miércoles, 21 de agosto de 2019

Apologética 2: Tipos de Apologética. Génesis 1:1.



La clase pasada entendimos que la apologética, como disciplina bíblica es la defensa sistemática y formal de la veracidad y confiabilidad de la fe cristiana, tiene como propósito anular los argumentos y excusas que se levantan en la mente del hombre y que son en contra de la Verdad de DIOS.


La apologética es para todos los verdaderos cristianos, todos los creyentes estamos llamados a presentar defensa de la esperanza que hay en nosotros así que dejemos las excusas y sobre todo la pereza intelectual, y también es para los incrédulos, pues es la herramienta que nos condice al tema principal: la salvación por gracia por medio de la Fe en Jesucristo.

Concluimos que hoy más que nunca, por la cultura que nos rodea, por las cosmovisiones que empujan en contra del cristianismo bíblico, por el gran deterioro de la sociedad, la iglesia, la familia y el estado, es urgente que los hijos de DIOS aprendamos a defender y presentar efectivamente la fe que ha sido dada para nuestra salvación. 

El día de hoy veremos algunos sistemas apologéticos que es básicamente las categorías en las que se divide la apologética.

Tipos de apologética.

Existen distintas clases de sistemas apologéticos y no existe un acuerdo universal para categorizarlos. La diferencia de clasificaciones parece estar determinada por la perspectiva de la persona que los categoriza. Sin embargo, existen algunos términos que son aceptados generalmente y uno puede emplearlos así que veremos los distintos tipos de sistemas apologéticos más populares.

A pesar del hecho que las categorías no son lógicamente exhaustivas y se superponen parece que lo mejor es simplemente usar títulos entendidos por todos y establecer las diferencias y las similitudes. Tres puntos nos ayudan a entender cada tipo: descripción de algunas características principales, sus proponentes y cómo se superponen y/o contrastan con otras categorías.

A.  Apologética Clásica.

1.    Características

La apologética clásica enfatiza los argumentos para probar la existencia de Dios, así como la evidencia histórica que apoya la verdad del cristianismo.

La apologética clásica está caracterizada por dos argumentos básicos, acerca de la realidad de DIOS conocidos como teísticos, y acerca de las evidencias que respaldan la fe, llamados evidénciales.

Los argumentos teísticos son usados para establecer la verdad de la existencia de DIOS, pero sin basarse en revelaciones especiales, en nuestro caso, la Biblia. La apologética clásica acepta la validez de las pruebas teístas tradicionales acerca de Dios, como el argumento ontológico, el argumento cosmológico y argumento teleológico. Muchos también creen que el argumento moral es válido.

El primer paso de la apologética clásica involucra también el dibujar la inferencia lógica que dice que, si Dios existe, los milagros son posibles; incluso, el mayor milagro, la creación, es posible.

2.    Promotores.

La apologética clásica fue practicada por San Agustín, San Anselmo y Santo Tomás de Aquino. Los apologistas clásicos modernos incluyen a Winfried Corduan, William Lane Craig, Norman L. Geisler, John Gerstner, Stuart Hackett, Peter Kreeft, C. S. Lewis, J. P. Moreland, John Locke, William Paley, R. C. Sproul y B. B. Warfield.

3.    Comparación con otros tipos de apologética.

La diferencia entre los apologistas clásicos y los evidencialistas en el uso de la evidencia histórica es que los clásicos ven la necesidad de establecer primero que este es un universo teísta con el fin de establecer la posibilidad de darle identidad a los milagros. Los evidencialistas no ven al teísmo como una precondición necesariamente lógica de apologética histórica.

El argumento básico de los apologistas clásicos es que no tiene sentido hablar acerca de la resurrección como un acto de Dios a menos que, como un prerrequisito lógico, se establece primeramente que hay un Dios que puede actuar. De la misma manera, la Biblia no puede ser la Palabra de Dios a menos que exista un Dios que pueda hablar. Y Cristo no puede ser mostrado como el Hijo de Dios excepto en la premisa de que existe un Dios que puede tener un Hijo.

B.  Apologética Evidencial.

La apologética evidencial enfatiza la necesidad de evidencia para apoyar las verdades del cristianismo.

La evidencia puede ser racional, histórica, arqueológica e incluso experimental. Dado que es tan amplia, su entendimiento se superpone con otros tipos de apologética.

1.    Algunas características de la apologética evidencial.

Dado que los evidencialistas abarcan una gran y diversa categoría, sus características serán delineadas según el tipo de evidencia. A veces los evidencialistas usan evidencia racional (ej. pruebas de la existencia de Dios) en defensa del cristianismo. Como tal, se superponen con la apologética clásica. Sin embargo, para un evidencialista, ésta es solamente una pieza de la evidencia.

En el uso de la evidencia histórica hay otra vez una superposición con la apologética evidencial y la histórica. Los evidencialistas no descansan todo su caso en la evidencia histórica. Estos son más selectos, entretejiendo la evidencia de varios campos. Los evidencialistas operan como un abogado que combina las evidencias en un resumen para defender su posición, confiando en que el peso combinado presentará un caso persuasivo. Muchos evidencialistas se enfocan en la evidencia arqueológica en apoyo a la Biblia.

Enfatizan que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos han sido establecidos por miles de descubrimientos. Esto, según creen ellos, les da la razón para aceptar la autoridad divina de las Escrituras.

Algunos evidencialistas apelan a la evidencia experiencial en apoyo al cristianismo, las más de las veces en aquéllos cuya vida ha sido cambiada. El testimonio de aquellos convertidos al cristianismo es ofrecido como evidencia de la verdad del cristianismo. ¿Cómo más, se argumenta, puede uno explicar los cambios dramáticos, transformadores, duradera y muchas veces radical? La conversión de Saulo de Tarso en Hechos 9 es un caso clásico de este tipo de evidencia.

La evidencia profética es ofrecida muchas veces para sostener al cristianismo. Se argumenta que sólo el origen divino cuenta para las numerosas y precisas predicciones bíblicas que han sido cumplidas. Para los evidencialistas es la suma total de las evidencias entrelazadas que ofrecen una alta probabilidad de verdad para el cristianismo.

2.    Algunos promotores de la apologética evidencial.

Mientras que la apologética evidencial disfruta de un amplio apoyo popular, ofrece sólo unos cuantos verdaderos promotores que no encajan en ninguna de las otras categorías. Parece ser que lo mejor, entonces, es caracterizar al evidencialismo por las distintas clases de evidencia enfatizadas en este tipo de apologética.

Un enfoque evidencialista notable es ofrecido por William Paley es su Evidences for Christianity, sin embargo, dado que Paley ofrece pruebas de la existencia de Dios al principio de su libro, puede ser enlistado como un apologista clásico. El ampliamente usado libro de Bernard Ram Protestant Christian Evidences es otro ejemplo de apologética evidencial, a pesar de que parece moverse de ésta en sus últimos escritos. De todos los libros evidencialistas, el más ampliamente distribuido es Evidencia que Exige un Veredicto de Josh McDowell.



3.    Algunas comparaciones con otros tipos de Apologética.

Mientras que el uso de evidencia no es único para apologética evidencial, la manera en el cual es usada es única. Tanto los apologistas clásicos como algunos de los evidencialistas usan argumentos teísticos. Sin embargo, para los evidencialistas, establecer la existencia de Dios no es una prioridad lógica y un paso necesario. Es simplemente algo más en la red de evidencia que apoya al cristianismo.

A diferencia de la apologética histórica, el evidencialista puro no apela a la evidencia histórica como la única base para su caso. Para los evidencialistas existen diversos eventos, tales como, las sanidades que Jesús hizo, resucitación de muertos y cumplimiento de la profecía, las cuales, en ellos mismos, se apartan de la principal presuposición o prueba de que Dios existe, estableciendo la verdad del cristianismo. Dado que las pruebas “hablan por sí mismas” no hay necesidad, de acuerdo con los evidencialistas, de proveer una razón independiente para creer en la existencia de Dios. Por el contrario, tanto la apologética clásica, como la presuposicionalista insisten que los eventos históricos pueden ser interpretados a la luz del marco del punto de vista del cual son parte.

C. Apologética Experiencial.

Algunos cristianos apelan principalmente, si no exhaustivamente, a la experiencia como evidencia de la fe cristiana.

Algunos apelan a las experiencias religiosas en general. Otros a experiencias religiosas especiales. Dentro de esta segunda categoría están algunos que se enfocan en las experiencias místicas y otros que identifican lo que ellos creen son una experiencia de conversión particularmente milagrosa.

1.    Tipos de experiencia.

El valor de una experiencia religiosa general y no específica es de valor limitado para una apologética cristiana distintiva. En el mejor de los casos, la experiencia general establece credibilidad para creer en un ser supremo de alguna clase (no necesariamente un Dios teísta). Aun así, las pruebas de experiencia religiosa han sido ofrecidas por los cristianos y otros que no lo son. Las experiencias religiosas generales están disponibles para todos.

Algunas experiencias religiosas son más limitadas. El místico, por ejemplo, dice que ha tenido una experiencia especial de Dios. Las experiencias místicas difieren de las experiencias religiosas generales en que dicen ser contactos directos e inmediatos con Dios.

Los cristianos místicos dicen que tales experiencias son verdaderas por auto evidencia. Sin embargo, los llamados encuentros con Dios de la experiencia general no son los mismos que los de las experiencias místicas, los promotores de ésta dicen que éstas se dan autenticidad por sí mismas. Uno es alcanzado por Dios en un encuentro no racional y directo que es más básico y real que una evidencia de los sentidos.

Sin embargo, no todos llamarían a tales experiencias una evidencia apologética, aun así, sirven para vindicar al cristianismo entre aquellos que las tienen. Aquellos que apelan a tales experiencias rechazan los métodos apologéticos en el sentido tradicional. Ellos rechazan los argumentos racionales o la evidencia de los hechos en favor de lo que ellos creen ser una experiencia auto verificada.

2.    Algunos promotores de la apologética experiencial.

Entre los cristianos místicos sobresale el nombre de Meister Eckart. Los existencialistas incluyen a Soren Kierkegaard, Rodolfo Bultmann y Kart Barth. Otros de una experiencia general más natural incluyen a Friedrich Schleiermacher y Paul Tillich.

3.    Algunas comparaciones con otros tipos de apologética.

Los argumentos experienciales para probar la existencia de Dios son usados algunas veces por apologistas clásicos y evidencialistas. La diferencia es que, para el apologista experiencial, la única clase de evidencia es no racional, mística y existencial. En otros métodos apologéticos, el argumento de la experiencia religiosa es sólo una clase de evidencia entre muchas.

Los apologistas presuposicionales, especialmente de la variedad revelacional, rechaza los argumentos puramente experienciales como inverificable y de interpretación subjetiva.

D. Apologética Histórica.

La apologética histórica enfatiza la evidencia histórica como la base para demostrar la verdad del cristianismo.

Estos apologistas creen que la verdad del cristianismo, incluyendo la existencia de Dios, puede probarse por la evidencia histórica únicamente. En un sentido la apologética histórica pertenece a una clase más amplia de apologética evidencial, pero difiere de ésta en que enfatiza la importancia, si no la necesidad, de comenzar con el récord histórico de la verdad del cristianismo.

1.    Algunos promotores de la apologética histórica.

El cristianismo es una religión histórica, así que se entiende que tendría un énfasis histórico desde el mismo inicio de éste. Los primeros apologistas, incluidos Tertuliano, Justino Mártir, Clemente de Alejandría y Orígenes defendieron la historicidad del cristianismo.

Dado que estos primeros apologistas muchas veces no fueron sistemáticos en sus escritos, es difícil decir si cayeron en la categoría de apologética histórica. Algunos ofrecieron argumentos teístas, pero probablemente no vieron todo esto como un primer paso lógicamente necesario. Apologistas históricos contemporáneos incluyen a John Warwick Montgomery y Gary Habermas.

2.    Algunas comparaciones con otros tipos de apologética.

La apologética histórica es distinta del evidencialismo en su enfoque estrecho, usando sólo una clase de evidencia en lugar de muchas. También ofrece un argumento secuencial. El apologista histórico comienza solamente con una evidencia histórica como premisa básica. Con la historicidad establecida, el apologista argumenta que ciertas afirmaciones que están dadas en las Escrituras infieren que Dios existe, que la Biblia es la Palabra de Dios y que Cristo es el único Hijo de Dios. El evidencialismo puro no tiene tal orden lógico que inicie con la evidencia histórica únicamente.

3.    Algunas comparaciones con otros tipos de apologética.

Más aún, el evidencialista emplea un nido completo de evidencias de las cuales concluye que el cristianismo es verdad. Tanto la apologética histórica como la clásica usan la evidencia histórica. Pero el apologista clásico cree que la evidencia histórica es sólo un segundo paso, precedido lógicamente por los argumentos teístas que establecen la evidencia del punto de vista necesario del mundo por el cual uno solo puede interpretar apropiadamente la evidencia histórica.

E.  Apologética Presuposicional.

La apologética presuposicional afirma que uno debe defender al cristianismo desde el fundamento de ciertas presuposiciones básicas como la existencia de DIOS. Génesis 1:1.
1.    Características.

Usualmente, un presuposicionalista presupone la verdad básica del cristianismo y luego procede a mostrar, en alguno de varios caminos, que solamente el cristianismo es verdad.

2.    Algunos promotores de la apologética presuposicional.

De acuerdo con el presuposicionalismo revelacional, uno debe proponer que el Dios Trino se ha revelado a sí mismo en las Sagradas Escrituras desde antes de que sea posible imaginarse este universo, vida, idioma o historia.

Esto se ve algunas veces como un argumento trascendental. Los presuposicionalistas revelacionales incluyen a Cornelius Van Til, Grez Bahnsen y John Frame. El presuposicionalista racional inicia también con la Trinidad revelada en la Palabra de Dios escrita. Pero la prueba de si algo es cierto o no lo da la ley de no contradicción. El cristianismo demuestra su propia verdad en que, de todas las religiones, éste únicamente es internamente consistente. Gordon Clark y Carl F. H. Henry son presuposicionalistas racionales.

El método apologético de Francis Schaeffer ha sido enlistado ocasionalmente como una forma distinta de presuposicionalismo, una clase de presuposicionalismo práctico. Schaeffer cree que los sistemas falsos son intolerables, que sólo la verdad cristiana es tolerable.

3.    Algunas comparaciones con otros tipos de apologética.

Algunas comparaciones con otros tipos de Apologética Los apologistas presuposicionales rechazan la validad de las pruebas teístas. Aceptan las críticas de la argumentación teísta de David Hume y Kant. O ellos creen que los “hechos” aparte del punto de vista cristiano no tienen ningún significado.
F.  Conclusión.

Como podemos darnos cuenta, en general hay dos métodos principales de la apologética cristiana, la evidencial que implica el compartir pruebas y evidencias que muestran que el mensaje cristiano es verdad. El segundo, comúnmente conocido como la apologética presuposicional, implica el confrontar las presuposiciones (ideas preconcebidas, suposiciones) detrás de las posiciones anticristianas. Los defensores de los dos métodos de la apologética cristiana a menudo debaten entre sí sobre qué método es el más efectivo. Parece ser más productivo usar ambos métodos, dependiendo de la persona y la situación.



 

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