lunes, 18 de mayo de 2015

Las parábolas de Jesús 5: El Tesoro Escondido y la Perla Preciosa. Mateo 13:44-46.

El día de hoy vamos a estudiar dos parábolas simultáneamente, esto es por la gran similitud entre ellas  y por la afinidad que tiene en su enseñanza o su mensaje central, se tratan de la parábola del tesoro escondido y la parábola de la perla preciosa o la perla de gran precio.

El mensaje en estas dos parábolas es el inmenso valor de lo que se halla (el tesoro y la perla) y el enorme sacrificio con el que se adquiere, por lo tanto nos hablan de  lo valioso que es el Reino de DIOS y el gozo que causa el encontrar ese Reino, ambas nos hablan de la misma verdad fundamental que es el gran valor que tiene la salvación.

Sin embargo se distinguen en un punto en particular, mientras que en la primera el tesoro es “hallado”  y en la segunda la perla estaba siendo “buscada”.

El primer elemento en común es el Reino, una vez más solo recapitularemos en este punto reafirmando que el Reino es presente (no ahora) y se refiere a la esfera de gobierno de DIOS, dicho  en otras palabras a su soberanía sobre de la creación completa.

La historia de la primera  parábola sugiere que el hombre no ha cavado en el campo buscando el tesoro, sino que lo ha encontrado “por casualidad” (obviamente por la voluntad de DIOS). Vemos un ejemplo de este primer hombre en Hechos 9.1-6.

Probablemente el hombre que encontró el tesoro  no era el primero que pasaba por allí, pero otros no han sido capaces de darse cuenta de que allí había un tesoro. Por eso lo vuelve a esconder, para que ya nadie más lo vea antes de que sea suyo. El tesoro, como el Reino de los Cielos, estaba ahí, pero no todos los que pasan son capaces de verlo. (Viendo no percibieron).

Cuando Jesús les habla de un tesoro escondido en un campo a la gente no le fue de sorpresa o pensó en una  historia fantasiosa pues en aquella época debido a las diversas guerras entre las potencias de la antigüedad, Palestina estaba constantemente  sometida a invasiones y constantemente era un campo de batalla su territorio, debido a esto la gente tenía que esconder sus objetos valiosos a como dé lugar  y una manera de proteger sus bienes del saqueo era colocarlos en una vasija de barro y enterrarlos en un campo.

Es obvio además que el hombre que descubrió el tesoro es solo un pobre  jornalero,  no es el dueño del campo, puesto que toma las precauciones necesarias para que nadie vea su hallazgo,  de inmediato reunió  todos sus bienes y los vende con tal de hacerse de aquel campo. Mateo 5:3. (Pobre = Necesitado).

La segunda parábola nos habla de un mercader o un comerciante como se le dice en nuestro tiempo, el cual andaba en busca de perlas, un ejemplo en la palabra lo tenemos en Nicodemo: Juan 3:1-8.

Podemos entender que el mercader es un hombre que sabe su negocio y conocía de perlas, tanto en la antigüedad como en la actualidad la perlas son artículos de gran valor, esta joya se forma por la secreción de nácar  dentro de la concha de algunos moluscos, las hay de color blanco, rosa, amarillo, azul, plata, crema y negras.

El conocimiento del mercader hace que se arriesgue  vaya y venda todo lo que tiene, lo cual nos indica que es una perla de gran valor, y por eso sabe qué hace un buen trato.

Ambas parábolas nos hablan de vender todo lo que se posee para adquirir una riqueza mayor, sin embargo no debemos tolerar que se saque  de contexto  y se utilicen estas citas para vaciar nuestros bolsillos en su totalidad, y menos bajo las falsas promesas que el evangelio de la prosperidad ofrece. (Frase “DIOS sabe cuánto dinero traes en tu cartera”).

Lo que si debemos entender a la perfección es que el evangelio es un verdadero tesoro, una verdadera riqueza: Efesios 1:16-18.

Los cristianos somos los hombres y mujeres más ricos del mundo y tenemos el privilegio de llevar esas riquezas a los demás: Efesios 3:8.

El reino de DIOS, el evangelio, la salvación  son riquezas, NO PARA HACER RIQUEZAS,  no solo me refiero al evangelio de la prosperidad, también es para aquellos que creemos que por medio de ser cristianos nos va a ir mejor o que vemos en la iglesia la oportunidad para hacer negocios, tandas, venta en abonos, etc. Colosenses 2:1-4.

Cuando recibimos el tesoro y las riquezas de la salvación y comenzamos a entenderlo lo que viene inmediatamente es GOZO: Mateo 13:44. Un cristiano amargado constantemente no es cristiano por definición, un verdadero cristiano, que sabe de dónde DIOS lo rescato, que entiende que le ha dado vida nueva en Cristo y que sabe que su eternidad es en Gloria adorando al Rey de Reyes NO PUDE ESTAR DE CONTINUO SOLAMENTE TRISTE.

El gozo además de ser parte del fruto del Espíritu que Gálatas 5:22  describe, también es la reacción natural cuando recibimos las buenas noticias de parte de Cristo a nuestras vidas: Hechos 8:26-40.

El gozo a diferencia de la felicidad es permanente y no se basa en factores externos sino internos: Hechos 5:41. De hecho el gozo de un hijo de DIOS tiene Nombre, se llama Cristo.

Algo que además entendemos por medio de estas dos parábolas es que a pesar de que el Reino de los cielo es gratuito o  Solo por Gracia, no es frívolo y superficial, muchos tiene la falsa percepción de ser cristiano en algo así como pertenecer a un club social de los bendecidos, que ir al a congregación  los domingos a escuchar al pastor un rato  nos va a traer buena vibra toda la semana.

 Sin embargo el seguir a Cristo es todo lo contrario, no pertenecemos al equipo de la buena onda, seguir a Cristo implica estar dispuesto a burlas, persecuciones, dejar atrás el mundo y sus placeres pecaminosos, algunas veces hasta a dejar  amistades y hasta relaciones familiares TODO POR CAUSA DEL EVANGELIO: Mateo  10:37-39.

Y no es la única ocasión en que vemos este principio en la palabra:

·         Marcos 4:17.
·         Mateo 5:10.
·         2ª Corintios 12:10.
·         2ª Timoteo 3.12.
·         Filipenses 3:4-8.

Debemos de recordar que nuestra estancia en esta tierra es temporal, que DIOS tiene planes con nosotros con miras a la eternidad, es por eso que vale mucho más la pena es “sufrir” aunque sea por relativamente poco tiempo, a SUFRIR por la eternidad.

El principio de vender todo lo que tenemos significa que debemos de estar dispuestos a hacer todo lo que sea necesario (bíblicamente hablando) para verdaderamente ser discípulos de Jesús, vender todo lo que tenemos  significa poner en perspectiva nuestra salvación y valorarla por encima de todo.

Ambas parábolas como acabamos de entenderlo tienen  el mismo significado: aquellos que, por efecto de la gracia, descubren el Reino de Dios y comienzan a vislumbrar la grandeza de sus misterios, sienten un gozo profundo, y el Reino pasa a ser lo más importante de su vida, porque comprenden que representa su destino final, lo que da el sentido pleno a su existencia terrenal. Mateo 6:19-21.

¿Dónde está nuestro tesoro?


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