miércoles, 7 de febrero de 2024

Sodoma Y Gomorra Hoy 15. Políticamente Incorrectos. Lucas 3:7-14.

 El pecado de Sodoma y Gomorra no se limita a la homosexualidad descarada, pero obviamente si la incluye, en esos tiempos como en nuestros días, la soberbia consumada da luz una persecución encarnecida a aquellos que no conciliamos con las abominaciones cometidas, en nuestro caso con los promotores de la ideología de género. La ventana Overton está abierta de par en par en esta situación, La homosexualidad pasó de ser un tabú a ser normal y aceptable luego legalizada y ahora hasta pretenden perseguir y callar a los que no la aprueban, tal y como pasó en Sodoma hace miles de años.

 

Hoy más que nunca urgen hombres y mujeres que proclamen la verdad de Dios acerca de este delicado tema, verdad que puede resumirse fácilmente en cuatro puntos: 

 

1.    El matrimonio es entre hombre y mujer.

2.    Es el matrimonio el lugar para vivir la sexualidad.

3.    El matrimonio reproduce el amor de Cristo por su Iglesia.

4.    En el seno familiar los hijos son educados en el temor del Señor.

 

No podemos callarlo, no debemos negociarlo, es lo que Dios dice al respecto, no podemos elegir que creer de la Escritura, si Dios ordena esto al respecto, entonces nosotros lo creemos con todo el corazón y lo proclamamos con denuedo.

 

Y vaya que se necesita valor y arrojo para proclamar la verdad hoy en día, G. K. Chesterton dijo que “Llegará el día que será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde”.

 


Previamente ya entendimos que lo primero que se debe de hacer para recomponer el camino es reconocer que se está obrando en pecado, no minimizar o trivializar el asunto y mucho menos negarlo, sino darle la importancia que en verdad tiene, ya que aquel que insiste que lo que hace es bueno, no pensará en cambiar de conducta.

 

Por eso es importante que aquellos que nos percatamos de todo aquello que es incorrecto, malvado y hasta abominable en nuestro país, lo confesemos en oración delante del Señor, no solo como una oración personal, sino comunitaria, nacional en este caso. Nehemías 1:6-9. Daniel 9.4-19.

 

Existe una responsabilidad colectiva y Daniel y Nehemías, dos ejemplos de hombres piadosos, asumieron la que les correspondía, se pararon ante Dios y reconocieron el pecado cometido por todo el pueblo, incluso aunque ellos aún no habían nacido cuando se cometieron.

 

Es necesario sentir dolor por la sociedad que se ha apartado de Dios. Mateo 5:4.

 

El problema viene cuando ese dolor y preocupación que deberíamos de sentir se ve sustituido por indiferencia, apatía, y hasta autocomplacencia y orgullo espiritual, por no ser como ellos.

Con estas actitudes, lejos de mejorar las cosas, solamente las vamos a empeorar, pues los que deberíamos ser sal del mundo, dejamos de hacer nuestra función. Lo que Dio0s debe de encontrar en los suyos ante la maldad creciente en el mundo es una ira santa, un descontento total, pero al mismo tiempo un profundo deseo de interceder y de hacer algo para que la situación cambie y así evitar el juicio venidero.

 

Interceder como Moisés, Nehemías y Daniel es un buen comienzo, pero hay que hacer más:

 

Hay que hacer un llamado a la conversión, anunciando que de no hacerlo, de manera individual y colectiva, las consecuencias serán fatales.

 

Es a partir de este punto, que no pocos empiezan a sentir incomodidad. Detectar la maldad, es sencillo, lamentarse y airarse por ello es fácil, sentir placer de no practicar esa maldad no cuesta trabajo, pero ir a donde esa maldad se comete y anunciarles las consecuencias fatales de sus actos, ya es otra situación muy diferente y que poco se practica.

 

Hemos olvidado que es precisamente ahí donde comienza la verdadera predicación, el verdadero llamado al arrepentimiento y a la genuina conversión, el ejemplo que Juan el Bautista dejo es excelente al respecto. Lucas 3:7-14.

 

Es muy importante notar que Juan hacia un llamado a dar fruto del arrepentimiento confesado, es decir a que hubiera una verdadera conversión, no solo interna, sino también externa, y no solo Juan hiso este llamado, también el Señor Jesucristo la demandó. Mateo 7:15-27.

 

El problema es que hoy en día, el denudo , el valor, el arrojo para proclamar la verdad y llamar al arrepentimiento y la conversión se ha perdido, en su lugar ha llegado el respeto excesivo, el no querer ofender a nadie, el tratar de quedar bien con todos.

 

Debemos elegir entre ser políticamente correctos y así quedar bien con todos o ser valientes y quedar bien con Dios. Gálatas 1:10.

 

Lamentablemente no poco que se dicen ser creyentes, prefieren lo políticamente correcto, aluden que no quieren ser ofensivos con las personas mientras que las personas ofenden a Dios con su estilo de vida y pensamiento, muchos están confundidos, ya que no se trata de ir a confrontar con insultos, simplemente es confrontar con la verdad, así que no proponemos el ir a gritarle a un homosexual en su cara insultos alusivos a su preferencia sexual, se trata de predicarle el arrepentimiento de su estilo de vida pecaminoso.

 

Hay que amar la verdad, defender la verdad y proclamar la verdad de cualquier forma, a cualquier persona y a cualquier precio.

 

 

 

 

No importa si es feminista, pro aborto, del lobby LGBTTTQ, simpatizante de la nueva era, gnóstico, afiliado a un partido político de izquierda, o cualquier otra corriente contraria y ofensiva a nuestro Dios, hay que hablar y defender la verdad delante de ellos, dejemos de esperar que nos llamen respetuosos y bien educados solo por no llevarles la contraria, esa actitud es completamente cobarde y patética.

 

Es como si una esposa que sabe que su esposo es un adultero pero aun así, tímidamente le ofrece una taza de café y solo se limita a decirle retraídamente, aquí tienes tu taza de café para que ya no andes tomando en otras tazas.

 

O es como si un padre de familia ve que si hijo se está convirtiendo en un adicto y delincuente juvenil y a modo de sugerencia le dijera con voz temblorosa ¿Podrías dejar de drogarte un poquito por favor?

 

Si ambos casos parecen absurdos, así de absurdos nos vemos los creyentes tibios al proclamar la verdad a los perdidos, cuando solamente les sugerimos no ser tan malos o peor aún, cuando solo los escuchamos y no les decimos nada.

 

Nuestra sociedad definitivamente ha caído en el pecado de Sodoma y Gomorra, así que tenemos una misión clara como creyentes, dolernos sí, pero dolernos a tal grado que no callemos el mensaje del arrepentimiento y la conversión por ningún motivo ya que tenemos una responsabilidad colectiva en los pecados de nuestra nación, anunciemos claramente las consecuencias, como el profeta Ezequiel 18:26-32.

 

Tenemos que ser un ejemplo, como lo fue el profeta en su tiempo, con su pueblo impenitente. Ezequiel 33:7-9.

 

 

 

 

 

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