domingo, 26 de enero de 2020

Hechos Historia Salutis 16: Cuando La Iglesia Ora. Hechos 4:23-31.


Pedro y Juan han tenido que comparecer ante el gran concilio del sanedrín manejado por los saduceos, quienes estaban molestos que un par de galileos iletrados, sin preparación ni credenciales teológicas enseñaran que hay resurrección de los muertos, específicamente la resurrección de Cristo, pero las cosas no salieron como ellos esperaban, pues Pedro lleno del Espíritu Santo manejo la situación de una forma tal, que los dejó boquiabiertos.

Pedro magistralmente cambio la situación de un interrogatorio a la admiración de un milagro, el cual no dejo de declararlo, fue hecho por la fe en el nombre de Jesús, el concilio solo atina a intimidarlos para que no prediquen más ni enseñan en ese Nombre, sin embargo, Pedro los confronta una vez más y sin temor alguno, en sus propias caras les hace notar su error, pues en sus propias palabras: es preferible obedecer a DIOS antes que a los hombres.

Pedro y el cristianismo bíblico, no hacen un llamado a la anarquía en ninguna manera, sin embargo, cuando la ley de Dios y las leyes del hombre entran en conflicto, nos enfrentamos a un problema. Conocemos la afirmación de los apóstoles: “obedecer a Dios antes que a los hombres”. Sabemos que Dios demanda obediencia incondicional. Por eso, cuando la intención de alguna ley civil es contraria a la ley de Dios, debemos hacer manifiestas nuestras objeciones a las autoridades gubernamentales, pero, sobre todo debemos de obedecer a DIOS sin ninguna duda, aunque ello signifique que haya represalias en nuestra contra.

Cuando los cristianos estén dispuestos a obedecer la más alta ley, deben estar preparados para pagar el precio, que muchas veces se traduce en persecución. Y al pagar este precio, deben recordar las palabras alentadoras de Jesús: “Gócense y alégrense, porque su galardón es grande en los cielos” Mateo 5:12.

Lucas ahora dirige nuestra atención a lo que sucedió después, cuando Pedro y Juan son puestos en libertad, y aunque no escribió nada acerca de que hacía la iglesia mientras ellos permanecían arrestados y en el juicio, es comprensible pensar que oraba fervientemente por su bienestar físico y espiritual.

4:23. Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.

Lucas dice que tan pronto como quedaron en libertad, los apóstoles corrieron a reunirse “con los suyos”. ¿Quiénes eran los suyos? No podemos decir que constituyen toda la iglesia de Jerusalén, porque tendríamos que pensar en términos de unos cinco mil hombres (v. 4). Al escribir esto, quizás Lucas tiene en mente al grupo original que acostumbraba reunirse en el aposento alto después de la ascensión de Jesús, los discípulos más cercanos.

He aquí en términos prácticos la comunión de los santos. Los que seguramente estaban orando por la liberación de los detenidos reciben ahora un informe completo y en detalle, dado por los ahora liberados. Pedro y Juan cuentan a sus amigos lo que había ocurrido en el tribunal, y las preguntas que los principales sacerdotes y los ancianos les hicieron, y la amenaza que les profirieron. Todos los demás apóstoles estaban interesados en conocer las implicaciones del veredicto que Pedro y Juan recibieron.

Lucas menciona únicamente a los principales sacerdotes y a los ancianos, quienes representan al Sanedrín y al partido de los saduceos. Nos imaginamos que fueron estos los que formularon las preguntas durante el juicio.

También Lucas dice que los apóstoles informaron acerca de las preguntas y amenazas de parte de los principales sacerdotes y ancianos, pero no dicen nada sobre su propia defensa. Los dirigentes de la iglesia de Jerusalén, por lo tanto, miran al futuro y ven el peligro que les representa el mismo Sanedrín.

Su único recurso es refugiarse en Dios mediante la oración, ellos entendían perfectamente que la primer arma que el cristiano debe tomar es la oración, la oración es lo primero que debemos de hacer, no debe de ser nuestro ultimo recurso, cuando decimos cosas como hice todo lo que pude, ya solo me queda orar, estamos demostrando que nuestra confianza está en nosotros mismos y no en nuestro DIOS Poderoso, y esa autosuficiencia no es otra que la carne expresándose, para nada estoy diciendo que no hagamos nada más que orar, lo que la iglesia primera entendía y que deberíamos entender nosotros es que antes de hacer cualquier cosa, no solo al enfrentar los problemas,  primero deberíamos de ponerlo en oración.

Unidos, los dirigentes de la iglesia oran a Dios, como lo hicieron después de la ascensión de Jesús. Encuentran las fuerzas y la valentía en la íntima comunión con Dios; porque reconocen que Dios gobierna en este mundo y que él deshará las amenazas del concilio. Lucas nos relata el contenido de su oración.

24. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;

La oración que Lucas transcribe es típicamente judía y es modelada sobre la petición hecha por Ezequías cuando el ejército asirio sitió a Jerusalén. Isaías 37:16–20. Los dirigentes de la iglesia de Jerusalén ahora oran y se dirigen a Dios como el soberano Señor, Él es quien gobierna soberanamente sobre todo lo que ha hecho. Él es el creador del universo y quien tiene todo el control, es por ello que la iglesia descansa en Él, C.H. Spurgeon decía la soberanía de DIOS es la almohada sobre la que descansa mi cabeza, si DIOS tiene el control, y lo tiene siempre, entonces todo estará bien, pues todo lo hace para su propia gloria.

Cuando los apóstoles oran, reconocen a Dios como el creador de “el cielo, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay”. De hecho, citan del AT, donde hay numerosos lugares en que se registran estas palabras:

·         Ex. 20:11.
·         Neh. 9:6.
·         Sal. 146:6.
·         Is. 37:16.

Ellos conocen la verdad fundamental que Dios, quien creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo demás, tiene el derecho soberano que tiene de gobernar su creación. Dios gobierna en su creación; por lo tanto, jamás el hombre podrá alzarse en contra del soberano Señor.

Es tan solo el comienzo de la oración y ya podemos darnos cuenta, en primer lugar, que nada tiene que ver con las oraciones antropocéntricas y hasta anti bíblicas de muchos falsos líderes actuales, para empezar reconocen que no son ellos los que mandan en el universo, que es DIOS y solamente Él, por derecho de creador, quién manda, y eso es muestra de que conocían perfectamente al DIOS al cual estaban clamando, no era solo el dios de la imaginación de ellos, es el DIOS que la Escritura presenta en toda su gloria y majestad.

4:25 que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?

Ahora, no solo hablan del DIOS que la Escritura presenta, sino que citan en su oración corporativa, porque recordemos que aquí esta orando, sino literalmente toda la iglesia de Jerusalén, si una representación sustanciosa de ella, y además de conocer a DIOS a quien están levantando su clamor, también mencionan porciones especificas de la Escritura, este pasaje es Salmo 2:1-2.

Las traducciones difieren en cuanto a la forma de la introducción de esta cita del Salmo 2:1–2. La DHH o la TLA entre otras dicen explícitamente que el Espíritu Santo dijo por boca de David. La versión RVR60 que omite la frase por el Espíritu Santo no está basada en las más antiguas y confiables pruebas textuales. Los traductores han preferido mantener la frase, porque aun cuando el griego pudiera ser confuso, el sentido de la frase es claro. El texto dice que Dios habló por el Espíritu Santo a través de la boca de David. Además, en la fórmula introductoria más apegada al original, David es llamado “nuestro padre y tu siervo”.

La cita del Salmo 2:1–2 es apta a la situación porque los apóstoles sienten el poder de la jerarquía religiosa y de las autoridades judías como una tenaza que se cierra sobre ellos. Al igual que el salmista preguntan: “¿Por qué se amotinan o enfurecen las naciones, y piensan o conspiran en vano los pueblos?”

El texto sigue la traducción de la Septuaginta y por eso difiere livianamente de la traducción que sigue el texto hebreo: “¿Por qué se enfurecen las naciones?” El énfasis cae en la palabra vanos, es decir, por qué las naciones conspiran en vano. Los enemigos de Dios creen que han vencido a la iglesia de Dios. Crucifican a Jesús y ponen en la cárcel a los apóstoles. Lo hacen impunemente y aun así su acción es inútil. Así como David soportó la persecución a mano de Saúl y experimentó el cuidado protector de Dios, los apóstoles saben que el Señor no les abandonará, Él prometió estar a su lado siempre. Mateo 28:20.

El Salmo 2 revela las expresiones completamente insensatas de las naciones amotinándose contra Dios. Todos sus esfuerzos en tal sentido son definitivamente frustrados. El reino del Hijo de Dios será para siempre y ni las puertas del Hades prevalecerán contra él.

4:26 Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo.

David es un tipo de Cristo. El observa a las rugientes naciones de su tiempo conspirando y amotinándose contra Dios; se oponen al Señor Dios y se declaran enemigas de su ungido. David es el rey que fue ungido por el profeta Samuel, como Dios se lo dijo. De esta manera David llega a ser el ungido del Señor.

Cuando las naciones conspiran contra David, están conspirando contra Dios. Cuando los reyes se levantan contra David, se están levantando contra Dios. Y claro, todos sus esfuerzos resultan inútiles. David, sin embargo, es sólo una señal que apunta a Cristo. David habla proféticamente acerca de Jesucristo, quien es el Rey y el Ungido. Los apóstoles ven en Cristo, a quien Dios ha ungido e instalado como rey de su santo monte de Sion (Sal. 2:2,6) el cumplimiento de este salmo en particular.

Desde la mitad del siglo I antes de Cristo, el Salmo 2 ha sido interpretado como refiriéndose al Mesías. Por ejemplo, en los salmos de Salomón 17:26 tiene una referencia mesiánica al Salmo 2:9. En los Rollos del mar Muerto hay un documento que data de aquellos tiempos que incluye el Salmo 2 en una colección de pasajes mesiánicos del AT. En el NT, por supuesto, este salmo en particular es considerado mesiánico y es citado frecuentemente: Hch. 13:33; Heb. 1:5; 5:5; Ap. 2:26–27; 19:15.

Basados en la persona y en la Palabra de DIOS, ellos continúan con la oración:

4:27. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,

Los apóstoles mismos dan una interpretación básica pero cimentada a esta cita del salmo porque ellos ven su cumplimiento en la vida de Jesús. A continuación, tenemos una gráfica en paralelo de la profecía y su cumplimiento:

Salmo 2:1–2
Hechos 4:27
Las naciones se enfurecen (rugientes)
Los gentiles se unieran
Los pueblos conspiran en vano
Con el pueblo de Israel
Los reyes y los gobernantes
Herodes y poncio Pilato
De la tierra
En esta ciudad
En contra
Contra
Del Señor
Tu santo siervo Jesús
Y de su Ungido
A quien ungiste.

De hecho, como dicen los primeros cristianos, la verdad es que Jesús cumplió las palabras mesiánicas del Salmo 2, como cualquiera que estuvo presente en el juicio y de la muerte de Jesús puede atestiguar. Durante el ministerio de Jesús, Herodes Antipas era tetrarca de Galilea y Perea y el pueblo le reconocía como rey. El gobernador que representaba la autoridad de Roma era Poncio Pilato, nombrado por Tiberio César.

De los cuatro evangelistas, sólo Lucas hace referencia al incidente que protagoniza el juez Poncio Pilato al enviar a Jesús a Herodes Antipas, que se encontraba en Jerusalén por los días del juicio a Jesús. Herodes se alegró de ver a Jesús, porque esperaba que obrara un milagro en su presencia. Cuando Jesús no satisfizo a su deseo, lo envió de vuelta a Pilato. Lucas termina el relato de este episodio con las siguientes palabras: “Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados entre sí”. Lucas 23:12. Así que Pilato representa a los gentiles y Herodes a Israel,

Además, los apóstoles llaman a Jesús siervo, como dijimos antes para ligarlos con el siervo sufriente del Señor en los bien conocidos pasajes en Isaías 52:13–15; 53:1–12. Dios ungió a Jesús con el Espíritu Santo en el momento de su bautismo en el río Jordán. Así, en cumplimiento de la profecía, los gentiles y el pueblo de Israel se ponen en contra de Dios y de su ungido.

4:28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.

Los apóstoles ven el cumplimiento del Salmo 2 desde una perspectiva divina. Ellos ven que Dios predestinó con su “mano y propósito” la acción tomada por el pueblo que trajo a Jesús al juicio y a la muerte. Repiten la observación hecha por Pedro en su discurso de Pentecostés: “A este [Jesús], entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole” (2:23).

Los apóstoles reafirman la doctrina del decreto de DIOS en la predestinación, lo que hacen específicamente en sus oraciones. Este es el único lugar en el NT donde el verbo Proorizo (προορίζω, G4309) que significa predestinar, aunque se tradujo determinar, aparece fuera de las epístolas paulinas”. Dios no solo permitió que Herodes, Pilato, y el pueblo hicieran juicio contra su Hijo y lo mataran, Él lo predestino desde antes de que el mundo fuera creado. 1ª Pedro 1:19-20.

Pero no somos reduccionistas, entendemos que DIOS no forzó a los adversarios de Jesús a involucrarse en actos de violencia contra su voluntad, porque la evidencia muestra que ellos asumieron toda la responsabilidad. En cambio, Dios les permitió conspirar contra él y de esta manera podría lograr la salvación para su pueblo. La iglesia continua su oración:

4:29. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

Extrañamente, la comunidad de creyentes no dice ni una palabra de gratitud a Dios por liberar a Pedro y a Juan de la prisión y el tribunal. En cambio, pide al Señor contrarrestar la amenaza del Sanedrín concediendo a sus siervos “todo valor” para proclamar el evangelio de Cristo. 

No pide protección de la persecución que inevitablemente seguirá a la proclamación de las Buenas Nuevas. Ellos se dan cuenta que Dios está en control de cada situación, tal como lo han declarado con el Salmo 2. Están seguros que él no permitirá que su plan y propósito sea frustrado por los gobernantes del pueblo. La palabra denuedo aparece tres veces en este capítulo 4:13, 29, 31, y el concepto es prominente en Hechos. En el griego la palabra denuedo es parresia (παῤῥησία, G3954) denota libertad de habla, pronunciamientos sin reservas y está ligado íntimamente a la confianza profunda y un gran valor.

Los apóstoles no piden que las persecuciones cesen, ellos piden el valor y la confianza suficiente para hacerles frente, piden a Dios valentía cada vez que van a proclamar su Palabra. Se han dado cuenta, en el discurso de Pedro en pentecostés y frente al concilio, que cuando DIOS concede por su gracia el denuedo o valentía para hablar y enfrentar los retos que la vida crucificada demanda, el resultado es maravilloso e incomparable, lo que ellos ni remotamente pensaban que podían realizar, como hablar frente a miles de personas o mejor aún, frente a aquellos que le dieron muerte a Su Señor, fue realizado y con un rotundo éxito, pues miles siguieron el Camino de Jesucristo y el concilio nada pudo hacer frente a Pedro y Juan.

Ellos además piden humildemente que confirme su solicitud dándoles la capacidad de sanar enfermos y “llevar a cabo señales milagrosas y maravillas”, está es una petición que para nosotros ya no es necesaria, para nosotros basta y sobra con el mensaje del evangelio, ellos lo pidieron porque estaba en su etapa de fundación la iglesia, hoy en día el cimiento está puesto y firme por mas de 1900 años, así que está de más solicitar a DIOS que nos dé la capacidad de obrar milagros, con Cristo tenemos bastante.

Recordemos que, aunque el Sanedrín despide a Pedro y a Juan con la prohibición de hablar o enseñar a nadie en el nombre de Cristo Jesús, no les prohíben realizar milagros de sanidades. Si hubieran dicho a los apóstoles no sanar a los enfermos, habrían negado el milagro de sanidad que el mendigo experimentaba. Incapaces de desconocer aquel testimonio viviente, sólo negaron a los apóstoles la libertad de hablar en el nombre de Jesús.

Los apóstoles, sin embargo, rogaban a Dios que sanara a todos los afligidos. Le piden que dejara actuar su poder sanador a través de extender la mano y tocar a los enfermos. Es Dios, al fin y al cabo, y no los hombres, quien realiza los milagros. Milagros y maravillas son señales que confirman la predicación de las Buenas Nuevas. Ocurren en el nombre de Jesucristo y ayudan a la proclamación de ese nombre. Así, los adversarios no pueden negar la evidencia de los milagros. La oración de los apóstoles finaliza con la frase, “mediante el nombre de tu santo siervo Jesús”.

Ellos terminaron su oración de la mejor forma, en el nombre del siervo sufriente de DIOS, nuestro Señor Jesucristo, estaban afirmando que no eran merecedores de nada por ellos mismos, que si algo DIOS les concedía era porque Su siervo sufrió pagó por ello en una cruz y con su sangre preciosa. Por este motivo hasta el día de hoy, terminamos nuestras oraciones igualmente en el Nombre de Jesús.

Lucas ahora nos narra lo que sucedió al terminar la oración:

4:31. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

No todas las oraciones reciben una respuesta inmediata y definitivamente de la manera en que está oración fue confirmada, pero en este caso Dios fortalece la fe de los creyentes dando indicación de que los ha oído.

Dios mostró su divina aprobación a los apóstoles haciendo sacudir la casa donde estaban reunidos y para lograr tal efecto, pareciera que usó un temblor. Dios dio a los apóstoles una señal que, así como había sacudido la casa con un temblor así habría de mover al mundo con el evangelio de Cristo.

Hay un paralelo entre Pentecostés y este acontecimiento:

·         El día de Pentecostés, un viento violento sopló y llenó la casa donde los creyentes estaban sentados (2:2). En seguida, se vieron lenguas como de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos; “y fueron llenos con el Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas como el Espíritu les daba que hablaran” (2:4).

·         Después de la liberación de Pedro y Juan, los cristianos oraron. Entonces el lugar donde se encontraban reunidos tembló; “y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y empezaron a hablar la Palabra de Dios con valor”.

Las diferencias entre ambos acontecimientos son:

a) El soplar del viento versus el temblor del lugar donde estaban reunidos;

b) La manifestación externa de lenguas de fuego en un caso y la manifestación interna de valor en el otro; por último.

c) La habilidad de hablar otros idiomas en Pentecostés y el valor al hablar de la palabra de Dios ahora.

De esta manera, el término valor resulta sumamente significativo y muy apropiadamente describe el hablar de los apóstoles y de sus colaboradores. Ellos son los que proclaman la “palabra de Dios”, la cual, en el contexto de Hechos es un sinónimo del evangelio de Jesucristo.

El modelo de la oración de la iglesia en este pasaje es claro:

1.    Conforme al carácter de DIOS. Lo conocían.
2.    Conforme a la palabra de DIOS. La citaban.
3.    Conforme al decreto de DIOS. Lo entendían.
4.    Para la gloria de DIOS. La anhelaban.

Que nuestras oraciones privadas sean igual que este modelo de oración corporativa, y veremos el resultado: Cristo reflejado al mundo que nos rodea por medio de la iglesia, eso veremos la próxima semana.

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