domingo, 11 de febrero de 2018

El Evangelio De Juan 62: Advertencias Contra La Incredulidad. Juan 8.21-30.



La semana pasada vimos, que después de que Jesús se presenta como La Luz del mundo, de inmediato los fariseos se opusieron a sus declaraciones, ellos, al igual que los constructores de la torre de babel, estaban contendiendo con DIOS.

Ese fue en punto central de nuestra enseñanza anterior, vimos que, si bien no de palabra explicita, pero si muchas veces nuestras actitudes son de contienda contra DIOS o contra la autoridad que el designó: Su iglesia, pero lo realmente importante fue saber que la contienda tiene su raíz en la falta de contentamiento.

El contentamiento, como lo hemos dicho en muchas ocasiones es estar agradecidos con DIOS por todo lo que tenemos, aunque no tengamos todo lo que deseemos, y no podemos estar menos que agradecidos de por vida, pues sin nosotros merecerlo TENEMOS A CRISTO.

En los versículos 21 al 30, que son los que escudriñaremos esta ocasión, encontramos lo que muchos estudiosos de la Escritura han llamado una advertencia contra la incredulidad.

En el versículo 20 leemos nuevamente que a Jesús no lo apresaron, aun y cuando el lugar de las ofrendas del templo, se encontraba muy cerca de una sala que el sanedrín tenía, a las afueras del patio de las mujeres, nosotros sabemos perfectamente, que si no lo apresaron fue porque aun el tiempo de DIOS para que el Señor Jesús fuera entregado para morir por nuestros pecados.

Pero lo que leemos en el versículo veintiuno, es una muestra más del amor, la paciencia y el llamado continuo al arrepentimiento que nuestro amoroso Señor y Salvador hace a los seres humanos: 21 Otra vez les dijo. 2ª Pedro 3:9.

El hecho de que nuestro amoroso Señor, sea paciente con nosotros, una y otra vez y que en su misericordia no nos haya consumido, no significa que podemos vivir siempre ofendiéndole, tarde o temprano las consecuencias de todas nuestras decisiones nos van a alcanzar, la pregunta es ¿Fueron en Cristo nuestras decisiones? O vivimos solo para nosotros mismos.

Por la contienda que levantaron en su forma descortés y malvada de responderle al Señor Jesús, cuando recibieron su testimonio de que Él es La Luz del mundo, es que el Señor les lanza una advertencia contra su incredulidad. Tan solo en el versículo 21 encontramos 4 advertencias de los terribles juicios que llegarán a causa de la incredulidad:

·         Jesús los dejará.
·         Le buscaran sin hallarle.
·         Morirán en sus pecados.
·         Una eterna separación del Señor.

o   Yo me voy, les dice Jesús, esas, tal vez sean las peores palabras, la peor sentencia de juicio que podemos escuchar en nuestras vidas, una y otra vez nos hablan de Jesucristo y su evangelio de la gracia, pero si llega el día en que el Señor cierre la puerta, no importa que procuremos con gritos desesperados y llanto, NO la volverá a abrir y ay de aquellos de quienes el Señor se aleja. Mateo 25: 11-12.

o   Y me buscarán, les continúa diciendo, se refiere a las veces que busca el ser humano a DIOS en los lugares equivocados y sin éxito en esa búsqueda, pues el pecado causa ceguera espiritual, por eso es Jesús la Luz que nos saca de esa ceguera, por eso no es de sorprendernos que tantas personas busquen llenar el vacío espiritual en sus vidas con tonterías y sin un éxito permanente:

·         En el amor.
·         En los vicios.
·         En el sexo.
·         En el dinero.
·         En el trabajo.
·         Religiones falsas.
·         Etc.

Nada de esto llenará por completo nuestras almas vacías de DIOS, pero llenas de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, que un día, tras otros rechazó al Señor Jesucristo, una vez más se cumple la Palabra, de que, si alguien busca correctamente a Cristo, es porque DIOS ya lo lleva de la mano.

o   En Señor continúa y les dice: Pero morirán en sus pecados. Nos habla de su impenitencia (falta de arrepentimiento) final, Jesús les está hablando específicamente de un pecado: incredulidad, ellos despreciaban a Jesús porque simplemente NO creían en Él, y todos aquellos que persistan en no creer en Jesucristo y solamente en Jesucristo, están perdidos para siempre.

o   Jesús además les dice: A donde Yo voy, ustedes no pueden venir. Les estaba hablando de su eterna separación de Él. Antes lo hemos mencionado, el peor castigo que un ser puede recibir, no es tanto el infierno, sino que el estar ahí significa la eterna separación del Amor de DIOS en Jesucristo, es por eso que el cielo no sería una bendición sino estuviese la presencia amorosa de DIOS en Cristo toda la eternidad.

Pero la incredulidad vuelve al ser humano terco, necio y obstinado, estos fariseos, a pesar de recibir tremenda exhortación de parte de Jesús mismo en persona, le contestan en un tono de burla, que nos deja ver su incrédulo y malvado corazón. 22 Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice A donde yo voy, vosotros no podéis venir?

Como característica de un incrédulo contencioso, estos hombres solo escucharon lo que querían escuchar, 4 juicios les hace el Señor y ellos solo toman un fragmento de uno de ellos y eso solo para escarnecerle preguntándose si acaso cometerá suicido.

Ya con anterioridad lo habían hecho, cuando en son de burla dijeron que si acaso se iría con los griegos o con los paganos a predicarles a ellos (7:35) se cumplió en ellos lo dicho en el Salmo 31.18.

La incredulidad, además de traer juicio, un severo juicio, además trae consigo, soberbia, menosprecio, burla, palabras hinchadas de orgullo salen de la boca de los incrédulos, tal vez las hemos escuchado alguna vez, o peor aún tal vez las hemos dicho alguna vez:

·         Si tu DIOS es tan poderoso entonces porque…
·         Si DIOS quisiera que dejara este pecado ya me lo hubiera quitado.
·         Dios no existe, solo vas a que te saquen el dinero.
·         Yo no necesito eso de DIOS, yo soy muy inteligente.
·         A mí no me hace falta DIOS, yo puedo solo.
·         Para que vas a la iglesia si no cambias.
·         Y eso que dices ser cristiano.
·         Dios está en todas partes, no necesito tu iglesia.
·         La biblia no es cierta, está llena de contradicciones.
·         Yo mejor no voy a la iglesia porque no quiero cambiar.

De aquí se desprende otro tema, delicado pero que ya hemos abordado en la serie de enseñanzas ¿Qué dice la Biblia de?  Me refiero al SUICIDIO, Si quieres saber más al respecto de este tema, acércate conmigo o búscalo en redes sociales.

El punto es que los fariseos, hicieron escarnio a causa de su incredulidad, tomaron de risa las palabras de Jesús, ¿Acaso se matará así mismo? Fueron nuevamente palabras cargadas con un tono profético, pues si bien no fue un suicidio como tal, si el Señor Jesús ofreció su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28.

Jesús da una respuesta más que adecuada a las burlas incrédulas de los fariseos. 23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.

Es como si el Señor Jesús les dijera que sus burlas indicaban su procedencia, de abajo, del infierno, y el gran contraste con él que bajo de arriba, del cielo, además les repite la frase de que morirán en sus pecados, pero ahora con una pequeña variante: no creer en él como el Yo soy.

En otras palabras, podemos decir que Cristo debe de ser el objeto de nuestra fe, pues la fe por sí misma no salva, eso es fideísmo, fe en la fe, la fe es el medio por el cual DIOS otorga su gracia y somos salvos de nuestros pecados, pero esa fe, que cabe señalar es un don de DIOS, debe de tener un objeto, debe de depositarse en algo seguro, para nosotros los cristianos es Cristo el objeto de nuestra FE.

Por eso es que no es sabio decir que la fe es ciega, eso no es cierto, de hecho, es todo lo contrario, la FE ve la verdad, la fe nos lleva a poner la mirada, el corazón y toda la confianza en la persona de Jesucristo.

La fe del cristiano ha de ser no una fe ciega, sino una fe inteligente, por eso es que aquellos que solo se mueven por sus emociones, pero que no renuevan inteligentemente su mente con la Palabra de Verdad, por lo regular son personas cuya fe es débil, inconstante y fácilmente dejan de creer que Cristo es el Gran Yo Soy.

Pero, nuevamente la incredulidad de los fariseos puso en evidencia la necedad de sus corazones, la respuesta de ellos la vemos en el versículo 25 Entonces le dijeron: ¿Tú quién eres? Su pregunta encerraba otras más: ¿Por qué hemos de creer en ti? ¿Qué te hace diferente? ¿Por qué quieres nuestra fe? ¿Acaso te consideras superior? ¿Tú quién eres?

A la pregunta, Jesús les responde: 25 Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho. 8:26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he oído de él, esto hablo al mundo.

Su respuesta la podemos dividir en 3 argumentos:

1.    Les recalca su incredulidad: desde el principio se los he dicho. Es como si les dijera Ya se los explique una y otra vez, pero ustedes insisten en tomarlo a burla.

2.    Les dice que aún tienen asuntos pendientes: muchas cosas tengo que decir y juzgar. Aunque no lo alcanzaron a ver, les estaba extendiendo todavía más Su misericordia, como lo acabamos de mencionar, su paciencia es larga para con nosotros, pero si llegará a su fin un día.

3.    Reitera que no hace las cosas por su cuenta: El que me envió es verdadero y lo que he oído de él esto hablo al mundo. Una vez más hablando de que El Padre es quien le envió, desde la eternidad pasada pactaron la redención, y el DIOS Hijo estaba haciendo Su parte.

Pero una vez más vemos que la incredulidad hace estragos en los corazones: 27 Pero no entendieron que les hablaba del Padre. Aunque Jesús ya les había dicho en al menos 3 ocasiones anteriores con toda claridad de palabras que es el padre quien le envió, ellos seguían sin entenderlo.

Así de cegadora es la fuerza de la incredulidad, no sabemos cómo se dio cuenta el Señor, Juan no lo escribe, tal vez le hicieron otra pregunta burlona, o tomaron actitudes altaneras como miradas o risas fuera de lugar, pero el punto es que seguían obstinados en su incredulidad.

Para los ciegos, es lo mismo la noche que el día, no sabe la diferencia, lo mismo le pasa al incrédulo en los asuntos espirituales: no entiende nada. 1ª Corintios 1:18-20. 2.12-16. 
Jesús termina su advertencia contra la incredulidad con las siguientes palabras: 28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. 29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.

En esta ocasión su respuesta es con un doble argumento:

1)    Anunciando su muerte. Cuando me hayan levantado, entonces conocerán que Yo Soy. Se refiere a la cruz, el levantamiento en todo lo alto, como la serpiente de bronce levantada en el desierto, así Jesús estaba profetizando su muerte una vez más.

Pero al decir entonces conocerán que yo soy no hace referencia a que tendrán una fe salvífica, más bien se refiere a que se abrirán sus ojos para darse cuenta aterrados que aquel a quien rechazaron, de quien se burlaron, si era en realidad quien decía ser: El Yo Soy. Pero será demasiado tarde cuando esto suceda.

Quienes en su incredulidad toman a broma, a la ligera los temas espirituales, en específico no muestran ningún interés en su salvación, llegará un día en que se darán cuenta de lo valioso que fue aquello que despreciaron al despreciar a Cristo, y se cumplirá una vez más que conocerán que Cristo es DIOS.

2)    Recalcando una vez más el respaldo de Su Padre. Nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.

El gran consuelo y contentamiento de Jesús, en medio del rechazo, las burlas y la incredulidad siempre fue su íntima comunión con el Padre, la razón por la cual el padre nunca le dejó solo fue por su total obediencia a él, por eso incluso cuando al colgar del madero Jesús exclamó Dios mío ¿Por qué me has desamparado? No es contradictoria, pues si el Padre abandonó a Jesús en la Cruz es porque ahí fue nuestro sustituto, no fue porque Jesús le hubiera desobedecido.

¿Cuál es la cura contra la incredulidad? No es otra que la predicación del evangelio, la proclamación de la palabra de DIOS. 30 Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.

Durante el desarrollo de la discusión entre los incrédulos fariseos y Jesús, hubo muchos que, al menos hasta cierto punto llegaron a creer en Jesús, si bien no como el Hijo de DIOS y por lo tanto con una fe salvífica, por lo menos si creyeron que era quien decía ser, al menos si creyeron en él como el Mesías prometido.

Este pasaje tiene siempre un tema central: La incredulidad, sus consecuencias, sus frutos, advertencias una y otra vez en contra de ella.



No podemos dejar pasar el tema central del pasaje sin meditar profundamente en él, el Señor Jesucristo hace una fuerte advertencia contra la incredulidad, nosotros no podemos hacer menos que lo mismo, advertir el día de hoy a todos los oyentes acerca de las graves consecuencias temporales y eternas de la incredulidad.

El engaño preferido que le gusta tragarse al corazón humano es que ya habrá tiempo después para creer y arrepentirse. No caigamos en ese lazo del diablo, no sabemos cuándo vendrán a llamarnos a dar cuentas ante DIOS, no sabemos cuánto tiempo más tenemos, algunos tal vez mañana mismo ya no tengamos la oportunidad de ponernos a cuentas con DIOS creyendo en su Hijo Jesucristo.

Creyendo que murió en la cruz para pagar nuestros pecados, creyendo que resucito de entere los muertos para darnos una nueva vida, creyendo que en su Nombre tenemos perdón eterno, creyendo que él puede y quiere llevarnos a permanecer para dar fruto digno de arrepentimiento. Hebreos 3:15 Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. Después puede ser demasiado tarde.


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