domingo, 17 de mayo de 2020

Hechos Historia Salutis 31: Primer Gran Persecución De La Iglesia. Hechos 8:1-8.


El octavo capitulo del libro de Hechos es la continuación natural de los dos capítulos anteriores, en el sexto vimos el arresto de Esteban y en el séptimo su defensa y muerte como el primer mártir de la fe cristiana, primero de literalmente miles que le seguirán a lo largo de 2000 años de historia del cristianismo.

Es este octavo capitulo vemos las consecuencias de la muerte de Esteban, la repercusión que tuvo sobre de la primera iglesia y como providencialmente DIOS controla todo para su propia gloria, pues la diáspora o persecución de los cristianos trajo consigo la propagación del evangelio más allá de la ciudad de Jerusalén que es hasta ese entonces, el único lugar donde se estaban predicando las buenas nuevas.

Por el AT sabemos que Jerusalén es una ciudad a la cual todos los judíos querían ir a proclamar su fe. Pero, en el NT Jerusalén se convierte la ciudad desde donde son enviados a proclamar la fe en el Señor Jesucristo. Jesús dijo a los apóstoles que fueran por todo el mundo e hicieran discípulos en todas las naciones Mt. 28:19–20.

En Jerusalén fielmente proclamaron el evangelio de Cristo con todo entusiasmo, de manera que el número de creyentes llegara a los miles. Sin embargo, la iglesia no podía quedar limitada a Jerusalén, porque Jesús había instruido a los apóstoles ser testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta los confines del mundo Hechos 1:8. En la providencia de Dios, la persecución que siguió a la muerte de Esteban forzó a los creyentes a salir por toda Judea y a Samaria, e incluso hasta Fenicia, Chipre, y Antioquía (11:19). Estos cristianos testificaron a gran cantidad de personas en todos los lugares a donde fueron dispersados, con el resultado de que la iglesia continuó creciendo exponencialmente (11:20–21).

8:1b. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.

La muerte de Esteban marca el punto decisivo en la iglesia de Jerusalén. De repente, uno de sus líderes es acusado por los judíos de habla griega y es apresado. Es llevado para comparecer ante la corte suprema de Israel y de ahí es llevado a la muerte sin que se haya dictado un veredicto en su contra. En un tiempo, los habitantes de Jerusalén habían tenido una actitud favorable para con los cristianos, pero ahora se vuelven hostiles al punto de perseguirles.

a. “En aquel día”. Esta frase indica el día durante el cual la persecución se desató en contra de los cristianos. Esta persecución duró por algún tiempo, porque Saulo fue de casa en casa en busca de los creyentes. La palabra persecución aparece en Hechos sólo dos veces (aquí y en 13:50). Lucas agrega el adjetivo descriptivo gran para distinguir este comienzo de la persecución que habían experimentado los apóstoles y Esteban.

b. “Y todos los creyentes fueron esparcidos”. ¿Quiénes están incluidos en el término todos? Podemos barajar tres interpretaciones.

·         La primera es que, literalmente, todos los creyentes sufrieron la persecución y fueron sacados de Jerusalén. Pero aun si cada uno experimentó sus efectos, algunos cristianos permanecieron en la ciudad. El texto indica que los apóstoles quedaron allí. Además, suponemos que María, la madre de Jesús, continuó viviendo con el apóstol Juan. La madre de Juan Marcos, que tenía una casa muy grande, también se quedó allí o muy pronto volvió (12:12).

·         Una segunda posibilidad es que, dado que los judíos helenistas trajeron a Esteban, un judío de habla griega a juicio, esta gente ahora se volvió contra los cristianos judíos y los forzó a dejar la ciudad.

·         Una tercera posibilidad, y a la que nos apegamos por ser la más probable, es que, aunque los cristianos de habla griega recibieron la persecución más seria, los creyentes de habla aramea no estaban exentos. El sumo sacerdote y sus asociados crucificaron a Jesús, apresaron a Pedro y a Juan, sometieron a azotes a los apóstoles, y mataron a Esteban. Por lo tanto, podemos suponer que los líderes del Sanedrín, tanto religiosos como civiles influyeron tanto en la persecución de los cristianos hebreos como en su expulsión de Jerusalén.

Además, cuando Saulo o Pablo iba de casa en casa persiguiendo a los creyentes, probablemente no hacía distinción entre los de habla griega y los de habla aramea. En conclusión, no debemos interpretar el adjetivo todos tan estrictamente. Después de la persecución, la vida en la iglesia de Jerusalén retornó gradualmente a la normalidad, como lo podemos ver poco a poco en la secuencia histórica del mismo libro de Hechos.

c. “salvo los apóstoles”. Lo normal que quienes primero caen presos en una persecución son los dirigentes. No fue este el caso en la primera persecución contra la iglesia. Los apóstoles permanecieron en Jerusalén para dar ánimo a los creyentes que quedaron allí tanto como a los que fueron esparcidos.

Está expresión: esparcidos es muy importante para los judíos que vivían en la dispersión, porque el exilio y las subsecuentes persecuciones afectaron en forma directa sus vidas de formas inimaginables. Ahora la iglesia está entrando en una era de dispersión, situación que se agravaría con el paso del tiempo: Santiago 1:1 y 1ª Pedro 1:1.

Los profetas del AT enseñaron que cuando un judío vivía en la dispersión, por ejemplo, durante el exilio en Babilonia, él estaba recibiendo el justo castigo por su anterior desobediencia. Sin embargo, muy al contrario, la iglesia del NT consideró la dispersión como una decisión divina para que se estableciera un punto de partida a fin de llevar el evangelio a territorios extranjeros, ellos alcanzaron a discernir la Providencia del Señor aun en medio de esta difícil prueba para que el evangelio fuera propagado, es como el profeta Jeremías le enseñaba al pueblo de Israel en los años de la conquista babilónica. Jeremías 15:19.

8:2. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él.

Cuando Lucas dice que ciertos hombres devotos sepultaron a Esteban, está insinuando que esto tuvo lugar pocas horas después de su muerte. Es decir, la persecución aún no había comenzado, por lo que los cristianos temerosos de Dios pudieron atender los oficios para sepultar a Esteban y hacer duelo por él. El entierro lo hicieron el mismo día, porque los judíos no permitirían que un cadáver profanara la tierra.

El Talmud enseña que por ningún criminal ejecutado por la vía de lapidación debía hacerse duelo. Sin embargo, lo más probable es que en este caso la costumbre no haya sido observada debido a que la muerte de Esteban no tuvo ningún viso de legalidad. No se sabe dónde fue sepultado Esteban, porque los criminales por lo general eran echados en una fosa común, lo que si sabemos con certeza es que la muerte de Esteban, el primer mártir cristiano, fue llorada y lamentada sin temores ni reservas.

3. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel.

 “Pero Saulo comenzó a asolar a la iglesia”. Esta es la tercera vez que Lucas menciona a Saulo. Aunque era un discípulo de Gamaliel, Saulo no gozaba de la mesura de su maestro. En cambio, Lucas lo presenta como un hombre como ya dijimos de quizás de unos treinta años de edad, decidido a eliminar a la iglesia de Jesucristo.

Más adelante en este mismo libro de Hechos, encontramos que en sus discursos Pablo dice que, enceguecido por el celo, persiguió a numerosas personas y que cuando eran condenados a muerte, él daba su aprobación. Por lo tanto, su participación en la ejecución de Esteban fue sólo el principio de una sangrienta carrera.

Lucas presenta a Saulo como el inquisidor de Jerusalén que buscaba destruir la iglesia atacando como una bestia salvaje a sus indefensas presas. Al ir casa por casa, Saulo va espantando a los cristianos, metiéndoles en la cárcel. Continuamente arrastra a hombres y mujeres a la prisión, sin siquiera presentarlos ante algún tribunal, al menos en las sinagogas locales para que recibieran su castigo.

Es importante resaltar que antes del arresto de Esteban, sólo los saduceos se oponían a los apóstoles. Con la muerte de Esteban, los fariseos se unieron en la persecución contra la iglesia, como es evidente por las acciones de Pablo quien era fariseo de fariseos. Filipenses 3:5.

Pablo era un fanático de las tradiciones ancestrales de su nación, comprendió que la nueva fe las amenazaba, así que tomó decisiones drásticas: esta gente, pensó, no eran más que meros entusiastas pero equivocados, cuyo sincero aferramiento al error requería un escarmiento para que sean corregidos; pues para él eran impostores conscientes, que proclamaban que Dios había levantado de la tumba para ser Señor y Mesías a un hombre cuya forma de muerte demostraba que sobre él pesaba la maldición divina.

Lucas deja hasta aquí el relato de Saulo, más adelante y hasta el final del libro Pablo será el protagonista principal, pero ahora hay algo más importante, relatar lo que sucedió como consecuencia de la primera gran persecución de la iglesia, para ello echa mano ahora de otro de los diáconos: Felipe.

De los siete varones nombrados por los apóstoles para ministrar a las viudas en Jerusalén, Esteban y Felipe son los únicos cuyas actividades son relatadas por Lucas. Ambos eran judíos de lengua griega que anunciaron el evangelio de Cristo a los judíos que no hablaban el arameo. Esteban fue a los judíos helenistas en Jerusalén, en tanto que Felipe fue a Samaria. Cuando la persecución expulsó a los cristianos de Jerusalén, ellos se fueron a las comunidades rurales de Judea y Samaria. Allí testificaron de Jesucristo y dieron a conocer el evangelio.

4. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

Tertuliano dijo que La sangre de los mártires riega la semilla de la iglesia. Este proverbio que ha perdurado a través del tiempo probó ser verdad para los cristianos que fueron perseguidos a partir de la muerte de Esteban. Ellos dejaron Jerusalén y fueron de lugar en lugar por los campos de Judea y de Samaria.

Dondequiera que llegaban, predicaban las Buenas Nuevas y luego fundaban iglesias. Mientras los judíos estaban acostumbrados a evitar cualquier contacto con los samaritanos, Jesús permaneció con ellos dos días, proclamando el evangelio y ganó numerosos adherentes a la fe. Jn. 4:39-42. La comodidad le hace más daño a la iglesia que la persecución y este pasaje es una prueba indiscutible de ello, y se ha repetido el patrón muchas veces a lo largo de la historia por todo lo ancho del mundo.

De hecho, cada vez que leemos en las Escrituras de algún personaje que iba a ser usado por DIOS, vemos que primeramente DIOS lo que hace es sacarlo de su comodidad personal, de su estado de confort, su zona segura, para hacerlo dejar de confiar en sí mismo y ahora pueda confiar completamente en ÉL.

·         A Abraham lo sacó de la casa de su padre y de toda su familia.
·         A José lo llevó de su casa a ser esclavo y hasta prisionero en Egipto.
·         A Moisés lo saco de la casa del faraón como príncipe en Egipto y lo humillo en la tarea de ser pastor de ovejas.
·         A David lo sacó del palacio de Saúl, de ser su yerno y el hombre favorito en Israel para ser un paria perseguido a muerte.
·         A Elías lo llevo a vivir en una cueva y ser alimentado por cuervos.
·         A Pedro lo sacó de su oficio de toda la vida para hacerlo pescador de hombres.
·         A Pablo lo sacó de la religión de sus antepasados para ser un instrumento escogido.

Es un patrón claramente mostrado en la Escritura, en medio de la adversidad, en medio del fuego de prueba, al salir de la comodidad personal y llevarnos hasta el límite de nuestra suficiencia, cuando todo parece perdido, cuando solo dependemos de DIOS, es entonces que DIOS es glorificado. 2ª Corintios 12:7-9.

La comodidad fuera de Cristo es perjudicial para el ser humano, en el libro de 2ª Samuel capítulos 11 y 12 leemos lo que le pasa al ser humano cuando se amolda a la comodidad temporal: comienza a perder la perspectiva, dejamos de ver las cosas a la eternidad y nos fijamos solo en el aquí y el ahora. Por eso es que de vez en vez DIOS nos sacude de nuestra comodidad, no es disciplina por algo malo que hayamos hecho ni mucho menos un castigo por pecados del pasado, es la manera en que DIOS nos mantiene con la mirada fija en Jesucristo en Hijo de DIOS.

Las enseñanzas antropocéntricas, que nos dicen que DIOS quiere lo mejor para nosotros por eso nos va a dar cosas materiales, nos va a bendecir siempre en nuestro matrimonio, que a nuestra familia siempre le va a ir bien, son un total engaño, si bien es cierto que DIOS si desea lo mejor para nosotros, pero lo mejor para nosotros es que seamos como Cristo en nuestro carácter. Romanos 8:28-29.

Cuando DIOS nos saque de nuestra comodidad, estemos agradecidos de que lo haga, pues de no hacerlo, si nos deja amoldarnos a este mundo perdido, también nosotros estaremos perdidos en la eternidad. 1ª Pedro 4:12-13.

Esto fue lo que sucedió con la iglesia después de la muerte de Esteban, los cristianos judíos de Jerusalén fueron a los samaritanos llevándoles el mensaje de salvación. Uno de estos fue Felipe no el apóstol sino el diácono que también es llamado Felipe el evangelista Hechos 21:8.

Los apóstoles se quedaron en Jerusalén mientras Felipe viajaba a Samaria. Felipe pudo relacionarse con los samaritanos, quienes adoraban en el Monte Gerizim, tanto a los samaritanos como ahora a Felipe les estaba prohibido adorar en el templo de Jerusalén, sin embargo, ahora Felipe sabía que Dios no está limitado para ser adorado a un lugar en particular, sino que puede ser adorado dondequiera.

5. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.

Los traductores han tenido problemas para escoger la forma correcta del versículo cinco, evidencias textuales respaldan fuertemente la forma “Felipe descendió a la ciudad de Samaria” tal y como lo traduce la RVR 1960, pero la mayoría de los traductores prefieren la forma “Felipe descendió a una ciudad de Samaria”.

La capital, Samaria, rebautizada con el nombre de Sebaste por Herodes el Grande, era una ciudad gentil de los tiempos apostólicos. El contexto histórico pareciera estar a favor de una ciudad menos importante, quizás Siquem o Sicar, ubicada cerca del pozo de Jacob. Lucas, sin embargo, no da el nombre exacto de la ciudad, lo que nos impide comprobar su identidad.

Tenemos que recordar que entre las poblaciones de Judea y Samaria había una antigua división cuando se les negó a los samaritanos una participación en la reconstrucción del templo de Jerusalén y ellos erigieron un templo rival en su propio monte sagrado, Gerizim. Con la conquista romana de Palestina en el 63 a.C., se liberó a los samaritanos del dominio judío, pero el NT y los escritos de Josefo ofrecen amplio testimonio de las relaciones poco amistosas que persistieron entre ambos grupos, recordemos que como ofensa los judíos le decían al Señor Jesús: eres samaritano. Juan 8:48.

Es importante recordarlo porque fue una iniciativa osada de parte de Felipe predicar el evangelio a los samaritanos. Estos, sin embargo, compartían con los judíos la esperanza de un salvador venidero a quien veían como el profeta semejante a Moisés de Deuteronomio 18:15–19;24. Felipe podía construir sobre esta esperanza cuando “comenzó a predicarles a Cristo”: los seguidores de Jesús en Jerusalén, tanto “hebreos” como “helenistas”, ya lo habían identificado como el profeta prometido, semejante a Moisés, de acuerdo con el Cuarto Evangelio, tanto Juan el Bautista como Jesús habían estado activos durante un tiempo en esta zona (Jn. 3:23, 4:4–42); su actividad puede haber proporcionado un fundamento sobre el cual edificó Felipe, los samaritanos por lo tanto, fueron los primeros en oír el evangelio de Cristo de boca de los cristianos expulsados de Jerusalén.

6. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.

“Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe”. Tenemos que destacar el paralelismo entre la predicación apostólica y la de Felipe, los apóstoles en Jerusalén predicaron el evangelio con denuedo y la gente escuchaba maravillada de su doctrina, y las señales y milagros vinieron como confirmación del mensaje de salvación nunca fueron el mensaje ni nunca lo serán, del mismo modo ha sucedido con Felipe en Samaria, Felipe predicó y multitudes vinieron a oírle.

“oyendo y viendo las señales que hacía”. Al igual que con los apóstoles, y que, con el mismo Esteban, las señales milagrosas ocurrieron después de la predicación del evangelio no en sustitución de él. En Samaria, Felipe también realizó prodigios y las gentes escucharon atentamente lo que decía y hacía.

El don especial de predicar y realizar milagros, por lo tanto, no estaba limitado a los apóstoles. Esteban y Felipe, comisionados para dar asistencia a los pobres, también poseían este don. Felipe atrajo a la muchedumbre en Samaria por su predicación y el ministerio de sanidad. El griego sugiere que seguía haciendo milagros mientras las gentes seguían escuchando y observando. El interés de las multitudes fue sin interrupción; muchos vinieron a Cristo por medio de la predicación y la evidencia de los milagros divinos.

7. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;

Cuando Jesús comenzó su ministerio, Satanás se opuso haciendo que sus espíritus inmundos poseyeran a numerosas personas. Algunos de estos demonios estaban en los cultos en las sinagogas e identificaron a Jesús como el Santo de Dios Mc. 1:23–26. En los tiempos apostólicos, la posesión demoníaca era una situación también relativamente común.

·         Pedro echó fuera demonios de las personas que venían a él desde los pueblos cercanos a Jerusalén lo leímos en el capítulo 5 versículo 16.
·         Pablo exorcizó un espíritu de una niña esclava en Filipos 16:16–18.
·         También echó fuera demonios mientras enseñaba y predicaba en Éfeso 19:12.
·         Del mismo modo, Felipe echó fuera espíritus inmundos de los samaritanos.

Felipe expulsó a demonios, quienes salieron de las gentes con gran chillido. Sabían que Felipe les hablaba en el nombre y en el poder de Jesús. En su acercamiento a judíos y a gentiles, Pedro, Pablo y Felipe sabían que tenían que vérselas con la oposición de Satanás a Jesucristo, hoy en día sus ataques son más sofisticados, por lo cual difícilmente nos encontraremos con una persona verdaderamente poseída por algún espíritu inmundo, y mucho menos la situación será como en las películas de terror en donde Hollywood hace ver al enemigo como alguien invencible y a los que se oponen a él como pequeños corderitos indefensos.

La realidad es todo lo contrario, si algún día estuviéramos frente a una persona no solo influenciada, sino hasta poseída por un espíritu maligno, nosotros no podemos hacer nada, pero El Espíritu Santo que vive en cada uno de nosotros, fácilmente lo puede echar fuera en el Nombre de Jesús.

El gran teólogo R.C. Sproul escribió:Si bien los demonios todavía continúan actuando, el nivel y la severidad de su actividad como están expresadas en el NT son propias de ese tiempo porque era la "plenitud del tiempo", en la última gran defensa de este mundo contra el Redentor de la humanidad Satanás, por decirlo de algún modo, tiró la casa por la ventana. Con la resurrección y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, el reino de Satanás, y sus demonios, se vio severamente restringido. Sin embargo, tanto Pablo como Juan les advierten a los creyentes que en los tiempos postreros las actividades de Satanás y sus demonios se habrían de incrementar. Aunque los demonios son reales y poderosos, no hay ningún motivo para creer que pudieran llegar a poseer a un cristiano. Podremos ser acosados, tentados, o acusados por los demonios, pero nunca nos podrán controlar. Todos los cristianos tienen al Espíritu Santo morando dentro de sí. Su presencia les garantiza el estar libre de la posesión de los demonios. El Espíritu Santo es más poderoso que cualquier demonio que pueda atacarnos”.

8 así que había gran gozo en aquella ciudad.

Pero Felipe también sanó a cojos y paralíticos. Por su ministerio, la gente recibió sanidad física y sobre todo espiritual. Por eso Lucas dice que había gran gozo en aquella ciudad samaritana el cual es una de las manifestaciones del fruto del Espíritu Santo en los creyentes Gálatas 5:17, el gozo los cristianos lo demuestran especialmente cuando recién vienen a conocer a Cristo.

El gozo de un cristiano, es saber que puede descansar en Cristo en cualquier situación, es saber que puede tener una relación directa con el creador y sustentador del universo y que nada ni nadie puede quitarle eso, por eso es que a los mártires cristiano siempre se les encontraba gozosos de morir por el Señor. El gozo de un cristiano es deleite y contentamiento, bajo cualquier situación, ya sea recién convertidos como los samaritanos o cuando seamos sacados de nuestra comodidad como la primera iglesia de Jerusalén. Filipenses 4:10-13.









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