jueves, 14 de noviembre de 2019

Apologética 14: Vida Después De La Muerte. Hebreos 9:27.



En nuestra presentación y defensa del evangelio, no solo encontraremos a personas que no creen en DIOS, o que creen en otros dioses u otras teorías incompatibles con el cristianismo bíblico como la evolución teísta, también ocasionalmente podemos encontrarnos con personas que, si creen en asuntos espirituales, pero que tampoco son compatibles con la Escritura, tal es el caso de aquellos que creen en la reencarnación y el Aniquilacionismo.

En la clase del día de hoy estudiaremos como poder darles una respuesta sensata y sobre todo bíblica, para quitar ese estorbo en la presentación del evangelio.

     I.        La reencarnación.

¿QUÉ ES LA REENCARNACIÓN?

La palabra se explica por sí misma, así como encarnación básicamente significa en la carne. Solemos hablar de la encarnación de Cristo cuando nos referimos a que Él vino «en carne». Pues bien, reencarnación significa simplemente que eso sucede una y otra vez: Continuar volviendo a la carne, en cuerpos diferentes, aunque conservando el mismo espíritu. Reencarnación es la creencia de que el alma pasa a otro cuerpo después de la muerte.

¿Y POR QUÉ EL ALMA NECESITARÍA REENCARNARSE?

Según esta creencia porque en una nueva existencia debe pagar los pecados cometidos en la presente vida, o recoger el premio de haber tenido una conducta honesta. El alma está, dicen, en continua evolución. Y las sucesivas reencarnaciones le permite progresar hasta alcanzar la perfección. Entonces se convierte en un espíritu puro, ya no necesita más reencarnaciones, y se sumerge para siempre en el infinito de la eternidad.

Hoy en día son muchas las personas que, aun siendo católicas o hasta cristianas, creen que la reencarnación es posible, muchas personas famosas creen en ella y las películas y programas de televisión la promueven abiertamente, esto ha causado que cada vez más crédulos caigan en esta artimaña del error.

¿DÓNDE SE ORIGINA ESTA CREENCIA?

La primera vez que aparece la idea de la reencarnación es en la India, en el siglo VII a.C. La fuente original de la doctrina se encuentra en los «vedas», que son como las «escrituras» hindúes.  Aquellos hombres primitivos, muy ligados aún a la mentalidad agrícola, veían que todas las cosas en la naturaleza, luego de cumplir su ciclo, retornaban. Así, el sol salía par la mañana, se ponía en la tarde, y luego volvía a salir. La luna llena decrecía, pero regresaba siempre a su plena redondez. Las estrellas repetían las mismas fases y etapas cada año. Las estaciones del verano y el invierno se iban y volvían puntualmente. Los campos, las flores, las inundaciones, todo tenía un movimiento circular, de eterno retorno. La vida entera parecía hecha de ciclos que se repetían eternamente.

Esta verificación llevó a pensar que también el hombre, al morir, debía otra vez regresar a la tierra. Pero como veían que el cuerpo del difundo se descomponía, imaginaron que era el alma la que volvía a tomar un nuevo cuerpo para seguir viviendo.

Con el tiempo, aprovecharon esta creencia para aclarar también ciertas cuestiones vitales, como las desigualdades humanas, que de otro modo les resultaban inexplicables para la incipiente y precaria mentalidad de aquella época. Cuando apareció el budismo en la India, en el siglo V a.C., adoptó la creencia en la reencarnación. Y por él se extendió en la China, Japón, el Tíbet, y más tarde en Grecia y Roma. Y así, penetró también en otras religiones, que la asumieron entre los elementos básicos de su fe.

Pitágoras, Platón y Plotino creyeron que el espíritu o alma era eterno e indestructible. Platón enseñó con claridad que el alma inmortal encarna en un cuerpo solamente como castigo por algún pecado, por el que debe sufrir diez veces más; de ahí que el alma sea forzada a dejar el reino ideal e ingresar al mundo material. Platón habló de dos puertas en el cielo: una para las almas que entran, y otra para las que salen. Antes de embarcarse en una nueva vida, el alma es obligada a atravesar el Río del olvido. Platón también enseñaba que los hombres pueden reencarnar como animales.

Varios son los teólogos cristianos que han intentado armonizar la reencarnación con el cristianismo, entre ellos, Geddes MacGregor y John Hick. Según ellos, lo más importante durante el tiempo de la existencia humana es la decisión efectuada en cuanto a aceptar o rechazar a Cristo. El modelo más sencillo establece que aquellos que aceptan a Cristo van a estar con Dios, mientras que los que rechazan a Cristo son reencarnados hasta que lo reconozcan. De esa manera todo serán salvados en su oportunidad.

¿POR QUÉ CREE LA GENTE EN LA REENCARNACIÓN?

a)    Por la conciencia de la inmortalidad del alma. Platón consideraba que la parte inmaterial del hombre era increada e indestructible.  Por ello es probable que el alma aparezca en el mundo en cuerpos distintos y en diferentes épocas. Eso es parte de su proceso de perfeccionamiento. De la misma forma, las filosofías panteístas presuponen que todo es eterno y divino, de modo que el alma es igualmente incorruptible
b)    Evidencia psicológica de vidas anteriores. Hambre de creer. Basada en estudios nada científicos como la hipnosis. Y con resultados no solo dudosos, muchos psicólogos creen que solo es catarsis, no creen que sea necesariamente cierto.
c)    Es un sistema justo. Hambre de justicia. La idea de tener más de una oportunidad en la vida parece ser la solución más equitativa para satisfacer la justica de la ley del karma.

¿QUÉ ES LO MALO DE LA REENCARNACIÓN?

En primer lugar, porque es contraria a la Biblia:

·         Hebreos 9:27.
·         Job 10:20-21.
·         2ª Samuel 12:22-23.
·         2ª Samuel 14:14.
·         Lucas 16:25-31.
·         Lucas 23:43.

Pero hay personas que no creen que la Biblia es la Palabra de DIOS, por lo tanto, creen que no tiene autoridad absoluta, así que también presentamos argumentos lógicos en contra de la creencia en la reencarnación.

Tengamos en mente que al menos tienen conciencia espiritual de la inmortalidad del alma, y a diferencia de muchos otros, al menos creen que hay algo después de la muerte, también tengamos en cuenta que basan su creencia en una especia de amor sentimentalista mal informado, tratan de defender ese amor, la misericordia y la justicia de Dios frente al problema del mal, además, sostienen la dignidad del hombre al reconocer que es una criatura moral con la capacidad de elegir libremente sus acciones.

Lo que debemos decirles es que:

La reencarnación no soluciona el problema del mal ni provee consuelo alguno en las aflicciones.

La reencarnación, más que resolver el problema del sufrimiento injusto, sencillamente afirma que es justo. Nadie es en verdad inocente debido al karma de sus vidas anteriores, lo que causa el sufrimiento en esta existencia actual. Los reencarnacionistas se quejan de que cuando un cristiano tiene que darle una razón a una madre sufrida en cuanto a por qué su hijo de cuatro meses está agonizando, solo puede responderle: Solo DIOS lo sabe. En cambio, la ley del karma puede contestarle: Tu dulce e inocente angelito se está muriendo porque en una vida anterior fue malvado. ¿Hará eso que uno se sienta mejor?

Esa no es la solución al problema, es una evasión del mismo. No trata con la dificultad, la descarta. ¿Es realmente justo que Dios castigue a los niños por los pecados de los adultos, sobre todo si no recuerdan esos pecados? Parece moralmente repugnante y terriblemente injusto juzgar a alguien que ni siquiera sabe cuál fue su crimen. Además, al asignar la culpa a una vida anterior, uno empieza una regresión infinita de explicaciones que nunca en realidad explicarán algo. Si el sufrimiento de cada vida dependiera de los pecados de una existencia pasada, entonces ¿cómo empezó todo? Si hubo una vida primera, ¿de dónde vino la deuda kármica para explicar el sufrimiento en esa vida?

El Karma no es lo mismo que Ley.



Uno se lleva la impresión de que el karma es lo mismo que la Ley del AT: un código moral rígido y universal, como alegan algunos. Sin embargo, el karma no es una prescripción moral sino un sistema de retribución, pues carece de contenido que indique qué hacer. El karma impone sin ser una ley moral; es un sistema penal carente de legislación; es una moral impersonal que norma las relaciones de los actos y sus consecuencias.

La reencarnación provoca una reacción inhumana al sufrimiento de nuestros semejantes.

¿Ha visto alguna vez fotografías de la India? ¿Sabe cómo es la vida allá? Miles de pobres, inválidos, mutilados, vagabundos y desnutridos tapizan las calles sin que nadie parezca siquiera percatarse de que están allí. ¿Por qué ocurre eso? Por la ley del karma.  Conforme al hinduismo clásico, si alguien ayudara a esas personas aliviando sus sufrimientos, estaría actuando contra el karma. La gente sufre para eliminar su deuda kármica y si uno los ayuda, tendrían que volver a reencarnar y sufrir aún más para cancelar esa deuda.

Además, es una crueldad hacer algo para no dejarlos sufrir, lo cual aumentaría los propios problemas kármicos de uno. Ayudar a la gente en una sociedad que cree en la reencarnación es algo sencillamente fuera de toda lógica.

La reencarnación no garantiza el progreso espiritual

A veces los reencarnacionistas usan la evolución como prueba de que siempre estamos convirtiéndonos en formas de vida mejores, superiores y espiritualmente más orientadas. El problema es que no hay evidencia alguna que señale que tal evolución ocurra en los ámbitos biológicos o espirituales. No importa cuántos cuerpos tomen, todos puede fallar al pagar su deuda kármica, y hasta pueden aumentarla. ¿Cómo asegurarnos de que alguna vez saldremos adelante? Si ahora echamos a perder todo, ¿qué nos hace pensar que lo haremos mejor la próxima vez?

En lo tocante a las versiones cristianizadas de la reencarnación que aducen dar al hombre una segunda oportunidad para aceptar a Cristo, no tiene sentido alegar que se necesita más de una vida para efectuar una decisión que se toma una sola vez en la vida. Si no basta con una sola vida, entonces no hay garantías de que vaya a ser suficiente con muchas reencarnaciones durante cualquier cantidad de tiempo.

    II.        Aniquilacionismo.

Otra creencia cada vez más arraigada en el pensamiento occidental acerca de lo que sucede después de la muerte es el Aniquilacionismo, la creencia de que al morir nuestra alma será completamente destruida, aniquilada por DIOS para ser más precisos.

Esto sucede por creer que la doctrina del castigo eterno es incompatible con un DIOS amoroso, no saben que los atributos de DIOS son totales, Él no es 90% amor y 10% ira santa, él es al mismo tiempo 100% amor, 100% justo, 100% Santo, 100% ira, etc.

Así que, para tratar de hacer buenas relaciones públicas, presentan esta creencia falsa, de que DIOS no va a castigar a nadie, Él simplemente aniquilará a todos los que mueran en pecado. El problema es que esta creencia no tiene más sustento bíblico que la reencarnación, además de que ni siquiera hace bien su trabajo de revindicar a DIOS, pues para muchos el dejar de existir no se diferencia en nada con el castigo eterno.

El ateo Friedrich Nietzsche dijo que elegiría mejor el sufrimiento consciente eterno antes que no existir. Aun una mala existencia es mejor que la no existencia. ¿No sería igualmente cruel, si no es más aun, un Dios que simplemente saca del existir con un soplido a la gente…?

  III.        Resurrección.

¿Qué opción nos muestra la Escritura? ¿Qué enseña ella acerca de la vida después de la muerte? Si la reencarnación y el Aniquilacionismo fallan en sus pretensiones de dar consuelo y explicación al sufrimiento. La biblia habla de la resurrección final.

Ya dijimos que la reencarnación es la creencia de que el alma pasa a otro cuerpo después de la muerte. En cambio,

La resurrección afirma que el mismo cuerpo físico es hecho incorruptible tras la muerte.

Más que hablar de una serie de cuerpos que mueren, la resurrección le otorga vida eterna al mismo cuerpo que murió. La resurrección ve al hombre como una unidad: cuerpo, alma y espíritu, más que como un alma y un espíritu dentro de un cuerpo.

LA NATURALEZA DEL ESTADO FINAL.

A pesar de que muchos cristianos se sorprenden, la biblia dice que tendremos un cuerpo físico al resucitar, así es que no, no seremos almas con arpas cantando al Señor en el cielo.

·         Jesús resucitó en un cuerpo físico. Lucas 24.39.
·         Pablo lo confirma. 1ª Corintios 15:42-44. Filipenses 3:21.
·         Pedro suscribe. 1ª Pedro 1:4.

¿CUÁNDO SUCEDERÁ LA RESURRECCIÓN?

La Biblia habla de dos resurrecciones: una para la vida y la otra para el juicio final. Daniel 12.2. Juan 5.29. Apocalipsis 20:4-6.

Puede que nos desagrade la idea del infierno, pero la Biblia no deja otra salida al respecto. Las Escrituras enseñan con claridad que los creyentes seremos resucitados para vivir con Dios no por nuestras buenas obras, sino con base en la en Jesucristo. Los incrédulos serán también resucitados y juzgados según sus obras, como muchos de ellos quieren serlo: Apocalipsis 20.11-15. Sin embargo, nadie que no crea en Cristo escapa al castigo del lago de fuego, conforme a los registros de sus obras. Todos vamos a resucitar, pero la única cuestión es dónde va a pasar la eternidad después de hacerlo: ¿con Dios, disfrutando su bondad y su amor, o en el infierno, separado de Él por siempre?

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