jueves, 27 de febrero de 2020

Tema 11: Del Pacto de DIOS. Cita: Génesis 3:15.


La CFB de Londres de 1689, en su lección 4, enseña acerca de la caída y el pacto. La clase pasada entendimos las características generales y particulares de la caída de Adán en pecado y el castigo adecuado para el pecado y los pecadores, sin embargo, como acabamos de aclarar, originalmente son dos temas que la CFB 1689 liga íntimamente, pues los bautistas particulares o algunas veces llamados bautistas reformados, se apegan a la Teología del pacto o también conocida como Teología Federal  o Federalismo, y en dicho marco teológico, los pactos divinos son la esencia y el hilo conductor de la historia de la humanidad en general y de la redención en particular.

Para poder entender más a fondo y poder continuar con nuestro estudio de la CFB 1689 es necesario aclarar primero la diferencia entre Teología del pacto y el dispensacionalismo o teología dispensasionalista, ambos son marcos teológicos donde se desarrolla todo el proceso de pensamiento doctrinal.

Para que lo podamos entender, imaginemos que decimos que vamos a formar dos equipos de jugadores, y utilizaremos una cancha y un balón, tendremos un referí central y ganará el equipo que anote más puntos ¿a qué deporte me refiero? Podría ser soccer, o baloncesto, o hasta futbol americano, sin un marco de referencia bien definido caemos en la imprecisión, ahora bien, si aclaramos que jugaremos futbol rápido, de inmediato todo toma sentido.

De la misma manera es con la Teología del pacto o la dispensasionalista, son los marcos de referencia teológica que definen la manera en que leemos e interpretamos las Escrituras, son los límites (marco) que nos previenen de desviarnos y caer en errores o herejías, es la óptica bajo la cual observamos todas las doctrinas bíblicas.

Básicamente en el dispensacionalismo, creen que la historia bíblica se divide en dispensaciones o etapas, siete por lo general, en las cuales DIOS trató con su pueblo de diversas maneras y no tienen continuidad en esas etapas, cada vez que se cierra una, se abre otra distinta de la anterior, y da a luz equivocaciones muy serias, como creer que antes de Cristo la salvación era por guardar la ley o que DIOS actualmente tiene dos pueblos, Israel y la Iglesia. Lamentablemente la gran mayoría de los cristianos en la actualidad, algunos hasta sin saberlo a ciencia cierta, son dispensasionalistas o fuertemente influenciados por este marco teológico, el cual cabe resaltar tiene escasos 150 años de haber surgido.

La teología del pacto en cambio, es una manera de leer la Biblia que trata de explicar la trama de las Escrituras, mostrando cómo las diversas partes de la Biblia se integran en una unidad que presenta un solo mensaje de salvación por la fe en Jesús.

La teología del pacto resume la enseñanza de toda la Biblia con el concepto de pacto. La teología del pacto sostiene que Dios toma la iniciativa de relacionarse con el ser humano siempre por medio de pactos. También sostiene que existe cierta continuidad entre varios de estos pactos, y que reconocer esta continuidad nos ayuda a entender el mensaje principal de la Biblia: la redención por gracia.


¿Qué es un Pacto? Pasamos ahora a la definición bíblica de un pacto. En primer lugar, un pacto es un vínculo. Con el fin de comprender la naturaleza de este vínculo, tenemos que distinguir entre los pactos que se hacen entre los hombres y los pactos entre Dios y los hombres.

Un pacto es un acuerdo formal entre dos o más personas que establece y define los límites de la relación.

Ejemplos cotidianos sobran: el matrimonio, un acuerdo laboral, un acuerdo escolar, un trato de negocios, una cita con el doctor, etc.

Pactos entre Hombre y Hombre. Los pactos entre hombres eran comunes en el AT. En tales casos, un pacto era un acuerdo mutuo entre las partes en el cual las partes entraban en tal pacto de igual a igual, por ejemplo, Génesis 21:27; 31:44.

Pactos de Dios y el Hombre. En los pactos de Dios y el hombre, Dios es soberano. Los términos son soberanamente impuestos sobre el hombre; el hombre no negocia los términos con Dios. Además, estos pactos son vínculos de sangre; el resultado del incumplimiento del pacto es la muerte, el derramamiento de sangre.

Es el acuerdo legal inalterable y divinamente impuesto

Es vital entender que la única forma en que Dios trata con el hombre es a través de pactos. Dios
no trata con el hombre aparte de los pactos. Dios establece los términos de estos pactos, y tanto
Dios como el hombre deben regirse por estos términos.

Hay tres pactos principales en las Escrituras:

      i.        El pacto de obras entre Dios y Adán.

El primer pacto fue el "Pacto de las Obras" entre Dios y Adán. Dios entró en un pacto que requería la perfecta obediencia de Adán en el Jardín del Edén. Adán tuvo que obedecer la orden de no comer de un árbol, el árbol de la ciencia del bien y del mal Génesis 2:16-17. Si Adán rompía el pacto, él iba a morir; si obedecía a Dios, viviría.

Este pacto es de obras, porque el éxito de este pacto se basaba en la obediencia de Adán.

 


El pacto fue hecho con Adán y todos los hombres, ya que Adán era la cabeza federal es decir el representante de toda la raza humana. Romanos 5:12-19; 1ª Corintios 15:22. Adán falló en esta prueba, y así se condenó a sí mismo a muerte y condenó a todos aquellos a quienes él representaba.





    ii.        El Pacto de Redención entre Dios y Cristo, el segundo Adán.

El pacto de la redención es “el convenio entre el Padre, que da al Hijo como Cabeza y Redentor de los elegidos, y el Hijo, que acepta voluntariamente el lugar que corresponde a aquellos a quienes el Padre dio al Hijo” (Berkhof, p. 324). Se trata de un pacto inter-trinitario donde el Padre es el originador, el Hijo el ejecutor y el Espíritu Santo el administrador. Juan 6:38. 1ª Corintios 15:22. Efesios 1.4-11.

Recordemos que Dios no tiene una especie de “plan B” sino que al haberse constituido este pacto en la eternidad precede a la creación y aún a la caída del hombre en el pacto de las obras. Por tanto, se debe repudiar cualquier idea que invite a pensar que el pacto de la redención resultó de una contingencia que se le presentó a Dios y que tuvo que solucionar.

   iii.        El Pacto de la gracia entre Dios con Cristo y sus elegidos.

El tercer pacto es el Pacto de Gracia, en el cual Dios entra en alianza con los hombres para el perdón de sus pecados y entra en una nueva relación con ellos. El Pacto de la Gracia está relacionado con el Pacto de la Redención, ya que se basa en la obra de Cristo en la redención.


El vocablo pacto de la gracia no aparece en las Escrituras, como tampoco términos como trinidad, Encarnación, unión hipostática, etc. Utilizamos el término para describir la serie de pactos de la promesa de gracia, desde la primera promesa de gracia hecha a Adán en Génesis 3:15 pasando por las promesas hechas a Noé, Abraham, a Moisés y a David, las cuales alcanzan su plenitud en el Nuevo Pacto en Cristo: Lucas 22:20.

Decimos que es pacto de gracia, porque desde la caída del hombre en el Pacto de Obras, el hombre ya no puede agradar a Dios por sus obras, por lo que la única manera en que Dios puede tratar con el hombre ahora es por la gracia.

Es de este tercer pacto, el pacto de gracia, del cual la CFB 1689 nos habla: Del pacto de Dios.

A.   Necesidad del pacto de gracia. La distancia entre Dios y la criatura es tan grande que aun cuando las criaturas racionales le deben obediencia como su Creador, éstas nunca podrían haber logrado la recompensa de la vida a no ser por alguna condescendencia voluntaria por parte de Dios, que a él le ha placido expresar en forma de pacto.1

1.    Job 35:7,8; Sal. 113:5,6; Hch. 17:24,25.

El pacto de obras sigue vigente, por lo tanto, es necesario el pacto de gracia si deseamos agradar a DIOS.

B.   El carácter esencial del pacto de gracia. Además, habiéndose el hombre acarreado la maldición de la ley por su Caída, agradó al Señor hacer un pacto de gracia1, en el que gratuitamente ofrece a los pecadores vida y salvación por Jesucristo, requiriéndoles la fe en él para que puedan ser salvos2, y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que son ordenados para vida eterna, a fin de darles disposición y capacidad para creer3.

1.    Legalidad del pacto. Gn. 3:15; Sal. 110:4, He. 7:22-28; 10:12-18; Ef. 2:12, Ro.4:13-17 y Gá. 3:18-22; He. 9:15.
2.    Dimensión universal. Jn. 3:16; Ro. 10:6,9; Gá. 3:11.

Esta condicionante del pacto no nos dice que todos serán salvos, sino que los elegidos desde la eternidad ahora no solo pertenecen a una nación técnica como fue en su momento con el pueblo de Israel, sino que están regados por todo el mundo, de toda lengua, tribu y nación.

3.    Dimensión particular. Ez. 36:26,27; Jn. 6:44,45.

Solo los que sean regenerados por el Espíritu Santo tienen la disposición y la capacidad para creer en la persona de Cristo y sus promesas redentoras.

La Fe en Cristo en la única condición puesta por DIOS para que los hombres entremos en el pacto de gracia.

Lo maravilloso, es que DIOS mismo nos dotó de la Fe necesaria para creer en Cristo desde antes de que naciéramos, así se aseguró de que no tengamos ningún mérito en nuestra salvación.

C.   Características significativas del pacto de gracia. Este pacto se revela en el evangelio; en primer lugar, a Adán en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer, y luego mediante pasos adicionales hasta completarse su plena revelación en el Nuevo Testamento;1 y tiene su fundamento en aquella transacción federal y eterna que hubo entre el Padre y el Hijo acerca de la redención de los escogidos;2 y es únicamente a través de la gracia de este pacto como todos los descendientes del Adán caído que son salvados obtienen vida y bendita inmortalidad, siendo el hombre ahora totalmente incapaz de ser aceptado por Dios bajo aquellas condiciones en las que estuvo Adán en su estado de inocencia.3

1.    Su revelación progresiva. Gn. 3:15; Ro. 16:25-27; Ef. 3:5; Tit. 1:2; He. 1:1,2.

El Pacto de Gracia se revela en el evangelio. El evangelio es la revelación del Pacto de Gracia. También, este Pacto de Gracia se revela a Adán en la promesa de la simiente de la mujer, Génesis 3:15 es la primera revelación del Pacto de Gracia, y luego mediante pasos adicionales se va mostrando poco a poco en las Escrituras hasta completarse su plena revelación en el Nuevo Testamento.

2.    Su fundamento eterno. Sal. 110:4; Ef. 1:3-11; 2 Ti. 1:9.

Como ya lo habíamos definido, El Pacto de Redención es la base sobre la cual se fundamente el pacto de Gracia.

3.    Su provisión exclusiva. Jn. 8:56; Ro. 4:1-25; Gá. 3:18-22; He. 11:6,13,39,40.

Aunque la confesión enseña la perpetuidad del pacto de obras a lo largo del Antiguo y del Nuevo Testamento, afirma firmemente que la salvación en ambas épocas es solo por gracia. La continuación del pacto de obras no fue para conducir a los pecadores a la ley, sino para ponerlos de rodillas.

Debido a que la ley es incapaz de otorgar vida eterna a los que rompen los pactos, Dios reveló el evangelio inmediatamente después de la caída. A Adán y a todos sus descendientes caídos se les dio la esperanza de la vida eterna a través de la proclamación del evangelio y solo mediante la proclamación del evangelio.


El Pacto de Gracia es el único medio de salvación.



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