La semana pasada comenzamos a estudiar el cuarto
aspecto del fruto del Espíritu Santo en la vida de los hijos de DIOS: La paciencia.
Ya entendimos que la palabra paciencia en su
etimología griega es Makrothumia y significa grandeza y
constancia de ánimo en las adversidades, además la paciencia nada tiene que ver
cuánto tiempo pasamos en medio de la situación adversa, La paciencia tiene que ver con la forma en que esperamos en DIOS más
que el tiempo que lo hacemos.
También entendimos la semana pasada que madurar lleva
tiempo, mucho tiempo, no hay atajos ni rutas cortas, no hay tal cosa como
unción de aceleramiento ni oraciones ungidas y milagrosas para madurar, es un
proceso que lleva toda nuestra vida de este lado de la eternidad.
El día de hoy continuaremos con nuestro estudio de la
paciencia como parte del fruto del espíritu con el tema titulado esperar en DIOS.
¿Qué significa esperar en DIOS?
¿Cómo se hace?
¿Quiénes pueden esperar en DIOS?
¿Esperar en DIOS es no tomar acción, no hacer nada?
¿Por qué las personas impías no esperan en DIOS y aun
así son prosperadas?
¿Qué dice la biblia de como esperar en DIOS?
Esto y más veremos a continuación por medio de un
profeta muy poco conocido en el mundo cristiano llamado Habacuc.
Poco o nada se sabe acerca del profeta Habacuc, su
nombre significa el que abraza, este
profeta desconocido alzó su voz poco antes de la invasión de Judá por los
Babilonios, lo cual fecha su libro en los últimos años del siglo VII antes de
Cristo, entre el 612 y 605 AC.
Habacuc fue contemporáneo al profeta Jeremías, el
libro del profeta Habacuc es profundamente apasionado, fluyen emociones muy
fuertes por este libro, al grado de llegar casi a reclamarle a DIOS y en el capítulo
1 definitivamente lanza la pregunta que muchos nos hemos hecho varias veces
¿Por qué DIOS no castiga el mal? Habacuc 1:1-4.
Habacuc estaba molesto porque la situación en su
nación era deplorable, la frase la ley es
debilitada significa que pierde su autoridad frente a tantos abusos, tantas
injusticias sociales, dichas injusticias fueron la consecuencia de que el
pueblo se apartó de la ley de DIOS.
La sociedad en el contexto del libro (lo podemos saber
por medio del libro de Jeremías) estaba en una desigualdad muy marcada, los que
tenían más oprimían a los que menos tenían, y para colmo se refugiaban en una
falsa religiosidad, es ahí donde los profetas alertaron y exhortaron al pueblo,
sin embargo, a pesar de las amonestaciones no se volvían a DIOS y parecía que
hasta les iba mejor.
¿Alguna vez has visto que a las personas que no son
hijos o hijas de DIOS parece que les va muy bien? ¿No te has preguntado porque
es así? Me han dicho algunas veces, ¿Qué
pasa pastor? Como el profeta Habacuc se preguntan ¿Por qué DIOS no hace nada?
No es la única ocasión en la que encontramos este tipo
de situaciones en la Escritura, Asaf en el Salmo
73:1-9, se hace preguntas muy parecidas.
El
problema con Asaf era que no tenía la perspectiva correcta y pensaba que la
bondad de DIOS se media por las cosas buenas y los bienes materiales que nos da
o que podemos alcanzar, esto lo llevó a tener envidia de los que no aman a DIOS
y hasta a renegar de caminar con El.
¿Cuántas Veces Hemos Estado En La Misma Situación De
Asaf? Dudando De Que Dios Es Bueno Solo
Por Las Circunstancias Adversas Y Quitamos La Mirada De Lo Que En Realidad
Importa: Cristo, Nuestra Vida Misma.
El
Señor le contesta al profeta Habacuc y le dice que enviara a los caldeos traer
el castigo al pueblo de Israel. Habacuc
1:5-11.
La
respuesta recibida, no dejo nada contento a Habacuc, por el contrario, solo lo confundió
más, ¿Cómo es posible que DIOS use una nación malvada para castigar a otra
nación menos mala? ¿Qué le pasa a DIOS, pensaba el profeta? Habacuc
1:12-17.
El profeta Habacuc estaba
profundamente angustiado. Su miseria fue provocada por el espectáculo de la
amenaza, de la nación pagana de Babilonia contra Judá. Para este profeta era
impensable que Dios usara una nación malvada contra su propio pueblo; después
de todo, Habacuc reflexionó: “Dios es demasiado santo incluso para contemplar
el mal”. Así que el profeta protestó subiendo a su torre de vigilancia y
exigiendo una respuesta de Dios. Habacuc 2:1.
El
vigía y la torre de vigilancia son metáforas que a menudo usan los profetas
para mostrar expectativa, ¿Qué DIOS va a hacer o decir? En este pasaje expresa
la actitud de espera paciente del profeta Habacuc por una respuesta de parte de
DIOS a sus incógnitas, el profeta no se cruzó
de brazos, no fue a su casa a esperar
sin hacer nada, hasta que DIOS le hablara, por el contrario, tomo el oficio
de vigilante.
Si creemos que la paciencia es no hacer nada mientras
esperamos, la estamos confundiendo con resignación y conformismo.
El conformismo es una postura derrotista y
nos empuja a aceptar el fracaso como norma.
·
Para que me pongo a trabajar si es la
voluntad de DIOS que sea pobre.
·
Para que voy al médico si DIOS quiere que
este enfermo.
·
Para que amar a mi familia si no cambian.
·
Etc.
En cambio, los hijos de DIOS estamos agradecidos por
todo lo que tenemos, aunque no tengamos todo lo que deseamos. 1ª Timoteo
6:6-10. Hebreos 13:5.
La
paciencia mientras esperamos en DIOS es seguir adelante con nuestras vidas de
manera normal, seguir en la escuela, el trabajo, la familia, etc. sabiendo que
DIOS tiene el control y que nunca llega tarde, DIOS siempre llega a tiempo
perfecto.
Habacuc
lo hizo, siguió su vida normal, consiguió el puesto de vigilante y espero en
DIOS la respuesta a sus preguntas.
La
respuesta de DIOS en Habacuc 2:1-4, parafraseada
es, Tu ten paciencia, escribe lo que va a
pasar y espera pacientemente en mí, que yo tengo un propósito detrás de todo
esto y va a suceder, aunque tarde, pero va a suceder.
Este
es el centro del libro, la paciencia esperando en DIOS, jamás olvidemos que Descansar en la soberanía de DIOS nos produce paciencia, saber
que DIOS tiene todo planeado, que nada se la va de las manos, que no hay quien
detenga su mano, que lo que DIOS dice eso es, que su voluntad es buena,
agradable y perfecta, nos reconfortará sobremanera.
Charles Spurgeon decía que, en medio de las dificultades, la soberanía
de DIOS es la almohada donde descansa su cabeza.
El no conocer a DIOS como realmente es él, como la
biblia lo describe, ha provocado que los cristianos sean impacientes, al grado
de querer ordenarle a DIOS para que sus circunstancias cambien, declarando,
decretando o estableciendo, olvidan que el que manda en el universo y lo tiene
todo específicamente planeado para su propia gloria ES SOLAMENTE DIOS.
Ignorar que DIOS es soberano nos vuelve impacientes, y
hasta heréticos, pues no son pocos los que le dan crédito de más al diablo, reclamándole
a él lo que DIOS ha decretado que suceda, acabo de leer a un profeta y apóstol
moderno que le declaraba la guerra al diablo en su estado de Facebook, dice al
pie de la letra:
SOS
TAN BAJO DIABLO... LA VERDAD NO TE CANSAS SER PERDEDOR... HOY TOCAS LO QUE ME
TRANSPORTA A TODOS LADOS... PERO TE SEGUIRÉ PEGANDO DONDE MAS TE DUELE... YO
POSEO LO QUE VOS PERDISTE…" LA GLORIA "
¿Acaso pasa algo en el mundo sin que DIOS lo tenga
todo bajo control? ¿Acaso el diablo es el que gobierna nuestras vidas? ¿Acaso
hará algo sin el permiso de DIOS?
Muchas personas, incluidos algunos
cristianos, al ver lo que pasa en el mundo, fácilmente concluyen que Satanás
está en control, esto debido a que existe tanta confusión y pecado. Vemos que
las cosas van de mal en peor; continuamente oímos de guerras y revoluciones,
hambres, enfermedades, desastres naturales y crímenes espantosos.
La biblia nos advirtió hace más 2000 años
que lo que está sucediendo en el mundo es como tenía que suceder porque así lo
determino DIOS desde el principio, por lo tanto, aún sin darse cuenta satanás
es un servidor más al propósito de DIOS. Job
1:6-22 y 2:1-13.
La última parte de la respuesta de DIOS al
profeta en Habacuc 2:4,
“el justo por la fe vivirá”, se citan tres veces en el Nuevo Testamento con las
familiares palabras, “el justo vivirá por la fe”. Romanos 1:17, Gálatas 3.11 y Hebreos 10:38.
En el contexto del profeta Habacuc, “la fe” se refiere
a “la confianza en Dios”. Esto implica confiar en las promesas de Dios y
esperar su cumplimiento. La promesa a Habacuc es solo una de muchas dadas por
Dios en las Escrituras a Su pueblo. Tales promesas, característicamente, vienen
con la advertencia de que a pesar de que tarden, esperemos por ellas.
Esperar en Dios es el centro del vivir por fe, la
esperanza cristiana nunca tiene como característica la lástima o la vergüenza,
porque tenemos una esperanza que es un ancla segura para nuestra alma. Es esta
esperanza, en las confiables promesas de Dios, que es el fundamento de la
virtud de la paciencia del cristiano. Job
13:15.
Cuando la Biblia habla de paciencia, habla de ella
como una virtud que va mucho más allá de la mera habilidad de esperar algún
beneficio futuro. Se trata del descanso
o la paz del alma que confía en el tiempo perfecto de Dios.
La paciencia es la expresión externa de una fuerte
confianza interna en DIOS, y solo se puede confiar fuertemente en alguien que
se conoce íntimamente.
En la medida que más conocemos a DIOS más le amamos y
también más confiamos y estamos seguros en El, solo así podemos ser pacientes,
solo así la forma en que esperamos su respuesta será agradable, será con la
actitud correcta.
Si vemos al salmista Asaf, en los últimos versículos
del Salmo 73:21-28, ahora ha
cambiado su actitud, no precisamente porque las circunstancias hayan cambiado,
sino porque aprendió a conocer íntimamente a DIOS.
Asaf
cae en la cuenta de que la mirada es en la eternidad y no en lo temporal, y,
por si fuera poco, reconoció que en medio de carencias o privaciones DIOS
SIEMPRE HA ESTADO A SU LADO, por eso puede escribir al final palabras como: fuera
de ti nada deseo en la tierra. y reconoce que si está cerca de DIOS es
solamente PORQUE DIOS ES BUENO.
Algo
parecido le pasó al profeta Habacuc, después de que en el resto del capítulo 2
de su libro DIOS le explica cómo va a manejar la situación con los babilonios:
Sé que son codiciosos, crueles e idolatras, pero a ellos también les daré su
pago.
Es
entonces que el profeta conoce íntimamente al DIOS soberano y expresa uno de
los considerados por muchos de los pasajes más bellos de la Escritura: Habacuc 3: 16-19.
La
situación no había cambiado en nada, Israel seguía siendo cruel y sería
castigada por un pueblo aún más cruel, el que cambió fue Habacuc, ahora él
conocía de cerca al DIOS todopoderoso y soberano, y podía escribir estas
hermosas palabras que lo demuestran, había aprendido a esperar en DIOS.
Las
circunstancias no controlaban ya más las convicciones del profeta, sino su
fuerte confianza en DIOS quien era su fortaleza.
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