lunes, 16 de diciembre de 2019

Hechos Historia Salutis 10: Comunidad Cristiana. Hechos 2: 41-47.


El día de hoy llegamos al final del segundo capitulo del libro de los Hechos, este capitulo es uno de los más extensos y sobre todo, de los más importantes en cuanto acontecimientos históricos de la iglesia primera, pues en él Lucas nos narra lo sucedido el día de pentecostés, 50 días después de la pascua, se celebra la segunda de importancia para los judíos, la fiesta de las primicias, en esos días Jerusalén rebosaba de peregrinos venidos de todas partes del mundo.

Ese día sucedió el derramamiento del Espíritu Santo sobre los 120 creyentes reunidos, causo tanto impacto que de inmediato comenzaron las burlas, asegurando que estaban borrachos, por lo cual, Pedro llenos del Espíritu Santo se levanto como portavoz de los discípulos y no solo refutó las patéticas acusaciones, sino que predicó un sermón que conmovió a los presentes.

Pedro apeló al sentido nacionalista de los judíos piadosos que se encontraban reunidos, poco a poco los fue llevando por medio de la Escritura y su correcta interpretación y aplicación, a comprender lo que pasaba, primero les recordó lo dicho por el profeta Joel 2, después apeló al Salmo 16 para resaltar la resurrección de Cristo, y lo confirmó con al Salmo 110 acto seguido los exhorto al arrepentimiento.

Las palabras de Pedro, llenas del poder del Espíritu Santo, traspasaron los corazones de al menos 3000 de los oyentes, quienes de inmediato les preguntaron a los apóstoles ¿Qué hacer para remediar su situación de pecadores?  Lo siguiente que nos narra Lucas es la reacción de las personas cuyos corazones fueron sacudidos por el mensaje del evangelio.

41. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Pongamos atención a las siguientes situaciones:

Recibieron la palabra. Lucas usa la palabra griega apodecomai (ἀποδέχομαι, G588) para recibir, que significa tomar totalmente, dar la bienvenida, aunque no es la misma palabra que usó el apóstol Juan en su evangelio en Juan 1:10 donde nos dice que los que recibieron a Jesús son hechos hijos de DIOS, la idea si es la misma en esencia, el texto no nos sugiere que fueron los judíos quienes aceptaron la palabra, sino que la recibieron, la gran diferencia entre recibir y aceptar a Cristo o el evangelio, es que al aceptarlo somos nosotros los que le “abrimos la puerta” mientras que cuándo le recibimos solo estamos siendo receptores de su gracia.

Enseñanza. La frase “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles” apunta al fervor y dedicación de estos primeros convertidos al cristianismo. Con toda decisión y firmeza buscaron a los apóstoles para que les instruyeran en el evangelio de Cristo, porque Jesús había ordenado a su grupo de seguidores a ser maestros de estos aprendices. Mateo 28:20.

Durante su ministerio terrenal, Jesús enseñó con autoridad y “no como los maestros de la ley”. Antes de su ascensión, él delegó esta autoridad a sus apóstoles, que hablaron en su nombre.

Sobresale el doble significado del término enseñanza didaque (διδαχή, G1322) que se traduce también como doctrina.

·         En un sentido amplio, la palabra se refiere a las buenas nuevas de todo lo que Jesús dijo e hizo antes de ascensión al os cielos.
·         Y al mismo tiempo se refiere a que los apóstoles se vieron ocupados en el trabajo de enseñar el evangelio en forma oral a los convertidos, a quienes Lucas llama en Hechos discípulos o aprendices.

Suponemos que esta enseñanza fue dada especialmente en servicios de adoración públicos, donde los apóstoles enseñaron de esta forma en sus predicaciones.

Comunión. Tres palabras siguen al término enseñanza: comunión, partimiento del pan y oración. La primera, comunión, describe el entusiasmo que los creyentes demostraron en una adoración unida, en las comidas, y en el compartir de sus bienes materiales. Los cristianos demostraron en forma visible su unidad en Jesucristo, en los servicios de adoración, donde se llamaban unos a otros hermanos y hermanas.

DIOS no nos diseñó para ser solitarios espirituales o para saltar de iglesia en iglesia como de un centro comercial a otro, el plan de DIOS es que nos congreguemos en una iglesia local sana doctrinal y espiritualmente hablando y comprometernos con esa iglesia lo más posible, recuerde que muchos usan sus iglesias, pero no las aman, somos la Esposa de Cristo no nos comportemos como su concubina.

La vida está diseñada para ser compartida, aún más la vida cristiana que es una vida de comunidad, la comunión cristiana entre hermanos está perdiendo su significado real y Escritural.

Hoy en día se cree que la vida en comunidad en la iglesia es:

·         Repetir una oración de fe.
·         Asistir a las reuniones.
·         Socializar en la iglesia.
·         Salir a divertirnos o a comer juntos con los hermanos.
·         Cualquier tipo de acciones que solo son simple convivencia.

Aunque la convivencia es parte de la vida en comunidad, ciertamente no lo es todo. La Verdadera Comunión Es Experimentar La Vida Cristiana Unánimes Juntos, algunos puntos importantes para vivir en comunión unos con otros son:

·         El compromiso.
·         La sinceridad.
·         La humildad.
·         La amabilidad.
·         La discreción.
·         La constancia.
·         Etc.

El partimiento del pan. Existe la controversia si se refiere a comer literalmente o a la comunión de los santos. No es fácil encontrar la respuesta correcta. El contexto, sin embargo, parece sugerir que se refiere a la celebración de la Cena del Señor. En el griego, el artículo definido precede al sustantivo pan lo que indicaría que los cristianos participaban de el pan apartado para el sacramento de la comunión. Hechos 20:11.

Las palabras partimiento del pan aparecen en la secuencia de enseñanza, comunión y oraciones en los cultos de adoración. Por lo tanto, podemos entender el término como una temprana descripción para la celebración de la Santa Cena. En la liturgia de la iglesia cristiana, esta celebración fue y sigue siendo acompañada por la enseñanza del evangelio y por las oraciones.

Tomar La Santa Cena Es Identificarme Plenamente Con Cristo Y Con Su Iglesia. 1ª Corintios 10.16. Tal vez no hayamos tomado la Cena indignamente, es decir en pecados descarados, pero si lo hemos hecho muchas de las veces sin el correcto entendimiento de lo que significa la comunión como Cuerpo de Cristo al tomar la Cena del Señor.



Al igual que con la pascua, es el recordatorio del lugar de donde DIOS nos ha rescatado en Cristo: de la esclavitud del pecado, y sobre todo es el nuevo lugar al que pertenecemos: SU IGLESIA.

Tomar la Cena del Señor es también decir SI a la comunión con mis hermanos, es decir pertenezco a su pueblo, es decir que me identifico como discípulo, es estar dispuesto a ser enseñado y corregido, es estar completamente comprometido con DIOS como su hijo y con su iglesia con mis hermanos.

Por eso, es que al igual que con la pascua, la Cena se celebra no en solitario o individualmente, se celebra EN FAMILIA, no con la familia terrenal o carnal, recordemos que es más importante nuestra familia espiritual que la terrenal, por ello es que ahora la celebramos en la iglesia, con nuestros hermanos en la Fe.

En la fiesta de la pascua, solo uno a lo más dos miembros de la familia llevaba el cordero al templo a ser sacrificado, pero eso no impedía que la bendición fuera familiar, pues al comer del cordero, los demás miembros eran participes de los beneficios del sacrificio ofrecido al Señor.

De la misma manera, nosotros no fuimos literalmente a ser sacrificados, lo fue el Cordero de DIOS Jesucristo, sin embargo, toda la familia espiritual nos beneficiamos de sus logros en la Cruz:

·         Perdón de pecados.
·         Vida nueva.
·         Acceso directo al trono de la gracia.
·         Ser parte de la familia de DIOS.

Tomar La Santa Cena Con El Entendimiento Correcto, Nos Hace Humildes Delante De DIOS Y Nuestros Hermanos. Por eso es que a este sacramento también se le conoce como comulgar o comunión.
Las oraciones. Literalmente el texto habla de “las oraciones”. Lucas también usa aquí el artículo definido para describir oraciones específicas hechas en la adoración; quizás incluyen las oraciones formales que los judíos acostumbraban ofrecer en el templo.

En resumen, los cuatro elementos que Lucas menciona en este versículo (v. 42) aparecen relacionados a la adoración pública:

·         La enseñanza apostólica y la predicación.
·         La comunión de los creyentes los unos con los otros.
·         La celebración de la cena del señor.
·         Y las oraciones en comunidad.

43. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

Un sentido de temor reverencial llenó los corazones de los creyentes porque experimentaban la cercanía de Dios en medio de ellos. El griego sugiere que el temor se mantuvo sin disminuir. Era producido por “las muchas maravillas y señales” hechas por los apóstoles (5:12). Jesús dio a los apóstoles autoridad para realizar milagros. Repetidamente los apóstoles ejercieron este poder tanto en respuesta a la fe de esta gente como para aumentar esa fe.

Los resultados fueron dobles: los creyentes estaban conscientes de la presencia sagrada de Dios entre ellos y numerosos convertidos fueron agregados a la iglesia (v. 47). Las palabras muchas maravillas y señales son un eco de la profecía de Joel y constituyen su cumplimiento.

44. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.

“Los que habían creído”. Esta es la primera vez en Hechos que Lucas llama a los miembros de la iglesia “los creyentes”. Debido a la falta de un término definido (por ejemplo, cristianos [véase 11:26]), él escribe: “todos los que habían creído”. Los incrédulos que rechazan a Jesús son excluidos y no tienen parte ninguna en la comunidad cristiana. Fe en Jesús es el requisito principal para pertenecer a la iglesia cristiana. Sólo la gente que cree en él puede compartir en la unidad que se hace visible en la adoración y en la vida en comunidad.

“Tenían en común todas las cosas”. Después de Pentecostés, los nuevos convertidos en Jerusalén “tenían en común todas sus cosas y empezaron a vender sus propiedades y pertenencias y repartieron a todos que tuvieran necesidad”. El compartir cosas materiales no fue un despojo de las riquezas de nadie. En lugar de eso, fue una actitud completamente voluntaria de los dueños de poner sus posesiones a disposición de todos los creyentes que tuvieran necesidades económicas.

La aspiración de los primeros cristianos fue abolir la pobreza de tal modo que los necesitados, como una clase social, no existiera más entre ellos. Lucas no provee información en el sentido que los ricos vendieran todas sus posesiones. En cambio, alude al establecimiento de un fondo general gracias al cual los pobres fueron sostenidos y en el cual los ricos pusieron el dinero ganado por la venta de propiedades. Eran excelentes mayordomos del Señor.

46. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.

Lucas continúa describiendo la vida en la comunidad cristiana. El expone la descripción de las actividades de los creyentes con la expresión día a día. Los cristianos en Jerusalén van al templo, el que para ellos es la casa de Dios. Ellos se consideran a sí mismos judíos que han visto el cumplimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.

Se reúnen en los patios del templo, probablemente en el área conocida como el Pórtico de Salomón donde oran y alaban. Disfrutan de una completa unidad en un contexto que se compara con la llegada de la primavera con su impresionante explosión de colores, esplendor y perfecta armonía. De parte del pueblo judío en general como de sus dirigentes religiosos en particular, los cristianos no han recibido ningún tipo de oposición todavía.

Sus vidas son ejemplares, tanto que a través de su conducta ellos pueden guiar a otros a Cristo. Diariamente se reúnen en sus casas para comer el pan y reafirmar la unidad que poseen en Cristo. Por supuesto, comer pan en las casas difícilmente pudo haber sido de gran interés, ya que es costumbre y de esperar que la gente coma. Sin embargo, Lucas compara la unidad y armonía de los creyentes en el templo con su solidaridad en las comidas comunes en hogares privados.

Los cristianos “comían juntos con alegría y sinceridad de corazón”. Aunque Lucas no da más explicación sobre esto, la práctica de tener comidas comunes es comparable a las fiestas de amor mencionadas directa e indirectamente por

·         Pablo en su carta a la iglesia de Corinto.1ª Corintios 11:20– 22.
·         Por Pedro. 2ª Pedro 2:13.
·         Y por Judas. Judas 12.

Los ágapes o celebración de amor eran “una comida en común servida por los primitivos cristianos en conexión con los cultos de la iglesia y con el propósito de fomentar la expresión del amor fraternal”. En Jerusalén, los creyentes disfrutan estas comidas “cada día” como Lucas lo indica.

Por consiguiente, debemos distinguir las comidas en común con la celebración de la Cena del Señor. Lucas enfatiza la unidad, la armonía, el gozo y la sinceridad de los creyentes. Estos elementos son frutos del Espíritu Santo, quien está actuando en los corazones y vidas de los primeros cristianos. En Hechos, Lucas repetidamente menciona el gozo o la alegría, muchas veces en relación con la influencia del Espíritu Santo.

“Alabando a Dios, y gozando favor con todo el pueblo”. Lucas describe las actividades diarias de los creyentes, un testimonio de verdadero cristianismo. Estos creyentes viven una vida de alabanza a Dios y como resultado, son reconocidos por el pueblo.
Son exponentes del poder del evangelio y la presencia del Espíritu Santo. Son testimonios vivientes para Cristo. Aquí está trabajando la iglesia misionera: el pueblo observa la conducta cristiana de los convertidos hablando en favor de la iglesia y son atraídos a Cristo.

Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Lucas concluye esta sección diciendo que el Señor añadía nuevos convertidos a la iglesia, primero, que usa el título el Señor para Jesús, no para Dios. Luego, el Señor Jesús continúa su trabajo de extender la comunidad cristiana. De los habitantes de Jerusalén toma tres mil personas, los convierte y los añade como creyentes a la iglesia.

Y finalmente, la palabra diariamente. Este término debe tomarse con la frase descriptiva “los que se salvaban”. Aquí no está implícita la idea de un proceso de salvación gradual de individuos creyentes, sino que indica que el milagro de la salvación ocurre diariamente. También hoy día el Señor continúa añadiendo a su iglesia y llamando a personas a adquirir su ciudadanía espiritual en la ciudad llamada Sion.

Resumen del Capítulo 2.

Manifestado por señales visibles y audibles, el Espíritu Santo es derramado en el día de Pentecostés. Llena a las personas que se encuentran reunidas y las hace hablar en otros idiomas. Numerosos judíos piadosos de muchas naciones permanecen en Jerusalén. Oyen el ruido del viento, se reúnen y escuchan a los galileos hablándoles en sus propios idiomas nativos. Algunos han venido del este (Partia, Media, Elam, y Mesopotamia), otros de Asia Menor y de África, y aún otros son visitantes de Roma.

Esta gente no sale de su asombro y preguntan qué significa ese fenómeno. Algunos burladores declaran que los apóstoles están borrachos, pero Pedro se dirige a la multitud y rebate a los burladores. Dice que se ha cumplido la profecía de Joel respecto a la venida del Espíritu Santo. Prueba con los Salmos que Jesús, crucificado por los judíos, fue resucitado por Dios [p 124] y ahora está sentado a su diestra en los cielos. De su posición exaltada, ha enviado el Espíritu Santo. Y puede hacerlo porque Dios lo hizo Señor y Cristo.

La gente se siente agobiada por el sentimiento de culpa, por lo que piden consejo. Pedro los amonesta a arrepentirse y bautizarse. Tres mil personas aceptan el mensaje de Pedro, son bautizados y son agregados al número inicial de creyentes (120 personas). Los convertidos son instruidos en la enseñanza de los apóstoles, en la adoración, y participan en la comunión. Comparten sus posesiones materiales, alaban a Dios y gozan del favor de todo el pueblo. La iglesia continúa creciendo.

En estos pocos versículos finales del capítulo, Lucas es más general en su descripción de las actividades que tienen lugar en las vidas de los primeros creyentes. Los cristianos expresan sus creencias espirituales mediante acciones espontáneas.

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