lunes, 31 de octubre de 2016

Esclavos De Cristo 17: Preparados Para Cuando El Dueño Regrese. Mateo 25:14-19.

En nuestro estudio titulado Esclavos de Cristo hemos entendido varias y maravillosas verdades, por ejemplo:

·         El libre albedrío es solo filosofía, nuestra voluntad en realidad es esclava del pecado.
·         Todos somos esclavos de alguien, o del pecado o de Cristo.

·       Aquellos que éramos esclavos fuimos liberados por sola gracia de parte de DIOS, no éramos ni somos merecedores de tanto amor.

·         Vimos que Cristo es la ÚNICA Cabeza de su iglesia, por lo tanto, el tratar de ocupar ese lugar por medio de títulos tales como papa o apóstol en realidad es usurpar el Señorío del Señor.

·         Cristo pasa de llamarnos sus esclavos a llamarnos sus amigos, lo cual nos da la confianza necesaria para acudir a Él todo momento y lugar.

·         Y por si no fuera suficiente, después de ser sus amigos nos hizo ciudadanos del cielo y por ultimo nos ha adoptado como sus hijos, siendo así herederos de la vida eterna.

El día de hoy veremos otro aspecto más ligado a nuestra enseñanza de Cristo como el Amo, Dueño y Señor de nuestras vidas y es su inminente regreso.

En los evangelios encontramos claramente delineada esta verdad, y sin meternos en confusiones escatológicas acerca del milenio, dispensaciones o más, hay algo que es seguro: El Dueño regresará un día a pedirle cuentas a sus esclavos.

En muchas ocasiones y en muchos ámbitos es normal que cuando se sabe que va a tener lugar una inspección de algún supervisor o algún jefe las cosas cambian drásticamente:

·         En las escuelas.
·         En las tiendas departamentales.
·         En la casa antes de que llegue mamá.

Estas situaciones tienen algo en común, mientras que está fuera, el encargado o dueño espera que los que se quedan supervisen las cosas y hagan todo lo mejor posible por sus intereses, pues al regreso se inspeccionará el trabajo y se dará la recompensa o el castigo pertinente.

Hace tiempo que estudiamos esta hermosa parábola llamada de los talentos, cuya enseñanza central es a la vez simple, pero impactante: ¿Qué estamos haciendo con lo que DIOS nos dio?

La imagen que nos muestra está parábola es clara, El Amo representa al Señor Jesucristo, su ausencia prolongada nos ilustra el tiempo que transcurre entre su ascensión a los cielos y su segunda venida física a esta tierra.

Los esclavos (siervos, doulos) somos aquellos que creemos en su Nombre para salvación por medio de la Fe solamente y que se nos ha encomendado como a mayordomos que administremos los muchos recursos, habilidades, bendiciones, oportunidades y más que nos ha delegado.

El día menos pensado, el Dueño y Señor de todo nos llamara a rendir cuentas de nuestra administración.

En los dos primeros esclavos, rápidamente llegamos a la conclusión de que son los verdaderos creyentes, entregados, que se niegan a sí mismo y descansan en Cristo todo el tiempo, por lo tanto, saben que nada es suyo:

·         No es su tiempo.
·         No es su dinero.
·         No es su talento.
·         No es su vida.

La recompensa a este tipo de creyentes será escuchar las palabras más maravillosas de sus vidas: bien, buen esclavo fiel, entra en el gozo de tu Señor. 1ª Corintios 3.8. Nos muestra que DIOS recompensará a los suyos.

Pero vamos a centrar nuestra atención en el tercer esclavo, quien representa a las personas que afirman ser cristianas, pero que en realidad al único que sirven es así mismos, que no saben o no quieren saber que no se trata de nosotros, que piensan que DIOS tiene la obligación de tenernos bien, que, si en la iglesia no se habla de sus necesidades y como superarlas se van, que se desesperan si las enseñanzas son doctrinales, pues cuando nos vamos a ocupar de lo que ellos quieren como:

·         Bendiciones.
·         Prosperidad.
·         Unción.
·         Aceleramientos.
·         Ayuda en sus problemas familiares.
·         Ayuda en sus problemas financieros.
·         Superación en sus problemas de la vida.
·         Etc.

Este tipo de cristianos tibios, carnales e inmaduros, no piensan más que en ellos mismos, hace tiempo los definimos como parásitos espirituales.

Debemos tener siempre los medios para ayudarles de lo contrario se sienten mal por ser ignorados, pero cuando se les pide que ayuden…nunca están disponibles.

Debemos tener siempre enseñanzas listas, pastos frescos para alimentarlos, pero si se les pide que ellos enseñen un poco de lo que han aprendido a los nuevos… nunca lo hacen.

Debemos tener las energías de escuchar sus mismos problemas una y otra y otra vez, y lo peor es que anhelan soluciones mágico-espirituales, pues cuando se les dice renueva tu mente ven a los discipulados… nunca tienen energías ni tiempo para venir y como no se les da esa solución mágica, dejan de venir o vienen de mala gana, solo a criticar a los demás y sobre todo al pastor sin amor que no les pudo dar la solución a sus problemas, lo más probable es que hasta hablen mal del pastor o los hermanos a sus espaldas, recordemos que los parásitos aparte de no aportar también hacen daño al organismo.

Debemos todos estar siempre a tiempo y disposición de ellos o se sienten agredidos y mal atendidos, hasta el grado de pensar en irse de la congregación pues nadie les pone atención, pero si se les pide que ayuden con su tiempo… nunca lo tienen disponible.

Este tercer esclavo en la parábola de los talentos, era un parásito más, que desaprovechó las oportunidades que se le dieron, su respuesta al Dueño solo demostró que no le amaba pues hasta llego al extremo de calumniarlo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.

Si de verdad le tenía tanto temor al Amo habría trabajado con ahínco durante su ausencia, pero en vez de eso fue perezoso y un necio.

De esta parábola ligada a nuestra enseñanza de Esclavos de Cristo aprendemos 3 coas importantes:

1.      Aunque el amo no está actualmente aquí, pronto regresará.
2.   Las oportunidades para ser buen administrador abundan, pero el tiempo se agota. (las oportunidades son cada vez que se presenta una bifurcación para elegir Su voluntad o nuestra voluntad).
3.      Cuando el Dueño regrese llamará a cuentas a todos sus esclavos.

¿Cuándo regresará el amo? Nadie lo sabe. Marcos 13:33-37. Mateo 24:36.

Una cosa si es ciertísima: Él regresará. ¿Por qué?

1.      Dios lo promete en su Palabra y DIOS no miente.
2.      Cristo mismo lo enseñó y el tampoco miente. Juan 14:2-3.
3.      El Espíritu Santo da testimonio de que pasará. 1ª Tesalonicenses 4:16-17.
4.      Su Iglesia lo espera. Apocalipsis 22:17.
5.      La corrupción del mundo lo demanda. Juan 5:28-29.
6.      Para reivindicarse él mismo ante los incrédulos. Apocalipsis 1:7.
7.      Para ejecutar la condena de satanás. Apocalipsis 20:10.
8.      Es la esperanza de los santos. 2ª Timoteo 4.8. 1ª Juan 3:2-3.

Solo los esclavos desleales tienen temor de que el Amo regrese a casa, pero si el esclavo ha sido fiel, ha trabajado diligentemente, ha hecho su voluntad, entonces ese esclavo se llena de gozo por la gran celebración que se avecina.

Como podemos darnos cuenta el regreso del Dueño es real, pero no solo eso, con el regreso del señor se viene inevitablemente el tribunal de Cristo.

·         Romanos 14.10-12.
·         2ª Corintios 5:9-10.

Si bien los esclavos infieles serán echados fuera, al fuego eternos donde es el lloro y crujir de dientes, los esclavos fieles, los cristianos leales al Señor compareceremos ante el Tribunal de Cristo, donde NO está en juego nuestra salvación, sino las recompensas que él tiene preparadas para los suyos.

Los creyentes mediocres, que poco consagran sus vidas al servicio del Señor y que las actividades de este mundo son más importantes que su relación y servicio a Cristo solo pueden esperar una recompensa mínima de su parte. 1ª Corintios 3:11-14.

Así como los esclavos del primer siglo de nuestra era rendían cuentas ante sus amos terrenales, los esclavos de Cristo un día le rendiremos cuentas de nuestras vidas, alguien que entendía esto a la perfección siempre fue el apóstol Pablo, que se negó así mismo cualquier cantidad de ocasiones, pues su único anhelo era siempre agradar a su Dueño:

·         1ª Corintios 4:3-4.
·         Filipenses 1:21.
·         Gálatas 2:20.
·         Filemón 9.
·         2ª Corintios 11:23-33.
·         Hechos 21:10-14.

Es tiempo de que, como el apóstol Pablo, dejemos de ser cristianos infantiles, dejemos de pensar egoístamente, y comencemos a pensar SOLO en nuestro Dueño, El Señor Jesucristo.

Es tiempo de entender no solo en nuestras mentes sino en nuestros corazones que no se trata de mí, de mis deseos, de mi vida, se trata única y exclusivamente de Cristo, su causa, su evangelio y su reino.



Ahora es tiempo de aceptar el Señorío de Cristo de forma voluntaria, de aceptar su buena, agradable y perfecta voluntad, renunciando a nuestra propia vida, de entender que cueste lo que cueste, es preferible estar con Cristo por sobre todas las circunstancias.

Aún estamos a tiempo de elegir voluntariamente la senda de rechazo, vergüenza, sufrimiento, estrechez, soledad, traición, negación, odio, insultos, persecución, agonía mental e incluso la muerte por amor a Cristo. Un hombre le advirtió a su amigo misionero cuando salía al extranjero: "No vayas, puede que mueras”. La respuesta fue "Ya he muerto".

Aún estamos a tiempo porque cuando el Dueño regrese y nos llame a rendir cuentas, será demasiado tarde para arrepentirnos, y tratar ahora si de vivir para él y de agradarle solo a Él, cuando el Dueño de nuestras vidas nos llame a rendir un balance de la administración que nos es encomendada

¿Qué cuentas vamos a rendir?
¿Lo vamos a calumniar como el esclavo infiel?
¿Pondremos pretextos necios?
¿O le diremos, aquí esta Señor lo que me diste más tus intereses?

No sé tú, pero yo prefiero escuchar bien, buen esclavo fiel, entra en el gozo de tu Señor, que escuchar al Amo decir échenle a las tinieblas.












miércoles, 26 de octubre de 2016

Cristología. Bloque B: Los Estados De Jesucristo. Tema 1: Estados Y Condiciones. Cita: Filipenses 2:8.

A partir de la enseñanza del día de hoy entramos en el segundo bloque de nuestro estudio de cristología, dicho bloque lleva por título: los estados de Cristo.

¿Qué significan los estados?
¿Qué diferencia tiene con condiciones?
¿Cuáles y cuantos estados son?
¿Por qué es importante esta doctrina?

En teología sistemática se ha separado en tres bloques el estudio de cristología, esto con el propósito de ser más entendible el tema y dar paso natural a la siguiente doctrina a estudiar que es la soteriología o doctrina de la salvación.

El primer bloque, la persona de Jesucristo, quedó clara la perfecta humanidad y la total divinidad en una sola persona, la cual es conocida como unión hipostática y el comprenderla correctamente nos evitara caer en una de tan numerosas herejías que han surgido a través del tiempo.

En este segundo bloque veremos los estados de Jesucristo, pero primeramente veamos a que nos referimos con estado.

Al decir estado, nos referimos a la situación en la que se encuentra algo o alguien, por ejemplo, muchas veces hemos usado la frase, ese celular está en muy mal estado.

En las personas es muy común decir que su estado civil es… pues se refiere a la situación legal en la que se encuentra una persona.

De igual forma al decir los estados de Jesucristo, nos estamos refiriendo a las diferentes situaciones en las cuales él se ha encontrado y se encontrará.

¿Por qué no usar la palabra condición como Pablo en Filipenses 2:8? Porque el concepto de condición nos habla de una característica que es necesaria o que se exige para que sea posible una cosa.

Louis Berkhof en su obra de Teología sistemática, acertadamente hace la diferencia entre estado y condición, pues, aunque muchas veces usamos de forma indistinta estos términos, sus implicaciones en la teología y más en específico en la cristología son muy diferentes.

Berkhof nos dice que el estado habla de la posición que se tiene en la vida, y más en particular la posición que se tiene con respecto a la ley, mientras que la condición consiste en la forma de existir, y la determinan las circunstancias de la vida, y nos pone el ejemplo de cuando en la corte judicial se declara culpable a una persona, pasa a estar en un estado de culpa y condenación, y enseguida pasa a la condición de encarcelamiento.



Es muy importante hacer la correcta diferencia pues los estados de Cristo resaltan las condiciones resultantes por dichos estados, por ejemplo, el estado de humillación dio como consecuencia la condición de hombre. Gálatas 4:4.

·         Nacido de mujer: condición de hombre.
·         Nacido bajo la ley: estado en el que se encontraba.

El estado da como consecuencia una condición, su estado “bajo la ley” trae como consecuencia la condición de hombre (los seres humanos estamos sujetos a la ley, DIOS no, DIOS está muy por encima de la ley).

Un ejemplo más actual y culturalmente más practico sería decir que mi estado civil es el matrimonio y eso trae como consecuencia que mi condición sea la de un hombre casado, condición que es muy diferente a la de un hombre sin compromisos cuyo estado civil es la soltería.

Esta doctrina de los estados de Jesucristo, fue sistematizada en el siglo XVII y prueba de ello son las confesiones como la de Westminster, esta doctrina nos habla de los estados que pasa la persona Teantrópica de Cristo y no solo la naturaleza humana como los luteranos afirman y poco a poco nos iremos dando cuenta de que esto no solo es lo más lógico, sino también es lo más necesario y sobre todo es lo bíblico.

Los estados de nuestro señor Jesucristo son dos:

1.    Estado de humillación.
2.    Estado de exaltación.

El estado de humillación a su vez se divide en cinco condiciones:

a)    Su encarnación y nacimiento.
b)    Sus sufrimientos.
c)    Su muerte.
d)    Su sepultura.
e)    Su descenso a los infiernos.

A su vez el estado de exaltación lo vemos en cuatro condiciones:

a)    Su resurrección.
b)    Su ascensión a los cielos.
c)    Su presencia a la diestra del Padre.
d)    Su inminente retorno físico a la tierra.

El apóstol Pablo bosqueja los dos estados de Cristo en su carta los Filipenses 2:5-11.

En el estado de humillación Cristo estuvo bajo la ley, no únicamente como regla de vida, sino como la condición del pacto de obras, y aun bajo la condenación de la ley; pero en el estado de exaltación está libre de la ley, habiendo cumplido la condición del pacto de obras y habiendo pagado el castigo del pecado.

Para terminar cabe mencionar que hay diferentes opiniones con respecto al número de estados, pues algunos incluyen un tercer estado, quedando de la siguiente manera:

·         La preexistencia por ser divinamente eterno.
·         La existencia temporal humana (humillación).
·         Estado celestial de gloria (la exaltación).

Nosotros nos apegaremos a las enseñanzas de la reforma, puesto que podemos hablar de la humillación y exaltación de la persona de Cristo únicamente considerándolo como Dios-hombre, resulta mejor hablar de dos estados nada más.

Los teólogos Reformados encuentran una anticipación tanto de la humillación como de la exaltación de Cristo en su estado preexistente; de su humillación, en que El por su voluntad colocó sobre sí mismo en el pactum salutis (pacto de salvación) para merecer y administrar nuestra salvación; y de su exaltación, en la gloria que El cómo nuestro futuro Mediador disfrutó desde antes de la encarnación. Juan 17: 5.

Los dos estados están indicados claramente en:

·         2ª Corintios 8: 9.
·         Gálatas 4: 4-5.
·         Filipenses 2: 6-11.
·         Hebreos 2: 9.


lunes, 24 de octubre de 2016

Esclavos De Cristo 16: De Esclavos A Herederos Parte II. Éxodo 2:1-10.

La semana pasada comenzamos a estudiar una faceta de esta serie de enseñanzas, en la cual nos dimos cuenta por medio de la Escritura que primero Cristo nos compra en el mercado de esclavos del pecado para hacernos sus esclavos, después el deja de llamarnos esclavos y nos dice que somos sus amigos, luego él nos otorga la ciudadanía en los cielos y por ultimo como si no fuera suficiente gracia sobre nuestras vidas, DIOS nos adopta como sus hijos, haciéndonos herederos de la vida eterna, la cual es una herencia irrevocable.

Como entendimos la semana pasada, en la roma antigua la adopción venia acompañada de dos grandes beneficios que espiritualmente nos apuntan a la preservación de nuestra salvación:

1.  El final definitivo a las relaciones sociales y a las conexiones legales con la familia natural.

2.    El adoptado se convertía en miembro permanente de la familia nueva.

Además, era muy raro que a un esclavo se le adoptará pues automáticamente tenía derecho a heredar con los hijos legítimos, la herencia a la cual hoy en día tenemos acceso es a la vida eterna, si DIOS ha prometido que heredaremos la vida eterna entonces sucederá, podemos estar seguros porque DIOS no es mentiroso o no sería DIOS Justo y Santo y además porque DIOS es Todopoderoso y no hay nada ni nadie que pueda impedir que Él cumpla su promesa.

Muchos son los que tienen temor de predicar esta verdad pues creen que provocará vidas licenciosas, libertinas y continuamente en el pecado, pero lo cierto es que, si entendemos correctamente esta doctrina de la gracia conocida como Preservación de los santos, sucederá todo lo contrario.

El comprender correctamente la adopción como hijos de DIOS creará en nosotros una vida completamente diferente a la del mundo, tanto el mundo pagano, como la del mundo cristiano cultural, que no se diferencia en nada en la vida práctica diaria con el paganismo.

La adopción tiene el poder de transformar un infierno de vida en un paraíso de bendiciones, si no lo crees, pregúntale a un niño que haya sido rescatado de alguna situación desamparada.

La Biblia es una Unidad de Pensamiento, cuyo personaje central es Jesucristo y cuyo mensaje es la redención efectuada por Él, es por ello que en más de una ocasión encontramos en ella ejemplos de adopción y por consecuencia un cambio radical de vida.

El primer ejemplo lo encontramos en la vida de uno de los más ilustres personajes de la Escritura: Moisés. Éxodo 2:1-10.



La vida de Moisés se vio grandemente trastocada, pues pasó de ser el hijo de unos esclavos, condenado a muerte, desamparado en la cesta en el río Nilo, a ser el parte de la familia real de Egipto, en esa época, la mayor potencia en la tierra. Hechos 7:20-22.

Otro ejemplo de adopción y una vida transformada a raíz de ella, es la vida de Hadasa, mejor conocida como Ester. Ester 2.5-11. Mardoqueo siempre veló por el bienestar de su prima Ester, y ella incluso después de convertirse en reina siguió confiando en Él.

Un ejemplo más lo vemos en la vida de Mefi-boset, quien en termino prácticos (no tanto legales) fue adoptado por el rey David. 2ª Samuel 9: 1-13.

MEFI-BOSET
NOSOTROS
No fue por sus méritos, fue por amor a Jonathan.
No son nuestros méritos, es por la obra de Cristo.
Le otorgo el perdón de su vida.
Nos otorga el perdón de nuestro pecado y pecados.
Le otorga las tierras de su padre, le da herencia.
Tenemos nuestra herencia en Cristo.
Lo sienta a su mesa por siempre.
Estamos sentados juntamente con Cristo en lugares celestiales. Efesios 2:6.
Lisiado de ambos pies.
No sabíamos caminar en la vida espiritual.
Su nombre significa el que quita la vergüenza.
No viviremos más en vergüenza.

La vida de Mefi-boset, paso de ser un exiliado, lisiado, paria, a vivir cómodamente en el palacio del rey, por supuesto que su comportamiento nunca fue el mismo.

Nosotros no lo buscamos a Él y sin embargo él nos buscó hasta encontrarnos y nos salvó y aun siendo sus enemigos él nos hizo sus amigos, no teníamos ni tenemos nada que ofrecerle y él a cambio nos ofrece una herencia incomparable e inconmensurable, tenemos todo por medio de la Fe que tenemos en Jesucristo el Hijo de DIOS, él nos da una promesa maravillosa a los creyentes en 2ª Corintios 6: 17-18.

No es de sorprendernos que el apóstol Pablo escriba acerca de la adopción pues él conocía bien costumbres en la roma de su época, así como en la sociedad judía bajo la cual él vivió.

Un esclavo adoptado siempre se consideraba miembro verdadero de la familia y su nombre se inscribía como tal en los archivos de la ciudad no solo en el registro familiar, sino con el resto de los miembros de la familia.

En Jerusalén, el libro en el que se registraban los nombres se llamaba el libro del viviente o también era conocido como el libro de la vida. (algo así como el archivo que se encuentra en Arcos de Belén en la CDMX). Así toma más sentido la cita de Apocalipsis 3:5.

Igualmente, los nombres de todos los adoptados por el Señor se registran en el libro de la vida de la Jerusalén celestial y la belleza de esto es que, es que están registrados nada más y nada menos que en la familia del Rey, no en la de un mendigo, no en la de alguien importante a secas, sino en la familia del gran Rey de Reyes, creador del universo.

¿Podría haber mayor honor o privilegio que ser hijo adoptivo de Dios? Absolutamente NO.

La adopción nos brinda todos los beneficios de la familia, incluido el derecho de acercarnos a Dios en oración. Si DIOS no nos rechazó cuando éramos unos viles y despreciables pecadores, sino por el contrario nos extendió los brazos de amor, ¿Cuánto más no nos aceptará cuando vayamos delante de el en oración ahora que nos ha adoptado como sus hijos y nos ha hecho herederos del cielo?

No es de extrañar que Pablo exclamara en Efesios 1.3–5. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.

Es importante entender que DIOS nos lleva de esclavos a hijos, pues la relación esclavo-amo no necesariamente es permanente, pero la relación padre-hijo si lo es. Juan 8.35.

Somos hijos, permaneceremos en casa para siempre y somos sus herederos, la pregunta es: ¿Qué es lo que hacemos con esa herencia? ¿Nos comportamos igual? ¿Seguimos en la miseria espiritual cuando hemos heredado riquezas en gloria? Romanos 8:15.

Muchos no creen esta maravillosa verdad y por eso no disfrutan de sus beneficios espirituales, piensan que es demasiado bueno para ser verdad, que no podemos merecer algo tan precioso, y saben, en parte tienen razón: no lo merecemos, por eso se llama GRACIA, significa que es un regalo inmerecido, y si es demasiado bueno para ser cierto es porque proviene de nuestro DIOS que es BUENO siempre.

Hay otros que dudan que esto sea una realidad, pues conocen a alguien (todos conocemos este tipo de personas) que comenzaron una vida cristianizada, pero al cabo de un tiempo se alejaron y algunos hasta apostatan o hacen cosas peores que los que nunca han conocido el evangelio de Cristo.

La apostasía, se da desde el principio de la era cristiana. 1ª Juan 2:19.

Un apostata es alguien que recibió un rayo de luz, pero no fue iluminada por completo su vida, es alguien que recibió la semilla, pero esta no dio nunca fruto, es alguien que sabe la palabra escrita pero que ignora la Palabra viva, es alguien que puede reconocer la verdad, PERO NO AMA LA VERDAD. 1ª Juan 2:4-5.

Por eso es que esta enseñanza es tan maravillosa, pues nosotros no apostatamos, no nos alejamos, no nos desviamos del Camino de Cristo, no porque seamos mejores, no porque sabemos más, no por ser merecedores de permanecer, si seguimos firmes es solo por amor y la gracia de DIOS. Judas 24-25.

Pero no perdamos la perspectiva completa, somos hijos y esclavos al mismo tiempo, el Hijo de DIOS, nuestro Señor Jesucristo se hizo esclavo al tomar forma de hombre para que los esclavos del pecado pudiéramos llegar a ser hijos de DIOS, si nuestro Señor se hizo Hijo-Esclavo de nosotros no se puede esperar otra cosa.

Así es la libertad verdadera. De esta manera, somos hijos y esclavos a la vez. Las dos realidades no son mutuamente exclusivas aun cuando las metáforas sean diferentes. Seremos parte de su familia por siempre. Estaremos en su servidumbre gloriosa para siempre. Apocalipsis 22.3.








Un Dios Santo 03: Como Debemos Responder a la Santidad de Dios. Lucas 5:8.

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