lunes, 6 de abril de 2020

Hechos Historia Salutis 25: Segundo Testigo De Esteban José El Soñador, Que Hacer En Tiempos De Crisis. Hechos 7:9-16.




Esteban, uno de los primeros siete diáconos de la iglesia, ha sido arrestado por la predicación del evangelio en la sinagoga de los libertos, judíos helénicos que llenos de envidia lo han presentado a las autoridades del sanedrín, pero no esperaban la magnifica defensa que se encontrarían, Estaban ha utilizado el método de retrospectiva, es decir, muy al estilo de su época él primero hace recordar a sus oyentes momentos específicos de su historia nacional y la forma en que el Señor guía todo providencialmente para su propia gloria.

Esteban, por así decirlo, empieza a llamar a sus propios testigos de descargo, el primero de ellos es ni más ni menos que el padre de la Fe y gran patriarca de la nación de Israel: Abraham, Esteban usa partes muy especificas de su vida, desde su llamado en Ur de los caldeos hasta su obediencia por medio de la fe en la circuncisión, para mostrar que el pacto de DIOS es desde mucho antes de que existiera el templo, pues recordemos que una de las acusaciones inventadas fue que Esteban menospreciaba el Templo, algo que era solamente una tergiversación de sus palabras en realidad Esteban se dio cuenta que todo el Antiguo Testamento con sus tipos y figuras, incluido el templo y los sacrificios, eran una representación de lo que un día pasaría en la cruz del calvario.  

El siguiente ejemplo de la historia de Israel es José. Esteban no menciona a Isaac y su referencia a Jacob es en relación con José en Egipto, Esteban más que querer dar un listado detallado de la historia de su nación, lo que desea es tomar eventos específicos para sostener su tesis, entonces por así decirlo él llama a su segundo testigo: José el soñador.

7:9. Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

Los patriarcas son los hijos de Jacob, desde Rubén el primogénito, hasta José el menor de todos ellos, sus medios hermanos, pues eran de madres diferentes, le tenían envidia ¿el motivo? Que era el consentido de su padre. Génesis 37:2-4. Jacob consideraba a José su primogénito porque fue el primer hijo que tuvo con Raquel (Gn. 30:24). Jacob amaba a Raquel, no a Lea. En su opinión, Raquel era su primera esposa. Por eso, José recibió regalos y favores de su padre, lo que hizo que sus hermanos lo despreciaron.

El término patriarcas aplicado a los hijos de Jacob era usual en el período intertestamentario. Pero estos hijos no demostraron ninguna dignidad patriarcal cuando decidieron echar a su hermano a un pozo; y luego, por veinte piezas de plata lo vendieron como esclavo a unos ismaelitas que lo llevaron a Egipto; finalmente, tomaron su túnica de colores, la untaron de sangre de un cabrito y se la presentaron a Jacob. Gn. 37:23–36.

El paralelo entre la venta de José y la traición de Jesús es obvio. José tiene una semejanza maravillosa a Cristo en muchas maneras:

1.    Su padre lo amaba (Gn 37.3; Mt 3.17).
2.    Sus hermanos lo aborrecían (Gn 37.4–8; Jn 15.25).
3.    Sus hermanos lo envidiaban (Gn 37.11; Mc 15.10).
4.    Lo vendieron por el precio de un esclavo (Gn 37.28; Mt 26.15).
5.    Lo humillaron como siervo (Gn 39.1ss; Fil 2.5ss).
6.    Lo acusaron falsamente (Gn 39.16–18; Mt 26.59, 60).
7.    Lo exaltaron y honraron (Gn 41.14ss; Fil 2.9–10).
8.    Sus hermanos no lo reconocieron la primera vez (Gn 42.8; Hch 3.17).
9.    Tomó una esposa gentil (Gn 41.45; Hch 15.6–18).

Llevaría toda una serie de enseñanzas adentrarnos a fondo, por ahora solo nos basta con recalcar una vez más que Toda la Escritura tiene un tema central: El Señor Jesucristo y su maravilloso plan de salvación.

El argumento de Esteban aquí es que los judíos habían tratado a Cristo de la manera que los patriarcas trataron a José, pero no enfocó esta acusación sino hasta el final de todo su discurso. Así como José sufrió para salvar a su pueblo, Cristo sufrió para salvar a Israel y a toda la humanidad; sin embargo, los judíos no lo recibieron.

Esteban no da todos los detalles específicos del relato original, como dijimos él esta mas interesado en probar su premisa que en dar una catedra exhaustiva de historia, así que solo nos dice que “Dios estaba con él (con José), y le libró de todas sus tribulaciones”.

Por la historia recopilada por Moisés en el libre de Génesis sabemos que, en efecto, Dios cuidó de José, quien estaba solo en tierra extraña, de hecho, en los versículos 9 a 15, el nombre Egipto ahora si aparece y seis veces, esto no es ninguna casualidad, por el contrario, Esteban quiere resaltar que la presencia soberana de DIOS estuvo realmente en aquel país y que José es testigo de ello:

·         Ganó el favor de su amo Potifar por la gracia de DIOS en él. Génesis 39:1-6.
·         DIOS lo libró de pecar con la esposa misma de Potifar. Génesis 39:7-19.
·         En la cárcel halló gracia delante del carcelero. Génesis 39:20-23.
·         Puso en su camino al copero y al panadero del faraón. Génesis 40.
·         Dios le hizo ganar el favor del faraón y le dio sabiduría divina para interpretar los sueños y sugerirle soluciones para la hambruna que se avecinaba. Gn. 41:25–36.
·         Dios puso a José como gobernador sobre Egipto y el palacio del Faraón. Gn. 41:37–43. Sal. 105:20–22.

Esteban reitera que fue Dios quien hizo de José el segundo en poder en Egipto, después de Faraón, el oficial más alto de palacio, y su consejero en jefe Gn. 45:8. Todo esto indica, en consecuencia, que Dios estaba en control del gobierno en la tierra de Faraón. Es un ejemplo bíblico de que DIOS por su providencia controla todo en el cosmos, y eso incluye aun las naciones pagas como Egipto, si bien los egipcios se entregaron a idolatría y costumbres que van en contra de la ley de DIOS, eso no significa que no estuviera determinado por el anticipado consejo del Señor.

Como entendimos en la mañana en nuestro tiempo de discipulado: Es imposible entender la historia de la humanidad sin entender la Divina Providencia.

7:11. Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.12. Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.

La hambruna predicha por José cuando interpretó los sueños de Faraón llegó a ser una realidad afectando no sólo a Egipto sino a su vecina Canaán. En su providencia, Dios envió a José a Egipto para que salvara las vidas de su padre, sus hermanos y sus familias. Gn. 45:5-7. La expresión grande tribulación describe los sufrimientos y la muerte de multitud de personas y animales cuando por un período de siete años no hubo cosecha alguna.

Esteban simplemente afirma que los parientes de José en Canaán no pudieron encontrar comida ni para ellos ni para sus animales. El tiempo en el verbo griego indica que ellos seguían buscando comida, pero sin ningún resultado. Egipto depende mucho más de las aguas del Nilo y no tanto de la precipitación pluvial para el crecimiento de sus siembras.

Palestina, por el contrario, recibe sus lluvias que le traen las nubes procedentes del mar Mediterráneo. Una sequía como aquella raramente ocurre en ambos países al mismo tiempo, pero en los días de José, los habitantes de Egipto, Canaán y todas otras tierras sufrieron la hambruna. Gn. 41:54. Fuentes egipcias se refieren a numerosas ocasiones en que habitantes de otras naciones, o hasta toda una nación, buscaron ayuda en Egipto durante períodos de hambruna. Pensando en esto como antecedente, la hambruna de siete años en los días de José tiene un respaldo histórico evidente.

Gracias a la sabiduría que Dios había dado a José, el trigo fue almacenado en Egipto durante siete años anticipando al comienzo de la hambruna. Cuando Jacob se enteró que los graneros en Egipto estaban llenos y que los egipcios proveían de grano a su pueblo y a todas las naciones circunvecinas, envió a sus hijos a comprar el grano. Génesis 41:56–57; 42:1–3.

No está claro por qué Esteban consideró necesario referirse a las dos visitas de los hermanos de José, pero esta referencia pareciera carecer de sentido tipológico alguno. En realidad, no hay la suficiente información en esta parte del discurso de Esteban para establecer un paralelo entre las dos visitas de los hermanos de José y la primera y segunda venida de Cristo como algunos han querido mostrar.

Prefiero poner más énfasis en el mensaje central de este pasaje: DIOS nunca desampara a los suyos. En este caso en concreto vemos como Dios salva a su pueblo de una muerte segura en Canaán mediante el recurso de proveerle alimento desde Egipto, pero es de llamar nuestra atención las palabras de Jacob a sus hijos: ¿Por qué os estáis mirando? Génesis 42:1.

¿Cómo debemos actuar los cristianos en tiempos de crisis? Definitivamente por la pregunta sarcástica de Jacob, podemos entender que no hacer nada, no es una opción viable, aunque lamentablemente muchos corren al otro extremo: caer en pánico y dejarse llevar por cualquier corriente de pensamiento que les llega. Debemos de recordar que el mandamiento más repetido en las Escrituras es, "No temas". ¿Por qué? Porque en cualquier crisis, somos más propensos a ser arropados con el temor; y cuando tenemos miedo, perdemos de vista las promesas y los mandamientos de DIOS. Comenzamos a operar en la carne y en el ingenio del hombre, y no en la gracia y el poder de DIOS.



En tiempos de crisis, lo primero que un hijo de DIOS debe de hacer es confiar en las promesas de DIOS. Lucas 12:7. El temor siempre saca lo peor que hay en las personas; por eso el justo vive por, y para fe. Si bien es cierto que estamos en medio de una pandemia, no deberías entrar en histeria colectiva. El pánico tiene varias consecuencias gravísimas, algunas de ellas son:

1.    Crea más tensión mental y emocional.
2.    Debilita el sistema inmune para pelear infecciones.
3.    Nubla la mente, lo que lleva a una disminución en el juicio lógico.
4.    Nos hace más dóciles para aceptar como verdad el pensamiento predominante de los medios de comunicación, que puede o no ser cierto.
5.    Para nosotros como cristianos, nos lleva a la ansiedad, lo que nos puede llevar a todo tipo de pecados graves.

Amado hermano no cedas al pánico que mueve a las masas. El miedo es la herramienta del enemigo para engañarnos y destruirnos. Nosotros caminos por fe y para fe. ¿Cómo se fortalece la fe? Simple: por la palabra de DIOS. Romanos 10:17. Lee, ora, reflexiona sobre las promesas de DIOS. No temas lo que teme el mundo; teme a DIOS, témele a ÉL solamente, recuerde, la sangre de CRISTO no es un amuleto que te protege de enfermedad o aflicción; es el precio de nuestra salvación.

Las crisis revelan las convicciones que hay en los corazones de los hombres. ¿Qué ha revelado esta crisis pandémica? Todavía es muy prematuro para decir a plenitud, pero de una cosa sí estoy seguro: se esta dando una confianza casi ciega de las masas en el Estado, hay una plena confianza, casi total, en los gobiernos ineptos de los hombres, que por siglos ya, han pervertido la ley de DIOS y en su lugar han impuesto sus ideales, como el marxismo cultural y todas sus ideologías hijas.

Tengamos cuidado de que manipulen nuestras emociones y nuestras convicciones con el pánico, seamos prudentes y sobre todo centrados en la Palabra de DIOS.

Por favor hermano entiéndalo, el Estado no es la solución a esta pandemia, por lo contrario, hasta ahora, ha sido el principal mal administrador de esta crisis, no solo en nuestro país, sino en los de la mayoría del mundo. ¿Qué hacer entonces? Como los hijos de Jacob, salir a buscar alimento, confiados en que DIOS proveerá, en nuestro caso especial por la pandemia:

·         Cuidar de los grupos vulnerables: ancianos, enfermos crónicos, etc.
·         Salir lo menos posible, pero por cuidado no por miedo.
·         Lavarnos las manos continuamente.
·         Evitar estresarnos de más, recordemos que DIOS controla desde el primero hasta el último átomo en el universo.

¿Seguirnos congregando? Si no pertenecemos a ningún grupo vulnerable, y de ningún modo se nos dificulta entonces, por supuesto que sí, no es recomendable regalar nuestra conciencia al Estado, pocos lo alcanzan a ver, pero si logran manipularnos en esto, lograran después todo lo que deseen hacer de nosotros.
Solamente le doy un par de consejos en el área espiritual:

1.    Si usted decide congregarse NO se sienta superior a nadie más, es por la gracia de DIOS que ha tomado esta decisión.
2.    Si alguien decide no seguirse congregando y seguir en línea los servicios, no juzgue de exceso de confianza o presunción a quienes sí seguiremos adelante.

Personalmente tengo solamente una razón para seguirme congregando: el domingo es el día del Señor, y es Él quien me dice que hacer, no el Estado. (Nerón quema Roma).

Pero no todo en esta pandemia ha sido malo, hay algo bueno que rescatar, por ejemplo, las Ideologías que probaron ser inútiles:

·         El feminismo: ahora sí no salen de casa, obedecen al Estado opresor, además hay casos de embarazadas infectas cuyos bebés no lo están porque son una persona aparte.
·         La ideología de género: solamente hay hombres y mujeres infectados, los demás géneros o son inmunes o no existen.
·         El falso evangelio de prosperidad: todos sus exponentes calladitos y guardados en casita, eso sí, pidiendo dinero en línea y hablando del fin del mundo.

Además, ha probado que lo que en realidad es útil y necesario es:

·         La familia unida. (hijos que cuidan a sus padres, y padres que atienden a sus hijos)
·         El patriarcado (la tasa de mortalidad es casi 60% más alto para los hombres que para las mujeres, ya que los hombres están más expuestos en trabajos necesarios y, en promedio, salen más a menudo para traer alimentos y suministros a sus hogares).
·         Mujeres femeninas, higiénicas y maternas (es decir, conservadoras).
·         Educación en casa es posible.
·         La fe cristiana en el hogar que levanta el ánimo y nos hace más inmunes ante las infecciones. (una forma más en que el Señor nos guarda).
·         La oportunidad de ser sal y luz del mundo, sirviendo de ejemplo al no caer en pánico. (si se presenta la oportunidad prediquemos el evangelio)

7:13. Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José.14. Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.

Esteban omite detalles en su relato, en específico la situación con Benjamín, el hermano de José y dice sólo que José se dio a conocer a sus hermanos. Cuando fue vendido como esclavo a Egipto, José tenía diecisiete años de edad. Veinte años más tarde, Génesis 41:46, 53, sus hermanos no le reconocieron. José vestía de ropa egipcia, hablaba a través de un intérprete, y estaba rapado y rasurado como los egipcios.

Después de haber transcurrido dos años de la hambruna José reveló su identidad a los hijos de Jacob, tenía treinta y nueve años ya. Génesis 45:6. Debido a la autoridad e influencia que tenía, los miembros de su familia fueron presentados a Faraón, quien los invitó a que junto con su padre se establecieran en Egipto.

Aunque la hambruna duraría todavía otros cinco años más, Jacob y su familia pudieron instalarse en el fértil delta del Nilo, en la tierra de Gosén; Génesis 46:28. Aquí sus rebaños tendrían suficiente alimento para sobrevivir en tanto José proveyó alimento para todos los miembros de toda la familia de su padre. Como se lo dijo a sus hermanos, “Dios me envió delante de vosotros, para preservaros prosperidad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación” Génesis 45:7.

¿Hay alguna discrepancia entre el relato del AT, que dice que eran setenta las personas que formaban la familia de Jacob, y el NT, que habla de setenta y cinco?

Los eruditos bíblicos han ofrecido varias soluciones a este problema, pero la mejor ha venido de la traducción griega del AT, la Septuaginta, que dice que los que entraron a Egipto con Jacob sumaban sesenta y seis. El texto excluye a Jacob y a José y agrega a nueve hijos de José, lo que hace un total de setenta y cinco. El registro dado en la Biblia hebrea y sus traducciones es de sesenta y seis personas, más Jacob, José, y dos hijos de José, todo lo cual suma setenta

7:15. Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; 16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.

Los judíos daban gran importancia al hecho de que Jacob y sus hijos fueron sepultados en Canaán. Jacob dio instrucciones a José para que lo sepultara en la tumba de Macpela, cerca de Mamre, en Canaán. Génesis 50:5-13.

A su vez, José dijo a los descendientes de Jacob que sacaran sus huesos de Egipto. Gn. 50:25; Ex. 13:19. Siglos más tarde, los israelitas lo enterraron en la tierra que Jacob había comprado a los hijos de Hamor. Josué 24:32. La Biblia no provee información acerca de la muerte y sepultura de los hermanos de José.

Asumimos que la razón para que José fuera sepultado en Siquem es que esta tierra fue heredada por sus descendientes (Jos. 24:32). Por lo tanto, José fue sepultado en su propia herencia. “[Sus cuerpos] fueron trasladados a Siquem y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem”.

Encontramos aquí una inconsistencia: Abraham compró la cueva de Macpela a Efrón el hitita por cuatrocientos siclos de plata (Gn. 23:15). Y Jacob compró un pedazo de tierra a los hijos de Hamor en Siquem por cien piezas de plata (Gn. 33:19). Antes de seguir más adelante, sin embargo, veamos de nuevo los versículos precedentes (vv. 14–15).

Esteban y su audiencia conocían las Escrituras lo suficientemente bien como para que una simple referencia les permitiera recordar todo el relato. Cuando Esteban dice, “sus cuerpos”, los miembros del Sanedrín sabían que él tenía en mente a Jacob y a José y que estos dos fueron sepultados en lugares diferentes: Jacob en la cueva de Macpela que había comprado y José en el pedazo de tierra que había comprado en Siquem. El nombre Abraham en el versículo 16b trae a la mente la cueva de Macpela en Hebrón, donde Jacob fue sepultado. Y Siquem es el lugar donde los israelitas enterraron los huesos de José. Los dos relatos han sido incluidos en una breve frase.

Conclusiones:

Las inclusiones y omisiones que hace Esteban en su recuento histórico, entonces, reflejan su deseo de mostrar a los miembros del Sanedrín que Dios cuidó de los patriarcas en tierra extraña, recordemos que una de las acusaciones era que Estaban blasfemaba contra DIOS, con este relato, esteban demuestra que no es cierto, que él considera la providencia divina como algo digno de agradecer.

A los diecisiete años de edad, José fue vendido como esclavo, llevado a Egipto, tentado por una seductora mujer, encarcelado, y abandonado. Pero Dios estaba con él. Y esa seguridad fue suficiente para que el joven huyera de la tentación, gracias a lo cual fue lleno de sabiduría divina para aconsejar a Faraón, para que su fe fuera firme en medio de la idolatría egipcia y finalmente poder perdonar a sus hermanos. José, por lo tanto, entendió que Dios lo había enviado a Egipto para salvar a sus familiares de la inanición y que las adversidades que tuvo que confrontar habían sido divinamente diseñadas para hacer cumplir los propósitos de Dios: la salvación de su pueblo (Gn. 50:20).

Las pruebas que proceden de la mano de Dios, entonces, son una fuente de inenarrables bendiciones.















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