miércoles, 19 de febrero de 2020

CFB 1689 Tema 10: De la Caída del hombre, del pecado y su castigo. Cita: Romanos 5:12-15.



A. Naturaleza de la caída. A pesar de que Dios creó al hombre recto y perfecto, y le dio una ley justa, que hubiera sido para vida si la hubiera guardado, y amenazó con la muerte su transgresión, el hombre no la honró por mucho tiempo,1 usando Satanás la sutileza de la serpiente para subyugar a Eva y luego a través de ella seduciendo a Adán, quien sin ninguna coacción, deliberadamente transgredió la ley bajo la cual habían sido creados y también el mandato que les había sido dado, al comer del fruto prohibido, lo cual agradó a Dios permitir, conforme a su sabio y santo consejo, habiéndolo ordenado con el propósito de que fuera para su propia gloria.2

1.    Marco general de la caída. Gn. 2:17. Ec. 7:29; Ro. 5:12-15.
2.    Descripción particular de la caída:

a.    Ocasión. En el huerto del Edén con nuestros primeros padres. Gn. 3:1-7.
b.    Manera. Satanás usó la sutileza de la serpiente. 2 Co. 11:3; 1 Ti. 2:14.
c.    Esencia. Provocó desobediencia en todos los seres humanos. Ro. 11:32-34
d.    Sustancia. Para su propia gloria.  2 S. 24:1; 1 Cr. 21:1; 1 R. 22:22,23; 2 S. 16:10; Hch. 2:23; 4:27,28.

Hay atributos de DIOS, como su Gracia y misericordia que solo los podemos reconocer plenamente teniendo como marco de referencia el pecado.

B. El resultado de la caída. Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia y rectitud original y de su comunión con Dios, y nosotros en ellos, por lo que la muerte sobrevino a todos;1 viniendo a estar todos los hombres muertos en pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo.2

1.    Universalidad del pecado. Ro. 5:12ss.; 1Co. 15:20-22; Sal. 51:4,5; 58:3; Ef. 2:1-3; Gn. 8:21; Pr. 22:15.

El pecado es un mal universal, es decir que ha afectado a todos, absolutamente todos los seres humanos descendientes de Adán, esto obviamente compete a toda la raza humana sin excepción alguna de:

·         Nacionalidad.
·         Credo.
·         Sexo.
·         Edad.
·         Condición social.
·         Nivel educativo.
·         Origen étnico.
·         Idioma.
·         Rasgos físicos.
·         Etc.

Esto no es algo que Pablo o algún discípulo haya inventado, los profetas del A.T. y Jesús mismo recalcaron esta realidad: Mateo 15:18-19. Juan 8:44. Esto nos confirma una verdad previamente entendida y es que los seres humanos pecan porque son pecadores, no se convierten en pecadores al pecar, es como un perro, ladra porque es un perro no se convierte en perro porque ladra.

Todos los seres humanos nacemos con esta condición de la cual es IMPOSIBLE escapar, por lo tanto, somos pecadores por condición más que por conducta, esto deshecha el mito de que todos los seres humanos nacemos siendo buenos por naturaleza, pero que la sociedad nos echa a perder, de ser así, ¿Qué echo a perder a la sociedad? Los seres humanos fuimos.

Aquel que niegue la realidad universal del pecado, simplemente no puede llamarse cristiano en el sentido bíblico de la palabra.

2.    La realidad del pecado es total. Gn. 2:17; Ef. 2:1; Tit. 1:15; Gn. 6:5; Jer. 17:9; Ro. 3:10-18; 1:21; Ef. 4:17-19; Jn. 5:40; Ro. 8:7.

Nada en el hombre se escapa del efecto corruptor del pecado. Nada en absoluto, de otra manera el hombre podría salvarse a sí mismo por medio del ejercicio de esa pequeña parte libre del pecado.

El pecado ha afectado de muerte nuestro:

·         Espíritu.
·         Alma
·         Cuerpo.

i.        Nuestro espíritu estaba condenado a la ignorancia acerca de DIOS, es por este motivo que no solo no queremos, no podemos acercarnos a DIOS, pues nuestro espíritu ignora por completo como hacerlo, y es donde comienzan las búsquedas en lugares equivocados:

a.    Brujería.
b.    Limpias.
c.    Vicios.
d.    Religiones.
e.    Santería.
f.     Santa muerte.
g.    Amor, dinero, familia.

Hacemos de todo por llenar el hueco, pero lo hacemos de la manera incorrecta, esto es así porque nuestro espíritu está muerto por la total ignorancia de quien es DIOS.

Este es el motivo por el cual Cristo ejerce el oficio profético, Cristo como la Palabra revelada de DIOS nos salva de la ignorancia producida por el pecado, de esta forma nuestro espíritu es libre del castigo del pecado, a esto le conocemos como justificación.

ii.        Nuestra alma estaba encadenada al poder del pecado, así que por más que lo intentáramos nunca podríamos dejar de pecar, tal vez por cortos periodos de tiempo o tal vez intercambiando un pecado por otro, pero nunca lo íbamos a lograr por nuestra propia cuenta. Solamente los pelagianistas creen que tenemos el libre albedrio para lograrlo, pero la biblia nos dice que somos esclavos del pecado. Juan 8:34.

Nuestro Señor Jesucristo, en su oficio de Sumo Sacerdote es que nos hace libres del poder, de la influencia, de la esclavitud de nuestras almas al pecado, por medio de su sangre y con su continua intercesión junta al Padre a favor de nuestras vidas es que la culpa que produce el pecado y que estaba plasmada en nuestra alma ha sido lavada.

Es este el motivo por el cual cuando nacemos de nuevo, el más glorioso y maravilloso milagro obrado por DIOS, ya estamos capacitados para dejar de pecar, lo que antes parecía imposible para nosotros, DIOS lo hace posible. Lucas 18:27.

No son pocos los testimonios de conversiones genuinas, obradas por el Espíritu Santo de personas que ahora si han salido de:

·         Homosexualismo.
·         Drogadicción.
·         Alcoholismo.
·         Pandillas.
·         Adulterio.
·         Pornografía.

Si bien es cierto que estos testimonios no son el evangelio, pero si son una prueba más de que la Escritura es real, Cristo como nuestro Sumo Sacerdote nos hace libres del poder del pecado en nuestras almas, a esto se le conoce como santificación.

iii.        Nuestros cuerpos, por consecuencia de que nuestra alma y espíritu estaban en condenación, también eran dignos de castigo eterno, la biblia solo menciona que los nacidos de nuevo, a los hijos de DIOS al final de los tiempos se nos dará un cuerpo nuevo, sin mancha ni corrupción.

Cristo, es su oficio de Rey, nos salvará del dominio del pecado, no más cuerpos humanos normales sujetos a:

·         Cansancio.
·         Hambre.
·         Sed.
·         Sueño.
·         Pecado.

Que nos limitan en nuestro servicio y adoración a DIOS, en su debido tiempo, Cristo nuestro REY nos librará de estos cuerpos mortales, a esta enseñanza la conocimos como la glorificación.

Como nota, recordemos que si DIOS ha decidido NO glorificarnos de inmediato al nacer de nuevo no es porque no pueda, es porque en su plan perfecto, el dejarnos por un corto periodo de tiempo (si lo comparamos con la eternidad) en este cuerpo corrupto, DIOS recibe una mayor gloria, pues donde nosotros fallamos en obedecer a DIOS, Cristo en nosotros sale victorioso.

C. El pecado original. Siendo ellos la raíz de la raza humana, y estando por designio de Dios en lugar de toda la humanidad, la culpa del pecado fue imputada y la naturaleza corrompida transmitida a toda la posteridad que descendió de ellos mediante generación ordinaria, siendo ahora concebidos en pecado, y por naturaleza hijos de ira, siervos del pecado, sujetos a la muerte y a todas las demás desgracias — espirituales, temporales y eternas—, a no ser que el Señor Jesús los libere.1


1.    Su transmisión y resultados. Ro. 5:12ss.; 1 Co. 15:20-22; Sal. 51:4,5; 58:3; Ef. 2:1-3; Gn. 8:21; Pr. 22:15; Job 14:4; 15:14.

A partir de la desobediencia de Adán la humanidad entera vive en rebelión en contra de lo que DIOS ha dicho.

Sin obedecer a DIOS, haciendo las cosas a su modo y no al modo de DIOS, en rebeldía y yendo en contra de lo que DIOS dice en su Palabra.

No podemos escapar de nuestra maldad ni limpiarnos de nuestro propio pecado. Por ello, se requiere que alguien separado del pecado nos ayude. Pero también, que se compadezca de nosotros y desee ayudarnos en nuestra triste e infructuosa lucha contra el pecado original que portamos.

Aquí es donde la gracia de Dios cobra sentido. Sólo la salvación es un favor cuando se merece la condenación. Es por causa de la gravedad de nuestro pecado que se hace necesaria la gracia de Dios.

D. El pecado actual. De esta corrupción original, por la cual estamos completamente indispuestos, incapacitados y opuestos a todo bien y enteramente inclinados a todo mal,1 proceden en sí todas las transgresiones.2

1.    Su fuente: el pecado original. Jn. 3:19-20; Ro. 3:10-12; 7:18; 8:7,8; 1 Co. 2:14.
2.    Su ámbito: todo lo que somos.  Mt. 7:17-20; 12:33-35; 15:18-20.

E. El remanente de pecado. La corrupción de la naturaleza permanece durante esta vida en los que son regenerados; y, aunque aquella sea perdonada y mortificada por medio de Cristo, ella misma y sus primeros impulsos son verdadera y propiamente pecado.1

1.    Los hijos de DIOS aun cometemos acciones pecaminosas debido a la carne.1 Jn. 1:8-10; 1 R. 8:46; Sal. 130:3; 143:2; Pr. 20:9; Ec. 7:20; Ro. 7:14-25; Stg. 3:2.

Lo que pasa al nacer de nuevo es que el pecado original muere en nosotros (es removido, quitado, desechado, etc.) Romanos 6:6-7.

La pregunta que surge de inmediato en muchos es: ¿Por qué seguimos pecando entonces? Es porque el pecado original fue removido, pero la carne o este cuerpo carnal se quedó acostumbrado a seguir cometiendo pecados, dicho en otras palabras:

A la carne (nuestro cuerpo) le gusta seguir pecando. Romanos 6.19.

No malinterpretemos, por supuesto que DIOS hizo la obra completa de la salvación, eso no está en entredicho, sin embargo, sigue presente la carne y a la carne le gusta seguir pecando: 1ª Juan 1.8, esto es lo que tarde o temprano nos lleva a pecar nuevamente. Romanos 7.17-24.

Para finalizar reflexionemos lo siguiente:

Si pensamos sobre nosotros mismos de manera individual y como género humano que somos buenos es ser contrarios a DIOS, la obra de Cristo en la cruz no era necesaria entonces pues en el fondo somos buenos y lo más trágico, DIOS se equivocó al enviar a su hijo Jesús a morir en nuestro lugar, y obviamente esto no es así. Debemos de humillarnos a nosotros mismos y aceptar esta terrible verdad los seres humanos somos totalmente depravados, y mientras mejor lo entendamos más apreciaremos la obra de Cristo al comprarnos en la Cruz del calvario.

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