domingo, 27 de enero de 2019

El Evangelio De Juan 110: Lo Que Más Nos Conviene. Juan 16:1-7.


A partir del día de hoy estudiaremos el decimosexto capítulo del evangelio del discípulo amado, antes de entrar en materia será bueno aclarar algunos puntos para abrir nuestro panorama y poder comprender mejor los pasajes que aquí se encuentran.

Este capítulo nos sigue narrando las palabras de Jesús en el camino del aposento alto al torrente de Cedrón, estamos, como ya lo sabemos a unas cuantas horas de que llegue su pasión y muerte, y si somos cuidadosos al leer este capítulo nos daremos cuenta que hay un cambio gradual pero marcado en sus palabras.

El carácter de su discurso va cambiando de forma gradual de una palabras de advertencia a la predicción de lo que está por suceder, de hecho, así como en el capítulo 14 el tema central son las palabras de aliento,  en el 15 es la advertencia, en este capítulo el tema central es la predicción, las palabras que resaltan en él son en tiempo futuro: expulsarán, enviare, convencerá, guiará, glorificará, etc.

Sin embargo, entre los capítulos 15 y 16 no hay una división brusca o muy marcada, como en otras ocasiones si se llega a dar, el cambio de tema es gradual pues nuevamente se abordan temas tratados con anterioridad: el pesar de la partida de Cristo, el consuelo de la oración eficaz y la persecución y odio por parte del mundo.

Lo que si vemos es que en este capítulo hay una gran diferencia en el énfasis dado a estos temas, en el capítulo anterior Jesús les dice a sus discípulos lo que deberían de hacer, la forma de reaccionar, en cambio en este capítulo Jesús predice lo que el DIOS Trino hará por sus discípulos ante este ambiente de odio y persecución.

Con todo esto en mente comencemos ahora si a escudriñar verso a verso este pasaje: 16:1 Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo.  

Sabemos que el Señor al decir estas cosas se está refiriendo al contexto inmediato anterior: el odio del mundo hacia cristianos, hacia Cristo y hacia DIOS mismo, Jesús las ha dicho para prevenir a sus amigos porque el siervo no sabe lo que hace Su Señor, en cambio los amigos si lo saben, estaba reiterando el trato de amistad a los suyos.

Si el Señor no hubiera predicho estos acontecimientos, los discípulos habrían sido tomados por sorpresa, corrían el riesgo de desalentarse y desilusionarse en su caminar con Cristo ante la ola de terribles persecuciones que se vendrían a sus vidas.

Habrían comenzado a preguntarse si era realmente verdad que las riendas del universo estaban en sus manos. Habrían dicho, Habíamos esperado tanto de él, y recibimos tan poco. A fin de impedir un desengaño tal que tendería a carcomer su fe, el Señor les dijo todas estas cosas por adelantado, antes de que ocurrieran.

Así sabrán que no sólo la traición de Judas y la salida de Jesús sino también el odio del mundo estaban incluidos en el plan de Dios para el progreso de ellos en la salvación. El buen apóstol Pedro lo entendió a la perfección, se nota en sus escritos. 1ª Pedro 4:12.

El Señor prosigue y les dice: 2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.

El gran y violento odio que los judíos manifestaran en contra de los discípulos se manifestará en el acto más impactante que un  judío de la época podía recibir: la expulsión de la sinagoga.

Ya aclaramos cuando hablamos de la sanidad del ciego de nacimiento en el capítulo 9, que el peor castigo moral que podían recibir los judíos en esa época era la expulsión final de la sinagoga, que eran los lugares especiales de reunión cuando no podían trasladarse hasta el templo de Jerusalén, en estas sinagogas no llevaban a cabo sacrificios de ningún tipo, peor si la lectura de la ley y toda la vida cívica, social y religiosa pasaba por ahí.

Es por eso que la expulsión del lugar, además de ser obviamente física, incluía el desprecio de los demás miembros de la sociedad, se convertían en parias en todos los sentidos, el apoyo religioso, moral, económico, social, cultural, etc. era totalmente negado a quienes eran expulsados de dicha congregación.

La membresía en la congregación, al menos en la nuestra, también incluye el riesgo de la expulsión de la congregación, pero para nada es del tipo manipulador que sucedía en la sinagoga, sólo están en riesgo de expulsión aquellos que se digan miembros pero que vivan en pecado desvergonzado y que después de dar oportunidad al arrepentimiento continúen pecando impenitentemente, o aquellas personas que descaradamente pongan en riesgo la unidad de la iglesia con conductas o herejías destructoras.

Además, lejos de tratarlos como parías, nuestro llamado según Jesús en Mateo 18 es a considerarlos como gentiles y publicanos, es decir como pecadores que necesitan la gracia de DIOS por medio del evangelio, de ninguna manera les trataríamos con ningún tipo de desprecio inhumano.

Pero para los discípulos no era así, el Señor predijo lo que les habría de suceder, serían separados de todo tipo de vida y prerrogativas que como ciudadanos judíos podrían tener, sus antiguos amigos los verían como peores que paganos. Perderían el trabajo, sus familias los apartarían de ellos, e incluso perderían el privilegio de un sepelio honorable.

Y peor aún, habrá algunos a los que hasta ¡Les costará la vida! La hora se aproximaba cuando los hombres considerarían que dar muerte a un cristiano era un acto meritorio, una acción por medio de la cual uno servía a Dios.

El Señor Jesús sabía perfectamente lo que se avecinaba, sabía que el concepto de Su divinidad junto a la del Espíritu Santo chocaría en las mentes de la gran mayoría de los judíos, si en esa época no estaban listos para recibir la revelación de la Trinidad, mucho menos lo estaban cuando nacieron como nación.

El Señor sabía la manera de pensar en reacción a la Trinidad: Toda mi vida, dirían los judíos, he sido enseñado que hay Un Solo DIOS Verdadero al cual debemos honrar y adorar, y ahora estos seguidores de Jesús pretenden que adore a su Cristo como a DIOS mismo y  lo mismo con el Espíritu Santo, esto es blasfemos para mí, deben ser castigados con la muerte.

De inmediato se piensa en Pablo, quien luego testificó acerca de esto. Hechos 26:9. Era un principio que equivalía a un dogma, entre los judíos había un dicho: El que derrama la sangre del malvado es como si ofreciera un sacrificio.

En el siguiente versículo leemos: 3 Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.

Los judíos en esa época, como muchas personas en la actualidad, habían creado a su propio dios, alteraron la imagen revelada del DIOS Creador y lo mezclaron con sus propias ideas religiosas, dando pro resultado un dios de su imaginación, pues no conocen al verdadero DIOS ni mucho menos al Señor Jesucristo.

Para ellos Cristo siempre fue y hasta la fecha es un impostor, el hijo de la mujer violada, no lo sirven para nada, pero no tienen excusa al respecto, es solo la consecuencia de negarse a reconocer que al que envió: El Padre y al enviado: El Hijo, muy a pesar de haber presenciado tantas señales y milagros que autentificaban su procedencia.

Desde luego, como lo aclaramos la semana pasada, cuando uno rechaza al Hijo, rechaza también al Padre, y viceversa. Poco a poco nos vamos acercando al clímax de nuestra enseñanza de hoy, en el siguiente verso leemos que el Señor ahora nos dice: 4 Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho. Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros.

Se vuelve a repetir el pensamiento del versículo 1. Nos damos cuenta que para el Señor Jesús el reafirmas las ideas era de suma importancia: ya se los he dicho, cuando sucedan las cosas, no se desanimen, más bien den gloria a DIOS de que se cumple mi Palabra, es el pensamiento del Señor Jesús, que reitera.

Esto es porque el Maestro cuida de sus discípulos con amor. Cuando llegue la hora de la cruel realidad de que en este mundo serán aborrecidos y la prueba toque a sus vidas, no podrán decir jamás: ¿Por qué nos pasa esto? ¿Por qué nunca nos lo advirtieron? Al contrario, el Señor con mucha anticipación les abre los ojos a la realidad, así cuando llegue el sufrimiento confirmará su fe en Jesús, recordaran sus palabras y caerán en la cuenta de que cada una de sus predicciones se están cumpliendo.

Eso es lo que hace especial a la Biblia, es lo que la pone en un lugar totalmente aparte, superior, muy por encima de cualquier otro escrito religioso o espiritual, muchos nos llaman pretensiosos a los cristianos, al asegurar que solo Cristo es el camino a la salvación, y que solo la biblia es la Palabra de DIOS, pero no se dan cuenta que ningún otro libro en la historia de la humanidad es como la biblia (lo veremos más a fondo cuando estudiemos Bibliología en un par de semanas los días miércoles).

El contenido de la Escritura lo podemos clasificar en 3 partes:

·         1/3 parte es historia.
·         1/3 parte es doctrina y lineamientos.
·         1/3 parte es profecía.

Casi ningún otro libro religioso-espiritual contiene profecía y menos la tercera parte de su contenido, y la biblia no solo tiene profecías, sino que las que se han cumplido han roto los límites de las probabilidades, en mucho más de una ocasión, por lo tanto solo queda una alternativa: su autor es divino.

Cuando los discípulos vean que si se están cumpliendo sus predicciones respecto a las calamidades, sabrán que también se cumplirán las relacionadas con el bienestar. Por eso es que podemos confiar siempre en DIOS.

Cuando el Señor les dice: Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. No se refiere a las predicciones de persecución, pues como sabemos en el sermón del monte hizo varias al respecto, pero se está refiriendo al hecho de que el mundo los iba a aborrecer porque Jesús los ha escogido sacándolos del mundo, que este odio en realidad se dirigía contra Jesús y contra el Padre, que era totalmente inexcusable y que lo provocaba la condición siniestra del corazón.

La razón por la cual Jesús no había dicho esto desde el comienzo era que no había sido necesario por ese entonces, porque todavía estaba con ellos.  Mientras estuvo físicamente presente, el embate más fuerte del ataque se dirigía contra él, no contra los discípulos.

De ahora en adelante se daría un cambio. Con Jesús ya crucificado, el Sanedrín comenzaría a dirigir su ira contra sus seguidores. El libro de Hechos como lo hemos mencionado, muestra que esta profecía se cumplió en todos sus detalles.

Ahora el Señor les dice: 5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

Hay quienes creen que aquí hay una contradicción, pero como veremos no es así.

Sabemos que un poco antes, cuando el Señor todavía no les ampliaba el panorama con el propósito de su partida, si le habían preguntado algunos de sus discípulos con respecto a este tema:

·         Pedro había preguntado: Señor ¿a dónde vas? 13:36.
·         Tomás había preguntado algo parecido. 14:5.

Pero estas preguntas nacían de una concepción tosca y literal de la partida de Cristo.}, aun no entendían nada cuando realizaron estas interrogantes. Ya después el Señor les dio una explicación más amplia y profunda con respecto a su pronta partida. Les había indicado con claridad que no se dirigía a otro lugar en la tierra sino que iba al Padre 14:28, que su retorno al Padre debería haber llenado sus corazones de gozo, y que desde allá enviaría al Paracletos.

Este era el momento adecuado para preguntar acerca de la profundidad del tema:

·         ¿Qué significará para ti Señor?
·         ¿Anhelas regresar al padre?
·         ¿Cómo sucederá esto?

Son el tipo de preguntas que hubieran sido esperadas, es más, ni siquiera hubo el interés acerca de que les repitiera la enseñanza, una de las más bellas y consoladoras que hay en la Escritura: no estamos solo el Espíritu Santo está con nosotros.

El Señor pone al descubierto esta situación, pues el silencio de los discípulos tiene un motivo egocéntrico, están tan ensimismados con sus propias preocupaciones personales, sobre todo siguen tramados por la pronta partida del Señor y sus sentimientos los traicionan, al grado de volverlos totalmente egoístas al respecto.

Podemos darnos cuenta, que los restos del pecado, manifestados en egoísmo, estarán siempre presentes en los redimidos, si bien es cierto que los discípulos aun no estaban cubiertos por el sacrificio expiatorio de Cristo, no significa que después de estarlo, el egoísmo se esfumó por completo, vemos a un Pedro convenenciero en Gálatas 2:11-13.

Esto no es una excusa para actuar de forma egoísta, al contrario, debe de ser un llamado a tomar nuestra cruz y seguir al Señor, aun y cuando esto implica morir al yo, algo que Pedro por la gracia de DIOS pudo hacer. 2ª Pedro 3:15.

Por la actitud egoísta es que el Señor Jesús se queja amargamente, Y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Después el Señor Prosigue: 6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón.

Jesús había hablado acerca de su partida. Pero los discípulos se concentraron en el hecho de esta partida, y en lo que pensaban que significaría para ellos. Por ello es que nunca prestaron suficiente atención a la naturaleza de esta partida, y a lo que él había dicho que esto significaría para ellos y para él.

Por ello, el pesar se había apoderado de sus corazones; y esto a pesar de todas las razones que Jesús había presentado para su consuelo en el capítulo 14, y a pesar de la instrucción que les había impartido respecto a los frutos de permanecer en él después de su partida física en el capítulo 15.

Los discípulos conciben como una gran pérdida la partida de su maestro. Por eso Jesús continúa: 7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.

En este verso llegamos al cenit de nuestra enseñanza del día de hoy, aquí, Jesús expresó claramente lo que había venido sugiriendo desde mucho antes. Ya les había dicho a los discípulos que su partida tenía como propósito:

·         Prepararles un lugar junto al Padre.
·         Prepararlas para realizar mayores obras.
·         Impartirles conocimientos aún mayores.
·         Y sobre todo para la llegada del Espíritu Santo.

Pero para ellos nos les resultaba claro que la partida del maestro era para su mejoría, una vez más los discípulos solo estaba viendo el aquí y el ahora, no tenían la perspectiva correcta de las situaciones, en específico de la partida del Señor Jesús. No pasaban de lo natural a lo espiritual en esa ni en ninguna otra área.

No entendían que la partida de Cristo significaba el triunfo de su misión en la tierra, ellos lo veían como un fracaso y un obstáculo para su modo de vida, no entendían todavía que les convenía que el Señor partiera para que el Espíritu Santo llegue.

El Señor no les explica porque es necesario que él se vaya para que El Espíritu venga, nosotros sabemos, a la luz de la revelación completa, que es porque sin su Muerte vicaria y su resurrección literal de entre los muertos, no hay méritos redentores, y la labor del Espíritu Santo es aplicar esos méritos redentores a los elegidos. Gálatas 4:4-6.

Pero el Espíritu no puede aplicar estos méritos si no hay méritos para aplicar. En consecuencia, a no ser que Jesús se vaya, el Espíritu no puede venir.

La parte en que nos vamos a concentrar es la palabra que Jesús les dice a sus discípulos: Les conviene, del griego sumfero (συμφέρω, G4851) que se puede traducir como: necesario, beneficio, provechoso, lo mejor, lo que conviene.
 
Muchas veces creemos en la soberanía de DIOS intelectualmente, pero en la práctica dejamos de hacerlo, llegamos a olvidar que DIOS sabe que es lo que más nos conviene, que si pasamos por cualquier situación, la que sea, agradable o no, es necesario pasar por ella, pues DIOS sabe lo que es mejor para nuestras vidas, y eso es: ser como Cristo.

Olvidamos prontamente, como los discípulos quien tiene el control de nuestras vidas, olvidamos que Dios Nunca Hace Nada Accidentalmente, Y Él Nunca Comete Errores, que Su Voluntad es buena, agradable y perfecta siempre. Romanos 12:2.

Si no fuera así,  todo sería un accidente, no habría nada seguro, todo quedaría a la deriva, no habría propósitos, significado, importancia en nada, no habría más que unos breves años de vida y ya, sin embargo, sabemos que DIOS es real, que formó todo con un propósito, que en Cristo no hay casualidades, que todo, absolutamente todo tiene una razón y un significado profundo de ser, que todo apunta para nuestra conveniencia: Ser como Cristo.


Entender que todo está perfectamente controlado por DIOS, es decir ordenado con anticipación Para nuestra conveniencia, descarta por completo conceptos tales como:

·         Suerte.
·         Accidentes.
·         Casualidades.
·         Fatalidades.
·         Destino.
·         Fortuna.
·         cualquiera parecido. Proverbios 16:33.

Hay una gran diferencia entre este tipo de azahares y la perfecta voluntad soberana de DIOS, la clave de esta diferencia la encontramos en el carácter personal de Dios, pues DIOS se interesa por nosotros de forma íntima y personal, él desea lo mejor para nuestras vidas y eso es Ser como Cristo.

El destino es ciego, mientras que Dios todo lo ve. La fatalidad es impersonal, mientras que Dios es un Padre. La fortuna no tiene voz, mientras que Dios puede hablar. No hay fuerzas impersonales y ciegas actuando en la historia de la humanidad, es siempre DIOS en perfecto control de todo.

Todo lo que acontece en el mundo es por la voluntad perfecta de DIOS. En un universo gobernado por Dios no hay lugar para acontecimientos fortuitos. La casualidad no existe. La probabilidad es solo una palabra que utilizamos para describir las posibilidades matemáticas, la tonta frase: el universo conspira a tu favor, es solo basura motivacional.

Un discípulo que va madurando en su caminar con el Señor, sabe perfectamente que todo lo que le pasa, absolutamente todo, aunque no siempre lo entienda, aunque no siempre le agrade, aunque a veces sean sus consecuencias por desobedecer,  aun así sabe que es lo que le conviene para su vida, pues lo que un discípulo desea más que nada en la vida es ser como Cristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un Dios Santo 05: El Impacto De La Santidad. Marcos 4:35-41.

La santidad de Dios no es solo un atributo más en la larga lista de los que Dios posee, la santidad es su esencia, Dios dejaría de ser Dios ...