lunes, 25 de septiembre de 2017

El Evangelio De Juan 42: Pan Del Cielo: Los "Casi Cristianos". Juan 6:28-33.



La semana pasada, concluimos que no todas las personas que buscan a Jesús lo hacen por los motivos correcto, de hecho, lamentablemente, la gran mayoría lo hace solo por conveniencia, tal como la multitud que lo siguió al otro lado del mar de Galilea, y a los cuales Jesús les reprocha duramente su actitud: me siguen porque sacie su vientre, fueron sus palabras.

Pero el maestro, siempre preocupado por el bienestar espiritual de las personas, les declara un hermoso mashal, el cual es un llamado a poner las prioridades en orden, a poner las cosas en la perspectiva eterna, el mashal dice literalmente:

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

La respuesta que le dan los judíos a Jesús al mashal, nuevamente evidencia su poca comprensión y discernimiento, ellos de inmediato, al escuchar trabajar pensaron en las obras de la ley, eso lo podemos saber por su respuesta: 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Ellos estaban pensando en aquellas obras en las cuales DIOS se complace y tiene por justas, sin embargo, si no entendieron el sentido en el cual Jesús les dijo el mashal, la pregunta que hicieron, si es con sinceridad si es muy válida y profunda ¿Qué es lo que a DIOS le agrada que hagamos?

Esta pregunta ha rondado a la humanidad desde el momento en que fuimos separados de la Gloria de DIOS a causa del pecado, lo vemos en los dos primeros descendientes de Adán que nacieron en pecado: Abel y Caín. A DIOS le agradó la ofrenda de Abel más le desagrado la ofrenda de Caín ¿Por qué? Simplemente porque la ofrenda de Caín no fue lo que DIOS quería, fue lo que Caín le quiso dar. Génesis 4:1-5.

En su mente los judíos pensaban que si había una comida que da vida eterna, bien valía la pena trabajar duro haciendo la voluntad de DIOS para obtenerla y eso es lo que conocemos como legalismo: ¿Qué puedo hacer para que DIOS me bendiga?

Lamentablemente la gran mayoría de las iglesias cristianas en la actualidad, si no son de enseñanzas heréticas, al menos son de corte legalista, muchas al extremo, para agradar a DIOS y ser bendecido, dicen ellos:

·         No tomes.
·         No fumes.
·         No bailes.
·         No te drogues.
·         Usa falda larga (mujeres).
·         Usen velo (mujeres).
·         Congrégate todos los días de la semana.
·         Da tu diezmo puntual.
·         Ayuna 56 días como Daniel en Babilonia.
·         No escuches música del mundo.
·         No digas groserías.
·         Etc.

Una vez que cumplas con estos requisitos de la ley cristiana ahora sí, puedes agradar a DIOS y recibirás bendición.

Hacer todas estas cosas buenas, o dejar de hacer las cosas malas, no es algo pecaminoso o malo en sí mismo, pero esa no es la esencia del evangelio de la gracia ni es la función de la ley.

La ley si es válida hoy en día, para nosotros como cristianos, al menos la parte moral, la ley ceremonial quedó abolida pues solo era una muestra en el A.T. del sacrificio y obra de Jesucristo, pero la ley no le fue dada al cristiano para que la cumpliera, por el simple hecho de que no está capacitado para hacerlo.

La función de la ley es triple:

·         La ley de Dios es un espejo de la santidad de Dios y de nuestra injusticia. Sirve para revelarnos nuestra necesidad de un Salvador.
·         La ley de Dios es un freno contra el pecado.
·         La ley de Dios nos revela lo que le agrada a Dios y lo que le resulta ofensivo.

Pero el ser humano, separado de Cristo NO puede ni quiere cumplir los requisitos de la ley con el único motivo de glorificar a DIOS, por eso es que la respuesta de Jesús a los judíos es enfática y, de hecho, se ha condensado como una de las 5 SOLAS de la reforma: 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.  

Los reformadores retomaron este principio bíblico olvidado por la gran religiosidad y legalismo de su época y lo condensaron en la SOLA FIDE o Solamente por Fe.

La respuesta de Jesús es esa: solo crean, solo tengan Fe, aunque es de notar que parece que aquí habla de la Fe como una obra, pareciera que el evangelio de Juan contradice los escritos de Pablo, como Efesios 2:8 salvación por gracia por medio de la fe, NO POR OBRAS.

Algo es seguro, la biblia no se contradice nunca, toda ella, incluido el evangelio de Juan hablan de la salvación gratuita, inmerecida y recibida solamente por medio de la Fe, misma Fe que el Señor nos regaló, por eso no tenemos nada de que gloriarnos.

Pero la fe que se requiere para ser salvo, no es una fe ociosa, muerta, infructuosa o inactiva, sino una fe viva, con fruto, activa. El hecho de que la fe no se adquiera por medio del trabajo no quiere decir que sea una fe que no obra: La obra de la fe es la obra de recibir el don de Dios.

Anteriormente se ha ilustrado este punto de la fe comparándola con la raíz de un árbol: la raíz no produce por sí misma el agua y los minerales de que se nutre el árbol, sino que los recibe como un don del suelo; sin embargo, ejerce una labor necesaria y ardua para sacar del suelo lo que será después la savia que de vida al árbol. Santiago 2:26.

Las obras a las que se refiere Santiago el Señor Jesús son el fruto de tener Fe, no a las obras de la Ley bajo las cuales ninguno puede ser salvo. Una de las características de la Fe es que es Santificadora, es decir que tiene como fruto el Carácter de Cristo en mí.

En pocas palabras, si digo que tengo Fe en el señor Jesucristo y que creó que murió por mis pecados en la Cruz, pero NO ha cambiado mi vida, no lo demuestra mi caminar, no hay fruto gradual y palpable de esa FE, en realidad estoy mintiendo, porque la Fe, la verdadera Fe tiene fruto: Ser como Cristo.

No nos confundamos, las buenas obras no nos hacen salvos, porque somos salvos, hacemos ahora buenas obras. Efesios 2:10.

Los judíos, medianamente entendieron las demandas que el Señor estaba dictando, entendían que, si decían tener Fe, no bastaba con decirlo de todo corazón, había que demostrarlo con sus vidas transformadas, es por eso que de inmediato, para tratar de alivianar la carga, le realizan su siguiente pregunta: 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?  

Ellos, le estaban diciendo, que si era necesario cambiar sus vidas por creer en que DIOS lo envió, al menos les mostrara su autoridad, que autentificara su llamado por DIOS.

Eran personas muy peligrosas para sí mismos, como lo son hoy en día los casi cristianos, que son personas que por venir a la iglesia o porque creen de corazón tienen la seguridad de que ya están del otro lado, aun cuando sus vidas no han sido renovadas, sus mentes siguen siendo carnales, sus actitudes y hábitos pecaminosos siguen ahí, no les interesa crecer y madurar, son apáticos a las cosas de DIOS, pero como creen de corazón ya es suficiente para ser salvos.

Así los judíos, podemos mencionar además de las autentificaciones que les dio Jesús en el capítulo anterior al sanar en día de reposo al paralitico de Betesda, también sus milagros registrados hasta ese momento en el evangelio de Juan:

·         Convertir el agua en vino.
·         Su Omnisciencia con la mujer samaritana.
·         La curación del paralitico que llevaba 38 años en esa condición.
·         La alimentación de los 5000 con 2 peces y 5 panes de cebada.
·         Salinidades al orar por la gente en esa región.

Y qué decir del testimonio de Juan el Bautista: he aquí el cordero de DIOS, y El testimonio de la Escritura y de Moisés en Deuteronomio 18.

Aun así, como solo estaban casi convencidos, demandaban una señal más: 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.

Algo más estaban pasando por alto: todo el pan, es decir toda provisión que tenían ellos y que tenemos nosotros viene del cielo.

No es nuestro trabajo, no es nuestro esfuerzo, no es nuestro talento, no es por nuestro dinero, si tenemos pan o algo que comer en casa, ropa para vestir, un lugar donde dormir, es porque DIOS desde el cielo nos lo ha dado: Lucas 12:29. 1ª Pedro 5:7.

Pero no solo olvidaron que el proveedor de vida y de lo necesario a sus vidas es DIOS, ellos también estaban comparando a Jesús con Moisés. Salmo 78:24.

Ellos pensaban entre sí: si Él es mayor que Moisés, que haga un milagro que, al menos, sea tan grande como el de Moisés al alimentar con el maná a todo el pueblo de Israel.

Para empezar, como buenos casi convencidos, hicieron violencia a la Escritura, utilizando a su conveniencia la historia relatada en el libre segundo de Moisés, el Éxodo, si algo hacen los casi cristianos es lo mismo, toman porciones aisladas de la Escritura a conveniencia:

·         No he cambiado, pero todo tiene su tiempo dice Eclesiastés 3:1.
·         Peco descaradamente, pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
·         Como dijo Jesús: la carne es débil.

Por si fuera poco, no solo hacían violencia a la Escritura, también olvidaban que sus antepasados, hartos del maná, se quejaron del Señor y de Moisés y DIOS decide enviarles serpientes ardientes, esto fue lo que motivó el levantar la serpiente de bronce en el desierto, la cual como lo entendimos en el capítulo 3, es un prototipo del sacrificio de Cristo en la cruz y la manera de ser salvos: solo por la fe.

Jesús los pone en su lugar y de inmediato los corrige: 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 

Jesús los estaba poniendo en orden, les dijo claramente que No fue Moisés el dador del maná, sino Dios mismo, como puede verse por Éxodo 16:4; Salmos 78:24, entre otros lugares, aunque por mano de Moisés, como instrumento de Dios, les fuese servido el maná, como les fue servida el agua en la peña.
Les presentó una comparación que no dejó lugar a dudas:


1. Moisés, como agente de Dios, se limitó a dar instrucciones al pueblo sobre la manera en que se debía recoger el maná, Ex. 16.


1. El verdadero Dador es siempre el Padre en los cielos.

2. Aunque consideráramos a Moisés como el dador, no el pan verdadero, lo que dio es una representación de Cristo.

2. El Padre dio al verdadero pan del cielo: Nuestro Señor Jesucristo.

3. El maná del desierto solo ofrecía alimento.

3. Jesús, el Verdadero Pan del cielo ofrece vida eterna.


Ya la semana anterior nos adentramos en no poner nuestro corazón en las cosas terrenales, pero hoy quiero ir aún más allá, al lugar correcto donde poner nuestro corazón, y es únicamente en Jesucristo.

No es en la gloria que gozaremos.
No es en que tendremos un cuerpo nuevo.
No es en que no iremos al infierno.
No es en que no sufriremos más.

Todo eso solo es la consecuencia, pero el único lugar donde debe de estar nuestro corazón, es En Cristo, como nuestro Señor.

No seamos casi cristianos, casi convencidos, casi salvos, no tratemos de justificar un estilo de vida impío, no tratemos de vivir a nuestro modo y creer que aun así DIOS va a aceptar nuestra ofrenda, si rechazó la ofrenda de Caín por no ser lo que él pidió, ¿Qué nos hace pensar que aceptará nuestras migajas de adoración y vida cristiana?

La unica forma en que nuestra ofrenda sea agradable a DIOS es en Jesucristo, vivir en él, descansar en él, permanecer en Él, dejar que el guie y controle nuestras vidas en cada detalle, por pequeño que parezca, tomar el Pan del Cielo que nos da vida eterna.



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