domingo, 30 de junio de 2019

El Evangelio De Juan 131: Palabra De Angustia. Mateo 27:45-46.


Una vez que el malvado consejo judío del sanedrín logró que Pilato crucificara al Señor Jesús, lo que los evangelios nos narran es una serie de discursos, conocidos como las siete palabras de la cruz, ya vimos tres de ellas en semanas anteriores, la semana pasada escudriñamos la llamada palabra de afecto y provisión, la cual se da una vez que el Señor Jesús ve a María su madre, al pie de la cruz y la deja al cuidado de su discípulo amado Juan, que había regresado a su lado en estos terribles momentos.

En estas cortas pero maravillosas frases, el Señor nuevamente nos da una muestra de su inmenso amor incondicional, pues en medio del dolor excruciante y, sobre todo, de la misión más importante que nunca se haya llevado a cabo, la redención del ser humano, se dio el tiempo no solo de preocuparse por su madre y su discípulo, sino de proveer para ambos la compañía que iban a necesitar en el futuro cercano.

La siguiente palabra es narrada en dos evangelios, el de Marcos y este de Mateo, en ambos libros encontramos el mismo relato, prácticamente sin alteraciones, por lo tanto, nos quedaremos únicamente en el libro de Mateo.

Mateo 27:45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

Desde las nueve de la mañana hasta el mediodía el Calvario había sido un lugar de mucha actividad. Los soldados habían realizado sus diversas tareas en la crucifixión. Los transeúntes habían blasfemado. Los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos se habían mofado. Los ladrones lo habían insultado, aunque uno de ellos se había arrepentido, Jesús ya había pronunciado sus primeras tres palabras. Entonces a las doce ocurre algo de un carácter muy dramático. Repentinamente la tierra se oscurece en cumplimiento de la profecía de Amós 8:9 Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro.

El solo hecho de que se mencione esta oscuridad muestra que ella debe haber sido intensa e inolvidable. Además, ocurrió cuando menos se esperaba, al mediodía, y duró tres horas. Mucho se ha escrito sobre esta oscuridad.

·         ¿Qué la causó?
·         ¿Cuánto territorio abarcó?
·         ¿Tenía algún significado?

En cuanto a lo primero se da muy poca información. Lo que podemos afirmar con toda certeza es que Dios la produjo. Pero cuando se formula una segunda pregunta: ¿Por qué medio?, no se puede dar una respuesta completamente satisfactoria. Una tormenta repentina, aun cuando hubiera durado tres horas, no habría abarcado todo el país y probablemente no se hubiera considerado digna de una mención especial. Se sabe que la tormenta negra causada por el viento del desierto generalmente produce tal oscuridad, pero se ha descartado también por los expertos por no encontrar indicios de ella.

Lucas 23:44-45 parecería proporcionar la respuesta que estamos buscando: el sol se oscureció. Algunas traducciones dicen que el sol se eclipsó, la palabra usada por Lucas es skotizo (σκοτίζω, G4654) significa oscurecer o entenebrecer literalmente.

Por lo tanto, esta no puede referirse a un eclipse en el sentido técnico o astronómico de la palabra. No hay una explicación científica que nos aclare al 100% el hecho de las tinieblas que cubrieron la tierra durante 3 horas, hay quienes alegan un eclipse solar, pero aparte de que no duran tanto tiempo, era la pascua, la cual siempre coincide con la luna llena, lo cual hace imposible que haya un eclipse.

La mejor respuesta es considerar lo que ocurrió aquí como un milagro, un acto especial de Dios y no seguir preguntando más acerca de causas secundarias.

A segunda incógnita que surge es ¿Cuánto territorio abarcó? El relato dice hubo tinieblas sobre toda la tierra. Aquí también tenemos que abstenernos de dar una respuesta definitiva. Nada sacamos con decir que cuando la luz del sol se apaga la mitad del globo debe quedar a oscuras. La luz del sol podría apagarse para un cierto país o región, como en Éxodo 10:22-23 en las 10 plagas.

Lutero, Calvino, Zahn, y varios teólogos más, prefieren la traducción país en 27:45. Se ha señalado que, si la oscuridad fue muy extensa y alcanzó hasta la India, tendría que haberse preservado algún relato en la literatura secular.

A pesar de haber algunas menciones, es imposible determinar el valor de tales referencias. Por lo tanto, aquí también probablemente sea mejor refrenarse de dar una respuesta definitiva. Si la traducción que mejor se apega es país o región en lugar de tierra el hecho que realmente hay que resaltar es lo extensa que fue esa oscuridad a mediodía.

En cuanto a la tercera pregunta, que es la que realmente importa contestar ¿Tuvo algún significado? Definitivamente así es. Sí, tuvo un significado muy importante. La oscuridad significaba juicio, el juicio de Dios sobre nuestros pecados, su ira como si estuviera ardiendo en el corazón mismo de Jesús, de tal modo que él como nuestro Substituto sufrió la más intensa agonía, un dolor indescriptible, un aislamiento y abandono terrible.

Aquel día el infierno vino al Calvario y el Cristo lo vivó allí y llevó sus horrores en nuestro lugar, por nosotros. ¿Cómo sabemos que esta respuesta es la correcta? Por los siguientes 3 puntos:

a.    En las Escrituras la oscuridad muchas veces es un símbolo de juicio. Isaías 5:30. 60:2; Joel 2:30-31. Amós 5:18–20. Sofonías 1:14–18. Mateo 24:29- 30. Hechos 2:20. 2ª Pedro 2:17. Apocalipsis 6:12–17.

b.    Con miras a su muerte inminente el SeñoR Jesús había declarado que estaba por dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28. 26:28. Marcos 10:45.

c.    La agonía sufrida por nuestro Señor durante estas tres horas era tal que finalmente pronunció las palabras explicativas del v. 46:

46. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

La conexión entre la oscuridad y el grito es muy estrecha: fue un símbolo de lo que estaba ocurriendo en ese lugar: nuestros pecados estaban recayendo todos sobre nuestro Señor Jesucristo. 2ª Corintios 5:21. 1ª Pedro 2:24. Isaías 53.

Los primeros 3 clamores se emitieron a la luz del día, pero este cuarto el clamor fue en medio de las tinieblas que cubrieron la tierra, ese grito de abandono, como también es conocido, ocurrió cuando el Padre demostró su justicia y su amor al derramar su ira sobre de su hijo.

Este grito de angustia salió de la boca del Salvador poco antes morir. En los Evangelios no se relata lo que ocurrió entre las doce y las tres. Lo que sabemos es que durante estas tres horas de intensas tinieblas Jesús sufrió agonías indescriptibles. Estaba siendo hecho pecado por nosotros, estaba siendo hecho maldición por nuestra causa. Estaba siendo herido por nuestras transgresiones y molido por nuestros pecados. El Padre estaba cargando en él el pecado de todos nosotros literalmente.

El estado de humillación que comenzó en el día en que se encarnó estaba llegando a su clímax: el abandono aun de parte de su Padre. Muchos se han preguntado: pero ¿cómo podría Dios abandonar a Dios? La respuesta debe ser que Dios el Padre abandonó al Hijo en cuanto a su naturaleza humana de forma muy real y agonizante. El sentido no puede ser que hubo un tiempo en que Dios el Padre dejó de amar a su Hijo tampoco se rompió la Santísima Trinidad, eso es imposible por el atributo llamado inmutabilidad.

Lo que pasó ahí es que la comunión intima entre el Padre y el Hijo se vio estorbada por el pecado que estaba recayendo sobre del Hijo, pero aún más, la copa de la ira de DIOS, la cual el Señor deseaba que no pasará en su vida, estaba siendo derramada sobre de él en esos mismos instantes, es por ello, que en medio de toda esa agonía el Señor Jesús clama el Salmo 22.1.

¿Qué significa entonces ese grito, ese clamor, ese quejido de abandono que salió de los labios de Jesús?  Lo primero que debemos de entender es que ese grito reflejó una angustia física real, pues Jesús fue 100% humano. Pero de ninguna manera puede significar que el Hijo haya en alguna forma rechazado o reclamado algo al Padre, mucho menos la herética, ridícula y malsana declaración del hijo de Jesús Adrián romero de que Jesús se volvió ateo en la cruz.

Lo segundo y a pesar de que no lo parezca, esa oración de Jesús agonizando fue una oración de confianza absoluta en la fidelidad de DIOS y no de desesperación o reclamo de su parte,  en su mayor angustia Jesús clama a su único consuelo y amparo, no hay rebelión en sus palabras, no exige una intervención divina por parte de su Padre, al ser abandonado por todos, incluso su Padre aun así le manifiesta su dolor, es tanto su amor y comunión con el Padre que en ese momento le comunica su dolor y desesperación.




Cuando oró porque lázaro resucitara, Jesús exclamó Padre yo sé que siempre me oyes, ahora Él clama DIOS mío ¿Por qué me has abandonado? En mención directa del Salmo 22:1. En el Salmo 22 se muestra la fidelidad inquebrantable del Salvador y la confianza en Dios que fue más que evidente.

En este precioso salmo se muestra lo más profundo de su corazón para llevar a cabo la misión redentora. Job había dicho de Dios: Aunque Él me mate todavía voy a confiar en Él, Job 13:15 y aunque la ira de Dios contra el pecado descansó sobre Cristo, no obstante, Él siguió confiando en su DIOS. Era un grito de angustiosa confianza, era como gritar: Padre, me duele mucho este momento, pero estoy realizando lo que pactamos en la eternidad: la redención de los tuyos.

Es relativamente fácil confiar en Dios, mientras que el sol está brillando, pero la prueba llega cuando todo está oscuro. Una fe que no descansa en Dios en medio de la adversidad como en la prosperidad no es la fe de los escogidos de Dios: Debemos tener fe para vivir como también tener fe para morir.

El Salvador había sido enviado por Dios al vientre de su madre, y lo acompañó en su ministerio terrenal de 33 años, más ahora en la hora de la muerte, se encuentra abandonado por Dios, DIOS no va a intervenir por que ese es el plan desde antes de fundar el cosmos.

ABANDONADO, es una palabra muy fuerte en cualquier cultura, ser un hijo abandonado, un esposo abandonado hasta un novio abandonado es un dolor fuerte emocionalmente, tal vez haya hasta madres desnaturalizadas que abandonan a sus hijos, de los humanos podemos esperar cualquier cosa, ¿Pero de DIOS?  De DIOS solo esperamos consuelo, ayuda, socorro, su presencia amorosa en la desesperación pues sin DIOS NO SOMOS NADA.

Y allí estaba Jesús en el momento más doloroso de su vida, clavado a la cruz, sin poder moverse, pagando el precio de nuestras vidas, llevando nuestra culpa y encima de todo abandonado por el Padre de la Gloria.

Si nosotros que somos pecadores consideramos horrible la idea de ser abandonados por DIOS, piense entonces el sufrimiento de Jesús quien por toda la eternidad había estado al lado del Padre en perfecta comunión.

·         DIOS no abandonó a Abraham en el monte Moriah cuando iba a sacrificar a Isaac.
·         No abandonó a su pueblo cuando estaban parados frente al mar rojo.
·         No los abandonó cuando tomaron la tierra prometida.
·         No abandonó a David cuando peleo contra Goliat.
·         No abandonó a los tres en el horno de fuego.
·         No abandonó a Daniel en el foso de los leones.

¿Cómo entonces en el momento más crítico de su vida abandonó a Jesús? ¿Por qué tuvo que ser de esa manera? ¿No podía ser de otra forma? En primer lugar, si así fue el pan de DIOS y Él es Omnisciente no debe quedar lugar a dudas que así debería de ser.

¿Por qué fue así? Debemos de entender bien las cosas, la expresión DIOS mío, DIOS mío, ¿Por qué me has desamparado? Como ya lo entendimos está registrada en el Salmo 22, el cual es Jesús aprendió desde pequeño, este salmo Mesiánico, apunta a la cruz y los sufrimientos que pasarían en ella: Salmo 22:1-3.

El versículo 3 dice al principio: Tu eres Santo, vayamos ahora a Habacuc 1:13.  Dios tuvo que abandonar a su hijo en la cruz pues él es Santo y en esas 3 horas nuestros pecados recayeron en Jesús, por lo tanto, NO podían seguir en comunión.

La consecuencia más terrible del pecado es la separación entre el creador y la criatura, el pecado fue lo que separó tanto a Adán de DIOS como al DIOS mismo del Hijo en la cruz. Por eso Cristo no quería beber de esa copa, no tanto por el dolor físico, sino por el dolor de estar separado de su Padre, el Padre abandonó a su Hijo porque su santidad así lo exigía: Isaías 59:2. 2ª Tesalonicenses 1:5-9.

Ahora nos damos cuenta hasta donde estuvo dispuesto a ir Jesús con tal de Salvarnos, dejo la majestad del tercer cielo, pero fue más allá, dejo de ser igual a DIOS para convertirse en ser humano, pero fue más allá, dejo de ser Rey para convertirse en siervo, pero siguió adelante, sufrió vergüenza y rechazo por parte de los hombres, pero eso no fue todo, para poder salvarnos estuvo dispuesto hasta a ser abandonado por su Padre mismo.

Jesús Fue abandonado por DIOS para que nosotros seamos aceptados por ÉL.

En la cruz Jesús pronuncio palabras de angustia para Él, pero de esperanza para nosotros, diciendo que estaba siendo abandonado por DIOS para que nosotros fuéramos encontrados, perdonados, aceptados y amados, el pronunció estas palabras en medio de la oscuridad para que nosotros pudiéramos andar en luz.

DIOS le dio literalmente la espalda a Jesucristo, lo abandonó al estar colgado en la cruz del calvario a causa de nuestro pecado sobre él, de esta forma Jesucristo aseguro para siempre que aun a pesar de que llegamos a fallar en nuestro caminar y cometemos pecados en la carne, DIOS no nos da la espalda, él ya lo hizo con esos pecados, pero no a nosotros, sino a su hijo Unigénito. Es por eso que la biblia llama al amor de Cristo un don inefable, es decir que no se puede expresar con palabras. 2ª Corintios 9:15.

Sentir Que Dios Está Ausente Es La Más Dura Prueba Que Podamos Pasar Sus Hijos.

Pero en realidad DIOS nunca se aparta de nuestro lado, él jamás nos dejará ni nos abandonará, esto es debido en primer lugar a su naturaleza inmutable pero también es por el sacrifico de Jesucristo, quien al colgar de la cruz exclamó: ¿DIOS mío Por qué me has abandonado?



miércoles, 26 de junio de 2019

Bibliología. Tema 20: Bibliolatría. Cita: 1a Corintios 3:11.


La autoridad Bíblica es una de sus características fundamentales, y al mismo tiempo es una prueba contundente de su autoría divina, no hay lugar a dudas después de estudiar el respaldo científico, histórico, arqueológico y probabilístico de que la Biblia es la palabra de DIOS.

Sin embargo, como lo vimos en clases pasadas, la neortodoxia lanza ataques sutiles, pero igual o hasta más peligrosos que los que recibe de fuera por parte de sus detractores declarados, estos ataques lo que hacen es minar precisamente la autoridad de la Escritura.

Uno de estos ataques lo vimos la semana pasada, es tratar de mitologizar relatos históricos clave para nuestra doctrina fundamental, en específico vimos que son los relatos de los primeros once capítulos del libro de Génesis, proponiendo que la teoría del universo longevo y los relatos bíblicos pueden armonizar sin ningún problema de por medio.

Pero no es el único ataque que la neortodoxia lanza contra la autoridad de la Escritura, hay otra ofensiva que suena bastante cristiana, piadosamente reflexiva y profunda, y aún fundamental, pero que en el fondo lo único que hace es despreciar la Biblia como fundamento cristiano.

Es la afirmación de que la Biblia es una autoridad porque nos lleva a Cristo. Que por eso hay que leerla con cuidado y devoción.

¿Quién de entre la mayoría de los cristianos podría notar alguna cosa extraña ante las siguientes declaraciones?

·         ¿Crees en un libro o en una persona?
·         La Biblia NO ES la Palabra de Dios. Jesús lo es.
·         La Biblia no es el fundamento. Jesús lo es.
·         Decir que la Biblia es la Palabra de Dios o el fundamento es bibliolatría.

Sutilmente este tipo de argumentos denigra la autoridad de la Escritura, decir que el fundamento de la fe cristiana no está en la Biblia sino en la persona de Jesús suena muy lógico y espiritual, más si alimentamos esta idea con textos como: 1ª Corintios 3.11. 1ª Corintios 10.4.  y 1ª Pedro 2:4-7. Donde nos dice que el fundamento es Cristo y la roca o piedra de ángulo es el Señor Jesucristo.

Y luego nos dicen que Juan 1.1 no expresa que la Palabra o el Verbo es un libro sino Cristo. Todo esto fácilmente nos lleva a concluir que La Biblia no es el fundamento, ni la roca ni la Palabra, sino Jesús.

Citando a un neo ortodoxo: A veces creo que la iglesia fundamentalista ha cambiado Juan 14:6 para que diga: Nadie viene al Padre si no es por la Biblia. Tenemos que depender mucho más de Dios mismo que de una colección especifica de libros.

Un cristiano poco preparado, fácilmente puede caer es esta sutil pero peligrosa herejía, y termine bebiendo el veneno del escepticismo que el camino final al cual nos lleva este tipo de declaraciones, porque:

Si el fundamento no está en la Escritura, entonces no hay un ancla firme a la cual nos podamos aferrar.

Para responder a la oposición de ¿Cómo hicieron los apóstoles y los primeros cristianos si no había N.T.? tenían el Antiguo Testamento, el cual citaron y utilizaron en numerosas ocasiones, además por eso en el periodo fundacional de la iglesia los dones extraordinarios del Espíritu Santo fluyeron, como prueba y muestra del respaldo divino, de la obra creciente y de la inspiración de los Escritos que formaron el canon del N.T.

Para poder enfrentar esta media verdad y sacar del error a los que hayan caído en ella es necesario entender correctamente dos conceptos:

1.    Jesús Es El Fundamento, La Roca Y La Palabra.
2.    La Biblia es la revelación y fuente primaria, infalible, suficiente e inerrante de la autoridad de Dios.

Así como sucede con la fe y el arrepentimiento, la regeneración y la conversión, Jesús y la Palabra van siempre de la mano, son dos caras de la misma moneda, son verdades paralelas e inseparables una de la otra o de lo contrario solo tendremos el camino a un error fatal.

Una parábola servirá para explicar la relación de ambas afirmaciones. Mateo 7:24-26.

En este pasaje Jesús dice que los que oyen sus palabras y las ponen en práctica son como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca, pero los que lo oyen y no practican lo que él dice, son como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena y al venir las tormentas todo se desplomó.

Cuando Jesús habla de sus palabras de estas palabras, está subrayando que a ellas pertenece toda la autoridad. Obedecer a Jesús es ser sabio y engañarse siendo falso es insensato.

Entonces ¿cómo sabemos nosotros cuáles son estas palabras (v.24) de Jesús? Únicamente a través de LA BIBLIA.

La Biblia no es Jesús ontológicamente hablando, pero sabemos de las Palabras de Jesús (llenas de su autoridad) por la Biblia.

Si la Biblia es Jesús de forma literal, caeríamos en lo que ha caído el catolicismo romano con la eucaristía, ellos adoran y se postran ante el trozo de pan llamado hostia porque su dogma dicta que el Señor Jesucristo, literalmente hablando, se ha transubstanciado en ese pedazo de pan y por lo tanto le rinden pleitesía y adoración.

No es correcto tratar nuestras biblias (estoy hablando del libro de papel en sí) como si fuera Cristo mismo, eso sí es bibliolatría. 




Dejemos los malos hábitos, si es que los tenemos todavía, como, por ejemplo:

·         Siempre llevar una biblia para estar protegidos (o nos de suerte).
·         Dejar nuestra biblia abierta en casa para que su energía llene el lugar.
·         Dormir con la biblia cerca (abierta en el Salmo 91).
·         No querer maltratarla y por ello no la leen.
·         Pensar que tenerla mutilada por el uso es malo (más allá de no saber cuidar un libro más).

Mejor actuemos como el hombre prudente ¿Cómo estamos seguros de qué actuamos como el hombre prudente?

Lo sabemos porque LA BIBLIA nos revela el carácter, vida, obra y palabras de Jesús, y por medio del Espíritu Santo somos guiados a vivir la vida que Dios quiere de nosotros:

·         Juan16:13-15.
·         Romanos 8.14.
·         1ª Corintios 2:13.

Es en este contexto en el cual podemos afirmar legítimamente que Jesús no es literalmente la Biblia, sabiendo que es imposible dejar de depender única y exclusivamente de la Biblia para seguir a Jesús. Hay que ir una y otra vez a ella para conocer estas palabras. (Mt. 7.24) suyas.

En este punto tenemos que aceptar que:

Aunque ontológicamente Jesús y la Biblia son distintos, están de tal manera vinculados que no es posible adorar, servir y gozar de Jesús, el fundamento, la roca y la Palabra, sin asistirse de la revelación infalible y suficiente de ese fundamento, esa roca y ese logos. Juan 20:31.

Aunque debiera de estar ya claro que La biblia y Cristo son uno, no ontológicamente, sino en esencia, que van siempre juntos, que es imposible separarlos, pues de ser así solo podremos caer en dos extremos malsanos: adorar a Cristo por medios subjetivos o adorar un trozo de papel, ser bibliólatras. 


Aún así, insisten los neortodoxos en sus ridículos juegos mentales para llevarnos a su error:

Si la Biblia está escrita para que creamos en una persona:
¿En qué creemos al final? ¿En una persona o en un libro?
Si tú dices: En la persona, claro
Ellos te dicen: No, tú estás creyendo en un libro.
Pero entonces dirías: Yo creo en la persona de la que habla el libro.
Ellos responderán: No. Tú crees en el libro que habla de una persona.
Y si tú dices: Creo en el libro y en la persona.
Te replicaran: Eso es bibliolatría. Porque el fundamento de la fe no es el libro sino la persona.

No es solo con el fin de hacerte dudar solamente, sino de desnaturalizar la revelación bíblica, dejarla desprovista de su autoridad divina, una vez que lo logran, podrán hacerte creer en sus herejías a su antojo.

La realidad es que tenemos que afirmar sanamente que creemos en las Sagradas Escrituras como único fundamento de nuestra doctrina y por ello creemos en Jesús, el único fundamento, la roca y la Palabra de nuestra redención.

Si los progresistas neortodoxos llaman bibliolatría a este tipo de pensamiento, es porque su único fin es separar a la Biblia de su autor divino, si creer en que la Biblia es la Palabra de DIOS revelada para nuestra salvación y que solamente por medio de ella podemos seguir, conocer y amar a Jesucristo, es bibliolatría, entonces soy un bibliólatra, aunque históricamente somos mejor conocidos como cristianos bíblicos ortodoxos.

Un Dios Santo 11: Contender con Dios Parte 1. Habacuc 1:2-4.

La máxima expresión de la ira y la justicia de Dios se pueden ver en la cruz del calvario, es ahí donde la justicia santa de Dios se hace ...