La clase pasada comenzamos a estudiar el
oficio del Señor Jesucristo como mediador, pero primeramente tuvimos que
definir lo que es un mediador, del griego mesites (μεσίτης, G3316), que
significa el que está en el medio. Por lo tanto, el término se aplica a una
persona que se pone en medio de otras dos para contribuir de alguna manera a
las buenas relaciones de ambas.
Por este motivo, el Señor Jesucristo es el
mediador por excelencia.
A. La ordenación al
oficio de mediador.
1. El autor de la ordenación: el Padre.
2. El tiempo de la ordenación: la eternidad pasada.
3. El marco de la ordenación: La eternidad pasada.
4. El carácter de la ordenación: reflejar su gloria.
5. El propósito de la ordenación: la redención de sus
elegidos.
B. La Encarnación para el
oficio de mediador.
1. El sujeto de la Encarnación: El Verbo.
2. El momento de la Encarnación: Al cumplirse la plenitud de
los tiempos.
3. La esencia de la Encarnación: Total naturaleza humana.
4. Con las limitaciones propias de la naturaleza humana.
5. Pero impecable.
6. El modo de la Encarnación.
7. Resultados de la Encarnación: Plena deidad.
8. Resultados de la Encarnación: Plena humanidad.
9. Singularidad de Cristo: La unión hipostática.
C. Requisitos para el
oficio de mediador.
1. La unción del Espíritu Santo.
2. Ser comisionado por DIOS Padre.
D. La Descripción
histórica del oficio de mediador. El Señor Jesús asumió de muy buena voluntad
este oficio,1 y para desempeñarlo, nació bajo la ley,2
la cumplió perfectamente y sufrió el castigo que nos correspondía a nosotros,
el cual deberíamos haber llevado y sufrido,3 siendo hecho
pecado y maldición por nosotros;4 soportando las más
terribles aflicciones en su alma y los más dolorosos sufrimientos en su cuerpo;5
fue crucificado y murió, y permaneció en el estado de los muertos, aunque sin
ver corrupción.6 Al tercer día resucitó de entre los muertos
con el mismo cuerpo en que sufrió,7 con el cual también
ascendió al cielo,8 y allí está sentado a la diestra de su
Padre intercediendo,9 y regresará para juzgar a los hombres y
a los ángeles al final del mundo.10
1.
Voluntariado
del oficio. Sal.
40:7,8 con He. 10:5-10; Jn. 10:18; Fil. 2:8.
2.
Tapéinosis. Gá. 4:4.
3.
Cumplimiento
de la ley. Mt.
3:15; 5:17.
4.
Sustitución
penal. Mt.
26:37,38; Lc. 22:44; Mt. 27:46.
5.
Sacrificio
vicario. Mt.
26-27.
6.
Muerte
real no en apariencia. Fil.
2:8; Hch. 13:37.
7.
Resurrección
literal de entre los muertos. Jn.
20:25,27.
8.
Su
ascensión a los cielos. Hch.
1:9-11.
9.
Ministerio
intercesor. Ro.
8:34; He. 9:24.
10. Su regreso en
Gloria para juzgar a vivos y muertos. Hch. 10:42; Ro. 14:9,10;
Hch. 1:11; Mt. 13:40-42; 2 P. 2:4; Jud. 6.
Este cuarto párrafo de la CFB 1689 describe
paso a paso históricamente o cronológicamente el oficio de mediador, aunado a
los párrafos anteriores, podemos añadir que inicia en la eternidad pasada este
oficio, cuando en el pacto de redención acepta voluntariamente morir por los
elegidos, en el tiempo comienza en la Encarnación, pues fue el medio que
utilizó para poder llevar a cabo cada una de les tareas de mediador.
Además, debemos recalcar que el oficio de
mediador, no es solamente ponerse entre DIOS y nosotros, va mucho más
allá, para llevarlo a cabo en primer lugar tuvo que ser elegido pro el Padre,
pues no podía nadie ponerse por si mismo, eso incluye al Hijo quien tiene
perfecta obediencia, en segundo lugar, tenía que cumplir los demás requisitos,
es decir la Encarnación, la Tapéinosis, la sustitución penal, la muerte vicaria
real y no en apariencia, su resurrección literal de entre los muertos, su
ascensión a los cielos, el ministerio intercesor, y su regreso futuro en
gloria. ¿Por qué tuvo que ser de está manera? Porque no es solo quedar o
hablar bien con DIOS a favor de nosotros, es cumplir las exigencias que su
carácter perfecto en santidad y justicia reclaman.
Cristo para poder ser el mediador,
cumplió con las exigencias morales del carácter Justo y Santo de DIOS.
E. Su operación central. El Señor Jesús,
por su perfecta obediencia y el sacrificio de sí mismo1 que
ofreció a Dios una sola vez a través del Espíritu eterno,2 ha
satisfecho plenamente la justicia de Dios,3 ha conseguido la reconciliación4
y ha comprado una herencia eterna en el reino de los cielos5
para todos aquellos que el Padre le ha dado.6
1.
Obediencia
perfecta. Ro.
5:19; Ef. 5:2.
2.
Un
solo sacrificio eterno. He.
9:14-15; 10:10,14.
3.
Sacrificio
propicio. Ro.
3:25,26; He. 2:17; 1 Jn. 2:2; 4:10.
4.
Reconciliación
con DIOS por su sacrificio. 2
Co. 5:18,19; Col. 1:20-23.
5.
Nos
consiguió herencia eterna. He.
9:15; Ap. 5:9,10.
6.
Todo
esto en favor de los elegidos. Jn. 17:2.
Como aclaramos al principio, el mediador es
uno que está entre dos para contribuir a una mejor relación, y cuando ponemos
de fondo que los seres humanos en nuestra relación con DIOS éramos por el
pecado sus enemigos, y que no teníamos manera de dejar de serlo, es entonces
cuando el oficio de mediador cobra mayor relevancia.
Cristo, por su perfecta obediencia, se ofreció
como único sacrifico eterno, propicio para reconciliarnos con DIOS, y con ello
nos aseguró una herencia eterna: vida después de la muerte.
Cristo como mediador, consiguió
para los elegidos, por medio de su sacrificio propicio, eterno y perfecto, la
reconciliación con DIOS y una herencia eterna en los cielos.
F. Sus comunicaciones con
la antigüedad. Aun
cuando el precio de la redención no fue realmente pagado por Cristo hasta
después de su encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios
de la misma fueron comunicados a los escogidos en todas las épocas desde el
principio del mundo,1 en las promesas, tipos y sacrificios y
por medio de los mismos, en los cuales fue revelado y señalado como la simiente
que heriría la cabeza de la serpiente,2 y como el Cordero inmolado
desde la fundación del mundo,3 siendo el mismo ayer, hoy y
por los siglos.4
1.
El
pacto de redención hace efectiva su mediación aun antes de la Encarnación. Gá. 4:4,5; Ro.
4:1-9.
2.
Antes
de la Encarnación la Fe estaba en la promesa de un redentor. Gn. 3:15; 1 P.
1:10,11.
3.
Su
sacrifico es Eterno. Ap.
13:8.
4.
Él
nunca cambia, la forma de salvar a los suyos tampoco. He. 13:8.
Esto es parte de la Teología del pacto
federal, como ya lo habíamos aclarado, DIOS siempre ha salvado por gracia, por
medio de la Fe en el redentor, en el AT el que había devenir, prometido en
varias ocasiones y tipificado de muchas formas, en el NT el que ya efectuó la
obra de salvación desde la Encarnación hasta la ascensión a los cielos, y que
vendrá de nuevo en gloria, es decir, Cristo siempre ha sido el mediador entre
DIOS y los hombres, porque él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
El oficio de mediador de Cristo es
desde la eternidad y hasta la eternidad, él ha sido el mediador de los santos
en todas las épocas de la historia.
G. Su comunión
misteriosa. Cristo,
en la obra de mediación, actúa conforme a ambas naturalezas, haciendo por medio
de cada naturaleza lo que es propio de ella; aunque, por razón de la unidad de
la persona, lo que es propio de una naturaleza algunas veces se le atribuye en
las Escrituras a la persona denominada por la otra naturaleza.1
1.
Perfecta
unidad DIOS-hombre en Jesucristo. Jn. 3:13; Hch. 20:28.
La CFB 1689 hace hincapié en este renglón
nuevamente, pues es en virtud de que es poseedor de ambas naturalezas, tanto la
divina como la humana, que es el perfecto mediador entre DIOS y los hombres,
aunque nosotros, seres limitados no alcancemos a comprender por completo el
misterio que dicha unión perfecta demanda.
La unión hipostática, hace de
Cristo el mediador, no solo único, sino también perfecto entre DIOS y nosotros.
H. Su aplicación eficaz. A todos aquellos
para quienes Cristo ha obtenido redención eterna, cierta y eficazmente les
aplica y comunica la misma,1 haciendo intercesión por ellos,2
uniéndoles a sí mismo por su Espíritu,3 revelándoles en la
Palabra y por medio de ella el misterio de la salvación,4
persuadiéndoles a creer y obedecer,5 gobernando sus corazones
por su Palabra y Espíritu,6 y venciendo a todos sus enemigos
por su omnipotente poder y sabiduría,7 de manera y en formas
que más coincidan con su maravillosa e inescrutable dispensación;8
y todo por su gracia libre y absoluta, sin prever ninguna condición en ellos
para granjearla.9
1.
Como
mediador Cristo aplica eficazmente la redención en aquellos a quienes está a
favor.Jn.6:37,39;
10:15,16; 17:9.
En su oficio de mediador el Señor
Jesucristo, aplica en los elegidos de forma eficaz, cierta y eterna la
redención obtenida.
2.
Además,
es nuestro intercesor. 1
Jn. 2:1,2; Ro. 8:34.
Como mediador, el Señor Jesús
intercede a favor nuestro frente a su Padre, lo hace mostrando su preciosa
sangre.
3.
Somos
uno con Él. Ro.
8:1,2. 1 Cor. 6:17.
Como mediador, el Señor nos ha
hecho uno con él por medio del Espíritu Santo que vive en nosotros.
4.
Nos
muestra nuestra salvación. Jn.
15:13,15; 17:6; Ef. 1:7-9.
Si somos capaces de entender el
evangelio, no solo es posible porque somos elegidos, sino porque es un
beneficio que Cristo como mediador nuestro delante de DIOS, aseguró.
5.
Nos
persuade a creer y obedecer.1
Jn. 5:20.
Aquellos por lo cuales Cristo ha
sido mediador, serán llevados siempre a creer y a obedecer a DIOS en su
Palabra.
6.
Gobierna
en nuestros corazones por medio de Su palabra y del Espíritu Santo. Ro. 8:9,14; 2
Co. 4:13; Ro. 15:18,19; Jn. 17:17.
Para asegurarse que sigamos en el
pacto, Cristo como mediador se aseguró que obedezcamos a Dios por medio de La
Palabra y el Espíritu Santo, así que no tenemos ningún mérito cuando obedecemos
a DIOS, SDG.
7.
Vence
a sus enemigos. Sal.
110:1; 1 Co. 15:25,26; Col. 2:15.
Como mediador, Cristo aseguró
nuestra salvación venciendo a sus enemigos en la Cruz.
8.
Él
ejerce su oficio conforme a sus designios. Ef. 1:9-11.
El oficio de mediador no es para
que seamos felices, eso es hedonismo, es para que seamos como Cristo, eso es el
cristianismo.
9.
Todo
por gracia solamente. 1
Jn. 3:8; Ef. 1:8.
Cristo nunca tuvo la obligación de
hacer nada, todo en su oficio como mediador lo hizo solamente por gracia.
I. Su posesión
inalienable. Este
oficio de mediador entre Dios y el hombre es propio sólo de Cristo, quien es el
Profeta, Sacerdote y Rey de la iglesia de Dios; y no puede, ni parcial ni
totalmente, ser transferido de él a ningún otro.1
1.
1
Ti. 2:5.
No hubo, no hay y no habrá ningún
otro ser en el cosmos que ejerza el oficio de mediador entre DIOS y los
hombres, este oficio es única y exclusivamente del señor Jesucristo.
J. Sus funciones
necesarias. Esta
cantidad y orden de oficios son necesarios; pues, por nuestra ignorancia,
tenemos necesidad de su oficio profético;1 y por nuestra separación de
Dios y la imperfección del mejor de nuestros servicios, necesitamos su oficio
sacerdotal para reconciliarnos con Dios y presentarnos aceptos para con él;2
y por nuestra falta de disposición y total incapacidad para volver a Dios y
para rescatarnos a nosotros mismos y protegernos de nuestros adversarios espirituales,
necesitamos su oficio real para convencernos, subyugarnos, atraernos,
sostenernos, librarnos y preservarnos para su reino celestial.3
1.
El
oficio profético: darnos a conocer a DIOS. Jn. 1:18.
2.
El
oficio sacerdotal: reconciliarnos con DIOS. Col. 1:21; He. 10:19-21.
3.
El
oficio regio: llevarnos a obedecer a DIOS. Jn. 16:8; Sal. 110:3; Lc.
1:74,75.
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