domingo, 11 de marzo de 2018

El Evangelio De Juan 66: Vuestro Padre El Diablo. Juan 6:43-45.



Desde hace unas semanas estamos escudriñando la respuesta de Jesús a la oposición de los judíos de que, al permanecer en la verdad, la verdad los haría libres, ellos de inmediato reaccionaron diciendo que no son esclavos de nadie, a partir de ahí es que Jesús los confronta una y otra vez, al grado de que los judíos, al quedarse sin argumentos no les que otra opción que recurrir a los insultos: tú eres hijo ilegitimo nacido en fornicación.

Nuevamente El Señor Jesucristo en lugar de alegar con ellos, su respuesta exhibe aún más las oscuras intenciones de su corazón: si fueran hijos de DIOS me amarían es lo que el Señor les dice y fue el centro de nuestro sermón de la semana pasada.

Todos quieren ser hijos de DIOS, y aun muchos son los que dicen amar al Señor Jesús, pero su amor es subjetivo o meramente emocional, sin embargo, la biblia es clara amar al Señor es obedecerlo.

Es bueno aclararlo una vez más, no se trata de obedecer para demostrar tu amor, eso es legalismo, es santificación por obras, y tanto la salvación como la santificación son un regalo que se recibe por medio de la FE. De lo que en realidad se trata es de que fomentemos nuestra relación con Cristo, que todo lo que hagamos espiritualmente como: orar, leer la biblia, congregarnos, etc. sea con el propósito único de conocerle y amarle y en la medida que lo amamos lo vamos a obedecer, no al revés.

Nunca olvidemos que Cristo es el camino a la santidad y no la santidad el camino a Cristo., por eso es que cuando fallamos en obedecer a DIOS ese no es nuestro problema ese solo es el síntoma, nuestro verdadero problema es que hemos dejado de permanecer, de descansar, de tener comunión e intimidad con DIOS y en la medida que regresemos a sus amorosos brazos, veremos nuestra vida espiritual nuevamente avivada.

Pero el Señor Jesús aún no termina con los judíos rebeldes de corazón, el continúa diciéndoles: 43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.

Los judíos habían dado muestras varias veces de su estancamiento espiritual, de hecho, esto llama la atención en este capítulo, preguntas fuera de lugar que revelan su falta de comprensión de la verdad:

·         ¿Dónde está tu Padre?
·         ¿Acaso se matará así mismo?
·         ¿Tú quién eres?
·         ¿Cómo dices que seremos libres?

Nos muestran su nula comprensión a las palabras que el Señor Jesús les hablaba, por ello es que el Señor les dice que el motivo por el cual no entienden nada es simplemente porque no pueden escuchar Su Palabra.

El mensaje de Jesús esta velado para ellos, aquí al igual que cuando explica la parábola del sembrador el Señor Jesús nos muestra como corren paralelas, la soberanía de DIOS y la responsabilidad humana. Mateo 13:11-16.

Al igual que los judíos en la época de Jesús, en la actualidad aquellos que escuchando no escuchan y que viendo no ven, son totalmente responsables, no podrán culpar a DIOS de que él no les dio la gracia de recibir Su Palabra, si hay alguien que se atreva a decir que no escucha o no obedece la palabra de DIOS porque DIOS no le ha concedido hacerlo, solo será una muestra más de su malvado corazón.

En el siguiente versículo por fin el señor les da la estocada mortal, ya los iba preparando en sus corazones haciendo la diferencia entre Su Padre y el padre de ellos y aquí por fin les revela su verdadera paternidad: 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

Así, de pronto, con todo el peso de autoridad que sus palabras siempre contenían, el Señor les deja caer como balde de agua fría la aterradora verdad, sabiendo que por su incredulidad no bastaba con hablar ya más metáforas o palabras que ellos no entendieran, así que mejor es directo en su afirmación: Su padre (espiritualmente hablando) es el diablo.

Hay quienes nos acusan a las iglesias de sana doctrina de no creer en el diablo, solo porque no caemos en sus fabulas anti bíblicas de querer atarlo, de querer echarle fuera, de gritarle como locos, o luchar en los aires contra él, como casi no lo mencionamos en nuestras enseñanzas nos acusan de minimizarlo.

Lo cierto es que, el diablo, es un personaje real que nos muestra la Escritura en muchas ocasiones, no es un mito, no es un cuento o un invento para asustar a los niños y a los ignorantes, y el desconocer que el diablo es real ha llevado a muchos a sus fauces, solo que hasta para hablar del diablo hay que ser Cristocéntricos.

El cristiano actual toma dos extremos en cuanto al diablo, el primero es que le dan más poder o protagonismo a satanás del que realmente tiene, no debemos jamás pensar que él tiene más poder que DIOS para dañarnos ni mucho menos, el segundo extremo es negar su existencia o sus artimañas, en cualquiera de los dos casos estaremos evidenciando nuestra ignorancia de las Escrituras y le estaremos cediendo ventaja sobre de nosotros.

Pero surgen varias incógnitas; ¿De dónde proviene el diablo? ¿DIOS lo creó?  Si es así, entonces ¿Dios es creador del mal? O ¿Qué pasa aquí?

Una vez que entendemos que el diablo es un ser real, lo siguiente entender su procedencia, la Palabra es muy explícita al respecto:

·         Ezequiel 28: 11-19.
·         Isaías 14:12-17.

Dios no creó a satanás como lo conocemos hoy en día, DIOS creó a “Lucero” o “Lucifer” que literalmente significa el que lleva la luz.

El principio del fin de Lucero fue cuando levanto su voluntad sobre la de DIOS TODODPODEROSO, el orgullo, la altivez y el egoísmo hicieron que el que una vez fuera el ángel de mayor rango en el cielo, el querubín que guardaba el trono de DIOS fuera echado del reino celestial y degradado de sus funciones. Jesucristo mismo nos da fe de este acontecimiento en Lucas 10:18.



La biblia utiliza muchos nombres en muchas ocasiones para referirse al diablo: Satanás (52 veces) del hebreo Satán significa adversario u oponente: Zacarías 3:1, Mateo 4:10, Apocalipsis 12:9. Diablo (35 veces) del griego diábolos, significa calumniador: Mateo 4:1, Efesios 4:27 y Apocalipsis 20:2. Beelzebú que significa el señor de las moscas o de lo putrefacto: Mateo 10:25. Belial, tentador, maligno, príncipe de este mundo, príncipe de la potestad del aire, dios de este siglo, engañador, el acusador, el ángel de luz, homicida, padre de mentiras, león rugiente, destructor, apolión, serpiente antigua, dragón, etc.

Mucha gente vive aterrorizada por lo que satanás le pudiera hacer, como si él fuera más poderoso que nuestro señor y DIOS, con ese temor constante lo único que logran hacer es elevarlo a un nivel de poder que en realidad no tiene.

Satanás no es DIOS en el sentido de que no es creador de ninguna cosa, solo un poder supremo es capaz de crear algo de la nada, tal como lo hizo DIOS con el universo, además satanás no es espíritu hermano de Jesús (como dice el mormonismo) ni está enfrascado en una lucha cósmica con DIOS por las almas, pues no puede pretender pelear contra quien lo echó del cielo y es Señor TODOPODEROSO del universo.

Satanás no es omnipotente, no es omnipresente, no es omnisciente, no es eterno, NO ES DIOS, ambicionó ser igual a DIOS, pero NO lo logró, ni nunca lo logrará.

Aunque se le permite continuar sus actividades sobre la tierra, Satanás es un enemigo derrotado. Ya ha sufrido mucho bajo la mano de Dios, a quien se atrevió a oponerse.

Reconocer, y regocijarse en las derrotas que Satanás ha tenido que soportar, es de mucha ayuda al cristiano en sus conflictos diarios con el mundo, la carne y el diablo mismo, sus derrotas más memorables son:
·         Cuando fue echado de sus funciones en el cielo.
·         Cuando fue maldecido en el huerto de Edén.
·         Cuando fue derrotado por Cristo en la tentación del desierto.
·         Cuando fue juzgado en la cruz del calvario:
o   Hebreos 2:14.
o   Colosenses 2:15.

Es muy peligroso para un cristiano confundir el hecho de que satanás ya fue juzgado y derrotado, con la aplicación de su condena, es por eso que aún después del calvario continúa en la escena, haciendo de las suyas en contra de la iglesia cada vez que puede, si DIOS le ha permitido al enemigo un cierto grado de libertad ciertamente no es por falta de poder de su parte, por el contrario, en muchas ocasiones el mismo le sirve para sus propósitos más sublimes: Job 1.7-12 y Romanos 5:20.

Son 3 los enemigos de la santificación de un cristiano, el mundo, su carne y el diablo. Efesios 6:10-12. 1ª Pedro 5:8. Pero como ya lo mencionamos, no es prudente darle más poder al diablo o más lugar del que en realidad tiene, basta con no ignorar su forma de atacar: te hace dudar de lo que DIOS dijo.

La batalla es y siempre será en la mente del cristiano, es ahí donde el acusador se para a lanzar dardos que envenenan nuestros pensamientos, con un pie sobre nuestro cuello, tirados en el suelo, espiritualmente apagados, desanimados y sin fuerzas para continuar, le creemos sus mentiras, una y otra vez:

·         ¿Para que voy a la iglesia si no cambio?
·         ¿Si seré hijo de DIOS?
·         No creo ser elegido.
·         DIOS nunca va a perdonarme este pecado.
·         Nunca voy a poder dejar este vicio.
·         Creo que yo no he nacido de nuevo.
·         Yo siempre peco cuando me siento así.
·         Etc.

Él siempre nos habla en primera persona para que no notemos que esos pensamientos no vienen de nosotros mismos y menos de parte del Espíritu Santo, y todo por la pereza de no renovar nuestras mentes con la verdad una y otra vez hasta que se vuelva una convicción en nuestros corazones.

El diablo es mentiroso y homicida desde el principio, engañó a Adán y asesinó a la raza humana hundiéndola en la muerte espiritual y física, por eso el Señor Jesús deja bien claro que NO HAY VERDAD EN ÉL, son dos extremos opuestos, donde hay verdad no está metido satanás y donde está metido satanás no hay verdad.
Como dice Augusto Nicodemus cuando el diablo entró en Judas Iscariote, este no se tiró al piso a echar espuma por la boca, fue y vendió a Jesús por unas monedas. Juan 13:2. Por eso es que el evangelio de la prosperidad huele a azufre.

La batalla es siempre en la mente del cristiano, pues un hijo de DIOS no puede ser poseído por el diablo o sus demonios. 2ª Corintios 6:14-16.

Por eso es importante entender que la diferencia entre el diablo acechándonos para poder devorarnos y el Espíritu santo redarguyéndonos para llevarnos al arrepentimiento es que el diablo solo nos hace sentir culpables, mientras que el Espíritu Santo nos responsabiliza sí de nuestros actos, pero al mismo tiempo nos hace sentir aceptados y perdonados totalmente por nuestro DIOS.

Lo terrible de esta situación, no es solo la realidad del diablo como ser espiritual, si no que aquellos que no han nacido de nuevo, aquellos que nos hijos de DIOS, solamente pueden ser hijos de su padre…el diablo. Mateo 13:38. Hechos 13:10. 1ª Juan 3:8-10.

Al igual que no se puede ser esclavo de nadie, o somos esclavos de Cristo o somos esclavos del pecado, tampoco se puede ser hijo de nadie o somos hijos de DIOS o somos hijos del diablo.

Jesús deja bien claro, los deseos de su padre quieren hacer, aquellos que dan rienda suelta a sus deseos carnales impuros, que nunca se refrenan, que pecan continua y deliberadamente, que ya no sienten remordimiento al menos, o que nunca lo han sentido, aquellos que practican el pecado son hijos del diablo. 1ª Corintios 6:8-10. Apocalipsis 21:8. Apocalipsis 22:15.

En cambio, los hijos de DIOS llevan su imagen moral, su meta principal en la vida es reflejar a Cristo, no habremos logrado la perfección todavía, pero cada vez que fallamos nos duele, pero seguimos adelante con la mirada puesta en Cristo, por ello es que los que nacemos dos veces solo moriremos una vez, pero los que solo nacen una vez morirán dos veces, aquellos que no han nacido de nuevo NO pueden entrar en el Reino de DIOS.

Pero, la gran diferencia entre ambos hijos la encontramos en el siguiente versículo de boca del Señor Jesús: 45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.   

Los hijos del diablo escuchan la verdad, pero no la creen, los hijos de DIOS:

·         Escuchamos la verdad.
·         Creemos en la verdad.
·         Buscamos la verdad.
·         Hablamos la verdad.
·         Predicamos la verdad.
·         Defendemos la verdad.
·         Amamos más la verdad que tener la razón y si es necesario, más que nuestras vidas, como los 3 jóvenes en babilonia.
·         Por eso es que Seguimos la verdad.
·         Y podemos morir por amor a la verdad.
·         La Verdad no es un conjunto de pensamientos ideales, conceptos o solo convicciones, la Verdad es una persona: Jesucristo.

Por eso es que aquellos que conocemos la Verdad somos realmente libres, e hijos del DIOS Todopoderoso, no más hijos del diablo.

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