El
día de hoy llegamos al final de esta serie de enseñanzas acerca de la defensa sistemática
de la fe cristiana, mejor conocido como apologética, a lo largo de estas clases
hemos aprendido a quitar los estorbos para poder presentar efectivamente
el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, sabiendo que el resultado, está siempre
en las manos de DIOS.
Deseo cerrar con un tema que considero de
mucha importancia para las exigencias que este siglo nos presenta, no podemos
darnos el lujo de volvernos a aislar y dejar que la sociedad vaya sin el rumbo
bien marcado por el cristianismo bíblico como sucedió al final de la segunda
guerra mundial, pues el panorama es de por si desolador.
Son tres los grandes retos, que a mi parecer
enfrentamos como iglesia cristiana, y son los que abordaremos en la clase del día
de hoy.
1.
El
cientifismo.
2.
El
socialismo-marxismo.
3.
La
psicología.
A.
El
cientifismo.
El cientifismo o cientificismo, es la
postura que afirma la aplicabilidad universal del método y el enfoque
científico, y la idea de que la ciencia empírica constituye la cosmovisión más
acreditada o la parte más valiosa del conocimiento humano, con la exclusión de
otros puntos de vista. Se ha definido como la postura de que los métodos
inductivos característicos de las ciencias naturales son la única fuente de
conocimiento genuina y factual y que, en concreto, solo ellos pueden producir
conocimiento auténtico sobre el hombre y la sociedad.
Desde la perspectiva bíblica se pude decir
que han reemplazado a DIOS por la ciencia, la cual no s mala en sí misma, pero
no es digan de una ciega devoción. Vamos por partes:
1. El enorme valor de la
ciencia.
No cabe duda alguna de que vivimos en la edad dorada de la ciencia. De la
medicina moderna y la tecnología hemos recibido innumerables beneficios, desde
el control de enfermedades hasta el alivio del duro trabajo. La ciencia ha
hecho posible los trasplantes de riñón y corazón y la erradicación de la
viruela y plagas que azotaron a la humanidad por siglos; ha provisto la
abundancia de bienes que hacen cómodo el diario vivir. En breve, ha
transformado el mundo y promete transformar al hombre.
Son obvias también la validez y la eficacia
del método científico; ha surtido efecto de manera impresionante. Primero el
científico hace. observaciones estudiando una cosa o un fenómeno. Luego formula
una hipótesis o teoría para explicar el asunto. Entonces pone a prueba su
hipótesis efectuando un experimento. Si el resultado no coincide con su
hipótesis, formula otra teoría y la prueba con otro experimento. Así se repite
el proceso hasta llegar a una hipótesis que sea correcta. La ciencia moderna
puede ser descrita como la aplicación de medios para comprender las fuerzas
materiales y así controlarlas para realizar nuestros propósitos.
El cristianismo bíblico no está en contra ni se opone a
los avances científicos, simplemente no nos rendimos a los pies de la ciencia,
sino a los pies de Cristo.
2. El surgimiento del
cientificismo.
El problema con la ciencia es que la explosión del conocimiento, en cuanto a la
naturaleza y la tecnología, amenaza con desplazar el lugar de Dios en los
pensamientos del hombre moderno.
Muchas personas actualmente piensan que la
ciencia todo lo puede y que no necesita de Dios. Se supone que los avances
tecnológicos implican que Dios, si no es real, por lo menos es irrelevante; la
ciencia puede resolver todos los problemas y proporcionar las condiciones necesarias
para la más perfecta felicidad a la humanidad. Julian Huxley ha aseverado:
"Dios ha dejado de ser una hipótesis útil. Algunos todavía se imaginan que
la religión puede ser un obstáculo al progreso científico.
Además, la excesiva confianza en la omnipotencia
de la ciencia moderna es responsable, en parte, del surgimiento de dos
seudociencias: el darwinismo y el freudianismo. Estos han llegado a ser los más
acérrimos enemigos de la fe en el área espiritual del cristianismo.
3. Las limitaciones de la
ciencia.
La admiración hacia la ciencia puede convertirse en culto a ella cuando se cree
que por medio de la ciencia el hombre puede descubrir todos los secretos del
universo y resolver todos sus problemas y cuando todas las teorías de los
científicos son aceptadas incondicionalmente (por ejemplo, las ideas de Darwin
y Freud) como si fuesen hechos comprobados.
Nos encontramos ahora con un nuevo caso
Galileo, sólo que al revés. Los teólogos se equivocaron en el caso de Galileo
al meterse donde nadie les llamaba, queriendo solucionar problemas que eran de
competencia de la ciencia. Ahora sucede algo semejante en el sentido contrario.
Algunos científicos invaden tranquilamente el terreno de la teología sobre
temas que la ciencia no puede resolver. Por ejemplo, tratan de hacer un dogma
de sus especulaciones sobre el origen de la vida. La ciencia nunca nos permite,
por sí sola, afirmar que existe un plan divino, como tampoco nos permite negarlo.
La ciencia sólo puede confirmar lo que es material y lo demás es desconocido.
La ciencia insiste en medir toda la realidad con la
vara del método científico. Pero lo espiritual no se puede descubrir con
herramientas materiales.
Negarle al creyente el derecho de emplear su
fe para conocer las cosas divinas es como si el biólogo le prohibiera al
astrónomo usar su telescopio para estudiar los astros, e insistiera en que lo
hiciera con el microscopio. Muchos científicos destacados reconocen que es
imposible explicar adecuadamente muchos fenómenos naturales sin atribuirlos a Dios.
Se dan cuenta de que la ciencia no es la puerta para conocer todas las
realidades de la naturaleza; mucho menos para demostrar la inexistencia de
Dios.
La ciencia es amoral en sí misma, somos los seres
humanos los que determinamos si la usamos para bien o para mal.
La ciencia y la tecnología no han resuelto
los problemas de la corrupción moral e intelectual, los crímenes de la guerra o
del padecimiento humano. Los hombres han alcanzado la luna, pero también han
desarrollado armas nucleares que pueden destruir el mundo. El hombre sin religión
no puede distinguir entre el bien y el mal. La ciencia nunca puede reemplazar
al Dios de la Biblia como Legislador ni a su Hijo, Jesucristo, como Salvador y
Mediador entre Dios y el hombre pecaminoso.
Tampoco la ciencia puede contestar las
preguntas más profundas sobre la naturaleza y destino de la humanidad: ¿Qué es
el hombre? ¿Por qué existe? Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? ¿Existe Dios?
¿Cómo se puede conocer? ¿Qué es el amor?
Los científicos buscan la verdad en el mundo
material; los cristianos la buscan en la autorrevelación de Dios mismo. 1ª Corintios 2:14.
Ciencia y cristianismo no son enemigos
irreconciliables, son distintas disciplinas que van por distintos caminos.
B.
El
socialismo-marxismo.
El socialismo sostenía que el problema de la
humanidad era principalmente económico, pero el mundo occidental no lo creyó. El
marxismo económico nunca iba a tener éxito en el occidente porque el
proletariado, para usar el término de Marx, estaba contento con su trabajo y
condiciones de vida. La probabilidad de una revolución de abajo arriba no
existía, y esto significaba que el marxismo tenía que ser descartado o
reorganizado para atraer las mentes occidentales.
Más que cualquier otra ideología, el marxismo
es responsable de un asalto total contra la fe cristiana. Según Marx, la
religión debe ser extirpada a fin de que los hombres vean de una vez sus
cadenas de esclavitud y se levanten contra sus verdugos. Esta característica de
hostilidad religiosa ha sido un factor muy importante en el desenvolvimiento
del marxismo.
Para neutralizar y capturar la mente moderna
los marxistas dependen mucho del cientificismo. El comunismo es una cosmovisión
basada sobre un bien articulado cuerpo de doctrina filosófica, económica,
política y social, que pretende proveer la única viable explicación científica del
mundo, descartando por completo obviamente, la cosmovisión cristiana.
Sin un genuino temor a Dios, los marxistas
han llenado de violencia la tierra con sus guerras de liberación. Joseph
Stalin hizo morir de hambre a más de 7 millones de ucranianos, Abimael Guzmán
dirigió el sanguinario Sendero Luminoso del Perú y Pot PoI de Camboya asesinó a
medio millón de sus compatriotas. Estos líderes marxistas figuran entre los monstruos
más despiadados de toda la historia.
El marxismo cultural es la ideología madre,
que está tratando de generar cambios en la moral pública denigrando el
cristianismo por medio de sus ideologías hijas:
·
Progresismo.
·
Izquierda
política extrema.
·
Feminismo.
·
Lobby
LGTBXYZ.
·
Igualitarismo.
·
Negacionismo
de la raza.
·
Antiblanquismo.
·
Macrofeminismo.
·
Microfeminismo.
·
Inmigracionismo.
·
Comunismo.
·
Matriarcado.
·
Animalismo.
·
Ambientalismo.
·
De
género.
·
Pro
aborto.
·
Relativismo
moral.
·
Teología
de la liberación.
Si deseamos estar verdaderamente preparados,
es muy importante discipularnos al respecto, en nuestro discipulado de cosmovisión
estamos tratando mucho más a fondo esta ideología contraria al cristianismo y
que amenaza a la sociedad latinoamericana.
C.
La
psicología.
Es indiscutible el hecho de que Sigmund
Freud (1856-1939) es una de las figuras más influyentes del siglo XX. Toda la
esfera de psicología está influenciada por sus conceptos, aunque pocos psicólogos
modernos se identifican como freudianos. También sería difícil exagerar la
influencia de sus ideas sobre las nociones populares de la religión.
1. Las ideas freudianas. Freud era ateo y
creía que sería imposible que el hombre pudiera recibir una revelación de Dios,
pues, para él, todo conocimiento viene por las ciencias. En sus libros, El
porvenir de una ilusión y La civilización y sus descontentos, Freud describe la
religión como una "ilusión" y una "neurosis obsesional
universal". Para él, una ilusión se refiere a cualquier sistema de fe que
está basado sobre los deseos humanos; la neurosis es un conflicto entre las
diferentes partes de la mente y resulta en ansiedad o estrés.
Freud no niega el valor de la religión.
Reconoce que proporciona al hombre un sentido de seguridad en medio de las
tensiones y peligros. También forma la base de la ética para regular la
conducta. Sin embargo, considera que la religión es una neurosis provisional
que no necesitará el hombre cuando éste esté educado. Para ese entonces podrá enfrentar
tranquilamente la realidad. No tendrá que recurrir a la religión como un
mecanismo de escape de la realidad.
Este padre del sicoanálisis cree que el
instinto sexual es la rueda maestra que mantiene de por vida en movimiento toda
la máquina humana. Incluso es el origen de la religión. Como Edipo, el
legendario rey de Tebas, mató sin saberlo a su padre y se casó con su madre,
así de los cinco a los ocho años, todo niño quiere eliminar a su padre y
casarse con su madre. El amor sexual a la madre y el odio al padre crean el "complejo
de Edipo", de ahí nacen la moral y la religión. La moral tiene que tapar
nuestro amor incestuoso a la madre y nuestro profundo odio al padre, y hacernos
así personas decentes.
La religión, por su parte, es la expiación
de la acción criminal de una pasada comunidad primitiva en que los hijos -para
lograr acceso a las mujeres- mataron al primer padre y se comieron su carne. La
muerte de Cristo en la cruz es sólo una expresión del arrepentimiento por aquel
crimen, y la comunión quiere reparar en el espíritu de amor aquella horrorosa comida.
Freud atribuye la neurosis principalmente al instinto sexual. Enseña que los
hombres y mujeres, y particularmente los jóvenes, sólo permanecerán sanos si el
instinto sexual se satisface directamente.
Las ideas freudianas son a todas luces anti bíblicas, y
Freud es la mayor influencia en la psicología moderna.
Según investigaciones, la psicología es
comúnmente la disciplina de estudio con más profesores ateos. A menudo en
círculos cristianos encontramos comentarios que promueven al rechazo abierto y
completo de la psicología. ¿Qué postura debemos tomar? O más aun ¿Cómo
responder ante alguien que prefiere la psicología al evangelio?
2. Diferencias
fundamentales entre la psicología y la Escritura:
DIFERENCIA DE ENFOQUE: La Escritura
está centrada en Dios, la psicología está centrada en el hombre. La Biblia
enseña que nuestro propósito en la vida es glorificar a Dios. Por tanto, todo
lo demás esta subyugado a ese propósito. La psicología siendo centrada en el
hombre, tiene como su máximo objetivo la felicidad del individuo.
DIFERENCIA EN LA
PERSPECTIVA DE LA NATURALEZA HUMANA: Uno de los graves defectos de la
psicología es su antropología. La psicología enseña que la naturaleza humana es
básicamente buena, o al menos neutral. La única razón que las personas se
comportan mal es debido a fuerzas externas (tales como la sociedad o los
padres) que les causan daño. Siendo este el caso, cuando un psicólogo está
aconsejando a una persona se comporta de forma inapropiada, debe encontrar la
fuente del dolor y eliminarlo. La Escritura enseña, sin embargo, que las
personas se portan mal debido a que son pecadores con una naturaleza defectuosa
y depravada.
·
DIFERENCIA
EN LA PERSPECTIVA DE VALORES:
La Biblia enseña absolutos. Existe lo malo y lo bueno en este mundo. La
psicología enseña el relativismo. Yo puedo tener, mis propios puntos de vista y
usted puede tener los suyos; pero por todos los medios, no debo imponer mis
valores sobre los suyos. Las implicaciones para la consejería son obvias.
·
DIFERENCIA
EN NUESTRA FUENTE PARA LAS RESPUESTAS: La Psicología enseña que el individuo
tiene las respuestas dentro de sí mismos. El trabajo del consejero es ayudar al
aconsejado a descubrir estas respuestas. La Biblia dice que las respuestas son
encontradas dentro de la Escritura según las ha revelado Dios.
·
DIFERENCIA
EN LA METODOLOGIA:
La mayoría de las formas de la psicología enseñan que la clave para los
problemas personales yace en algún momento en nuestro pasado. En cambio, Dios
puede llevarnos a que dejemos de estar enojados o ansiosos inmediatamente, sin
buscar causas de raíz basadas en el pasado.
3. ¿Funciona la
psicología? Podemos
decir que, si tiene cierto éxito parcial, al hacer de esta vida un poco más
llevadera, aunque el verdadero problema de los seres humanos nunca sea tratado,
sin embargo:
El verdadero problema nunca es si algo funciona, sino
si es bíblico.
D.
Conclusión.
La multiplicación sin precedentes del
conocimiento científico durante los últimos 150 años ha sido interpretada por
muchos pensadores como evidencia de la inevitabilidad del progreso del hombre.
Se cree que el hombre, por su propia ingeniosidad, puede formar su mundo el
cual será libre de las guerras, el dolor y la escasez.
Pero los grandes avances en conquistar el
universo no están acompañados por un correspondiente avance moral. Ahora la
ciencia misma amenaza destruir al hombre porque la ciencia es amoral y no puede
tener un criterio moral. El marxismo y el freudianismo tampoco pueden proporcionar
una respuesta al problema central del hombre: la enfermedad moral y espiritual
la cual el mundo no quiere reconocer que es pecado. También el capitalismo ha
fracasado en esta área. La única respuesta adecuada y disponible se encuentra
en aquel que dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan
14:6).
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