miércoles, 11 de marzo de 2020

CFB 1689. Tema 13: Cristo el mediador segunda parte. Cita: Gálatas 4:4.



La clase pasada comenzamos a estudiar el oficio del Señor Jesucristo como mediador, pero primeramente tuvimos que definir lo que es un mediador, del griego mesites (μεσίτης, G3316), que significa el que está en el medio. Por lo tanto, el término se aplica a una persona que se pone en medio de otras dos para contribuir de alguna manera a las buenas relaciones de ambas.
Por este motivo, el Señor Jesucristo es el mediador por excelencia.

A. La ordenación al oficio de mediador.
         1. El autor de la ordenación: el Padre.
         2. El tiempo de la ordenación: la eternidad pasada.
         3. El marco de la ordenación: La eternidad pasada.
         4. El carácter de la ordenación: reflejar su gloria.
         5. El propósito de la ordenación: la redención de sus elegidos.

B. La Encarnación para el oficio de mediador.
         1. El sujeto de la Encarnación: El Verbo.
         2. El momento de la Encarnación: Al cumplirse la plenitud de los tiempos.
         3. La esencia de la Encarnación: Total naturaleza humana.
         4. Con las limitaciones propias de la naturaleza humana.
         5. Pero impecable.
         6. El modo de la Encarnación.
         7. Resultados de la Encarnación: Plena deidad.
         8. Resultados de la Encarnación: Plena humanidad.
         9. Singularidad de Cristo: La unión hipostática.

C. Requisitos para el oficio de mediador.
         1. La unción del Espíritu Santo.
         2. Ser comisionado por DIOS Padre.

D. La Descripción histórica del oficio de mediador. El Señor Jesús asumió de muy buena voluntad este oficio,1 y para desempeñarlo, nació bajo la ley,2 la cumplió perfectamente y sufrió el castigo que nos correspondía a nosotros, el cual deberíamos haber llevado y sufrido,3 siendo hecho pecado y maldición por nosotros;4 soportando las más terribles aflicciones en su alma y los más dolorosos sufrimientos en su cuerpo;5 fue crucificado y murió, y permaneció en el estado de los muertos, aunque sin ver corrupción.6 Al tercer día resucitó de entre los muertos con el mismo cuerpo en que sufrió,7 con el cual también ascendió al cielo,8 y allí está sentado a la diestra de su Padre intercediendo,9 y regresará para juzgar a los hombres y a los ángeles al final del mundo.10

1.    Voluntariado del oficio. Sal. 40:7,8 con He. 10:5-10; Jn. 10:18; Fil. 2:8.
2.    Tapéinosis. Gá. 4:4.
3.    Cumplimiento de la ley. Mt. 3:15; 5:17.
4.    Sustitución penal. Mt. 26:37,38; Lc. 22:44; Mt. 27:46.
5.    Sacrificio vicario. Mt. 26-27.
6.    Muerte real no en apariencia. Fil. 2:8; Hch. 13:37.
7.    Resurrección literal de entre los muertos. Jn. 20:25,27.
8.    Su ascensión a los cielos. Hch. 1:9-11.
9.    Ministerio intercesor. Ro. 8:34; He. 9:24.
10. Su regreso en Gloria para juzgar a vivos y muertos. Hch. 10:42; Ro. 14:9,10; Hch. 1:11; Mt. 13:40-42; 2 P. 2:4; Jud. 6.

Este cuarto párrafo de la CFB 1689 describe paso a paso históricamente o cronológicamente el oficio de mediador, aunado a los párrafos anteriores, podemos añadir que inicia en la eternidad pasada este oficio, cuando en el pacto de redención acepta voluntariamente morir por los elegidos, en el tiempo comienza en la Encarnación, pues fue el medio que utilizó para poder llevar a cabo cada una de les tareas de mediador.

Además, debemos recalcar que el oficio de mediador, no es solamente ponerse entre DIOS y nosotros, va mucho más allá, para llevarlo a cabo en primer lugar tuvo que ser elegido pro el Padre, pues no podía nadie ponerse por si mismo, eso incluye al Hijo quien tiene perfecta obediencia, en segundo lugar, tenía que cumplir los demás requisitos, es decir la Encarnación, la Tapéinosis, la sustitución penal, la muerte vicaria real y no en apariencia, su resurrección literal de entre los muertos, su ascensión a los cielos, el ministerio intercesor, y su regreso futuro en gloria. ¿Por qué tuvo que ser de está manera? Porque no es solo quedar o hablar bien con DIOS a favor de nosotros, es cumplir las exigencias que su carácter perfecto en santidad y justicia reclaman.

Cristo para poder ser el mediador, cumplió con las exigencias morales del carácter Justo y Santo de DIOS.


E. Su operación central. El Señor Jesús, por su perfecta obediencia y el sacrificio de sí mismo1 que ofreció a Dios una sola vez a través del Espíritu eterno,2 ha satisfecho plenamente la justicia de Dios,3 ha conseguido la reconciliación4 y ha comprado una herencia eterna en el reino de los cielos5 para todos aquellos que el Padre le ha dado.6

1.    Obediencia perfecta. Ro. 5:19; Ef. 5:2.
2.    Un solo sacrificio eterno. He. 9:14-15; 10:10,14.
3.    Sacrificio propicio. Ro. 3:25,26; He. 2:17; 1 Jn. 2:2; 4:10.
4.    Reconciliación con DIOS por su sacrificio. 2 Co. 5:18,19; Col. 1:20-23.
5.    Nos consiguió herencia eterna. He. 9:15; Ap. 5:9,10.
6.    Todo esto en favor de los elegidos. Jn. 17:2.

Como aclaramos al principio, el mediador es uno que está entre dos para contribuir a una mejor relación, y cuando ponemos de fondo que los seres humanos en nuestra relación con DIOS éramos por el pecado sus enemigos, y que no teníamos manera de dejar de serlo, es entonces cuando el oficio de mediador cobra mayor relevancia.

Cristo, por su perfecta obediencia, se ofreció como único sacrifico eterno, propicio para reconciliarnos con DIOS, y con ello nos aseguró una herencia eterna: vida después de la muerte.

Cristo como mediador, consiguió para los elegidos, por medio de su sacrificio propicio, eterno y perfecto, la reconciliación con DIOS y una herencia eterna en los cielos.


F. Sus comunicaciones con la antigüedad. Aun cuando el precio de la redención no fue realmente pagado por Cristo hasta después de su encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de la misma fueron comunicados a los escogidos en todas las épocas desde el principio del mundo,1 en las promesas, tipos y sacrificios y por medio de los mismos, en los cuales fue revelado y señalado como la simiente que heriría la cabeza de la serpiente,2 y como el Cordero inmolado desde la fundación del mundo,3 siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos.4

1.    El pacto de redención hace efectiva su mediación aun antes de la Encarnación. Gá. 4:4,5; Ro. 4:1-9.
2.    Antes de la Encarnación la Fe estaba en la promesa de un redentor. Gn. 3:15; 1 P. 1:10,11.
3.    Su sacrifico es Eterno. Ap. 13:8.
4.    Él nunca cambia, la forma de salvar a los suyos tampoco. He. 13:8.

Esto es parte de la Teología del pacto federal, como ya lo habíamos aclarado, DIOS siempre ha salvado por gracia, por medio de la Fe en el redentor, en el AT el que había devenir, prometido en varias ocasiones y tipificado de muchas formas, en el NT el que ya efectuó la obra de salvación desde la Encarnación hasta la ascensión a los cielos, y que vendrá de nuevo en gloria, es decir, Cristo siempre ha sido el mediador entre DIOS y los hombres, porque él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.

El oficio de mediador de Cristo es desde la eternidad y hasta la eternidad, él ha sido el mediador de los santos en todas las épocas de la historia.

G. Su comunión misteriosa. Cristo, en la obra de mediación, actúa conforme a ambas naturalezas, haciendo por medio de cada naturaleza lo que es propio de ella; aunque, por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza algunas veces se le atribuye en las Escrituras a la persona denominada por la otra naturaleza.1

1.    Perfecta unidad DIOS-hombre en Jesucristo. Jn. 3:13; Hch. 20:28.

La CFB 1689 hace hincapié en este renglón nuevamente, pues es en virtud de que es poseedor de ambas naturalezas, tanto la divina como la humana, que es el perfecto mediador entre DIOS y los hombres, aunque nosotros, seres limitados no alcancemos a comprender por completo el misterio que dicha unión perfecta demanda.

La unión hipostática, hace de Cristo el mediador, no solo único, sino también perfecto entre DIOS y nosotros.

H. Su aplicación eficaz. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido redención eterna, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma,1 haciendo intercesión por ellos,2 uniéndoles a sí mismo por su Espíritu,3 revelándoles en la Palabra y por medio de ella el misterio de la salvación,4 persuadiéndoles a creer y obedecer,5 gobernando sus corazones por su Palabra y Espíritu,6 y venciendo a todos sus enemigos por su omnipotente poder y sabiduría,7 de manera y en formas que más coincidan con su maravillosa e inescrutable dispensación;8 y todo por su gracia libre y absoluta, sin prever ninguna condición en ellos para granjearla.9

1.    Como mediador Cristo aplica eficazmente la redención en aquellos a quienes está a favor.Jn.6:37,39; 10:15,16; 17:9.

En su oficio de mediador el Señor Jesucristo, aplica en los elegidos de forma eficaz, cierta y eterna la redención obtenida.

2.    Además, es nuestro intercesor. 1 Jn. 2:1,2; Ro. 8:34.

Como mediador, el Señor Jesús intercede a favor nuestro frente a su Padre, lo hace mostrando su preciosa sangre.

3.    Somos uno con Él. Ro. 8:1,2. 1 Cor. 6:17.

Como mediador, el Señor nos ha hecho uno con él por medio del Espíritu Santo que vive en nosotros.

4.    Nos muestra nuestra salvación. Jn. 15:13,15; 17:6; Ef. 1:7-9.

Si somos capaces de entender el evangelio, no solo es posible porque somos elegidos, sino porque es un beneficio que Cristo como mediador nuestro delante de DIOS, aseguró.

5.    Nos persuade a creer y obedecer.1 Jn. 5:20.

Aquellos por lo cuales Cristo ha sido mediador, serán llevados siempre a creer y a obedecer a DIOS en su Palabra.

6.    Gobierna en nuestros corazones por medio de Su palabra y del Espíritu Santo. Ro. 8:9,14; 2 Co. 4:13; Ro. 15:18,19; Jn. 17:17.


Para asegurarse que sigamos en el pacto, Cristo como mediador se aseguró que obedezcamos a Dios por medio de La Palabra y el Espíritu Santo, así que no tenemos ningún mérito cuando obedecemos a DIOS, SDG.

7.    Vence a sus enemigos. Sal. 110:1; 1 Co. 15:25,26; Col. 2:15.

Como mediador, Cristo aseguró nuestra salvación venciendo a sus enemigos en la Cruz.

8.    Él ejerce su oficio conforme a sus designios. Ef. 1:9-11.

El oficio de mediador no es para que seamos felices, eso es hedonismo, es para que seamos como Cristo, eso es el cristianismo.

9.    Todo por gracia solamente. 1 Jn. 3:8; Ef. 1:8.

Cristo nunca tuvo la obligación de hacer nada, todo en su oficio como mediador lo hizo solamente por gracia.

I. Su posesión inalienable. Este oficio de mediador entre Dios y el hombre es propio sólo de Cristo, quien es el Profeta, Sacerdote y Rey de la iglesia de Dios; y no puede, ni parcial ni totalmente, ser transferido de él a ningún otro.1

1.    1 Ti. 2:5.

No hubo, no hay y no habrá ningún otro ser en el cosmos que ejerza el oficio de mediador entre DIOS y los hombres, este oficio es única y exclusivamente del señor Jesucristo.

J. Sus funciones necesarias. Esta cantidad y orden de oficios son necesarios; pues, por nuestra ignorancia, tenemos necesidad de su oficio profético;1 y por nuestra separación de Dios y la imperfección del mejor de nuestros servicios, necesitamos su oficio sacerdotal para reconciliarnos con Dios y presentarnos aceptos para con él;2 y por nuestra falta de disposición y total incapacidad para volver a Dios y para rescatarnos a nosotros mismos y protegernos de nuestros adversarios espirituales, necesitamos su oficio real para convencernos, subyugarnos, atraernos, sostenernos, librarnos y preservarnos para su reino celestial.3

1.    El oficio profético: darnos a conocer a DIOS. Jn. 1:18.
2.    El oficio sacerdotal: reconciliarnos con DIOS. Col. 1:21; He. 10:19-21.
3.    El oficio regio: llevarnos a obedecer a DIOS. Jn. 16:8; Sal. 110:3; Lc. 1:74,75.



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