lunes, 27 de junio de 2022

Epístola A Los Hebreos 07: No Descuidemos Una Salvación Tan Grande. Hebreos 2:1-4.


El día de hoy comenzamos con el segundo capítulo de esta maravillosa carta, uno de los eslabones que hay entre el primer capítulo y el segundo son las referencias directas e indirectas que el escritor hace a la triple investidura de Cristo: profeta, sacerdote y rey.

 

En el primer capítulo, el escritor describe al Hijo como la persona mediante la cual Dios habló proféticamente (1:2), como sumo sacerdote que proveyó purificación por los pecados (1:3), y como aquel que, rodeado de esplendor real, se sentó a la diestra de la Majestad en el cielo (1:3). El escritor continúa este énfasis en el capítulo dos describiendo a Cristo como el Señor, aquel que como profeta anuncia la salvación (2:3), que como rey está coronado de gloria y honor (2:9), y que es un misericordioso y fiel sumo sacerdote al servicio de Dios (2:17).

 

En el capítulo 1, el escritor presenta a Jesús como El Hijo (vv. 2,5), El Señor (2:3) y como Jesús (2:9). En los capítulos subsiguientes el escritor utiliza este y otros nombres con mayor frecuencia. A lo largo de su epístola el escritor entreteje enseñanza y exhortación, doctrina y consejos sobre asuntos prácticos. Después de proporcionar un capítulo de introducción que se ocupa de la superioridad del Hijo, ahora en el capítulo segundo el escritor lo aplica en una exhortación práctica de la vida cristiana.

 

En la exhortación él demuestra ser un pastor amoroso y cuidadoso que busca el bienestar espiritual de todos los que leen y oyen las palabras de la epístola.

 

2:1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.

 

La conjunción “por tanto” nos dice que en el pensamiento del autor hay continuidad orgánica, no está cambiando el tema o pasando a otro asunto sin antes cerrar el que maneja, en este caso nos dice que el hecho de las superioridad del Hijo eterno de Dios, su supremacía sobre la creación y el que sea mayor a todo los ángeles tiene una aplicación práctica: vivir de una forma que demuestra que comprendemos la grandeza del Señor Jesucristo.

 

Una traducción más dinámica dice: “Es así, entonces, que estamos obligados a escuchar con mucha mayor atención lo que se nos ha dicho, por temor a desviarnos del rumbo”. Como es obvio, el negarse a prestar atención a la palabra dicha tiene consecuencias perjudiciales que nos pueden llevar a la ruina. La diferencia entre oír y escuchar puede ser muy notable.

 

Oír puede significar nada más que percibir sonidos que no demandan ni crean acción. Escuchar significa prestar cuidadosa atención a los sonidos que penetran al oído y luego motivan resultados positivos. A nuestros hijos podemos ordenarles que hagan alguna tarea o quehacer, pero si la tarea es en alguna medida desagradable, éste puede demorarla o postergarla. Ha oído claramente a sus padres, pero en ese momento se niega a escuchar. No hay respuesta.

 

La razón principal por la cual ha sido tan enfatizada la superioridad del Hijo sobre los ángeles comienza a aparecer ahora. La revelación antigua, la ley del Sinaí, fue comunicada por intermediarios angélicos, pero la revelación final de Dios fue dada en su Hijo y, por lo tanto, demanda en forma correspondiente una seria atención.

 

El escritor de Hebreos dice que nosotros—y se incluye a sí mismo en este pronombre— atendamos, es decir que debemos disponer nuestras mentes para escuchar atentamente el mensaje divino. Para no deslizar, usa el griego parareo (παραρέω, G3901), significa pasar por alto y sin preocuparse, así que no se refiere a caer o deslizarse del camino como cristianos, sino a no poner la suficiente a tención cuando el mensaje llega a nosotros, y para reforzarlo echa mano de la proclamación del decálogo en el Sinaí.

 

2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución.

 

La expresión palabra hablada por medio de ángeles apunta a la ley que Dios les diera a los israelitas desde el Monte Sinaí. Si bien ni el AT en general ni Éxodo en particular dan alguna indicación de que Dios usara ángeles para transmitir la ley al pueblo de Israel, tanto Esteban en su discurso ante el Sanedrín Hechos 7:35–53 como Pablo en su epístola a los gálatas (3:19) mencionan a los ángeles como mensajeros que llevaron la Ley a Moisés.

 

Es concebible que la tradición oral preservase esta información para uso de Esteban, de Pablo y el escritor de Hebreos. El texto indica que Dios fue quien en realidad habló, aun cuando recurriese a sus mensajeros, los ángeles. En otras palabras, la ley de Dios les llegó a los israelitas por medio de los ángeles desde el Monte Sinaí.

 

La Palabra—es decir, la ley del AT—era firme es decir obligatoria porque tras esta Palabra se encontraba Dios, que formalizó un pacto con su pueblo en el Monte Sinaí. Es Dios quien le da validez reguladora a su Palabra, puesto que él es fiel a su palabra.

 

El AT aporta numerosos ejemplos que demuestran que “toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución”. Basta con leer el libro de los Jueces para darnos cuenta. Pero, en vez de mencionar ejemplos específicos de la historia del AT, el escritor de Hebreos enfatiza el principio que enseña que transgredir la ley divina resulta en una justa retribución. Toda violación es mala; todo acto de desobediencia, una afrenta a Dios.

 

2:3a. ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?

 

La palabra clave de esta parte de la oración, que comenzara en el versículo precedente, es “salvación”. El término ya ha sido utilizado en 1:14, donde se les dice a los lectores que todos los ángeles son espíritus ministradores que sirven a los creyentes quienes somos los herederos de la salvación.

 

Pero ahora no solo menciona la salvación, le añade el adjetivo Tan grande, el valor de la salvación nunca debe ser subestimado, ya que su precio fue el sufrimiento y la muerte de Jesús. A él se le llama autor de la salvación que lleva muchos hijos a la gloria (2:10). Por consiguiente, la salvación del creyente es inconmensurablemente grande. 

Una Salvación tan grande! by Iglesia Bautista Priego de Córdoba

 

Tal como lo declara el versículo 2, el mensaje del Antiguo Testamento no pudo ni puede ser violado sin sufrir las consecuencias. Cuánto más, entonces (dice este versículo), debiéramos nosotros atesorar nuestra salvación. Si llegamos a desatender el mensaje respecto a nuestra redención, es imposible que escapemos a la ira de Dios y al castigo subsiguiente. Cuanto más precioso es el don, tanto mayor es el castigo si no se lo tiene en cuenta.

 

2:3b. La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,

 

El eje del capítulo 2, tal como lo fue el del capítulo 1, es Jesús, el Hijo de Dios, que es Señor aun de los ángeles. Y los vv. 2–3 son un ejemplo del tipo de argumento que va de lo menor a lo mayor, método que el escritor emplea repetidamente en esta epístola.

 

Estos versículos recuerdan a los lectores la enseñanza respecto a la superioridad del Hijo (1:4–14); el método de argumentación que usa el escritor enfatiza el contraste que hay entre los ángeles, que transmitieron la ley, y Jesús, que proclamó el evangelio. Los ángeles solamente sirvieron de mensajeros cuando estuvieron presentes en el Monte Sinaí, pero el Señor ha venido con el mensaje de salvación, que él mismo proclamó y que sus seguidores confirmaron por medio de la Palabra hablada y escrita.

 

En esta parte del versículo el énfasis recae en Jesús, cuya palabra es cierta. Es verdad que los ángeles trajeron “el mensaje”, mientras que Jesús trajo “salvación”.

 

Pero la gran salvación proclamada en el evangelio fue traída a la tierra no por un ángel, sino por el Hijo de Dios en persona. Por lo tanto, tratarla con ligereza debe exponer a sanciones aún más terribles que aquellas que garantizaban la ley. Aquí tenemos la primera de muchas advertencias que aparecen a través de la epístola, que dejan ver claramente que nuestro autor temía que sus lectores, sucumbiendo a presiones más o menos sutiles, pudieran hacerse objeto de estas sanciones, si no por una abierta renuncia al evangelio, posiblemente por separarse en forma creciente de su profesión pública hasta que dejara de tener influencia alguna sobre sus vidas.

 

Jesús, cuyo nombre se deriva del nombre Josué (salvación), fue el primero en proclamar las riquezas de la salvación. Desde el momento de su aparición en público hasta el día de la ascensión, Jesús dio a conocer la plena revelación redentora de Dios. El, que descendió del cielo y que por consiguiente está sobre todos, fue enviado por Dios a dar testimonio de “aquello que ha visto y oído” (Jn. 3:32). Su mensaje de salvación plena y gratuita “fue el verdadero origen del evangelio”.

 

No obstante, quizá los lectores podrían argumentar que ellos no habían oído a Jesús proclamar su mensaje, ya que el ministerio terrenal de Jesús duró solamente tres años, los cuales pasó principalmente en Israel. Es incontable el número de personas que jamás tuvo la oportunidad de escucharle. El escritor de Hebreos responde a esta objeción diciendo que el mensaje “nos fue confirmado por aquellos que le oyeron”.

 

Ni él mismo había tenido el privilegio de haber estado entre el auditorio de Jesús; también él había tenido que escuchar a aquellos seguidores que habían oído la palabra dicha por Jesús. Esta declaración nos dice que estos seguidores eran fieles testigos de las palabras y obras de Jesús.

 

Ellos, como testigos presenciales, dieron testimonio de la veracidad de los eventos ocurridos y del mensaje que había sido predicado. Y el escritor indica que él y los lectores de la epístola pertenecían a la segunda generación de seguidores; no habían escuchado el evangelio de labios de Jesús mismo.

 

Este hecho también descarta la posibilidad de una paternidad literaria apostólica para la carta a los hebreos. Si tenemos en cuenta que el escritor declara que él y sus lectores tuvieron que fiarse de los informes de los seguidores originales de Jesús, es razonable suponer que habían transcurrido algunas décadas desde la ascensión de Jesús.

 

4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.

 

El escritor de la epístola da por sentado que sus lectores están bien familiarizados con el evangelio, ya sea por vía oral o escrita, y que tienen conocimiento del comienzo y desarrollo de la iglesia cristiana. Es por eso que no da mayores detalles respecto a la proclamación del evangelio por parte de Jesús y de los apóstoles, ni especifica cuales fueron las “señales, prodigios, diversos milagros y dones del Espíritu Santo”. El supone que sus lectores conocen bien la historia de la iglesia y, más específicamente, cómo la propagación del evangelio fue acompañada de señales y prodigios maravillosos. Su referencia a los dones del Espíritu Santo parece implicar que sus lectores están enterados de aquellos dones que se mencionan en 1ª Corintios 12:4–11.

 

Las señales, prodigios, milagros y dones del Espíritu complementaron la proclamación de la Palabra de Dios en las primeras décadas del auge y desarrollo de la iglesia cristiana, fueron el sello de autenticidad, y bastó solo con uno, no es necesario estar “sellando” de autentico en cada generación, una muestra más de que los dones extraordinarios han cesado.  

 

Como lo vimos apenas hace poco, el libro de Hechos está repleto de vívidos ejemplos de esos milagros. Tan solo Pedro sanó al cojo que se sentaba a la puerta del templo llamada La Hermosa (3:1–10), reprendió a Ananías y Safira y ellos murieron al instante (5:1–11), restauró a Eneas, un paralítico que no podía levantarse de su lecho (9:32–35), y resucitó a Dorcas de los muertos (9:36–43).

 

Nuestro autor nos dice, además que el Espíritu Santo distribuía según su voluntad los dones milagrosos. En 1ª Corintios 12:11, dice que el Espíritu “los distribuye [a los dones] a cada quien, según él lo determina”. Al fin a al cabo es Dios quien atestigua la veracidad de su Palabra. Si interpretamos que las palabras según su voluntad abarcan a señales, prodigios y milagros entonces Dios mismo es el agente que utiliza estos poderes divinos “con el expreso propósito de sellar la verdad del Evangelio”.

 

Conclusiones y aplicación.

 

El escritor no es un teólogo aislado en su torre de marfil; demuestra tener un corazón de pastor que se preocupa por la iglesia. Advierte a los lectores y oyentes de su epístola que deben prestar diligente atención a la Palabra de Dios. Es más, él mismo se incluye en las advertencias y en la exhortación.

En está epístola el autor repetidamente advierte al lector que no debe apartarse del Dios vivo (3:12) y escribe que es horrendo “caer en las manos del Dios vivo” (10:31), “porque nuestro Dios es un fuego consumidor” (12:29).

 

El descuidar la Palabra de Dios no parece ser un gran pecado; y, sin embargo, por medio de un contraste entre este pecado y la desobediencia del pueblo en la era veterotestamentaria, enseña que descuidar la Palabra de Dios es una ofensa muy seria. Al habernos dado Dios su revelación total en el Antiguo y Nuevo Testamento, es imposible para nosotros escapar las consecuencias de la desobediencia o de la negligencia.

 

La salvación anunciada por el Señor es muy superior a la ley de Dios que le fuera enunciada a los israelitas en el Monte Sinaí. Cristo quita el velo que cubre los corazones de aquellos que leen el AT 2ª Corintios 3:13–16.

 

Llama la atención en medio de esta gloriosa exhortación entonces ¿Qué es descuidar una salvación tan grande? Ya sabemos de la grandeza de nuestra salvación, pues fue conseguida a precio de sangre, pero ¿Cómo podemos descuidarla? Para empezar el autor usa la palabra ameleo (ἀμελέω, G272), que se traduce también como desentenderse de, dejar a, ser negligente o menospreciar.

 

Primero, el texto no habla de sinergismo en ninguna manera, no es que nosotros hacemos algo para conservar ni mucho menos conseguir la salvación, eso es el sinergismo, y no es bíblico, la Escritura dice que la salvación es solo del Señor, es Monergista, es decir solo descansa en Dios, en su gracia, en su amor y misericordia.

 

El texto no nos dice que cuidemos, dice que no descuidemos, que no seamos negligentes, en este caso con lo ya obtenido por el Señor en la cruz, que no nos desentendamos de nuestros deberes y responsabilidades que como cristianos tenemos de por vida, el principal de ellos, reflejar a Cristo, el texto nos dice que no menospreciemos una salvación tan grande, es decir que no la tengamos en poco, que siempre que pensemos en ella sea con reverencia santa, con temor y temblor de saber que el hijos eterno de Dios murió en nuestro lugar, lo cual no es poca cosa, pero cuando nos comportamos de manera que pisoteamos ese sacrificio, entonces sí lo estamos menospreciando.

 

·        Menospreciamos el tiempo de oración.

·        Descuidamos nuestra lectura diaria.

·        Somos negligentes con congregarnos fiel y regularmente.

·        Nos desentendemos de nuestro devocional.

 

Simplemente no descansamos, no permanecemos en Cristo, el autor y consumador de nuestra salvación, lo vemos como algo obsoleto, frio, lejano, lo abandonamos parcialmente o en definitiva por completo, cuando lo hacemos no hay manera de escapar de las consecuencias, en nuestro caso como heredemos de la salvación tan grande, no es castigo, es simplemente disciplina. ¿Cuál es la diferencia? El castigo es que recibiríamos el justo pago por nuestro descuido, la disciplina es aplicar solo lo necesarios para que retomemos nuestra relación con el Señor.

 

domingo, 19 de junio de 2022

Epístola A Los Hebreos 6: Los Ángeles Son Testigos De La Seguridad De La Salvación. Hebreos 1:14.

 

El día de hoy terminaremos el primer capitulo de la epístola a los hebreos, aunque no sabemos el nombre especifico del autor, sin lugar a dudas es una obra inspirada por el Espíritu Santo, tan solo basta con profundizar en su genial introducción donde realza la preeminencia del Señor Jesucristo de una manera sublime, y lo continua haciendo durante el resto del capítulo, pues desde el versículo 5 hasta el final, hace una comparación con los ángeles para mostrar la superioridad de nuestro Señor, y no solo eso, lo realiza por medio de siete citas del AT, mayormente del salterio, pues como lo hemos dicho, el libro de los salmos no era desconocido para los primeros cristianos, sabemos que los estudiaban y entonaban en la liturgia. La lista de citas mencionadas hasta ahora es:

·         Salmo 2:7.

·         2ª Samuel 7:14.

·         Deuteronomio 32:43.

·         Salmo 104.4.

·         Salmo 45:6-7.

·         Salmo 102:25–27.

·         Salmo 110:1.

 

Este último versículo se desprende del anterior, donde realza la soberanía de Cristo, pues a ningún ángel jamás se la ha dado el honor de sentarse a la diestra del Señor, solo el Hijo eterno de Dios, quien gobierna todo providencialmente para su propia gloria, así que podemos descansar tranquilos sabiendo que la victoria del Reino de Dios está asegurada.

 

Para finalizar el contraste, el autor de Hebreos remata recalcando la posición de servicio de los seres angelicales y nos muestra que ellos son testigos silenciosos de la seguridad de nuestra salvación: 1:14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

Desde el sitio de honor que es el trono de Dios, donde se encuentra nuestro Señor Jesucristo, se les dan órdenes a los ángeles para que actúen a favor y en beneficio de los creyentes, que heredarán la salvación. Mientras que Jesús se sienta entronizado en majestad y grandeza, los ángeles son espíritus ministradores. Deben obedecer y servir. Ni un solo ángel queda excluido. Aun los arcángeles, Gabriel y Miguel inclusive, son enviados por Dios a actuar a favor de los santos. Lucas 1:11–38. Judas 9.

La Escritura enseña que los ángeles son espíritus, esto significa dos cosas:

1.    Son Criaturas: Fueron creados por Dios, no mueren y existen antes que los seres humanos.

2.    Son Incorpóreos: No tienen cuerpos físicos como los hombres, por lo tanto, los ángeles no tiene sexo asignado ni mucho menos relaciones íntimas, ni entre ellos ni con los seres humanos, no se casan y por tanto no procrean. Mateo 22:30.

Las enseñanzas de algunas iglesias carismáticas en otros tiempos y aun hasta el día de hoy, de que los ángeles se casan se basan del libro de Génesis 6:1-5. La palabra traducida gigante es el hebreo nefilim, significa literalmente patán o tirano, fue traducido como gigante para dar a entender que eran personas de gran renombre.

Así es como lucen realmente los ángeles, según la Biblia

 

Todo parece haber sido extraído de escritos extrabíblicos, como antigüedades de los Judíos y 1ª de Enoc. Sin embargo, en las Sagradas Escrituras en Mateo 22:30. Jesús responde diciendo: Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento; sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.

Génesis 6 no es un capítulo que describe el casamiento de los ángeles. Los hijos de Dios son los hijos de Set y las hijas de los hombres son las hijas de Caín ambos son del mismo padre y madre, es decir, Adán y Eva; ahí comienza la mezcla humana: entre paganos e hijos de Dios. Se les llamaba hijos de Dios porque seguían las instrucciones dadas por el Señor a Adán, y se les llamó hijas de los hombres, por ser descendientes de desobediencia. 

Igualmente cabe mencionar que las descripciones angelicales de libros como Ezequiel son recursos simbólicos y poéticos, no ha de entenderse literalmente. Ezequiel 1:14-18. Aunque llegan a adoptar forma humana comprensible para poder comunicarse mejor con los seres humanos. Hechos 1:10-11.

 

También nos dice que esos espíritus son: ministradores, en el griego significa servidores, de la misma raíz de donde proviene diacono, servidor o ministro.  Vemos claramente que les Escrituras los presentan así solo, por ejemplo:

·         Los ángeles anuncian la ley de Dios. Hechos 7:53.

·         Hacen llegar mensajes al pueblo de Dios. Daniel 9:20–23; 10:12-14. Lucas 1:18–19.

·         Atienden a las necesidades del pueblo de Dios. 1ª Reyes 19:5-7. Salmo 91:11–12. Hechos 12:7.

·         Son designados guardianes de ciudades y naciones. Daniel 10:13 y 12:1.

Sin embargo, los ángeles no han sido comisionados para enseñarles o predicarles a los escogidos, esa tarea nos toca a nosotros los creyentes. Tampoco les ha sido dado poder para gobernar al pueblo de Dios, aun cuando están ante la presencia de Dios y comparten su plan Zacarías 1:12– 13. 

En ese aspecto estamos en las mismas condiciones, nosotros tampoco estamos designados para dar órdenes a los ángeles, la biblia dice que están al Servicio nuestro, pero bajo los mandatos divinos, así que todo intento por gritarles u ordenarles mediante ritos u oraciones no significa absolutamente nada.

Los ángeles constituyen una hueste incontable, Juan nos lo muestra en Apocalipsis 5.11. hay algunos teólogos que creen, basados en esta cita, que el numero de ángeles es igual al numero de los escogidos en todos los tiempos, que el Señor nos ha asignado un ángel personal que ministra en nuestras necesidades, de ahí la enseñanza del ángel guardián o mejor conocido como ángel de la guarda. Cabe señalar que los rezos a los ángeles, aunque sea al famoso ángel de la guarda, no sirven de nada.  

Si bien nos sabemos con exactitud el número de ángeles, si conocemos un poco más de ellos por medio de las Escrituras:

1.    Santos: En cuanto a la posición ante Dios, se enseña claramente que todos eran originalmente santos.

2.    No son Omnipresentes: Por cuanto están siempre en algún lugar, y no en todas partes al mismo tiempo, pero no están limitados como lo estamos nosotros, ellos pueden pasar de una porción de espacio a otra. Daniel 9:21-23.

3.    Obedientes: Los ángeles cumplen las órdenes Divinas; que siempre están a disposición de Dios. Salmo 103:20 y 1ª Pedro 3:22.

4.    Reverentes: Un buen ejemplo de su reverencia lo tenemos en Isaías 6, donde dice que aquellos seres angélicos cubren su rostro al estar delante de Dios.

5.    Inteligentes: Hay un refrán entre los hebreos “sabios como un ángel”. 2ª Samuel 14:17; la inteligencia de los ángeles son superior a los hombres, ya que el ministerio que ellos tienen en sus difíciles tareas que les son encomendadas demandan una gran inteligencia.

6.    Son Poderosos: La Escritura dice que son poderosos en 2ª Pedro 2:11 y Salmo 103:20. En muchas ocasiones los ángeles manifestaron sus poder destruyeron ejércitos terrenales.

La Biblia habla de ángeles teniendo alas que implica rapidez de sus movimientos y la velocidad maravillosa. Con sus alas actúan para ejecutar las órdenes divinas, pero no es bueno entender literalmente que tengan alas, por la razón de que los ángeles no encontramos en la Biblia que tengan alas, sino solamente a los Querubines y Serafines describen la Biblia que si tienen alas.

Es posible que la equivocación de que los ángeles tienen alas literalmente, comenzó con la suposición de que Satanás es un ángel. Satanás tiene alas, pero Satanás no es un ángel, él es un Querubín, un ser alado, siendo superior a los ángeles y arcángeles. 

Y esa es precisamente la orden jerárquica angelical:

1.      Querubines: protectores del trono de Dios. Ezequiel 28:14.

2.      Serafines: ayudantes el la guardia del trono celestial. Isaías 6:2-3.

3.      Arcángeles. Llamados principales príncipes en el libro de Daniel. 1ª Tesalonicenses 4:16.

4.      Ángeles. Son los mensajeros y servidores divinos, son los más bajos en la jerarquía.

5.      Principados, potestades. Efesios 6:12. no son diferentes en clase a los ángeles, difieren en dignidad solamente.

Conclusiones y aplicación.

También dice que estos ángeles, servidores incorpóreos del Señor son: Enviados para servir a aquellos que heredarán la salvación.

Todos los ángeles son espíritus ministradores. Como es obvio, el texto habla solamente de los ángeles que no han caído en pecado. Todo ángel, no importa cuál sea su rango, ha recibido órdenes de ministrar a favor de las necesidades de los santos.

Los santos, es decir nosotros los creyentes, no debemos dudar de nuestra seguridad en la salvación ya que nuestra herencia de gloria espera pacientemente hasta que un día, delante de los ángeles del Señor seamos recompensados en bienaventuranza. Mateo 25:34.

Cuando los escogidos estemos ante la presencia de Cristo, ya no sufriremos más la muerte, ni el lamento, ni el lloro, ni el dolor. Entraremos en una estado glorioso reservado y otorgado por toda la eternidad. Estaremos con Cristo para siempre. Tal es la plenitud de la salvación heredada.

En esta cita se lleva a su culminación el contraste entre el Hijo y los ángeles: Jesús está sentado en el trono y envía a los ángeles a servir a los creyentes. Dicho contraste es de veras notable. A pesar de su santidad, de su posición y de su dignidad, los ángeles siguen funcionando como espíritus ministradores de los herederos de la salvación. En cierto sentido, entonces, los ángeles son inferiores a los santos.

¿No son todos los ángeles espíritus ministradores, enviados para servir a aquellos que heredarán la salvación?” La respuesta es: Sí, todos lo son. El Hijo ha recibido el lugar de máximo honor; es decir, está sentado junto a Dios Padre. El trono de Dios es el trono de Jesús, que gobierna hasta que todos sus enemigos sean conquistados.

lunes, 13 de junio de 2022

Epístola A Los Hebreos 05: El Reinado De Cristo. Hebreos 1:13.

El autor de la epístola, esta marcando un distintivo contraste entre el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, y los ángeles, seres creados y al servicio del Señor, para hacerlo echa mano del salterio, que para nada era desconocido por los lectores originales, ni por nadie que en realidad fuese cristiano en el primer siglo, pues era parte de la liturgia de la iglesia, hasta el momento ha citado

·        Salmo 2:7.

·        2ª Samuel 7:14.

·        Deuteronomio 32:43.

·        Salmo 104.4.

·        Salmo 45:6-7.

·        Salmo 102:25–27.

La séptima y última cita es el Salmo 110:1. El cual es el pasaje más citado de todo el AT en el NT. Este obviamente es también un salmo mesiánico.

1:13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? 

La frase ¿a cuál de los ángeles dijo el Señor jamás? Es parecida a la introductoria del versículo 5. Es interesante que el escritor de la epístola comienza su serie de siete citas con la pregunta, y concluye la misma serie con la misma pregunta retórica, que anticipa una respuesta por su puesto negativa, ya que como lo hemos visto, ningún ángel está a la altura de la majestad, gloria, eternidad poder e inmutabilidad de nuestro Señor Jesucristo.

Las primeras seis citas llevan a la culminación de la última, tomada del Salmo 110:1. A ningún ángel se le ha dado jamás el honor de sentarse a la diestra de Dios, aunque su labor sea importante. En ningún lugar de la Escritura consta que Dios haya honrado nunca a ángel alguno dándole una recompensa por los servicios brindados; en ninguna parte promete Dios a un ángel algún obsequio, distinción o rango de ese tipo.

Un ángel es un ángel y seguirá siendo un ángel. El Hijo, por el contrario, después de haber provisto la purificación de nuestros pecados … se sentó a la diestra de la Majestad en el cielo. Hebreos 1:3. El Hijo tomó el sitio de honor en respuesta a la invitación del Padre de que se sentara a su diestra.

Ahora bien, de todas las citas de los salmos que hay en el Nuevo Testamento, es el Salmo 110:1 el que se cita más frecuentemente. Es citado en Mateo 22:44 y sus paralelos Marcos 12:36 y Lucas 20:42–43; también es citado en Hechos 2:34–35 y Hebreos 1:13. Los escritores del NT hacen alusión al Salmo 110:1 en Mateo 26:64; Marcos 14:62; 16:19; Lucas 22:69; Romanos 8:34; 1ª Corintios 15:25; Efesios 1:20; Colosenses 3:1 y Hebreos 1:3; 8:1; 10:12.

Podemos ver entonces que son principalmente tres los personajes que usan esta cita:

a.   El Señor Jesús. En un diálogo que tuvo con los fariseos respecto a la identidad del Cristo, el Hijo de David, citó el Salmo 110:1 y formuló la pregunta que encontramos en Mateo 22:45. Obviamente, nos muestra que Jesús es el Mesías.

b.   Pedro. En el día de Pentecostés, citó el Salmo 110:1 y tras excluir una posible referencia a David, concluye diciendo: Esté, pues, bien seguro todo Israel de esto: Dios ha hecho a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, a la vez Señor y Cristo. Hechos 2:36.

c.   Y Pablo. En su capítulo sobre la resurrección en 1ª Corintios 15, aplicó el Salmo 110:1 a Cristo. 1ª Corintios 15:27.

El mandato siéntate a mi diestra le es dirigido no a David, sino a Cristo, que es elevado a un sitio de honor, sentándose junto a Dios Padre. A los ángeles nunca se les pide que se sienten; están de pie alrededor del trono listos para cumplir los deseos de Dios a favor de “aquellos que heredarán la salvación”. Hebreos 1:14.

Las palabras siéntate a mi diestra no son solamente una descripción del sitio de honor; las mismas también evocan la imagen de una corte oriental en la que el rey, sentado en su trono, está rodeado de servidores. Ellos están de pie ante la presencia del monarca para demostrarle su respeto. Que el rey le invite a alguien que se siente junto a él, a su diestra, constituye el más grande honor que se puede recibir.

Poder sentarse cerca del rey en cualquier momento era y es señal de estar en relaciones de familiaridad y amistad con él, ya que todos, con excepción de sus favoritos, permanecen de pie ante su presencia; pero sentarse cerca de él cuando está en el trono es señal de rango, dignidad y poder en el reino. El sentarse a la derecha y a la izquierda del rey es simplemente otro modo de señalar los dos rangos de mayor dignidad en el reino. Por eso es que la madre de Juan y Santiago, los hijos de Zebedeo, le pidió a Jesús si uno de sus hijos podría sentarse a su diestra y el otro a su izquierda cuando llegara su reino. Mateo 20:21.

De los dos asientos, el de la izquierda y el de la derecha, es el que está a la derecha del rey el de más alto honor. Ese es el sitio que Jesús recibió cuanto habla consumado su obra mediadora:

Subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso. 

No es necesario que pensemos en que Jesús está continuamente sentado a la diestra del Padre. Esteban, antes de que lo arrastraran fuera de Jerusalén para ejecutarlo, dijo: veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que está en pie a la diestra de Dios. Hechos 7:56. Jesús no pasa tranquilamente el tiempo sentado o parado. Está ocupado preparando un lugar para sus seguidores, y sojuzgando a sus enemigos. Siéntate a mi diestra hasta que haya hecho de tus enemigos tarima para tus pies. Sal. 110:1; Heb. 1:13.

La expresión tus enemigos tarima para tus pies describe una costumbre militar oriental. Un general o rey victorioso colocaría sus pies sobre el cuello de un rey derrotado Josué 10:24; Isaías 51:23, esto con el propósito de demostrar su triunfo sobre su enemigo.

Conclusiones y aplicación.

Pablo le dice entonces a los corintios que el Señor Jesús debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies. 1ª Corintios 15:25.

Cuando terminamos la serie de enseñanzas basadas en el libro de Los hechos, escrito por el medico amado Lucas, concluimos que el plan de Dios es que todas las naciones sean bendecidas en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, las últimas palabras dichas por Pablo en ese libro deberían de ser una gran motivación para todos los creyentes de todas las épocas de la historia, pues nos muestran que el Señor está decidido a bendecir a los gentiles con el evangelio y su Ley. Hechos 28:28.

Es por ello que nosotros somos reconstruccionistas, es decir esperamos que el paraíso perdido por Adán, se convierta en el paraíso recuperado por Cristo, todo por gracia y por medio de la redención hecha por el Señor Jesucristo en la cruz del calvario, también nos llaman postmilenialistas, porque creemos que el Señor Jesús regresará a la tierra un día, y ese es nuestro mayor anhelo, pero creemos que lo hará después de un tiempo indefinido, simbolizado por el milenio, por eso es post, que es después y milenialista, es decir que regresará después del milenio. Sí, nuestro mayor anhelo es que el Señor Jesucristo regrese, pero mientras eso sucede, nuestra mayor dedicación está en hacer su voluntad: llevar el evangelio a toda criatura y discipular a las naciones. 

Muchos nos llaman optimistas por creer en las promesas del Señor en que se cumplirán, por creer que el milenio no serán mil años, sino que es el simbolismo de una época de completo éxito para la iglesia, antes del regreso de Cristo, sin embargo, quizás la objeción más popular al posmilenialismo es que la experiencia enseña que el mundo está en una gran decadencia moral y espiritual, lo cual es opuesto al optimismo histórico del PM.

El sentido común es suficiente para mirar la decadencia moral y espiritual en la que vivimos, las historias en los periódicos son muchas veces espantosas, también muchos movimientos anticristianos han prosperado y parecieran tener más seguidores que el mismo cristianismo bíblico. Las guerras mundiales, y las contantes guerras en medio oriente, Europa, las guerrillas en África y Latinoamérica parece que contradicen la idea de que el mundo está mejorando, esto no parece estar en línea con la realidad. A fuerza de ser sinceros, la evidencia apunta más bien a un mundo que se está volviendo cada vez más perverso y cruel.

La civilización parece estar colapsando, los valores cristianos que forjaron occidente van de salida, el matrimonio homoparental, la adopción de parejas homosexuales, el aborto legalizado, la promoción de la pedofilia y el incesto, el avance avasallador del marxismo cultural en todos los ámbitos, parecieran prueba de que vamos de mal en peor.

En palabras de G.K. Chesterton el cristianismo ha muerto varias veces, pero ha resucitado otras tantas, al menos ha renacido en Europa en cinco ocasiones con los arrianos, los albigenses, con los humanistas escépticos, después de Voltaire y antes de Darwin, cinco revoluciones que arrojaron nuestra fe a los perros y en cada uno de los cinco casos no pereció la fe, sino que perecieron los perros. 

El Coliseo, el lugar de martirio de cristianos en masa... ¿o no?

Cuando el Arrianismo dominaba la iglesia. los Trinitarios fueron perseguidos por el Estado y el credo Niceno, fue oficialmente repudiado. Atanasio permaneció firme contra esta herejía, literalmente contra el mundo (contra Mundum), conteniendo vigorosamente por la fe, aunque sufrió calumnias y soportó cinco exilios, al final el Señor venció y la fe cristiana ortodoxa sigue de pie siglos después.

Algo que Atanasio sabia y que nosotros no debemos de olvidar es lo que dice el Salmo 110.1, citado por Pablo y por el autor de Hebreos: el Señor está en el trono, él reina, el tiene el control, él es soberano, a él nada se le escapa, nada pasa por casualidad y no hay coincidencias, hay providencia divina, que Dios controlando todos y cada uno de los mínimos detalles de la existencia con un solo propósito: SU PROPIA GLORIA.

John Newton escribió: hay una máxima en la política que me consuela y es que Él Señor reina. La biblia no dice que él esta escondido debajo de su trono, que se fue al cielo porque aquí no puede hacer nada para mejorar la situación, al contrario, desde los cielos reina y gobierna para su propia gloria, y todo lo que su iglesia logra avanzar es por que ha sido el Señor por medio de nosotros. Salmo 110:1. Salmo 11.4. Salmo 45:6. 1ª Pedro 3:22. 

El mundo no va de mal en peor, tal vez pasemos por algunos bajones en el camino, pero definitivamente nunca serán tan intensos como para declarar que el cristianismo está en peores condiciones que al inicio de su historia. La providencia del Señor en el gobierno humano es inconmensurable, no la alcanzamos a entender, pero él nos da una pequeña muestra en su Palabra. 2ª Reyes 19:6-7, 36-37.

En 1991cuando cayó la URSS, antes de que sucediera muchos afirmaban que lo único que detendría el comunismo y su avance sería el segundo advenimiento de Cristo, hace 3 décadas vimos que no fue necesario, bastó con que el sistema económico basado en la biblia, el capitalismo, siguiera adelante en los países que disfrutaban de la libertad que el cristianismo les dio. Y mejor aún, países que fueron comunistas como Polonia, hoy en día han prohibido este tipo de partidos, son provida, y marcadamente apegados al cristianismo. 

Tenemos que aprender a creer lo que el Señor dice en su Palabra, no en lo que leemos en los periódicos. Argumentos basados en la experiencia pueden tener peso entre aquellos que no tienen una seguridad en la Palabra de DIOS, pero no deberían movernos si nosotros decimos confiar totalmente el él.

Abram era viejo y sin hijos cuando el Señor le prometió una semilla innumerable. Génesis 15:5. Pero murió con un solo hijo legítimo. Sin embargo, él creía que Dios realizaría el trabajo prometido. ¿No podrían haberse burlado del justo Simeón por esperar el consuelo de Israel, ya que la voz de Dios había estado en silencio durante cuatrocientos años? Lucas 2:25. 

R.J. Rushdoony atina en el blanco cuando observa que: Es el modernismo y no la Escritura, el que influye en los argumentos escatológicos que están basados en las noticias del momento.

Cuando los críticos señalen cómo la iglesia está disminuyendo en número e influencia en muchos países occidentales, o ante el creciente secularismo de la cultura moderna, no debemos sentirnos mal, o acabados, ni mucho menos, ya que la base de sus argumentos en este debate sobre lo que enseñanza la Palabra de Dios está en lo que enseñan las malas noticias recientes y no en la Palabra de DIOS como debería de ser.

Saber que el Señor está en su trono anima al cristiano a mirar más allá del presente, a ser un optimista en medio de la desesperación, a no darse por vencido cuando sus preguntas no reciban respuesta inmediata, a atesorar la certeza de que un día no lejano Dios abrirá para siempre las puertas del conocimiento pleno y de la eternidad, que tiene el control, que aplastara, uno por uno todos sus enemigos debajo de sus pies, que tenemos la victoria asegurada, no por nuestras fuerzas o capacidades, sino por la gracia de Dios porque es para la gloria de DIOS.

Un Dios Santo 03: Como Debemos Responder a la Santidad de Dios. Lucas 5:8.

La semana pasada entendimos, que a diferencia de los seres angelicales, nosotros los seres humanos estamos diseñados por Dios con la capacid...