domingo, 24 de febrero de 2019

El Evangelio De Juan 113: Nadie Nos Puede Quitar Nuestro Gozo. Juan 16:16-24.


Jesús y los apóstoles acaban de tomar la ultima cena, durante el curso de ella el Señor les hace varios y muy intensos anuncios que estremecen su fe:

·         Uno de ustedes me va a entregar.
·         Pedro me va a negar.
·         Se van a escandalizar de mí.
·         Y el que más los conmovió: pronto partiré.

Es por ello, que cuando terminan la cena y salen camino al torrente de Cedrón, el Señor les va dando muchas y muy importantes enseñanzas e instrucciones acerca de lo que ha de acontecer, en el capítulo dieciséis, que es llamado el capítulo de las predicciones, el Señor sigue indicando la pronta llegada del Espíritu De Verdad y su labor de convencimiento al mundo.

Acto seguido, les dice de forma amorosa, que su proceso de madurez está todavía en los inicios, que aún no son capaces de sobrellevar muchas cosas, y ese precisamente fue el tema en el cual nos enfocamos la semana pasada: aún no estamos listos para sobrellevar la carga.

Nunca lo olvidemos: No Hay Atajos Para Llegar A Ser Maduros Espiritualmente. La madurez genuina nunca es producto de una sola experiencia, no importa que tan espectacular, emocional o impactante sea, el crecimiento es algo gradual. Pablo lo dice en 2ª Corintios 3:18. Es de gloria en gloria, de encuentro en encuentro, de intimidad en intimidad, de devocional en devocional y hasta de prueba en prueba de nuestra fe.

Aunque muchos se han preguntado, ¿Acaso DIOS NO puede hacer algo impactante en mi vida de manera que sea casi instantáneo mi cambio? Él es Todopoderoso, debe de poder ¿No? Entonces ¿Por qué toma tanto tiempo?

Por supuesto que DIOS puede hacerlo al instante, pero aún no lo podemos sobrellevar Aun no podemos soportarlo, y es en medio del proceso donde muchos son los que se desaniman, se frustran, se cansan y hasta llegan a creer que DIOS se ha olvidado de ellos y de su caminar, de su crecimiento a madurez espiritual.

El desánimo viene de la falta de humildad para reconocer que DIOS tiene el tiempo perfecto, cuando pensamos ser más sabios que DIOS pues debería de hacer las cosas más rápidas, cuando estos pensamientos y sentimientos ronden nuestros corazones mejor recordemos firmemente que DIOS lo que empieza termina y Confiemos En Que Dios Trabaja En Nuestras Vidas, Aun Cuando No Lo Sentimos, no andamos por sentimientos, andamos por Fe.

Después de abrir los ojos de sus discípulos a la realidad de su aun inmadurez espiritual, el Señor Jesús prosigue con sus palabras de guía, él les dice ahora: 16 Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque yo voy al Padre.

Estas palabras del Señor Jesús, si no se analizan bien en su contexto hasta parecerían algo confusas, sin embargo, los comentaristas han acordado durante siglos que no solo se refiere a que pronto será entregado a sufrir los dolores de la muerte por crucifixión, también habla acerca de su posterior resurrección gloriosa, pero, además, por el contexto de los capítulos anteriores, también se está refiriendo a que él vendrá a sus discípulos, y a nosotros también, en la persona del Espíritu Santo.

Si recordamos bien en nuestro estudio de Pneumatología entendimos que la verdadera obra del Espíritu Santo en la iglesia no es tirar personas al suelo o hacerlos balbucear palabras sin sentido, ni tampoco realizar milagros hasta dudosos, el sello de que el Espíritu Santo está obrando en una iglesia es que esa iglesia se apega al modelo de DIOS: es Cristocéntrica.

Se trata de Cristo, de su mensaje, de su gloria, de su gracia, de su persona, de su propósito en nuestras vidas, de Cristo, solo de Cristo y siempre de Cristo, el Espíritu Santo nos muestra a Cristo, por eso el Señor Jesús mismo les dijo a sus discípulos, y de nuevo un poco y me verán.

Ningún relato de la biblia se lee de forma aislada, todos y cada uno de los libros, capítulos, versículos y palabras van ligados al Plan eterno de salvación en Cristo, y mucho menos podemos aislar La crucifixión, la resurrección y el derramamiento del Espíritu Santo.

Con esto en mente, podríamos parafrasear este verso de la siguiente manera:

Ya falta poco para que me entreguen a morir, después me verán un poco de tiempo cuando resucite en gloria, pero después de un poco de tiempo más me verán pare ahora por medio del Espíritu Santo que tomará delo mío y se los dará a ustedes.

Pero la reacción del os discípulos no se hace esperar: 17 Entonces se dijeron algunos de sus discípulos unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y porque yo voy al Padre? 18 Decían, pues: ¿Qué quiere decir con Todavía un poco? No entendemos lo que habla.

Los discípulos una vez más están desconcertados y desorientados por las palabras del Señor, han demostrado lo que el Señor les acababa de decir, aun no pueden sobrellevar la carga, una vez más pensaban solo de forma terrenal, sus ojos espirituales seguían sin abrirse por completo.

Pero si bien estos hombres están intrigados, temen pedirle a Jesús que los ayude en la dificultad; lo más probable es que su sabían que su ignorancia no tenía justificación, y con las recientes palabras del Señor de que siguen sin estar preparados, se sintieron intimidados, así que de una forma muy reservada se preguntaban unos a otros acerca de este mashal del Señor.

Sabemos que su tono de voz era bajo y su actitud reservada por el siguiente versículo: 19 Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije Todavía un poco y no me veréis y de nuevo un poco y me veréis?

Juan nos describe el cuadro de una forma muy vívida, muestra que los discípulos estaban actuando en bajo perfil, tratando de no causar alboroto y que el Señor en su Omnisciencia supo de su situación, y no solo de sus dudas en cuento lo que acababa de decir, sabía también perfectamente que la tristeza seguía apoderada de sus corazones.

Por eso es que les pregunta directamente acerca de si tienen duda de lo que acaba de decir: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije Todavía un poco y no me veréis y de nuevo un poco y me veréis?

E inmediatamente después deja al descubierto sus corazones con la siguiente frase: 20 De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero, aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.

Un doble amén, como sabemos siempre precede a una palabra cargada de sabiduría, de parte del Señor: ustedes llorarán y se lamentarán, les dice, pues como dijimos, él sabe que la tristeza por su partida sigue presente de forma muy intensa en sus corazones, por eso es que les vuelva a dar palabras de aliento, pero en esta ocasión de forma aún más intensa.

Por ello es que antes de consolarlos, les describe primero a sus discípulos el dolor que hay en sus corazones, la pena que sufrirán, el lloro y el lamento que tendrán en reacción por su pronta muerte en la cruz. El Señor Jesús sabe que cuanto más agudo sea el dolor, tanto más intenso será el gozo que le siga.

Jesús predice que cuando él sea crucificado, el mundo perverso se regocijaría. Considerará la muerte de Jesús como una buena jugada, los líderes judíos pensaran que ganaron y lo van a celebrar. Pero su gozo será prematuro, solo les durará tres días.

Además, el pesar de los discípulos no será permanente. Mientras dure será, realmente, muy doloroso es cierto. Los amigos de Jesús van a llorar y lamentarse, sabemos que esta profecía se cumplió cabalmente por pasajes como Juan 20:11-15. Marcos 16:10 y Lucas 24:38.

La ilustración que utiliza Jesús en el siguiente versículo abre aún más el panorama. Jesús no solo habla de un tiempo de dolor y después un tiempo de gozo, sino que lo que va a producir ese dolor será lo mismo que producirá el gozo:  21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
  
La metáfora resulta muy adecuada para el caso, al igual que cuando un niño nace naturalmente en esta vida, por lo general primero produce en la madre un intenso dolor y la angustia del parto como lo decretó DIOS en Génesis 3:16, es exactamente ese mismo acontecimiento, el nacimiento del niño lo que produce solo un poco de tiempo después un gran gozo en el alma.

Así exactamente sucederá con la muerte de Cristo, al principio haría que los discípulos lloraran y se lamentaran, pero ante la gloriosa resurrección de Cristo y bajo la iluminación del Espíritu Santo, sería después la fuente del gozo más grande y triunfal de parte de los hijos de Dios.

Cuando llegue el momento hablaremos más en profundidad y extensión de este glorioso acontecimiento que ha partido en dos no solo la historia de la humanidad en dos, sino las opiniones de todos los seres humanos, hay quienes definitivamente no creen en DIOS y mucho menos creen que Cristo resucitó, algunos dicen creer en DIOS, pero dudan que alguien, en este caso Cristo se haya levantado de entre los muertos para no volver a morir, otros simplemente damos gracias y nos gozamos porque sin este acontecimiento en específico no seríamos salvos de nuestros pecados: 1ª Corintios 15: 12-17.

Mahoma, Confucio, buda, Dalai-lama, y en general todos los “grandes hombres de la historia” tienen algo en común: ocupan un lugar en el cementerio, todos ellos tienen un sepulcro, no así nuestro señor y salvador Jesucristo, porque el resucitó para no volver a morir jamás.

El Señor Jesús continúa alentando a sus discípulos y a nosotros en la actualidad, y les dice: 22 También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.

En este momento los discípulos están acongojados, no pueden aceptar la idea de la inminente partida de su Maestro. Sin embargo, Jesús afirma que los volverá a ver, sabemos que se refiere no solo a su resurrección sino también a que en el Espíritu Santo vendrá a nosotros, los corazones de los discípulos se regocijarán con un gozo que nadie les podrá quitar jamás.

El gozo, ya lo hemos aclarado antes, no es como estamos acostumbrados a llamar a la emoción intensa solamente, el gozo del griego jará (χαρά, G5479) que significa además de literalmente gozo también deleite.

El gozo del que habla aquí es el deleite de saber que Cristo está en nosotros y nosotros estamos en Cristo, es el deleite de saber que nada nos puede separar de él, es el deleite de saber que el hecho de su resurrección es innegable, por más que la ataquen, se burlen y la menosprecien, es un hecho histórico que ha sostenido la fe cristiana por 20 siglos y que no han podido derrumbar los más acérrimos enemigos del cristianismo.

El gozo, es la fuerza para continuar caminando con el Señor, es la motivación interna que nos impulsa día a día a seguir a Cristo, es la seguridad de nuestra salvación que nos estimula a no alejarnos nunca de la Fe en aquel que nos redimió en la cruz.


Y nadie nos lo puede quitar, ni los problemas, ni las circunstancias, ni la muerte misma, pues el morir es ganancia para un hijo de DIOS ya que estará ahora sí, cara a cara frente a su salvador. Romanos 8:35-39. Santiago 1:2-4. ¿Por qué nadie nos puede quitar nuestro gozo? Porque nuestro gozo no es externo, no siquiera es interno, es eterno, es la gloriosa persona de Cristo y su eterna resurrección.

Cuando conoces a una persona que caminó con Cristo durante algún tiempo, pero que se alejó por el motivo que sea, ese si era solamente una emoción pasajera, el verdadero gozo es eterno, se construye y preserva en el día a día en nuestra intimidad con DIOS, descansando en Cristo.

Pero aún hay más en estas maravillosas palabras de consuelo: 23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

En aquel día, a fin de entender bien esta corta frase, es necesario recordar el contexto del versículo 19donde el Señor les dice ¿Me preguntan ustedes…? Los discípulos se han estado preguntando unos a otros a fin de encontrar una respuesta al oscuro dicho de Cristo en cuanto a un poco.

Se habían sentido llenos del deseo de preguntarle a él, pero no se habían atrevido a volver a interrumpirlo. Ahora, en el versículo 23 Jesús afirma que, en aquel día, refiriéndose al Pentecostés y todo el tiempo en que el Espíritu Santo guíe a su Pueblo, es un recurso de lenguaje que no solo habla de un día de 24 horas, es como cuando decimos cuando llegue el día en que me ames, no es para referirnos a las 24 horas de amor que alguien nos tendrá, más bien marca el inicio que de ese día en adelante habrá amor correspondido.

Así sucederá, cuando el Espíritu Santo llegue estos hombres ya no estarán desorientados en cuanto a qué hacer, deseando hacer preguntas, pero no teniendo valor para formularlas, el Espíritu los va a capacitar para entender todas las cosas. 1ª Juan 2:20.

Una vez que los discípulos tengan el cuadro completo:

·         La luz de la resurrección.
·         La llegada del Espíritu En pentecostés.
·         La permanencia eterna del Espíritu sobre su iglesia.

Ahora sí les resultara perfectamente comprensible que todo se trata de Cristo y no tendrán necesidad como les dice Jesús de andar preguntando acerca de estos hechos, sabrán por qué Jesús tenía que morir, por qué su muerte fue ventajosa para la iglesia, de qué manera la fuente de pesar se había vuelto en fuente de gozo, etc.

·         Pedro ya no tendrá que preguntar, “¿A dónde vas?” (13:36).
·         Ni Tomás, “¿Cómo podemos saber el camino?” (14:5).
·         Ni Felipe, “Muéstranos el Padre”, (14:8).
·         Ni Judas el Mayor, “Señor, ¿te manifestarás a nosotros y no al mundo?” (14:22).
·         Ni ninguno de ellos, “¿Qué quiere decir con: todavía un poco?” (16:18).

Pero no es todo lo que sucederá cuando el Espíritu Santo sea derramado sobre la iglesia, también dice Jesús que los discípulos recibirán respuesta a las peticiones que eleven al Padre, y lo asegura con un doble amén: De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

La transición de preguntar en la primera parte del versículo a pedir a pedir en la segunda parte no es tan abrupta como podría parecer. Cuando uno está muy preocupado por algo, deseando con vehemencia recibir explicación de un misterio, la solicitud de información fácilmente se convierte en una petición de un favor.

Las palabras de esta promesa ya las ha dicho antes, en al menos 3 ocasiones, en todos los pasajes en la misma interpretación general: pediremos y recibiremos lo que vamos a pedir, porque vamos a pedir conforma al corazón de DIOS, los deseos de Cristo serán ahora nuestros deseos y no vamos a pedir egoístamente.

Hay, sin embargo, una diferencia importante. Ahora aprendemos que no sólo el pedir se hace en el nombre de Cristo, sino también el dar, el Padre se los dará en mi Nombre, dice Jesús, podemos ver el Cristo centrismo a donde quiera que volteemos en la Escritura y en la vida cristiana genuina, no nos darán por nuestro merecimiento lo que pidamos, nos los dará el Padre por los merecimientos de Cristo.  

Nuestra permanencia en Cristo tiene dos resultados paradójicos:

·         Por una parte, seremos perseguidos por su Nombre.
·         por la otra, seremos bendecidos también en Su Nombre.

Terminamos con lo que el Señor dice en el verso 24 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

Hasta este momento los discípulos, en sus oraciones, se habían dirigido directamente a Dios, sin mencionar el nombre de Jesús, sabemos que orar en el Nombre de Jesús, no es una frase mística o mágica que hará que DIOS mueva su mano a nuestro favor, al contrario, es como lo acabamos de mencionar, que oramos no en nuestros logros o justicia, sino el los logros y la justicia del Señor Jesucristo.  

Los discípulos no basaban sus peticiones en este fundamento. Según algunos esto era error de su parte, por el cual Jesús ahora implícitamente los reprende. Según otros, no había habido falta de su parte, por cuanto la obra completa de la redención todavía no había concluido.

El texto no resuelve este punto en ninguna de las dos direcciones. El punto principal es éste, que de ahora en adelante debe haber un cambio: ahora pedirían al Padre en Mi Nombre este pasaje es armónico a lo predicado pro Jesús en el sermón del monte. Mateo 7:7.

El gozo de los discípulos y el nuestro será completo por medio de la comunión constante con Dios en oración y por recibir respuestas a la oración, oraciones contestadas producen corazones agradecidos y confiados en Cristo y esos corazones se gozan cada día más y más en tener intimidad con su Señor, y el Señor de la gloria se complace en contestar las oraciones de los que descansan en él, y el ciclo continúa una y otra vez.

De este modo Jesús repite aquí la maravillosa afirmación hecha antes en Juan 15:11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.



¡Qué glorioso Salvador! La cruz con todas sus agonías está a la vuelta de la esquina. En unas pocas horas Jesús dará su vida como rescate por muchos. Sabe lo que se aproxima. Ya ve los clavos que perforarán sus manos y sus pies. Oye, por así decirlo, los gritos y sarcasmos de los líderes, su risa infernal. Sin embargo, su ardiente deseo es: “que vuestro gozo sea completo”. “Qué amor tan divino y tan superior a todo entendimiento!  Nuestro gozo está completo en la obra y en el nombre de Jesucristo, Señor y Redentor nuestro.

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