lunes, 14 de octubre de 2019

Hechos: Historia Salutis 1. Introducción. Colosenses 4:14. Hechos 1:1-5.


Como lo hemos venido anunciando, a partir del día de hoy y durante los próximos meses estaremos escudriñando el libro de Los Hechos de los apóstoles, mejor conocido simplemente como Hechos, para lograrlo, al igual que como hicimos con el evangelio de Juan, primeramente, daremos una enseñanza introductoria, para poder comprender mejor este maravilloso texto.

En longitud, el libro de Hechos supera a casi todos los libros del canon del Nuevo Testamento. Con sus veintiocho capítulos y sus 1.007 versículos, constituye un puente ineludible entre los Evangelios y las Epístolas. No cabe la menor duda que sin el libro de hechos, no solamente el canon estaría incompleto, tampoco tendríamos la base necesaria para comprender las cartas, todas ellas, no solo las de Pablo, y al mismo tiempo es la continuación natural de los relatos evangélicos, es por este motivo que decidimos dar el paso igualmente natural y no saltar a algún otro libro de la Escritura.

A.   Título.

En cierto sentido, Hechos es el libro más importante del Nuevo Testamento. La verdad pura y simple es que, si no contáramos con Hechos, no tendríamos ninguna información acerca de la Iglesia Primitiva, fuera de la que pudiéramos deducir de las cartas de Pablo.

Se ha dicho que hay dos maneras de escribir la Historia. Una consiste en procurar trazar el curso de los acontecimientos de semana en semana o de día en día, momento a momento, lineal y consecutivamente; y la otra es aquella que nos abre una serie de ventanas y nos permite vislumbrar algunos momentos decisivos y personalidades relevantes de cada período. El Libro de los Hechos sigue la segunda fórmula.

Casi siempre le llamamos Los Hechos de los Apóstoles. Pero este libro no nos da, ni pretende darnos, un relato exhaustivo de los hechos de los apóstoles. Aparte de Pablo, sólo se mencionan tres, salvo en la lista que aparece en el capítulo primero. En Hechos 12:2 se nos dice en una breve frase que Herodes mandó ejecutar a Santiago, el hermano de Juan. Juan aparece algo más en la narración, pero nunca hace uso de la palabra. El libro nos da sólo verdadera información sobre Pedro, que muy pronto desaparece de la escena como protagonista. En el original no hay artículo Los delante de Hechos; una traducción correcta del título podría ser Hechos de varones apostólicos; y lo que pretende es darnos una serie de hazañas típicas de las figuras heroicas de la Iglesia Primitiva.

B.   Autor.

Aunque su nombre no aparece en el libro, desde el principio de la Historia de la Iglesia siempre se ha mantenido que su autor es Lucas. Acerca de él sabemos realmente muy poco; sólo se le menciona tres veces en el Nuevo Testamento:

·         Colosenses 4:14.
·         Filemón 24.
·         2ª Timoteo 4:11.

De estas referencias podemos deducir dos cosas seguras: la primera es que era médico; y la segunda, que era uno de los más apreciados colaboradores y leales amigos de Pablo, porque fue su compañero en su último encarcelamiento.

Además, podemos concluir también que era gentil. En Colosenses 4:11 termina la lista de recuerdos y saludos de los que son de la circuncisión, es decir, de los judíos; y en el versículo 12 empieza una nueva lista, que suponemos que incluirá a los gentiles. Según esta deducción nos encontramos con el hecho interesante de que Lucas fue el único autor gentil del N.T.



Podríamos haber supuesto que Lucas era médico porque usa términos médicos con mucha naturalidad tanto en su evangelio, como en este libro, para muestra basta mencionar que es el único de los cuatro evangelistas que relata la hematidrosis o el sudor como grandes gotas de sangre, de parte de Jesús en la agonía en el huerto de Getsemaní momentos antes de ser entregado para ser juzgado. Este tipo de detalles son los que nos dejan entre ver que efectivamente, el oficio de Lucas es el de médico.

En Lucas 4:35, hablando del que tenía el espíritu de un demonio inmundo, dice: «… cuando el demonio le había tirado al suelo», y usa el término médico correcto para convulsiones.

En Lucas 9:38, hablando del que le pidió a Jesús: «¡Maestro, por favor, mira a mi hijo…!», usa el término médico convencional para hacer un reconocimiento. Era médico, y los términos técnicos de los médicos eran los que se le ocurrían de una manera natural.

La tradición revela ciertos aspectos de la vida de Lucas (prologó anti marcionita): Lucas es un sirio, natural de Antioquía, médico de profesión. Fue discípulo de los apóstoles y posteriormente acompañó a Pablo hasta el martirio de éste. Sirvió al Señor sin perturbación, sin esposa, sin hijos, y a los ochenta y cuatro años de edad durmió en Bitinia, lleno del Espíritu Santo.

C.   ¿Cuándo se escribió Hechos?

La fecha más temprana posible de composición es el 62 d.C. que es el año cuando Pablo fue liberado de su prisión en Roma y es la última referencia a tiempo (“dos años enteros” [28:30]) en Hechos. La fecha más tardía es el 96, que fue el año cuando Clemente de Roma conoció a Hechos. La fecha de composición, por lo tanto, se ubica en ese período de treinta y cuatro años, entre el 62-96 dC.

D.   ¿Dónde fue escrito Hechos?

No tenemos ninguna información que nos permita saber dónde fue que Lucas escribió Hechos. ¿Tenía ya algunas partes escritas antes de acompañar a Pablo en su viaje a Roma? ¿Pudo guardar sus documentos durante el naufragio en Malta? ¿Terminó el libro en Roma, durante los dos años en que Pablo permaneció bajo arresto domiciliario? Nos podemos hacer una infinidad de preguntas, pero las respuestas nunca serán definitivas. Algunos eruditos señalan a Acaya como un lugar posible de composición, en tanto que otros señalan a Roma.

E.   El destinatario del tratado.

El Evangelio de Lucas y Hechos están íntimamente relacionados en cuanto a que ambos están dedicados a Teófilo. Lucas 1:1-4. Hechos 1:1. La expresión excelentísimo Teófilo pareciera sugerir que Teófilo pertenecía a la alta clase social, tal vez un alto dignatario del gobierno romano. Además, el versículo introductorio de Hechos sugiere que el segundo libro es una continuación del primero, el Evangelio. Tenemos tres posibilidades:

1.    Es posible que Teófilo no sea realmente un nombre propio. En aquellos días era peligroso ser cristiano. El nombre Teófilo viene de dos palabras griegas: Theos, que quiere decir Dios, y filein, que quiere decir querer, y significa amigo de DIOS. Es posible que Lucas se refiriera a uno que ama a Dios sin mencionar su verdadero nombre para no comprometerle.

2.    Hay una teoría más romántica, basada en el hecho de que Lucas era médico y los médicos eran muchas veces esclavos en aquellos días. Se ha sugerido que Lucas puede haber sido el médico de Teófilo, y que éste puede haber estado gravemente enfermo y haberse salvado gracias a la habilidad y fidelidad de Lucas, y que en agradecimiento le concedió la libertad. En este caso, tal vez Lucas le quería mostrar su gratitud a Teófilo; y, como la cosa de más valor que poseía era el Evangelio de Jesús, se lo escribió y envió a su benefactor.

3.    Lo más probable es que efectivamente, Teófilo era una persona real, y debe de haber sido un alto dignatario romano. Tal vez Lucas le dedicó sus libros para mostrarle que el cristianismo era una cosa maravillosa y que los cristianos eran buenas personas. Es posible que Lucas tratara de influir en un gobernante romano para que no persiguiera a los cristianos.

F.    El propósito del libro.

Cuando uno escribe un libro lo hace por alguna razón, o puede que por más de una. Consideremos las que pudo tener Lucas para escribir Hechos.

1)    Una de sus razones era presentar el cristianismo al gobierno romano. Algunas veces hace mucho hincapié en mostrar lo corteses que fueron con Pablo los magistrados romanos.   

Lucas se esfuerza en presentar a los cristianos como buenos y leales ciudadanos, y que siempre se los había tenido en esa estima. Lucas escribía en días en los que se aborrecía y perseguía a los cristianos, y contó su historia de manera que se viera que los magistrados romanos siempre habían sido justos con el cristianismo y que nunca habían considerado que los cristianos fueran malas personas. De hecho, se ha hecho la interesante sugerencia de que Hechos no es otra cosa que el documento preparado para la defensa de Pablo ante el Emperador romano.


2)    Otro de los objetivos de Lucas era mostrar que el Evangelio era para todos los seres humanos de todos los países. Esta era una de las cosas que a los judíos les costaba entender. Tenían la idea de que ellos eran el pueblo escogido de Dios, y que Dios no tenía interés en los demás pueblos. Lucas se propone demostrar lo contrario:

·         Presenta a Felipe predicando a los samaritanos.
·         A Esteban, haciendo universal el cristianismo y muriendo por ello.
·         A Pedro, recibiendo a Cornelio en la Iglesia.
·         A los cristianos, predicando a los gentiles en Antioquía.
·         A Pablo, viajando por todas partes y ganando a personas de todas clases para Cristo.
·         Y en Hechos 15, presenta a la Iglesia tomando la gran decisión de aceptar a los gentiles en igualdad de términos que los judíos.

3)    Pero estos no eran más que propósitos secundarios. La primera intención de Lucas se encuentra en las palabras del Cristo Resucitado en 1:8: Seréis mis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Lucas quería influenciar en Teófilo al presentar la expansión del cristianismo, y mostrar cómo llegó hasta Roma en no mucho más de treinta años la Religión que había empezado en un rincón de Palestina.

Hechos se divide naturalmente en seis partes, cada una de las cuales termina con lo que se podría llamar una declaración de progreso. Las seis partes son:

a.    1:1–6:7; trata de la Iglesia en Jerusalén y de la predicación de Pedro; termina con el resumen: «A todo esto, el Evangelio se iba propagando, y el número de los creyentes se multiplicaba extraordinariamente en Jerusalén; también se habían convertido muchos sacerdotes.»

b.    6:8–9:31; describe la extensión del cristianismo por toda Palestina y el martirio de Esteban, seguido de la predicación en Samaria. Termina con el resumen: «Entonces la Iglesia estaba en paz en toda Judea y Galilea y Samaria, y seguía edificándose y viviendo en el temor del Señor; y crecía en número de creyentes gracias al ánimo que les daba el Espíritu Santo.»

c.    9:32–12:24; incluye la conversión de Pablo, la extensión de la Iglesia hasta Antioquía, y la entrada del gentil Cornelio en la Iglesia, con la intervención de Pedro. El resumen final es: «A todo esto, el Evangelio crecía en extensión y en influencia.»

d.    12:25–16:5; cuenta la extensión de la Iglesia por toda Asia Menor y la campaña de evangelización en Galacia. Termina diciendo: «Las congregaciones se iban consolidando en la fe, y crecían en número de día en día.»

e.    16:6–19:20; relata la extensión de la Iglesia en Europa y la obra de Pablo en grandes ciudades gentiles como Corinto y Éfeso. En resumen: «Así iba extendiéndose el Evangelio poderosamente y haciéndose maravillosamente eficaz.»

f.     19:21–28:31; cuenta la llegada de Pablo a Roma y su encarcelamiento allí. Termina con la descripción de Pablo «proclamando el Reino de Dios e impartiendo enseñanza sobre todo lo concerniente al Señor Jesucristo con libertad y valentía, y sin que nadie hiciera nada para impedírselo.»

Este plan de Hechos contesta la pregunta más perpleja: ¿Por qué termina allí? Termina con Pablo en la cárcel esperando el juicio. Nos gustaría saber lo que le pasó después; pero la continuación está cubierta de misterio. Sin embargo, Lucas terminó allí porque había cumplido su propósito: había relatado cómo había empezado el cristianismo en Jerusalén y se había extendido por el mundo hasta llegar a Roma. Un gran investigador del Nuevo Testamento ha dicho que el título de Hechos podría ser «Cómo llevaron la Buena Noticia desde Jerusalén hasta Roma.»

G.   Fuentes de Lucas.

Lucas era un historiador, y las fuentes de un historiador tienen una importancia suprema. ¿De dónde obtuvo Lucas la información? En este sentido, Hechos se divide en dos partes:

a.    Los primeros quince capítulos, de cuyos acontecimientos no fue Lucas testigo presencial. Lo más probable es que tuviera acceso a dos fuentes:

1)    Las actas de las iglesias locales. Puede que ni siquiera estuvieran escritas; pero cada iglesia tenía sus memorias. En esta sección podemos dilucidar tres informes: el de la Iglesia de Jerusalén, que encontramos en los capítulos 1 al 5 y 15 y 16; el de la Iglesia de Cesárea, que cubre 8:26-40 y 9:31– 10:48, y el de la Iglesia de Antioquía, que incluye 11:19-30, y 12:25–14:28.

2)    Es muy probable que hubiera ciclos de historias que podríamos llamar Los Hechos de Pedro, de Felipe y de Esteban. No cabe duda de que la amistad de Lucas con Pablo le puso en contacto con todas las personalidades de todas las iglesias, cuyas historias se pondrían a su disposición.

b.    Los capítulos 16 a 28. De mucho de esta sección Lucas fue testigo presencial. Cuando leemos Hechos con atención nos damos cuenta de un hecho curioso: la mayor parte del tiempo, Lucas cuenta las cosas en tercera persona de singular o plural; pero hay algunos pasajes en los que cambia a la primera persona del plural, y de «ellos» pasa a «nosotros».

Los pasajes «nosotros» son los siguientes: Hechos 16:10-17; 20:5-16; 21:1-18, y 27:1–28:16. En todas estas ocasiones Lucas tiene que haber estado presente. Debe de haber hecho un diario del viaje, y por eso tenemos en estos pasajes el relato de un testigo presencial.
En cuanto a los momentos cuando no estaba presente, deben de haber sido muchas las horas que pasó en la cárcel con Pablo y las historias que Pablo le contó. Puede que no hubiera ninguna gran figura que Lucas no conociera, y en cada caso debe de haber obtenido el relato de alguien que estuvo allí. Cuando leemos Hechos, podemos estar seguros de que no ha habido ningún historiador que tuviera mejores fuentes que Lucas, ni que las usara con mayor rigor histórico.

H.   Exposición del texto: Hechos 1:1-5.

1.1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar.

Observe los siguientes puntos:

a.    El Evangelio. Lucas se refiere al tercer Evangelio como el primer tratado. En el griego, la expresión anterior o primero significa el primero de dos o más asuntos. En este caso, Lucas escribe sólo dos libros, el Evangelio y Hechos. Hace una distinción entre los dos documentos al llamar al primero de ellos el “primer”. Preguntarse si planeó un tercer volumen acerca de la historia de la iglesia después de la liberación de Pablo de la casa donde estaba preso en Roma sería mera especulación y un intento completamente fútil.

b.    Teófilo. Lucas dedica su Evangelio y Hechos a Teófilo. Este nombre significa amigo de Dios y es usado tanto por judíos como por gentiles. Al dedicar su Evangelio a Teófilo Lucas le presenta al Señor Jesucristo en palabras y obras. Y aunque en Hechos no ofrece mayores detalles acerca de él, suponemos que al leer el Evangelio es que Teófilo llega a ser cristiano.

c.    La persona de Cristo. Acerca de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar. No obstante que el Evangelio de Lucas es más extenso que los otros tres Evangelios, Lucas no pretende haber recogido todo lo que Jesús dijo e hizo (compárese Jn. 21:25).

Con la cláusula todo lo que Jesús empezó a hacer y a enseñar, Lucas sugiere que su relato en Hechos es una continuación de lo que Jesús dijo e hizo según lo registrado en el Evangelio. El escribe acerca de Jesús, el sujeto tanto del Evangelio como de Hechos.

2. hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido.

En este versículo, Lucas presenta tres diferentes temas:

a.    La ascensión. De los cuatro evangelistas, sólo Lucas hace un relato descriptivo de la ascensión de Jesús. Concluye su Evangelio con un breve resumen de este acontecimiento Lucas 24:50–53. Con la narración que hace de la ascensión, el Evangelio y Hechos quedan unidos, ya que éste la comienza donde aquella termina. No lo escudriñamos en la armonía de los evangelios, porque lo vamos a hacer más adelante en esta seria de enseñanzas.

b.    La instrucción. Lucas escribe, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles”. Es una clara referencia al gran mandamiento: predicar el evangelio a toda criatura, y la gran comisión: hacer discípulos a las naciones, la visión y misión de la iglesia, de lo cual hablamos la semana pasada.

c.    La elección. Los apóstoles que había escogido. Lucas usa el término apóstoles, ya que en Hechos él caracteriza a los creyentes como discípulos, y a los apóstoles como maestros. Jesús mismo escogió a doce apóstoles, ahora once y los envió como sus embajadores a proclamar el evangelio y a realizar milagros en su nombre. El Espíritu Santo confirmó la elección de estos doce, al llenarlos en el día de Pentecostés. Más adelante profundizaremos acerca del llamado apostólico.

3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

Hay una breve mención acerca del camino de la gloria que atravesó el Señor Jesús: después de haber padecido, Lucas obviamente tiene en el pensamiento los acontecimientos de la pasión y muerte del Señor a manos de los dirigentes judíos.

Después nos deja ver que, para él, una prueba suficiente de que Jesús vive es una referencia a sus apariciones después de haber resucitado. De acuerdo con el relato de los cuatro Evangelios, Hechos, y la primera epístola de Pablo a los Corintios, Jesús se apareció diez veces en el período que va entre el domingo de la Resurrección y el Día de la Ascensión. Lo hizo ante:

1.    Las mujeres en la tumba (Mt. 28:9–10)
2.    María Magdalena (Mr. 16:9–11; Jn. 20:11–18)
3.    Los dos hombres camino a Emaús (Mr. 16:12; Lc. 24:13–32)
4.    Pedro en Jerusalén (Lc. 24:34; 1 Co. 15:5)
5.    Diez discípulos (Lc. 24:36–43; Jn. 20:19–23)
6.    Once discípulos (Jn. 20:24–29; 1 Co. 15:5)
7.    Los siete discípulos que pescan en Galilea (Jn. 21:1–23)
8.    Once discípulos en Galilea (Mt. 28:16–20; Mr. 16:14–18)
9.    Quinientas personas (presumiblemente en Galilea; 1 Co. 15:6)
10. Jacobo, el hermano del Señor (1 Co. 15:7)

Contando esta van 11, más la aparición al apóstol Pablo más adelante en este libro, dan el total de las 12 apariciones bíblicas del Señor después de resucitar, la de Juan en la isla de Patmos cuando le es inspirado el libro de Apocalipsis no la contamos por se parte de una visión más que de una manifestación. 

Todas estas apariciones muestran ser las pruebas indubitables. Del griego tekmerion (τεκμήριον, G5039), señal segura, prueba positiva. Significa que no puede ponerse en duda. Es más que adecuada está palabra, pues los muchos testigos, empezando por la tumba vacía, son muestra indiscutible de que en realidad resucitó de entre los muertos el Señor Jesús.

La ascensión de Jesús tuvo lugar cuarenta días después de su resurrección y diez antes de Pentecostés, palabra que en griego quiere decir quincuagésimo. Durante esos cuarenta días, Jesús instruyó a sus discípulos acerca de las cosas relacionadas con el reino de Dios. Con esta resumida afirmación, Lucas vuelve a llamar la atención de sus lectores a su Evangelio. El Evangelio de Lucas registra más de treinta veces la expresión reino de Dios.

¿Cuál es el mensaje del reino de Dios? Este modismo resume el corazón de la enseñanza de Jesús. El reino es el gobierno de Dios en los corazones y vidas de su pueblo, quienes como ciudadanos de este reino reciben el perdón de pecados y la vida eterna.

Es más, para los apóstoles, la frase el reino de Dios significaba predicar las buenas nuevas de la muerte y resurrección de Jesús y hacer discípulos de todas las naciones. Se deduce que la iglesia puede adoptar el mensaje de Jesús, tal como está registrado en los Evangelios, y hacerlo parte de sí misma.

4. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Las traducciones varían respecto de la primera parte de este versículo. Algunas dicen: Mientras comía con ellos, les dio orden (NIV). Esta idea se obtiene de la palabra griega sunalizo (συναλίζω, G4871). El sentido primario del término griego es comiendo sal con alguien.

La traducción literal del texto es imposible, así de la traducción dinámica nos da a entender que estaban compartiendo los alimentos cuando les dio la orden de no salir de Jerusalén. Esto concuerda con lo dicho por Pedro tiempo después. Hechos 10:40-41.

En otras palabras, Jesús comió con sus discípulos como una prueba visible que no era un fantasma sino un ser humano de carne y huesos. Al comer con sus discípulos, Jesús estaba demostrándoles la realidad de su resurrección. Ahí es cuando les dice: No se vayan de Jerusalén, sino que esperen la promesa de mi Padre.

Durante su ministerio, Jesús enseñó a sus discípulos que su Padre enviaría el Espíritu. En Pentecostés, Pedro declara que el don del Espíritu Santo se origina en el Padre. Jesús señala al Padre y no a sí mismo, porque, como el Espíritu Santo, él ha sido enviado por el Padre. Como portavoz del Padre, Jesús promete el don del Espíritu. Juan 14:26. Mas aquel Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.

Debido a que los discípulos habían estado con Jesús desde su bautismo, conocían las palabras dichas por Juan el Bautista acerca de Jesús. Jesús les recordó a sus discípulos las palabras de Juan: Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días. Es importante notar que Jesús no dice que él bautizaría a los apóstoles con el Espíritu; sino que serían bautizados y Dios el Padre es el agente implicado en todo este proceso.

El tiempo entre la ascensión de Jesús y el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés es breve, sólo diez días. En las palabras de Jesús, el lapso es de unos pocos días. En ese tiempo, los discípulos deben llenar la vacante dejada por Judas Iscariote con una persona que hubiera estado con Jesús desde el tiempo en que el Señor fue bautizado por Juan.

Estos primeros 5 versículos son el prologo del libreo de Hechos, Lucas elige cuidadosamente cada una de sus frases. Resaltan las palabras iniciales: las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar. La obra que Jesús comenzó a hacer durante su ministerio terrenal continúa, porque Jesús vive. Pero más resalta que no solo es predicar, sino proclamar con el testimonio de nuestras vidas, tal como el Señor Jesús: hacia y enseñaba. Prediquemos el evangelio sí, pero que nuestra forma de vivir no arruine lo que nuestros labios dicen.

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