jueves, 19 de marzo de 2020

CFB 1689. Tema 14: Del libre albedrío. Cita: Eclesiastés 7:29.


En esta sección de la CFB 1689 se habla del libre albedrío, sin embargo, no saquemos conclusiones adelantadas, pensando que apoya algún tipo de sinergismo, es decir que nosotros aportamos algo por este medio para ser salvos, en realidad lo que la CFB 1689 nos detalla son los 4 estados del ser humano en cuanto al uso de la voluntad que DIOS nos ha delegado. Comenzamos estudiando la definición de libertad de los seres humanos:

A. Libertad natural del ser humano.  Dios ha dotado la voluntad del hombre de una libertad natural y de poder para actuar por elección propia, que no es forzada ni determinada a hacer bien o mal por ninguna necesidad de la naturaleza.1

1. Mt. 17:12; Stg. 1:14; Dt. 30:19.

Albedrío viene del latín arbitrium y significa capacidad de tomar decisiones, la voluntad natural del ser humano. La CFB no describe en ningún momento la supuesta habilidad que tiene cada individuo de tomar la decisión de creer o no creer en Jesucristo como su salvador personal:

·         ¿Tenemos los seres humanos la capacidad de elegir nosotros a Cristo?
·         ¿Podemos hacer cosas buenas espiritual y moralmente hablando sin la ayuda e intervención de DIOS?
·         ¿La gracia de DIOS no es necesario pues nosotros tomamos la libre decisión de creer y hacer cosas buenas?

Si el libre albedrío en ese sentido existe como muchos filósofos en las iglesias cristianas lo aseguran, surge una gran incógnita ¿Para que mandó DIOS a su hijo a morir en la Cruz del calvario si nosotros podíamos acercarnos a él y ser buenos por nuestras libres decisiones?

El concepto del libre albedrío que muchos manejan en la actualidad nos dice que DIOS no puede o no quiere obligarnos nunca a hacer nada que nosotros no deseemos, como creer en él, por ejemplo, que DIOS es todo un caballero que respetará siempre nuestras decisiones, que, si nosotros decimos con nuestro libre albedrío que NO a la voluntad de DIOS entonces DIOS no puede hacer ya nada al respecto, DIOS tiene las manos atadas a nuestro libre albedrío piensan muchos.

Lo cierto es que nunca en la biblia encontramos el atributo de caballerosidad divina, vemos claramente la Supremacía de DIOS y el ejercicio de su Supremacía es lo que se conoce como Soberanía divina, pero jamás encontramos algo así como caballerosidad divina:

·         Daniel 4.35.
·         Jonás 1:1-3, 17.
·         Hechos 9:1-6.
                                                                                                                
No hay tal cosa como un libre albedrío filosófico, de ser posible que los hombres pudieran hacer lo bueno a los ojos de Dios entonces por demás estuvo que Cristo muriera en la cruz, eso significaría que no estábamos tan perdidos y por consecuencia Dios se habría equivocado, y eso no sucede nunca.

Lo que si nos dice la biblia es que tenemos voluntad, no tanto así libertad (en el sentido moral y espiritual para ser salvos, no lo olvidemos), y somos responsables moralmente del ejercicio de nuestra voluntad, DIOS es soberano y nosotros somos responsables. ¿Qué es la voluntad humana?  La capacidad de elegir entre dos o más opciones, y esa voluntad con que DIOS nos dotó tiene cuatro estados:

B. Su inestabilidad original: el estado de inocencia. El hombre, en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer lo que era bueno y agradable a Dios,1 pero era inestable y podía caer de dicho estado.2

1. DIOS creó al hombre con una voluntad inocente. Ec. 7:29.
2. La inocencia era influenciable por factores externos. Gn. 3:6.

En su primer estado, la voluntad humana, en su inocencia era inestable y fácilmente manipulable.

C. Su capacidad caída: el estado de pecado. El hombre, por su Caída en un estado de pecado, ha perdido completamente toda capacidad para querer cualquier bien espiritual que acompañe a la salvación; por consiguiente, como hombre natural que está enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado, no puede por sus propias fuerzas convertirse a sí mismo o prepararse para ello.1

1.  La depravación total de los seres humanos. Ro. 6:20; Jn. 8:34; Ef. 2:1; 1 Co. 2:14; Mt. 7:17,18; Jn. 6:44; Jer. 13:23; Hch. 7:51; Ro. 3:10-12.

A esta doctrina se le conoce en el cristianismo reformado como Total depravacy o Depravación Total, y no significa que los seres humanos somos lo más malos posible, significa que el pecado original que heredamos de Adán nos ha afectado lo suficiente como para no poder elegir nosotros mismos a Cristo, pues estamos espiritualmente muertos sin Él. Efesios 2:1.

En su segundo estado, la voluntad humana está inclinada de continuo solamente hacia el mal, está muerta en delitos y pecados.


D. Su capacidad renovada: el estado de gracia. Cuando Dios convierte a un pecador y lo traslada al estado de gracia, lo libra de su esclavitud natural bajo el pecado y, por su sola gracia, lo capacita para querer y obrar libremente lo que es espiritualmente bueno;1 sin embargo, por razón de la corrupción que todavía le queda, no quiere, ni perfecta ni únicamente, lo que es bueno, sino que también quiere lo que es malo.2

1. El nuevo nacimiento regenera nuestra voluntad. Col. 1:13; Jn. 8:36; Fil. 2:13. Juan 3:1-5.

Por su estado de muerte espiritual el hombre no podrá nunca por sí mismo (libre albedrio) decidir seguir a Cristo; de ahí que Dios tenga que dotar de la fe salvadora a sus elegidos, de otra manera éstos se perderían irremediablemente. La Gracia siempre es primero. El venir del pecador a los pies de Cristo es fruto de ser traído por Dios. Gálatas 1:15.

2. A causa de los restos del pecado, aún seguimos habituados a hacer algún mal.  Ro. 7:14-25; Gá. 5:17.

En su tercer estado, la voluntad humana regenerada, pero aún matizada de pecado, ya puede inclinarse por la gracia de DIOS obrar lo bueno y agradable a Sus Ojos.

E. Su inmutabilidad final: el estado de gloria. Esta voluntad del hombre es hecha perfecta e inmutablemente libre para querer sólo el bien, únicamente en el estado de gloria.1

1. llegará el día que nuestra voluntad será hecha perfecta. Ef. 4:13; He. 12:23.

En su cuarto y ultimo estado, la voluntad de los redimidos será hecha perfecta para siempre, cuando seamos glorificados no volveremos a pecar jamás.




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