domingo, 25 de octubre de 2015

Las Parábolas De Jesús 28: Los Convidados A Las Bodas. Lucas 14:7-14.

Las enseñanzas más profundas que Jesús nos dejó son sus parábolas, las cuales no son otra cosa que una comparación, Jesús de hecho die la biblia no hablaba para enseñar a la gente sino era por medio de parábolas, esto con el propósito de hacer más sencilla la asimilación de sus enseñanzas.

Hasta ahora hemos estudiado cerca de 30 de esas parábolas y dichos parabólicos, pues algunas de sus parábolas van enlazadas en lo que se conoce como parábolas dobles, dentro de esas hermosas enseñanzas y sus moralejas  están las siguientes:

·         La del sembrador: LA SOBERANÍA DE DIOS.
·         Los trabajadores de la viña: EL AMOR INCONDICIONAL DIVINO.
·         Las diez vírgenes: LA NECESIDAD DE ESTAR PREPARADOS.
·         El hijo pródigo: EL AMOR PATERNAL DE DIOS.
·  La levadura y la semilla: LA URGENCIA DE UNA NUEVA REFORMA EN EL MUNDO EVANGÉLICO.
·         Ser la Luz del mundo: PERMANECER FIRMES EN NUESTRAS CONVICCIONES FRENTE A LAS TRADICIONES DEL MUNDO.

El día de hoy veremos una parábola que nuevamente se encuentra de manera exclusiva en el evangelio de Lucas, algunos la llaman la  parábola de los convidados a las bodas, otros le dicen la parábola de los asientos reservados,  sin embargo el nombre que le demos es lo de menos, lo que en verdad nos interesa es la enseñanza  que trae consigo: La Humildad Como Característica De Los Verdaderos Discípulos.

Jesús comienza a narrar esta parábola en la casa de un gobernante (un principal entre los fariseos) justo después de sanar a un hombre  hidrópico: Lucas 14.1-6.

La hidropesía se trata de un síntoma que acompaña a diversas enfermedades del corazón, riñones y aparato digestivo, con las que mantiene la íntima relación de efecto a causa.
La hidropesía o retención de líquidos en los tejidos es la acumulación de líquido en vientre, tobillos y muñecas, brazos y cuello.

Al apretar sobre la zona afectada con el dedo, persisten varios minutos unas huellas. Son causas determinantes de esta enfermedad: trastornos circulatorios, enfermedades del corazón, riñones, hígado, deficiencias de vitaminas y mal funcionamiento de la tiroides.

Este pobre hombre hidrópico estaba delante de Jesús en un día sábado, el cual para los judíos es el día de reposo, este día quedo instituido desde los diez mandamientos que se le dieron a Moisés en el monte Sinaí.

Sin embargo los judíos hicieron caso omiso de este mandamiento (de todos de hecho) durante mucho tiempo, años después cuando fueron conquistados y llevados cautivos y posteriormente regresaron a su país, entonces se dieron a la tarea de irse al otro extremo, ahora hacer casi cualquier cosa en día de reposo era pecado para ellos.

Muchos cristianos bien intencionados pero mal encaminados se comportan como esos fariseos: le dan suprema importancia a la ley, cuando No hay nadie, absolutamente nadie que pueda por si solo cumplir la ley de Dios además la ley no es quien nos enseña a vivir para Dios, ella solo nos lleva de la mano como un ayo a quien nos hace vivir  para Dios: CRISTO.

Es en medio de esta situación que Jesús ve como los invitados iban escogiendo los mejores lugares, a partir de aquí es que comienza la parábola, pero para entenderla veamos nuevamente las costumbres de la época en las fiestas:

Se sabe muy bien que los antiguos tomaban sus comidas en posiciones horizontales, en sillones y mesas bajos. Generalmente las mesas eran en forma de U, permitiendo a los criados servir la comida con facilidad. A la cabeza de la mesa se reservaba un puesto para el invitado de honor. En los círculos judíos este puesto siempre era de los rabies. A su derecha y a su izquierda se sentaban los invitados que seguían de importancia; y los demás se sentaban alrededor de la mesa, en orden descendente de importancia.

En esta fiesta de sábado, a la cual Jesús asistió, los fariseos escudriñaron cada uno de sus movimientos, Jesús notó cómo entraban, buscando maliciosamente los lugares especiales de la mesa. Luego les dijo una parábola que los amonestaba por sus modales en la mesa, y por su condición espiritual no muy deseable:

“Cuando fueren invitados a una fiesta,” dijo, “no escojan los mejores asientos. Si eso hacen, supónganse que alguien que de veras es digno entre. El anfitrión tendrá que pedirles su asiento, y serán avergonzados por tener que tomar el último puesto. Pero, por otro lado, si primero toman el último asiento, el anfitrión les pedirá sentarse más cerca de la cabecera de la mesa y serán enaltecidos delante de todos.”

EL PRINCIPIO DE LA HUMILDAD.

El dicho concluyente de la parábola es: “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” Lucas 14:11. Era un dicho muy aplicado por  Jesús, pues también lo vemos en  Mateo 23:12 y Lucas 18:14 bajo diferentes contextos.

El principio de la humildad siempre fue una verdad recordada, con frecuencia, en la joven iglesia. Era enseñada por Pablo, Santiago y Pedro: Filipenses 2:3,4. Santiago 4:10 y 1ª Pedro 5:5,6.  

Sin embargo es un principio que se ha dejado de la do en la iglesia actual, pues va en contra de lo que el ser humano y por lo tanto la sociedad  anhelan, hoy en día es más aceptable decir que eres un grande en el reino, que hay un campeón dentro de ti, que busques lo mejor en todo, el mejor trabajo, la mejor posición, la mejor vida, y cuando alguien dice lo contrario le dicen simplemente que “no tiene mentalidad de reino”

En parte es porque la humildad ha sido mal enseñada, muchos creen que humildad es pensar menos de ellos mismos: soy gusano, no merezco eso, soy el más pequeño de todos aquí, etc. CUANDO LA VERDADERA HUMILDAD ES PENSAR MENOS EN MI MISMO:

·         Es mi tiempo, pero lo voy a dar.
·         Es mi dinero, pero lo voy a donar.
·         Son mis cosas, pero las voy a prestar.
·         Es mi derecho, pero lo voy a olvidar.
·         Es mi vida, pero no importa pues es para la causa del evangelio.
·         Esa es la verdadera humildad.

También hay una falsa humildad, se da mucho en el cristianismo, y es sentirse orgulloso de ser humilde: “hermano, ya le perdone su ofensa pues a mi DIOS me dijo que lo hiciera”

Las doctrinas de la gracia no son bien recibidas por el mundo cristiano actual pues van en contra totalmente del egocentrismo humano, en vez de poner al hombre en el centro de todo, nos ubican en la realidad de que CRISTO ES EL CENTRO DE TODO.

Muchos no quieren creer en la soberanía de DIOS en la elección pues nos deja totalmente fuera de la ecuación, sin embargo, si nosotros como hombres elegimos a nuestra esposa, ¿ACASO NO TIENE  MAS DERECHO CRISTO DE ELEGIR A LA SUYA?

Las consecuencias del orgullo (que es la falta de humildad en pocas palabras) son muchas y vemos algunas de ellas en la misma escritura:

·         Nabucodonosor: Daniel 4.30-33.
·         Herodes Agripa I: Hechos 12:20-23.
·         Nabal: 1ª Samuel  25:10-11, 36-38.

Por el otro lado vemos que las personas que se humillaron fueron bendecidas por DIOS:

·         Ana. 1ª Samuel 1.12-20.
·         El cobrador de impuestos: Lucas 18:9-14.
·         El apóstol Pablo: 2ª Corintios 12:7-10.

En la última noche, ya muy cerca del destino de la cruz, se levantó un argumento entre los  discípulos acerca de quién era más importante Lucas 22:24-27.
No sabemos cómo empezó la discusión, pero como Jesús había reunido a su grupo para la cena de Pascua, la fiesta  judía más importante del año, es muy  posible que se tratara el asunto de adónde sentarse a la mesa. ¡Que tragedia más intensa!, que Jesús, en esas últimas horas, tuviera que ser testigo de la disputa de sus propios discípulos que como fariseos, se peleaban los asientos de más importancia.

Para poner fin a la disputa, Jesús preguntó: “¿Cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve”. Entonces Jesús se levantó de su asiento, se quitó su manto, tomó una toalla, como haría un esclavo y, a uno por uno de sus discípulos fue lavándoles los pies Juan 13:3. Ellos se quedaron sentados y pasmados, completamente avergonzados, no podían creer que se habían portado de manera tan egoísta.

¿Se imaginan los pensamientos de los discípulos? ¡El Rey de Gloria nos lava los pies! Fue una lección de amor y de servicio al prójimo, que no podrían olvidar nunca.

Las personas en la época de Cristo y en la actualidad no creen que el buscar se engrandecido llevará a ser degradado ni mucho menos creen que el que se humilla alcanzará grandeza, sin embargo es una clara enseñanza de Jesús, y no solo con palabras:

Cuando tomo forma de hombre para efectuar el plan de redención, no llegó a este mundo en un palacio, o en una casa lujosa, ni siquiera en un lugar adecuado para el parto como  una clínica o un hospital, lo hizo en un humilde pesebre, y de igual forma al morir solo reclino su cabeza en la cruz, la cual era la muerte más humillante de aquella época. Ni en su muerte ni en su nacimiento podía haber encontrado un lugar más bajo.

Tenemos un llamado a imitar esta humildad: Filipenses 2.5-8.


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