. De esta manera David
llega a ser el ungido del Señor.
Cuando las naciones conspiran contra David,
están conspirando contra Dios. Cuando los reyes se levantan contra David, se
están levantando contra Dios. Y claro, todos sus esfuerzos resultan inútiles.
David, sin embargo, es sólo una señal que apunta a Cristo. David habla
proféticamente acerca de Jesucristo, quien es el Rey y el Ungido. Los apóstoles
ven en Cristo, a quien Dios ha ungido e instalado como rey de su santo monte de
Sion (Sal. 2:2,6) el cumplimiento de este salmo en particular.
Desde la mitad del siglo I antes de Cristo,
el Salmo 2 ha sido interpretado como refiriéndose al Mesías. Por ejemplo, en los
salmos de Salomón 17:26 tiene una referencia mesiánica al Salmo 2:9.
En los Rollos del mar Muerto hay un documento que data de aquellos tiempos que
incluye el Salmo 2 en una colección de pasajes mesiánicos del AT. En el NT, por
supuesto, este salmo en particular es considerado mesiánico y es citado frecuentemente:
Hch. 13:33; Heb. 1:5; 5:5; Ap. 2:26–27; 19:15.
Basados en la persona y en la Palabra de
DIOS, ellos continúan con la oración:
4:27. Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
Los apóstoles mismos dan una interpretación básica
pero cimentada a esta cita del salmo porque ellos ven su cumplimiento en la
vida de Jesús. A continuación, tenemos una gráfica en paralelo de la profecía y
su cumplimiento:
Salmo 2:1–2
|
Hechos 4:27
|
Las naciones se enfurecen
(rugientes)
|
Los gentiles se unieran
|
Los pueblos conspiran en vano
|
Con el pueblo de Israel
|
Los reyes y los
gobernantes
|
Herodes y poncio Pilato
|
De la tierra
|
En esta ciudad
|
En contra
|
Contra
|
Del Señor
|
Tu santo siervo Jesús
|
Y de su Ungido
|
A quien ungiste.
|
De hecho, como dicen los primeros
cristianos, la verdad es que Jesús cumplió las palabras mesiánicas del Salmo
2, como cualquiera que estuvo presente en el juicio y de la muerte de Jesús
puede atestiguar. Durante el ministerio de Jesús, Herodes Antipas era tetrarca
de Galilea y Perea y el pueblo le reconocía como rey. El gobernador que
representaba la autoridad de Roma era Poncio Pilato, nombrado por Tiberio
César.
De los cuatro evangelistas, sólo Lucas hace
referencia al incidente que protagoniza el juez Poncio Pilato al enviar a Jesús
a Herodes Antipas, que se encontraba en Jerusalén por los días del juicio a
Jesús. Herodes se alegró de ver a Jesús, porque esperaba que obrara un milagro
en su presencia. Cuando Jesús no satisfizo a su deseo, lo envió de vuelta a
Pilato. Lucas termina el relato de este episodio con las siguientes palabras: “Y
se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados
entre sí”. Lucas 23:12. Así que Pilato representa a los gentiles y
Herodes a Israel,
Además, los apóstoles llaman a Jesús siervo,
como dijimos antes para ligarlos con el siervo sufriente del Señor en los
bien conocidos pasajes en Isaías 52:13–15; 53:1–12. Dios ungió a Jesús
con el Espíritu Santo en el momento de su bautismo en el río Jordán. Así, en
cumplimiento de la profecía, los gentiles y el pueblo de Israel se ponen en
contra de Dios y de su ungido.
4:28 para hacer cuanto tu
mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
Los apóstoles ven el cumplimiento del Salmo
2 desde una perspectiva divina. Ellos ven que Dios predestinó con su “mano y
propósito” la acción tomada por el pueblo que trajo a Jesús al juicio y a la
muerte. Repiten la observación hecha por Pedro en su discurso de Pentecostés: “A
este [Jesús], entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de
Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole” (2:23).
Los apóstoles reafirman la doctrina del
decreto de DIOS en la predestinación, lo que hacen específicamente en sus
oraciones. Este es el único lugar en el NT donde el verbo Proorizo
(προορίζω, G4309) que significa predestinar, aunque se tradujo
determinar, aparece fuera de las epístolas paulinas”. Dios no solo permitió que
Herodes, Pilato, y el pueblo hicieran juicio contra su Hijo y lo mataran, Él lo
predestino desde antes de que el mundo fuera creado. 1ª Pedro 1:19-20.
Pero no somos reduccionistas, entendemos que
DIOS no forzó a los adversarios de Jesús a involucrarse en actos de violencia
contra su voluntad, porque la evidencia muestra que ellos asumieron toda la responsabilidad.
En cambio, Dios les permitió conspirar contra él y de esta manera podría lograr
la salvación para su pueblo. La iglesia continua su oración:
4:29. Y ahora, Señor,
mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu
palabra, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y
prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
Extrañamente, la comunidad de creyentes no
dice ni una palabra de gratitud a Dios por liberar a Pedro y a Juan de la
prisión y el tribunal. En cambio, pide al Señor contrarrestar la amenaza del
Sanedrín concediendo a sus siervos “todo valor” para proclamar el evangelio de
Cristo.
No pide protección de la persecución que inevitablemente
seguirá a la proclamación de las Buenas Nuevas. Ellos se dan cuenta que Dios
está en control de cada situación, tal como lo han declarado con el Salmo 2.
Están seguros que él no permitirá que su plan y propósito sea frustrado por los
gobernantes del pueblo. La palabra denuedo aparece tres veces en este capítulo 4:13,
29, 31, y el concepto es prominente en Hechos. En el griego la palabra
denuedo es parresia (παῤῥησία, G3954) denota libertad de habla,
pronunciamientos sin reservas y está ligado íntimamente a la confianza profunda
y un gran valor.
Los apóstoles no piden que las persecuciones
cesen, ellos piden el valor y la confianza suficiente para hacerles frente,
piden a Dios valentía cada vez que van a proclamar su Palabra. Se han dado
cuenta, en el discurso de Pedro en pentecostés y frente al concilio, que cuando
DIOS concede por su gracia el denuedo o valentía para hablar y enfrentar los
retos que la vida crucificada demanda, el resultado es maravilloso e
incomparable, lo que ellos ni remotamente pensaban que podían realizar, como
hablar frente a miles de personas o mejor aún, frente a aquellos que le dieron
muerte a Su Señor, fue realizado y con un rotundo éxito, pues miles siguieron
el Camino de Jesucristo y el concilio nada pudo hacer frente a Pedro y Juan.
Ellos además piden humildemente que confirme
su solicitud dándoles la capacidad de sanar enfermos y “llevar a cabo señales
milagrosas y maravillas”, está es una petición que para nosotros ya no es
necesaria, para nosotros basta y sobra con el mensaje del evangelio, ellos lo
pidieron porque estaba en su etapa de fundación la iglesia, hoy en día el
cimiento está puesto y firme por mas de 1900 años, así que está de más
solicitar a DIOS que nos dé la capacidad de obrar milagros, con Cristo tenemos bastante.
Recordemos que, aunque el Sanedrín despide a
Pedro y a Juan con la prohibición de hablar o enseñar a nadie en el nombre de Cristo
Jesús, no les prohíben realizar milagros de sanidades. Si hubieran dicho a los
apóstoles no sanar a los enfermos, habrían negado el milagro de sanidad que el
mendigo experimentaba. Incapaces de desconocer aquel testimonio viviente, sólo
negaron a los apóstoles la libertad de hablar en el nombre de Jesús.
Los apóstoles, sin embargo, rogaban a Dios
que sanara a todos los afligidos. Le piden que dejara actuar su poder sanador a
través de extender la mano y tocar a los enfermos. Es Dios, al fin y al cabo, y
no los hombres, quien realiza los milagros. Milagros y maravillas son señales
que confirman la predicación de las Buenas Nuevas. Ocurren en el nombre de
Jesucristo y ayudan a la proclamación de ese nombre. Así, los adversarios no pueden
negar la evidencia de los milagros. La oración de los apóstoles finaliza con la
frase, “mediante el nombre de tu santo siervo Jesús”.
Ellos terminaron su oración de la mejor
forma, en el nombre del siervo sufriente de DIOS, nuestro Señor Jesucristo,
estaban afirmando que no eran merecedores de nada por ellos mismos, que si algo
DIOS les concedía era porque Su siervo sufrió pagó por ello en una cruz y con
su sangre preciosa. Por este motivo hasta el día de hoy, terminamos nuestras
oraciones igualmente en el Nombre de Jesús.
Lucas ahora nos narra lo que sucedió al
terminar la oración:
4:31. Cuando hubieron
orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del
Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
No todas las oraciones reciben una respuesta
inmediata y definitivamente de la manera en que está oración fue confirmada,
pero en este caso Dios fortalece la fe de los creyentes dando indicación de que
los ha oído.
Dios mostró su divina aprobación a los apóstoles
haciendo sacudir la casa donde estaban reunidos y para lograr tal efecto,
pareciera que usó un temblor. Dios dio a los apóstoles una señal que, así como
había sacudido la casa con un temblor así habría de mover al mundo con el
evangelio de Cristo.
Hay un paralelo entre Pentecostés y este
acontecimiento:
·
El
día de Pentecostés, un viento violento sopló y llenó la casa donde los
creyentes estaban sentados (2:2). En seguida, se vieron lenguas como de fuego que
se posaron sobre cada uno de ellos; “y fueron llenos con el Espíritu Santo y
empezaron a hablar en otras lenguas como el Espíritu les daba que hablaran”
(2:4).
·
Después
de la liberación de Pedro y Juan, los cristianos oraron. Entonces el lugar
donde se encontraban reunidos tembló; “y todos fueron llenos del Espíritu Santo,
y empezaron a hablar la Palabra de Dios con valor”.
Las diferencias entre ambos acontecimientos
son:
a) El soplar del viento versus el temblor
del lugar donde estaban reunidos;
b) La manifestación externa de lenguas de
fuego en un caso y la manifestación interna de valor en el otro; por último.
c) La habilidad de hablar otros idiomas en
Pentecostés y el valor al hablar de la palabra de Dios ahora.
De esta manera, el término valor resulta
sumamente significativo y muy apropiadamente describe el hablar de los
apóstoles y de sus colaboradores. Ellos son los que proclaman la “palabra de
Dios”, la cual, en el contexto de Hechos es un sinónimo del evangelio de
Jesucristo.
El modelo de la oración de la iglesia en
este pasaje es claro:
1.
Conforme
al carácter de DIOS. Lo conocían.
2.
Conforme
a la palabra de DIOS. La citaban.
3.
Conforme
al decreto de DIOS. Lo entendían.
4.
Para
la gloria de DIOS. La anhelaban.
Que nuestras oraciones privadas sean igual
que este modelo de oración corporativa, y veremos el resultado: Cristo
reflejado al mundo que nos rodea por medio de la iglesia, eso veremos la
próxima semana.