miércoles, 15 de abril de 2020

CFB 1689. Tema 17: De La Santificación. Cita: Romanos 6:6.


El siguiente tema que la CFB 1689 trata en cuanto a la salvación es la santificación, debemos de entender que tanto la justificación como la adopción y la santificación son eventos co-instantáneos, es decir ocurren instantáneamente y de forma paralela en el creyente al nacer de nuevo, por motivos pedagógicos es que los estudiamos por separado y en ese orden, sin embargo, de forma práctica y real suceden al mismo tiempo.

Como ya lo entendimos previamente, el pecado tiene un efecto triple sobre los seres humanos:

1.      En nuestro espíritu, llevándonos a vivir en condena. La Condena por el pecado.
2.      En nuestra alma, llevándonos a vivir en esclavitud. El poder del pecado.
3.      En nuestro cuerpo llevándonos a la muerte física. La presencia del pecado.

Del primer efecto ya nos ocupamos cuando hablamos de la justificación, pues la condena que debíamos de pagar por el pecado fue pagada por Cristo, legalmente somos justos la condena espiritual fue removida, el segundo efecto, sobre nuestras almas, el poder del pecado sobre nosotros, que nos tiene en esclavitud a él, para este efecto es la santificación.

El poder del pecado queda contrarrestado mediante el Poder y la Gracia del Espíritu Santo. Romanos 6.6. la palabra griega katargeo (καταργέω, G2673) que se tradujo como destruir, también significa contrarrestar, hacer nulo, invalidar, deshacer, desligar y destruir.

La santificación es el proceso en el tiempo de reflejar el carácter de Cristo que está en su interior desde que fue regenerado.



A. Descripción de la Santificación. Aquellos que están unidos a Cristo, son llamados eficazmente y regenerados, teniendo un nuevo corazón y un nuevo espíritu, creados en ellos en virtud de la muerte y la resurrección de Cristo,1 son aún más santificados de un modo real y personal,2 mediante la misma virtud,3 por su Palabra y Espíritu que moran en ellos;4 el dominio del cuerpo entero del pecado es destruido, y las diversas concupiscencias del mismo se van debilitando y mortificando más y más5, y se van vivificando y fortaleciendo más y más en todas las virtudes salvadoras, para la práctica de toda verdadera santidad,6 sin la cual nadie verá al Señor.7

1.    Es generada por nuestra unión con Cristo. 1 Jn. 2:29; 3:9,10; Ro. 1:7; 2 Co. 1:1; Ef. 1:1; Fil. 1:1; Col. 3:12; Hch. 20:32; 26:18; Ro. 15:16; 1 Co. 1:2; 6:11; Ro. 6:1-11.

Si en realidad hemos nacido de nuevo, estamos llamados a reflejar a Cristo en nuestra forma de vida, si no tenemos ese deseo, tal vez no somos regenerados.

2.    La santidad es personal y completa. 1 Ts. 5:23; Ro. 6:19,22.

La santidad es a nivel ontológico es decir que todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu han de reflejar a Cristo, y es personal, es decir que no podemos pretender adjudicarnos la santidad de alguien más a nosotros.

3.    Cristo la origina de esa forma: personal y completa. 1 Co. 6:11; Hch. 20:32; Fil. 3:10; Ro. 6:5,6.

4.    Sus medios: La Palabra y el Espíritu. Jn. 17:17; Ef. 5:26; 3:16-19; Ro. 8:13-14.

EL Espíritu Santo y la Palabra SIEMPRE van de la mano, los vemos operando juntos en la regeneración y por supuesto que en la santificación no es la excepción, El Espíritu Santo vivifica en el creyente la Palabra que Él mismo inspiró, el Poder de la Palabra radica en el Espíritu santo, no es algo místico, o mágico, no es algo separado de Él.

No hay santificación si no hay renovación de la mente, y esto solo es posible cuando el Espíritu Santo lleva la Escritura hasta lo más intimo de nuestro ser.

5.    Su faceta negativa: el pecado es debilitado. Ro. 6:14; Gá. 5:24; Ro. 8:13; Col. 1:11; Ef. 3:16-19; 2 Co. 7:1.

Se dice que es la faceta negativa porque implica la liberación del poder del mal con la virtud del Espíritu Santo, es dejar cada vez más aquello que afecta nuestra comunión de forma negativa con DIOS.

De la misma forma en que un hijo puede estar en una buena o mala relación con su padre, sin que esto afecte su posición o estado de hijo, así también los creyentes, por el hecho de que estamos justificados con la justicia de Cristo una vez y para siempre y por lo tanto somos hijos de DIOS, las acciones pecaminosas de la carne no pueden afectar de ningún modo nuestra nueva posición de justos ni de hijos, pero si puede enfriar o apagar nuestra comunión íntima con el Señor. 1ª Tesalonicenses 5:19.

La Causa Por La Cual Muchos Creyentes Llevan Vidas De Derrota Y Decaen Espiritualmente, Viviendo Sin Dar Fruto Es Porque Su Relación Con DIOS Por Medio De Jesucristo Se Ha Enfriado A Causa De Los Pecados De La Carne.


6.    Su faceta positiva: la gracia es fortalecida y da a luz buenas obras. Efesios 2:10. Ro. 6:13; Ef. 4:22-25; Gá. 5:17. Stg 2:20-22. 2ª Pe 1:5-10.

De la misma manera que en nuestra vida anterior, antes de ser regenerados por el poder del Espíritu Santo, expresábamos lo que era natural en nosotros: malas obras, ahora que hemos nacido de nuevo, en el proceso de reflejar la santificación somos conocidos por practicar buenas obras, pues como dijo el Señor Jesucristo, todo árbol se conoce pro su fruto, el mal árbol da malos frutos, el buen árbol, frutos buenos o buenas obras.

Cuando hablamos de buenas obras, no nos referimos a obras perfectas o inmaculadas, pues ni siquiera los nacidos de nuevo podemos acercarnos a cumplir con todos los requisitos que demanda la ley de DIOS, se les conoce como buenas obras porque DIOS que es bueno, en la Persona de su Hijo Jesucristo es quien las motiva o las inspira en nosotros realizarlas.

Únicamente Los Que Hemos Nacido De Nuevo Podemos Realizar Buenas Obras A Los Ojos De DIOS.

Pero el hecho de que nuestras buenas obras no sean perfectas, no significa que a DIOS no le agraden o no las apruebe, si lo hace es por son En Cristo y por Cristo, por eso es que solo los regenerados podemos realizar dichas buenas obras.

Las buenas obras son necesarias, pero como manifestación de una vida regenerada, no porque sin ellas no podamos recibir la salvación, ni tampoco porque por medio de ellas conservemos la salvación, sino porque somos miembros de Cristo como tales en unión con él, lo menos que podemos hacer es llevar fruto. Juan 15:5.

Las Buenas Obras No Son Necesarias Para La Salvación. Sin Embargo, Dios Exige Que Éstas Se Manifiesten En La Vida De Los Creyentes. Romanos 7:4.


7.    Su necesidad. He. 12:14.

Sin santidad nadie verá al Señor, porque solo los nacidos de nuevo somos santificados.

B. La lucha contra la carne. Esta santificación se efectúa en el hombre en su totalidad, aunque es incompleta en esta vida; todavía quedan algunos remanentes de corrupción en cada parte,1 de donde surge una continua e irreconciliable guerra:2 la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.3

1.    Las raíces de esta lucha. 1 Ts. 5:23; 1 Jn. 1:8,10; Ro. 7:18,23; Fil. 3:12. Juan 13.10. Romanos 6.12.

A pesar de ser regenerados, la carne sigue presente, DIOS Espíritu Santo cambió por completo nuestro ser interior, nuestro espíritu es uno con Él, ahora somos nuevas criaturas espiritualmente hablando, sin embargo, nunca debemos olvidar que la carne sigue presente.

La carne es la que recuerda vívidamente los hábitos pecaminosos y hace que regresemos a la tendencia de practicar dichos hábitos.

EL Pecado Ya No Reina Sobre Nosotros, Pero Aun Habita En Nosotros, En Nuestra Carne.

2.    La naturaleza de esta lucha. 1 Co. 9:24-27; 1 Ti. 1:18; 6:12; 2 Ti. 4:7.

Los restos del pecado en nosotros estarán siempre activos mientras que vivamos, y están luchando continuamente para producir actos pecaminosos.

Cuando el pecado nos deje en paz, entonces nosotros lo podemos dejar en paz. No obstante, esto no ocurrirá nunca en esta vida. El pecado es engañoso y sabe cómo aparentar que está muerto, cuando en realidad todavía está vivo.  Cada día sin excepción, el creyente se encuentra en este conflicto con el pecado. El pecado:

·         Siempre está activo.
·         Siempre está planeando.
·         Siempre está seduciendo.
·         Siempre está tentando.

Diariamente, el pecado nos está derrotando o nosotros le derrotamos a él. Esto continuará así hasta el día de nuestra muerte. No hay ninguna manera de deshacernos permanentemente de los ataques del pecado, no importa cuántos años llevemos en el evangelio, no hay oraciones que lo echen fuera, no hay ayunos que lo acaben para siempre, no hay enseñanzas que lo maten de raíz, no hay otra opción, excepto una guerra continua contra él.

Si el pecado no es frenado, si no es continuamente mortificado, entonces producirá pecados dominantes y escandalosos que dañarán nuestra vida espiritual.

3.    Los combatientes de esta lucha: la carne y el espíritu. Gá. 5:17; 1 P. 2:11.

La lucha es entre la carne y el espíritu, pero debemos entender claramente que los creyentes justificados NO tenemos 2 naturalezas contrarias. Esto es muy importante comprenderlo a fondo, DIOS no pone vino nuevo en odres viejos, no unió luz con tinieblas, no pone paño nuevo en vestido viejo, y no ha puesto dos naturalezas en nosotros, la vieja naturaleza, de pecado o el pecado original ya fue removida de nosotros.

La Presencia Del Pecado Es El Cuerpo, No Reina En Nuestra Alma Y Definitivamente Ya No Está Presente En Nuestro espíritu.
C. El progreso de la gracia. En dicha guerra, aunque la corrupción que aún queda prevalezca mucho por algún tiempo,1 la parte regenerada triunfa a través de la continua provisión de fuerzas por parte del Espíritu santificador de Cristo;2 y así los santos crecen en la gracia, perfeccionando la santidad en el temor de Dios, prosiguiendo una vida celestial, en obediencia evangélica a todos los mandatos que Cristo, como Cabeza y Rey, les ha prescrito en su Palabra.3

1.    La dificultad de este progreso. Ro. 7:23.

No dejaremos de tener el conflicto entre la carne y el espíritu aquí en el tiempo, solo hasta la glorificación.

2.    La certeza de este progreso. Ro. 6:14; 1 Jn. 5:4-5; Ef. 4:15,16. Col 2:6-7.

La victoria en el conflicto de la carne y el espíritu es la Fe en Cristo.

Tenemos la creencia de que la vida cristiana comienza por la fe en Cristo pero que después continua por nuestros propios esfuerzos, cuando la victoria sobre la carne que es andar en el Espíritu se logra solamente por Fe.

3.    La calidad de este progreso. 2 P. 3:18; 2 Co. 7:1; 3:18; 1ª Cor 15:10. Ro 8:29. Fil 2:13

Hay muchos grupos cristianos que piensan que la santificación es una obra del creyente, que ahora que tenemos al Espíritu Santo en nosotros por medio de la regeneración, entonces podemos obtener de Él nuevos recursos o nuevas fuerzas para vivir mejor moralmente, esta no representa la idea bíblica de la santificación.

En la santificación el Espíritu Santo nos va moldeando no a una mejor vida moralmente, esa es una meta pobre para alguien que ha nacido de nuevo, sino que nos moldea a la imagen misma de nuestro Señor Jesucristo.

Y aunque es cierto que en esta obra el crédito es 100% del Señor, también es cierto que se nos llama a ser cooperativos, coparticipes.

La Cooperación Del Creyente No Es Con Su Esfuerzo, Es Con Su Docilidad Al Espíritu Santo.

Nunca debemos olvidar que el agente principal en el proceso de reflejar a Cristo llamado santificación es El Espíritu Santo, no dejaremos de insistir en esta verdad, principalmente porque en esta época el activismo religioso, se ha planteado que el ser humano es quien hace las cosas y que el Espíritu Santo es solo un ayudador, cuando en realidad es todo lo contrario, es El Espíritu santo quien hace todo y nosotros solo estamos a su disposición. Es cierto que los hombres cooperamos en la santificación, pero aun esa cooperación es obra del Espíritu Santo.

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