Una vez que el
malvado consejo judío del sanedrín logró que Pilato crucificara al Señor Jesús,
lo que los evangelios nos narran es una serie de discursos, conocidos como las siete
palabras de la cruz, ya vimos tres de ellas en semanas anteriores, la semana
pasada escudriñamos la llamada palabra de afecto y provisión, la cual se da una
vez que el Señor Jesús ve a María su madre, al pie de la cruz y la deja al
cuidado de su discípulo amado Juan, que había regresado a su lado en estos
terribles momentos.
En estas cortas
pero maravillosas frases, el Señor nuevamente nos da una muestra de su inmenso
amor incondicional, pues en medio del dolor excruciante y, sobre todo, de la
misión más importante que nunca se haya llevado a cabo, la redención del ser
humano, se dio el tiempo no solo de preocuparse por su madre y su discípulo,
sino de proveer para ambos la compañía que iban a necesitar en el futuro
cercano.
La siguiente
palabra es narrada en dos evangelios, el de Marcos y este de Mateo, en ambos
libros encontramos el mismo relato, prácticamente sin alteraciones, por lo
tanto, nos quedaremos únicamente en el libro de Mateo.
Mateo
27:45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora
novena.
Desde las nueve de
la mañana hasta el mediodía el Calvario había sido un lugar de mucha actividad.
Los soldados habían realizado sus diversas tareas en la crucifixión. Los
transeúntes habían blasfemado. Los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos
se habían mofado. Los ladrones lo habían insultado, aunque uno de ellos se
había arrepentido, Jesús ya había pronunciado sus primeras tres palabras.
Entonces a las doce ocurre algo de un carácter muy dramático. Repentinamente la
tierra se oscurece en cumplimiento de la profecía de Amós
8:9 Acontecerá en
aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y
cubriré de tinieblas la tierra en el día claro.
El solo hecho de
que se mencione esta oscuridad muestra que ella debe haber sido intensa e inolvidable.
Además, ocurrió cuando menos se esperaba, al mediodía, y duró tres horas. Mucho
se ha escrito sobre esta oscuridad.
·
¿Qué la causó?
·
¿Cuánto territorio abarcó?
·
¿Tenía algún significado?
En cuanto a lo
primero se da muy poca información. Lo que podemos afirmar con toda certeza es
que Dios la produjo. Pero cuando se formula una segunda pregunta: ¿Por qué medio?, no se
puede dar una respuesta completamente satisfactoria. Una tormenta repentina,
aun cuando hubiera durado tres horas, no habría abarcado todo el país y
probablemente no se hubiera considerado digna de una mención especial. Se sabe
que la tormenta negra causada por el viento del desierto generalmente produce
tal oscuridad, pero se ha descartado también por los expertos por no encontrar
indicios de ella.
Lucas
23:44-45 parecería proporcionar la respuesta que estamos
buscando: el sol se oscureció. Algunas traducciones dicen que el sol se eclipsó, la palabra usada por
Lucas es skotizo (σκοτίζω, G4654) significa oscurecer o entenebrecer literalmente.
Por lo tanto, esta
no puede referirse a un eclipse en el sentido técnico o astronómico de la palabra.
No hay una explicación científica que nos aclare al 100% el hecho de las
tinieblas que cubrieron la tierra durante 3 horas, hay quienes alegan un
eclipse solar, pero aparte de que no duran tanto tiempo, era la pascua, la cual
siempre coincide con la luna llena, lo cual hace imposible que haya un eclipse.
La mejor respuesta
es considerar lo que ocurrió aquí como un milagro, un acto especial de Dios y
no seguir preguntando más acerca de causas secundarias.
A segunda
incógnita que surge es ¿Cuánto territorio abarcó? El relato dice hubo
tinieblas sobre toda la tierra. Aquí también
tenemos que abstenernos de dar una respuesta definitiva. Nada sacamos con decir
que cuando la luz del sol se apaga la mitad del globo debe quedar a oscuras. La
luz del sol podría apagarse para un cierto país o región, como en Éxodo
10:22-23 en las 10 plagas.
Lutero, Calvino,
Zahn, y varios teólogos más, prefieren la traducción país en 27:45. Se ha señalado que, si la oscuridad fue muy extensa y alcanzó hasta la
India, tendría que haberse preservado algún relato en la literatura secular.
A pesar de haber
algunas menciones, es imposible determinar el valor de tales referencias. Por
lo tanto, aquí también probablemente sea mejor refrenarse de dar una respuesta
definitiva. Si la traducción que mejor se apega es país o región en
lugar de tierra el hecho que realmente hay que resaltar es lo extensa
que fue esa oscuridad a mediodía.
En cuanto a la
tercera pregunta, que es la que realmente importa contestar ¿Tuvo algún
significado? Definitivamente así es. Sí, tuvo un significado muy importante. La
oscuridad significaba juicio, el juicio de Dios sobre nuestros pecados, su ira
como si estuviera ardiendo en el corazón mismo de Jesús, de tal modo que él
como nuestro Substituto sufrió la más intensa agonía, un dolor indescriptible,
un aislamiento y abandono terrible.
Aquel día el infierno
vino al Calvario y el Cristo lo vivó allí y llevó sus horrores en nuestro
lugar, por nosotros. ¿Cómo sabemos que esta respuesta es la correcta? Por los
siguientes 3 puntos:
a. En las Escrituras la oscuridad muchas veces es un símbolo de juicio.
Isaías 5:30. 60:2; Joel 2:30-31. Amós 5:18–20. Sofonías 1:14–18. Mateo 24:29- 30.
Hechos 2:20. 2ª Pedro 2:17. Apocalipsis 6:12–17.
b. Con miras a su muerte inminente el SeñoR Jesús había declarado que estaba
por dar su vida en rescate por muchos. Mateo
20:28. 26:28. Marcos 10:45.
c. La agonía sufrida por nuestro Señor durante estas tres horas era tal que
finalmente pronunció las palabras explicativas del v. 46:
46.
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
La conexión entre
la oscuridad y el grito es muy estrecha: fue un símbolo de lo que estaba
ocurriendo en ese lugar: nuestros pecados estaban recayendo todos sobre nuestro
Señor Jesucristo. 2ª Corintios 5:21. 1ª
Pedro 2:24. Isaías 53.
Los primeros 3 clamores se emitieron a la luz del día, pero este cuarto
el clamor fue en medio de las tinieblas que cubrieron la tierra, ese grito de
abandono, como también es conocido, ocurrió cuando el Padre demostró su
justicia y su amor al derramar su ira sobre de su hijo.
Este grito de
angustia salió de la boca del Salvador poco antes morir. En los Evangelios no
se relata lo que ocurrió entre las doce y las tres. Lo que sabemos es que
durante estas tres horas de intensas tinieblas Jesús sufrió agonías
indescriptibles. Estaba siendo hecho pecado por nosotros, estaba siendo hecho maldición
por nuestra causa. Estaba siendo herido por nuestras transgresiones y molido
por nuestros pecados. El Padre estaba cargando en él el pecado de todos
nosotros literalmente.
El estado de
humillación que comenzó en el día en que se encarnó estaba llegando a su
clímax: el abandono aun de parte de su Padre. Muchos se han preguntado: pero
¿cómo podría Dios abandonar a Dios? La respuesta debe ser que Dios el Padre
abandonó al Hijo en cuanto a su naturaleza humana de forma muy real y
agonizante. El sentido no puede ser que hubo un tiempo en que Dios el Padre
dejó de amar a su Hijo tampoco se rompió la Santísima Trinidad, eso es
imposible por el atributo llamado inmutabilidad.
Lo que pasó ahí es
que la comunión intima entre el Padre y el Hijo se vio estorbada por el pecado
que estaba recayendo sobre del Hijo, pero aún más,
la copa de la ira de DIOS, la cual el Señor deseaba que no pasará en su vida,
estaba siendo derramada sobre de él en esos mismos instantes, es por ello, que
en medio de toda esa agonía el Señor Jesús clama el Salmo
22.1.
¿Qué significa entonces ese grito, ese clamor, ese quejido de abandono
que salió de los labios de Jesús? Lo
primero que debemos de entender es que ese grito reflejó una angustia física
real, pues Jesús fue 100% humano. Pero de ninguna manera puede
significar que el Hijo haya en alguna forma rechazado o reclamado algo al Padre,
mucho menos la herética, ridícula y malsana declaración del hijo de Jesús
Adrián romero de que Jesús se volvió ateo en la cruz.
Lo segundo y a pesar de que no lo parezca, esa oración de Jesús
agonizando fue una oración de confianza absoluta en la fidelidad de DIOS y no
de desesperación o reclamo de su parte,
en su mayor angustia Jesús clama a su único consuelo y amparo, no hay
rebelión en sus palabras, no exige una intervención divina por parte de su
Padre, al ser abandonado por todos, incluso su Padre aun así le manifiesta su
dolor, es tanto su amor y comunión con el Padre que en ese momento le comunica
su dolor y desesperación.
Cuando oró porque lázaro resucitara, Jesús exclamó Padre yo sé que
siempre me oyes, ahora Él clama DIOS mío ¿Por qué me has abandonado? En
mención directa del Salmo 22:1. En el Salmo 22 se muestra la fidelidad
inquebrantable del Salvador y la confianza en Dios que fue más que evidente.
En este precioso salmo se muestra lo más profundo de su corazón para
llevar a cabo la misión redentora. Job había dicho de Dios: Aunque Él me
mate todavía voy a confiar en Él, Job 13:15 y aunque la ira de
Dios contra el pecado descansó sobre Cristo, no obstante, Él siguió confiando
en su DIOS. Era un grito de angustiosa confianza, era como gritar: Padre, me
duele mucho este momento, pero estoy realizando lo que pactamos en la
eternidad: la redención de los tuyos.
Es relativamente fácil confiar en Dios, mientras que el sol está
brillando, pero la prueba llega cuando todo está oscuro. Una fe que no descansa
en Dios en medio de la adversidad como en la prosperidad no es la fe de los
escogidos de Dios: Debemos tener fe para vivir como también tener fe para
morir.
El Salvador había sido enviado por Dios al vientre de su madre, y lo
acompañó en su ministerio terrenal de 33 años, más ahora en la hora de la
muerte, se encuentra abandonado por Dios, DIOS no va a intervenir por que ese
es el plan desde antes de fundar el cosmos.
ABANDONADO,
es una palabra muy fuerte en cualquier cultura, ser un hijo abandonado,
un esposo abandonado hasta un novio abandonado es un dolor fuerte
emocionalmente, tal vez haya hasta madres desnaturalizadas que abandonan a sus
hijos, de los humanos podemos esperar cualquier cosa, ¿Pero de DIOS? De DIOS solo esperamos consuelo, ayuda, socorro,
su presencia amorosa en la desesperación pues sin DIOS NO SOMOS NADA.
Y allí estaba Jesús en el momento más doloroso de su vida, clavado a la
cruz, sin poder moverse, pagando el precio de nuestras vidas, llevando nuestra
culpa y encima de todo abandonado por el Padre de la Gloria.
Si nosotros que somos pecadores consideramos horrible la idea de ser
abandonados por DIOS, piense entonces el sufrimiento de Jesús quien por toda la
eternidad había estado al lado del Padre en perfecta comunión.
·
DIOS no abandonó a Abraham en el monte Moriah cuando iba a sacrificar a
Isaac.
·
No abandonó a su pueblo cuando estaban parados frente al mar rojo.
·
No los abandonó cuando tomaron la tierra prometida.
·
No abandonó a David cuando peleo contra Goliat.
·
No abandonó a los tres en el horno de fuego.
·
No abandonó a Daniel en el foso de los leones.
¿Cómo entonces en el momento más crítico de su vida abandonó a Jesús? ¿Por
qué tuvo que ser de esa manera? ¿No podía ser de otra forma? En primer lugar,
si así fue el pan de DIOS y Él es Omnisciente no debe quedar lugar a dudas que
así debería de ser.
¿Por qué fue así? Debemos de entender bien las cosas, la expresión DIOS mío, DIOS mío, ¿Por qué me has
desamparado? Como ya lo entendimos está registrada en el Salmo 22, el cual es Jesús aprendió
desde pequeño, este salmo Mesiánico, apunta a la cruz y los sufrimientos que
pasarían en ella: Salmo 22:1-3.
El versículo 3 dice al principio: Tu eres Santo, vayamos ahora a Habacuc 1:13. Dios
tuvo que abandonar a su hijo en la cruz pues él es Santo y en esas 3 horas nuestros
pecados recayeron en Jesús, por lo tanto, NO podían seguir en comunión.
La consecuencia más terrible del pecado es la separación entre el
creador y la criatura, el pecado fue lo que separó tanto a Adán de DIOS como al
DIOS mismo del Hijo en la cruz. Por eso Cristo no quería beber de esa copa, no
tanto por el dolor físico, sino por el dolor de estar separado de su Padre, el
Padre abandonó a su Hijo porque su santidad así lo exigía: Isaías 59:2. 2ª Tesalonicenses 1:5-9.
Ahora nos damos cuenta hasta donde estuvo dispuesto a ir Jesús con tal
de Salvarnos, dejo la majestad del tercer cielo, pero fue más allá, dejo de ser
igual a DIOS para convertirse en ser humano, pero fue más allá, dejo de ser Rey
para convertirse en siervo, pero siguió adelante, sufrió vergüenza y rechazo
por parte de los hombres, pero eso no fue todo, para poder salvarnos estuvo
dispuesto hasta a ser abandonado por su Padre mismo.
Jesús Fue
abandonado por DIOS para que nosotros seamos aceptados por ÉL.
En la cruz Jesús pronuncio palabras de angustia para Él, pero de
esperanza para nosotros, diciendo que estaba siendo abandonado por DIOS para
que nosotros fuéramos encontrados, perdonados, aceptados y amados, el pronunció
estas palabras en medio de la oscuridad para que nosotros pudiéramos andar en
luz.
DIOS le dio literalmente la espalda a Jesucristo, lo abandonó al estar
colgado en la cruz del calvario a causa de nuestro pecado sobre él, de esta
forma Jesucristo aseguro para siempre que aun a pesar de que llegamos a fallar
en nuestro caminar y cometemos pecados en la carne, DIOS no nos da la espalda,
él ya lo hizo con esos pecados, pero no a nosotros, sino a su hijo Unigénito.
Es por eso que la biblia llama al amor de Cristo un don inefable, es decir que no
se puede expresar con palabras. 2ª
Corintios 9:15.
Sentir Que
Dios Está Ausente Es La Más Dura Prueba Que Podamos Pasar Sus Hijos.
Pero en realidad DIOS nunca se aparta de nuestro lado, él jamás nos
dejará ni nos abandonará, esto es debido en primer lugar a su naturaleza
inmutable pero también es por el sacrifico de Jesucristo, quien al colgar de la
cruz exclamó: ¿DIOS mío Por qué me has
abandonado?