domingo, 15 de abril de 2018

El Evangelio De Juan 71: Actitud Farisaica. Juan 9:24-34.

El día en que Jesús abrió de manera milagrosa los ojos de un hombre ciego de nacimiento, provocó varias reacciones, primero en los vecinos y amigos cercanos al ciego, que incrédulos ante tal milagro terminaron por maravillarse ante este maravilloso hecho.

Cualquiera creería que esta sería una señal más que suficiente para que los fariseos creyeran en Jesús, si no como el Mesías prometido, al menos le dieran el status de profeta, pero fue todo lo contrario, por un pequeño detalle: el milagro lo realizó en día de reposo.

Esto como lo hemos visto en repetidas ocasiones, alteró demasiado la sensibilidad religiosa de los fariseos que de inmediato comisionaron un grupo representativo del sanedrín, de al menos 23 representantes, que portaran la misma autoridad para llegar al fondo del asunto.

Este sanedrín menor, se dio a la tarea de interrogar la que había sido ciego y al no encontrar una respuesta satisfactoria, se dirigieron ahora a los padres del pobre hombre, que atemorizados por las amenazas de expulsión de la sinagoga de aquellos que aceptaron a Jesús como el Mesías, ni siquiera se atrevieron a insinuar que fue Jesús quien le regalo el don de la vista a su hijo.

Se limitaron a afirmar que en efecto nació ciego, que sí era su hijo el que deambulaba por la plaza proclamando su milagro pero que desconocían la causa de su nuevo estado, edad tiene pregúntenle a él, fue su respuesta en este rubro.

Si algo pudimos aprender la semana pasada con la situación que afrontaron los padres del ciego, es que ellos no se tomaban a juego su vida espiritual, tal vez no era por el motivo correcto, los movía más el temor por las represalias religiosas, políticas, económicas, etc. pero al final de cuentas tomaban en serio sus vidas espirituales.

Ahí fue a donde llevamos nuestro sermón de la semana pasada, a que entendamos que la membresía es la manera en que DIOS nos lleva a marcar la diferencia, pues a comparación del cristianismo bíblico, la gran mayoría solo vivimos una caricatura de cristianismo tanto en lo individual como en lo colectivo.

No nos confundamos, no significa que vamos a tener que ser perfectos para acceder a la membresía, significa que tengamos verdaderamente le anhelo de ser moldeados por medio de la iglesia para ser como Cristo, que reconozcamos que fallamos y que es necesario que nos supervisen correcta y bíblicamente.

No conformes con la respuesta dada por los padres del hombre que fue ciego, los fariseos llamaron nuevamente a comparecer ante el sanedrín menor, al ciego para continuar con el interrogatorio, y es en este segundo interrogatorio donde la malsana actitud de los fariseos queda al descubierto, y es de hecho, el propósito de nuestro sermón del día de hoy, mostrar en estos cuantos versículos la actitud farisaica.

Para entenderlo necesitamos saber primero, ¿Quiénes eran los fariseos? Entre la época del A.T. y el N.T. denominada inter testamentaria se dio el auge de 3 sectas religiosas basadas en el judaísmo, los esenios, los saduceos y los fariseos. Dichas sectas nacieron por su manera de interpretar la Toráh, y son los fariseos y los saduceos los que encontramos en los relatos del N.T.

Los fariseos se consideraban a sí mismos como herederos de las tradiciones de Esdras, a quien veían como el fundador del judaísmo, después de Moisés. Aceptaban la llamada “ley oral”, en adición a la Toráh, como fundamento de su fe. Creían en la resurrección, y en que Dios daba recompensas en esta vida y en la posterior.

Su meta en la vida era conseguir la santidad por medio de una estricta observancia de la ley. El nombre de fariseo viene del arameo parash, ser separado o apartado. Por tanto, los fariseos se consideraban “los separados”, especialmente con el sentido de “los que se apartan para no contaminarse”. La secta nació como una reacción contra las tendencias helenizantes que causaron también la guerra de los Macabeos.

La gran mayoría de los predicadores utilizan el término fariseo de forma peyorativa, como insulto, creen que eran las peores personas que han existido por su excesiva religiosidad, sin embargo, no debemos ser tan duros con ellos, pues en realidad tenían buenas intenciones, al ver que su pueblo se alejaba cada vez más de la ley de DIOS, aunque como sabemos las buenas intenciones por si mismas no son suficientes.

En la actualidad hay una mala aplicación del termino legalista o fariseo, se ha confundido en extremo su uso y se les llama de esta manera a todos aquellos que nos apegamos fuertemente a la Escritura, que no damos lugar a opiniones externas en materia doctrinal, sin embargo, esa no era la escencia del fariseísmo, su verdadera actitud la encontramos muy bien representada en el segundo interrogatorio al hombre que había sido ciego.


Las 4 Características De Una Actitud Farisaica.

Juan prosigue en el versículo 24 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.

a.    Falsa espiritualidad. Ya se habían quedado sin argumentos, ya se había probado y comprobado que en realidad era el hombre, que nació ciego y que hubo un extraordinario milagro y aun así se negaban a aceptar a Jesús como profeta, ya no digamos como el Mesías.

Empeñados en mantener su silogismo en pie, le dan un aire de espiritualidad a su argumento: Ese hombre (Jesús) es pecador, mejor dale la gloria a DIOS.

El fariseísmo tiene una fuerte tendencia a querer siempre parecer muy espiritual, muy religioso, superior por su comportamiento que agrada a DIOS, y ese fue su problema, el celo por DIOS no era lo malo en sus vidas, sino el hecho de creer que por ello eran superiores a los demás a su alrededor. en el sermón del monte, el Señor Jesús dejo al descubierto esta actitud de falsa espiritualidad. Mateo 6:5 y 6:16.

Si creemos que, porque entendemos la sana doctrina, que, porque oramos, leemos la biblia o practicamos cualquier otra disciplina espiritual, somos superiores a los demás, entonces solo tenemos falsa espiritualidad, la gracia, que es la forma en que los cristianos estamos llamados a vivir nos dice tu no merecías nada, lo tienes porque DIOS es bueno y nada más, y al comprenderlo lejos de sentirnos superiores, solo podremos decir con todo nuestro ser gracias Cristo.

El hombre que fue ciego les contesta a los fariseos: 25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.

Es importante notar que poco a poco este hombre va tomando valor en sus respuestas, lo retomaremos en la próxima enseñanza, por el momento basta con entender que él fue práctico en su respuesta, ustedes dan su opinión: es pecador, yo doy los hechos: me abrió los ojos.

Los hechos siempre son más inquebrantables que las opiniones sin fundamento, pero un legalista no entiende esto. 26 Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?

b.    Necedad ante los hechos. Es la segunda característica de una actitud farisaica,
Una vez agotados todos los recursos, ahora vuelven a las preguntas que habían hecho antes, porque no pueden pensar en nada más. También es posible que, por este medio, trataron de cansar al hombre, de forma que aburriéndolo lo pudieran conducir a alguna afirmación inconsecuente, en algún momento de descuido.

Aquellos que encuentran su satisfacción en las actividades religiosas les molesta en demasía cuando les sugerimos que sus muchas actividades son solo sombras y que las sombras no son nada, que se trata solo de Cristo. Colosenses 2:17.

¿Por qué es así? Porque el sugerirlo es un ataque directo a su identidad, ellos creen que su identidad la define su comportamiento, cuando la identidad de un cristiano la define su nacimiento en Cristo.

Es obvio que el hombre comienza a perder la paciencia, el procedimiento se está volviendo tedioso, y una vez más de forma valiente les da una respuesta que los hace sacar otra actitud farisaica: 27 Él les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?

No podemos creer que haya hecho la propuesta en serio, al conocer al sanedrín, recordemos a Nicodemo que tuvo que ir a hurtadillas hasta Jesús pues sabía que no lo aceptarían nunca, atentaba por completo contra su religiosidad.

La respuesta furiosa de los fariseos fue: 28 Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo; pero nosotros, discípulos de Moisés somos. 29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ése, no sabemos de dónde sea.

c.    Insultos. Ya sabemos que los insultos los hacen las personas que se quedan sin argumentos, los fariseos lo hicieron en repetidas ocasiones en contra del Señor Jesucristo, pero en esta ocasión es con el ciego que fue sanado.

Además, su insulto fue con una fuerte carga, nuevamente, de complejo de superioridad, ellos hacen mención de Moisés, dicen ser sus discípulos, pero eso solo los llena de orgullo y auto satisfacción, a Moisés si lo reconocen todos, hasta los samaritanos, pero a ese hombre que te abrió los ojos, nadie lo conoce.

Este cuadro me recuerda al hijo mayor en la parábola del hijo pródigo. Lucas 15:25-29.

Ese es el gran problema del fariseísmo, del legalista, cree que es su comportamiento lo que lo define y si alguien no se comporta como él, entonces ese alguien debe estar mal, creen que la aceptación total de DIOS depende de lo que hacemos o que para agradar a DIOS tenemos que vivir para Él, cuando nuestro comportamiento no modifica en absolutamente nada lo que DIOS ve y siente por nosotros, Él nos ama con amor eterno, y nosotros no hicimos nada para merecerlo, somos aceptados por que estamos en CRISTO y nada más.

El comportamiento de una persona no tiene ninguna influencia sobre el amor de Dios. Te ama porque, en Su gracia, Él ha elegido hacerlo, recuerda siempre que nos eligió a pesar de que nos conoció.

No puedes hacer nada para ganarte la aceptación de Dios, porque Jesús ya ha hecho todo para que el Padre te acepte. Somos completamente aceptado por Dios porque estamos en Cristo.

No podemos mejorar la aceptación total, y Dios ya te ha aceptado totalmente. Sin embargo, hay creyentes que aún luchan por hacer todas las cosas bien para que Dios los ame y los acepte, y cuando les mostramos que Cristo es la único que se necesita, los molesta, y algunos hasta a los insultos llegan, tal como los fariseos que interrogaban al ciego.

Tú eres su discípulo, dicen. Parecen considerar el título de discípulo de Jesús el insulto máximo. No se les ocurre nada peor para decirle al indigente. Ni siquiera se les ocurre que le están dando el más elevado honor posible.

Ante los insultos el hombre atina a contestar 30 Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. 31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye. 32 Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. 33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.

Los humilla con sus propios argumentos, mejora el segundo silogismo y les echa en cara la autenticidad de Jesús: no es pecador porque obró este gran milagro es lo que les da a entender, y de paso deja al descubierto su ignorancia:  ustedes no saben de donde es, pero a mí me abrió los ojos, los dejó al descubierto.

Los fariseos han sufrido una derrota humillante. Han sido acorralados. Entre tanto, el mendigo ha progresado en su confesión. Ya no dice, Si es pecador (Jesús), no lo sé (9:25). Ahora sabe que Jesús no es pecador, sino receptor del favor de Dios en forma muy elevada, al grado de hacer tan maravillosa obra.

Esta acertada respuesta desata la cuarta característica de la actitud farisaica que encontramos en este relato: 34 Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.

d.    Sectarismo, vivir apartados de aquellos que no son como ellos. Al hombre ciego lo echaron fuera de la sinagoga como edificio y como organización religiosa, lo más probable, como habíamos dicho es que no haya sido una expulsión menor de 30, 60 o 90 días, sino la máxima expulsión: de por vida.

Los legalistas modernos lo que hacen es cortarte de su grupo de amistades, te dejan de hablar, se alejan, la mayoría de las veces hablando mal, regando el veneno que el legalismo hizo que se acumulara en sus corazones.

Sabemos que es legalismo o fariseísmo, pues si fuera una persona que descansa en Cristo, que conoce Su gracia aceptaría a las personas como él es aceptado por DIOS: INCONDICIONALMENTE.

No es suficiente solo con hablar, conocer y descansar en el A.I. de DIOS, es importante también y mucho, demostrarlo, si en realidad lo entendemos, lo mínimo que vamos a querer hacer es aceptar a todos tal como DIOS nos ha aceptado a nosotros.

Eso no quiere decir que toleramos cualquier tipo de comportamiento, mucho menos el pecado desvergonzado o las herejías doctrinales, quiere decir que a pesar de su comportamiento amamos y aceptamos a las personas. Proverbios 10:12.

Los Legalistas Quieren Gracia Para Sus Vidas Cuando Fallan, Pero Justicia Y Disciplina Para La De Los Demás Cuando Caen. Gálatas 6:1.


En la iglesia somos especialistas en señalar con el dedo los malos comportamientos, somos expertos en hacer sentir vergüenza y culpabilidad a aquellos que no se comportan a la altura de un hijo de DIOS, solo al descansar en Cristo amaremos incondicionalmente, tal como nosotros somos amados por DIOS.

Un cristiano que ha caído no necesita ser condenado aún más, le basta con el pie en el cuello que el diablo tiene sobre de su vida por medio de la culpabilidad, la condenación de los creyentes Jamás viene de parte de DIOS. Romanos 8:1. Si DIOS no condena a sus hijos cuando pecan ¿Quiénes somos nosotros para hacerlo entonces? (DIOS nos redarguye, nos corrige y disciplina, pero NO nos condena).

La iglesia no es una sociedad de personas perfectas y sin pecado. Más bien, es una familia de personas sinceras cuyas vidas demuestran el poder transformador de la gracia de Dios.

Una razón por la cual nos necesitamos los unos a los otros en la familia de la iglesia es para demostrar el amor y la aceptación incondicional del Padre. Conforme andamos bajo Su Gracia, le daremos a otros el mismo amor y aceptación que hemos recibido de Dios.

Las 4 características de una actitud farisaica, que cualquiera de nosotros podemos llegar a vivir son:

A.   Falsa espiritualidad.
B.   Necedad ante los hechos.
C.   Insultos.
D.   Sectarismo.

Todos los seres humanos estamos propensos a vivir del lado del legalismo esta en nuestro ADN espiritual por el simple hecho de ser descendientes de Adán, el cual al comer del árbol del Bien y del mal, dejo de vivir en total dependencia de DIOS y comenzó a vivir en su auto suficiencia, esa es la escencia del legalismo: yo haciendo algo para DIOS.

Lo irónico es que el fariseo mientras más santo se siente más pecador se hace, porque menos depende de Cristo.

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