miércoles, 7 de diciembre de 2016

Cristología. Bloque B: Los Estados De Jesucristo. Tema 6: Los Sufrimientos Del Salvador Parte I. Cita: Hebreos 12.2.

La clase pasada hablamos acerca del nacimiento, infancia, bautizo y tentación del Señor Jesucristo, todas estas condiciones forman parte de su estado de humillación:

·         Nacer de la forma más humilde y pobre, como si fuera otros ser humano más, cuando es el Hijo de DIOS, el Verbo Encarnado.

·         Llevar una infancia y juventud normal, sin sucesos extraordinarios que DIOS quisiera contarnos al no incluirlos en la Escritura y además esperar 30 años para iniciar su ministerio.

·         Ser bautizado como si necesitase arrepentirse de algún pecado, solo para cumplir con toda ley.

·         Ser tentado como si fuera un ser humano común y fue por el mismo ser que Él echó del cielo.

El día de hoy veremos más acerca del Estado de Humillación de nuestro Señor y Salvador, y en específico veremos sus sufrimientos en general y los sufrimientos de su pasión, crucifixión, muerte y sepultura.

Sufrimientos de Jesús en general.

Primero trataremos los sufrimientos de Jesús, no tanto en su carácter expiatorio, sino en cuanto a que son parte de su estado de humillación, como ya lo vimos, uno de esos sufrimientos fue la tentación en el desierto. Hebreos 2:17-18.

El hecho de que el pecado no podía dañarlo no disminuye en nada el sufrimiento de ser tentado, por el contrario, a nadie le puede resultar más repulsivo y denigrante el pecado que al ser perfecto en santidad.

Los sufrimientos que comenzaron con la tentación del diablo en el desierto continuaron hasta la agonía en el huerto de Getsemaní, y entre estos dos puntos y a lo largo de tres años y medio de ministerio público hubo muchos otros sufrimientos, por ejemplo:

·         La oposición constante de los fariseos.
·         La ingratitud continua de las personas.
·         La incomprensión y hasta cobardía de sus discípulos.
·         La Traición de Judas.
·         Fue perseguido a muerte desde que nació (Por Herodes) hasta su final en la cruz.

Los sufrimientos de la Pasión.

Ahora sí nos referiremos de manera específica a los sufrimientos de Jesús durante el periodo denominado como su pasión, que comprende desde el huerto de Getsemaní hasta el momento en que es levantado en la cruz, en este periodo los sufrimientos fueron más agudos y dolorosos, no solo en el aspecto físico, sino también en el aspecto emocional y espiritual.


                                                                    
A.  La agonía en el huerto. Lucas 22:44.

Desde el original en griego para la palabra agonía vemos la medida del sufrimiento de Cristo, es agonia (ἀγωνία, G74), y en alguno de sus significados es lucha, pues en efecto allí en el huerto se libró la lucha en el centro del ser humano de Jesús.

En la cruz hubo tortura, pero no hubo lucha, porque la decisión final ya se había tomado en el huerto: dar su vida en rescate por muchos. Los demás evangelios utilizan verbos que nos demuestran los sufrimientos del Salvador, Mateo 26:37-38, encontramos tres verbos:

·         Entristecerse del griego lupeo (λήπζωή, G3076) tristeza a manera de pena.
·         Angustiarse del griego ademoneo (ἀδημονέω, G85) una profunda emoción de angustia o desazonarse por completo.
·         Mi alma está muy triste del griego perilupos (περίλυπος, G4036) rodeado de tristeza por todas partes, el decir mortal significa que es hasta causar la muerte.

Por otro lado, en Marcos 14:33-34 encontramos, aunque traducidas igual, en el original griego otra palabra que describe el sufrimiento de Jesús:

·         Atemorizarse del gr. ekthambeo (ἐκθαμβέω, G1568) quedarse atónito de espanto.

Regresando al relato del médico amado en Lucas 22:44, encontramos una condición muy rara pero existente llamada Hematidrosis.

La hematidrosis se trata de una respuesta a un estrés máximo, se ha presentado en personas que saben con certeza que van a morir en breve de manera dolorosa, como en condenados a muerte o en situaciones de guerra, con este hecho la piel se vuelve frágil y tierna.

Es importante notar que Lucas nos habla de la hematidrosis después del consuelo del ángel y no antes, lo cual nos habla de la extrema agonía y sufrimiento por los cuales estaba atravesando, no fue una metáfora el decir angustiado hasta la muerte, era 100% real, pues de no llegar el ángel a confortar a Jesús, su corazón se hubiera infartado de la presión extrema.

Por lo regular, en los países donde la pena de muerte es aun aplicada (en mi país, México esta abolida) a los reos sentenciados a muerte se les concede una última cena y se les conforta con asistencia espiritual y la cercanía de sus seres queridos, esto para aliviar un poco la INTENSA ANGUSTIA que el saber que se va a morir causa.

En el caso del Señor Jesús NO fue así, la antesala de su muerte debió haber sido espantosa, horrible, llena de agonía y sufrimiento sin igual, tratado aun de manera más baja que a muchos criminales que si merecían el castigo sobre de sus vidas.

B.  La Flagelación.

Después de la hematidrosis ocasionada por la angustia intensa, Jesús es sometido a un ayuno que duro toda la noche durante el juicio, y persistió hasta su crucifixión. La flagelación era un preliminar legal para toda ejecución Romana.

A la víctima le desnudaban la parte superior del cuerpo, lo sujetaban a un pilar poco elevado, con la espalda encorvada, de modo que al descargar sobre esta los golpes, nada perdiesen de su fuerza y golpeaban, sin compasión, sin misericordia alguna.

El instrumento usual era un azote corto (flagrum o flagellum) con varias cuerdas o correas de cuero, a las cuales se ataban pequeñas bolas de hierro o trocitos de huesos de ovejas a varios intervalos.



Cuando los soldados azotaban repetidamente y con todas sus fuerzas las espaldas de su víctima, las bolas de hierro causaban profundas contusiones y hematomas. Las cuerdas de cuero con los huesos de oveja, desgarraban la piel y el tejido celular subcutáneo (le arrancaba la carne).




Al continuar los azotes, las laceraciones cortaban hasta los músculos, produciendo tiras sangrientas de carne desgarrada. Se creaban las condiciones para producir pérdida importante de líquidos (sangre y plasma). Hay que tener en cuenta que la hematidrosis había dejado la piel muy sensible en Jesús.

C. Los insultos.

Aparte de los muchos insultos que recibió durante su ministerio público:

·         Comilón y bebedor.
·         Amigo de pecadores y prostitutas.
·         Samaritano.
·         Poseído por Belcebú.
·         Hijo ilegítimo.
·         Etc.

A Jesús, le fue colocada sobre su cabeza, como emblema irónico de su realeza una corona de espinas. En Palestina abundan los arbustos espinosos, que pudieron servir para este fin; se utilizó el Zizyphus o Azufaifo, llamado Spina Christi, de espinas agudas, largas y corvas.




Le fue colocada una túnica sobre sus hombros (un viejo manto de soldado, que figuraba la púrpura de que se revestían los reyes, "clámide escarlata"), y una caña, parecida al junco de Chipre y de España como cetro en su mano derecha.

El creador del universo siendo el blanco de las burlas, los escarnios y los insultos por sus más viles criaturas. Y por si no bastara, la gente al pasar meneaba la cabeza en señal de desaprobación. Mateo 27:39-44.

D. La Soledad Radical.

Durante su vida de ministerio público, Jesús tuvo que soportar por una parte la hostilidad de sus adversarios y por otra la ignorancia de sus discípulos, no tenía ni para donde hacerse, debió ser una vida de mucha soledad.

Pero su soledad se convirtió en absoluta o radical justo al ser levantado en la cruz, quedó en ese instante absolutamente solo y totalmente desprovisto, y aun así dio tres grandes regalos desde esa cruz, quedando ahora sí, sin nada en lo absoluto:

·         Regalo el perdón a sus verdugos: Padre, perdónales porque...
·         Regalo la entrada a su reino a un ladrón: te digo que hoy mismo...
·         Regalo a su madre a su discípulo amado: mujer, he ahí a tu hijo...

Desamparado por el Padre, quedo suspendido en el aire, como si el cielo y la tierra lo rechazaran al mismo tiempo pues se había hecho pecado. 2ª Corintios 5.21.

Fue esta soledad absoluta, la que lo llevo a gritar una de sus últimas palabras: Elí, Elí ¿lama sabactani? DIOS mío ¿Por qué me has desamparado?

por ?  desamparado?IOS ma que lo llevo a gritar una de sus ultimas palabras: Elazaran al mismo tiempo pues se habia sufrimientro



















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