domingo, 29 de octubre de 2017

El Evangelio De Juan 47: Verdaderos V.S. Falsos Discípulos. Juan 6: 66-71.



El día de hoy terminaremos la exposición del capítulo 6 del evangelio de Juan, en este que es el más largo de todo el libro, hemos encontrado valiosas lecciones espirituales que infunden vida a nuestras almas.

El capítulo comienza con la alimentación milagrosa de más de 5000 personas, acto seguido Jesús se aparta a orar mientras los discípulos se ven azotados por una tormenta al seguir las órdenes de cruzar al otro lado, es en medio de la tormenta que Jesús camina sobre el agua como si fuera tierra firme, el hecho de que Jesús cambiara de lugar es lo que desencadenó el resto de los acontecimientos de este capítulo.

La gente desesperadamente buscó al Señor y tomaron las medidas necesarias para encontrarse con él al otro lado del mar de Galilea, lo cual no fue bien visto por el Señor, que sabía que solo iban tras de él por interés de llenar sus vientres y para confrontarlos el Señor utilizó una serie de ricas metáforas en las que el pan es el elemento central.

En la enseñanza pasada vimos que, por la rebeldía de sus corazones, no pocos que se hacían llamar discípulos de Jesús, al verse confrontados por las duras palabras del Maestro, prefirieron dejar de seguirlo a cambiar sus vidas, pues no es que las palabras de Jesús fueran groseras o ásperas, ni siquiera eran difíciles de entender, es porque eran difíciles de aceptar.

En resumidas cuentas, vimos que Jesús les dijo:

    I.   ¿Mis palabras los confrontan? Eso es lo que esperaba.
  II.   Si se sienten ofendidos es porque NO han entendido mis palabras, ninguna de ellas.
 III.   No han entendido mis palabras llenas de espíritu y vida porque NO tiene FE.
IV.   La Fe necesaria para entender la Palabra proviene solamente de DIOS.

El verso 66 nos dice que la reacción ya no fue solo de desagrado o murmuración, en definitiva, dejaron de seguirle: 66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

Este versículo aislado de su contexto es utilizado por los que creen que la salvación se puede perder, pues alegan que un discípulo puede dejar de seguir al maestro, lo cual no solo es violentar el pasaje sino toda la evidencia al respecto, ya más adelante veremos que el evangelio de Juan nos muestra la Perseverancia de los santos, por ahora solo basta con entender lo que en verdad dice este verso.

Si recordamos las palabras de Jesús en el capítulo 2:22-25, muchos creyeron, pero Jesús no se confiaba pues conocía sus corazones, el tipo de discípulos de los que habla aquí el apóstol Juan es como ese tipo de creyentes: solo unos interesados y por lo tanto solo eran prosélitos o partidarios de lo que representaba Jesús: la liberación del yugo romano.

Los falsos discípulos se han dado desde hace cientos de años, cuando en el imperio romano, el César en turno llegaba a ser simpatizante del cristianismo, de inmediato muchos nuevos discípulos surgían para obtener los beneficios de ser cristiano.

En la actualidad es la misma situación, le llamado que hacen las mayorías de las iglesias no es al arrepentimiento y creer en Jesucristo, la mayoría hace promesas superficiales:

ü  Una vida mejor.
ü  Mejor economía.
ü  Tu milagro financiero.
ü  Tu sanidad.
ü  Restauración familiar.
ü  Etc.

No pocos están aquí el día de hoy esperando recibir algo de DIOS, una ayuda, una promesa por cumplir, una palabra que fortalezca su estado de ánimo, pero pocos son los que están aquí el día de hoy negándose a sí mismos, sus deseos, sus metas, poniendo sus vidas a los pies de Cristo, lo que puede hacer la diferencia entre los falsos discípulos que leemos en el sexto capítulo de Juan y muchos de los que están aquí el día de hoy es la reacción que tendrán al recibir esta palabra de exhortación.

Ya vimos la reacción rebelde y el significado y consecuencias de la rebeldía del corazón, ya vimos como desembocó en la deserción de su discipulado, simple y sencillamente porque NO aceptaron la corrección, cuando una característica fundamental de un discípulo es que es enseñable y corregible, es por ello que concluimos que en realidad NO eran verdaderos seguidores del Señor.

De este tipo de falsos seguidores es que escribe el mismo apóstol en 1ª Juan 2:17-19.

Lo más importante no es solo conocer a Jesús sino seguir siendo der verdad su discípulo, a Jesús, muchos le conocieron; judas, los fariseos, Pilatos, etc. pero no le seguían porque no eran sus discípulos. Lucas 9:62.

En el siguiente versículo leemos ahora no acerca de la multitud sino de los doce apóstoles. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?

Jesús estaba creando la oportunidad perfecta para probar la fe de sus doce discípulos más allegados. Jesús no quería medios seguidores.

No podemos ser discípulos a medias, no es algo que se puede hacer parcialmente, o somos o no somos discípulos, no hay más, no acepta competencia, no es algo de medio tiempo, porque no se compara con nada más en el mundo, por lo tanto, no es algo barato o fácil de hacer, es algo muy especial y requiere de toda nuestra consideración y respeto, ser discípulo es la forma en que Cristo nos dice Yo manejo tu vida, la puedes seguir manejando como hasta el momento si tú lo deseas, pero no lo haremos los dos.

Tarde o temprano como a los apóstoles con Jesús, llegarán a nuestras vidas momentos donde DIOS pone a prueba nuestro discipulado, no me refiero al fuego de prueba o a las tribulaciones en sí misas, más bien con una bifurcación: obedecer a DIOS en su Palabra o ir por el yo. Lucas 18.18-23.

Ya entendimos cuando Jesús le preguntó a Felipe como conseguir el pan para dar de comer a la multitud, que el propósito de esas pruebas es para que seamos nosotros los que sepamos que hay en realidad dentro de nosotros.

Martin Lutero, por ejemplo, paso por esta bifurcación al ser obligado a retractarse de sus escritos y negarse a hacerlo en la dieta de Worms, frente a las autoridades eclesiásticas de su época.

Falsamente muchos creen ser buenos discípulos, pero sus formas de medir su compromiso no son del todo ciertas: Romanos 12:3.

ü  Casi no falto a los servicios.
ü  Ayudo en la iglesia cuando puedo.
ü  Doy ofrenda.
ü  Leo mi biblia algunas veces.
ü  Hago oración antes de cada comida.
ü  Llevo “X” número de años siendo cristiano.
ü  Etc.

Lamento informarles que esos no son los parámetros correctos para medir nuestro nivel de discipulado.

La verdadera forma de cuantificar nuestro discipulado la da el apóstol Pedro. 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.  

Pedro de inmediato contesta y en forma espléndida. Utiliza el plural, con lo que muestra que era el portavoz de todos, aunque en realidad no de Judas. Reconocía que el hombre está hecho de tal forma que debe acudir a alguien. No puede vivir aislado. Lo que Pedro quiere decir es evidentemente esto: No hay otra persona a quien podemos ir; no hay otra persona que satisfaga el anhelo del corazón.

Pedro y los otros 10 estaban tomando muy en serio su papel de discípulos, lo cual es una situación que lamentablemente es cada vez más escasa.

Ser un discípulo significa que ya no tenemos nada que ver con nosotros mismos, nosotros NO somos los que vivimos más, ahora es Cristo quien vive en nosotros y por nosotros, y lo que vivimos en la carne, lo vivimos confiando en Él y su voluntad perfecta para nuestras vidas.
Ser un discípulo significa que tomo con la seriedad que se merece mi vida espiritual, que me preocupo y me ocupo de crecer y madurar como hijo de DIOS, significa que se dejan de tomar las cosas de DIOS como si fueran un pasatiempo, un hobbie o peor aún, un juego, donde lo único que se puede ver es una total indiferencia a su destino eterno.

Cuando Pedro dijo tú tienes palabras de vida eterna, se estaba refiriendo al mensaje que acababa de proclamar, el mismo mensaje que escandaliza, ofende y hace que los falsos discípulos se vayan es el mensaje de vida de los verdaderos discípulos.

Charles Spurgeon decía: ¿Quieres limpiar la iglesia de cabritos? Dales comida de oveja.

Un verdadero discípulo, acepta con humildad que su ego sea aplastado para que Cristo brille por medio de él, un verdadero discípulo si ha de elegir entre la Verdad y sentirse bien o entre la verdad y tener la razón siempre elegirá por mucho, la Verdad de DIOS, y esa verdad lo irá renovando, hasta que como Pedro y los otros, conozca a Cristo el Hijo del DIOS viviente.

La respuesta de Jesús la leemos en los siguientes dos versículos: 70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

Es importante no pasar por alto que Jesús no aduló a Pedro, no le dijo algo como: bien mi Peter, esa es mi roca consentida, los niños necesitan motivación externa, un dulce, un juguete, los adultos necesitan motivación interna, ser adulados, recibir las gracias, pero los discípulos tenemos motivación interna: JESUCRISTO y nada más.

No vayamos por nuestra vida cristiana esperando que todos nos reconozcan, que nos den las gracias, que seamos famosos, ni nada parecido, eso solo dice algo de nosotros: EGO desmedido, recordemos las palabras de Jesús, como posiblemente lo hizo Pedro: siervo inútil soy.

Jesús sabe, sin embargo, que esta confesión no representaba la convicción íntima de cada uno de los doce; había una excepción: Judas. Es propósito de hacer alusión al traidor es doble, como una advertencia al mismo judas y para que después los demás no crean que la traición lo ha tomado por sorpresa.

Jesús llama a Judas: diabolos, que significa calumniador, más adelante veremos más acerca de este personaje, lo que ahora nos importa entender es ¿Qué hizo la diferencia entre Judas y Pedro? Mateo 16:23.

Ciertamente no fue el título, pues satanás, significa el adversario o enemigo, lo que hizo la diferencia es que Pedro si era un verdadero discípulo y Judas en cambio era un falso discípulo.

Los verdaderos discípulos podemos llegar a tener caídas, incluso graves, como el rey David cuando adulteró, mintió y asesinó por la mujer de Urías, pero tarde o temprano un verdadero discípulo correrá a los pies de su Señor a confesar sus pecados para apartarse de ellos. Salmo 51.

En cambio, los falsos discípulos, como cerdos en el lodo, están en su habitad natural, no solo pecan, llegan ya hasta hacerlo desvergonzadamente, y solo piden perdón, pero no porque amen a DIOS sino para no sentir remordimiento de sus actos.


Juan agrega la frase acerca de Judas era uno de los doce, no porque fuera un verdadero discípulo que se perdió, lo hace para mostrar la enormidad de su pecado, pues a pesar de estar cerca del maestro, de comer de su plato, de recibir sus enseñanzas y ejemplo todos los días, decidió traicionarlo.

APLICACIÓN:

Hace poco entendimos que los sacramentos: bautizo y santa cena, solo los toman con seriedad los verdaderos discípulos.

No Podemos Afirmar Que Somos Discípulos De Cristo, Si No Estamos Dispuestos A Ser Disciplinados.

En el sentido más preciso, la disciplina bíblica es:

El acto de excluir de la membresía de la iglesia y de la participación en la cena del Señor a alguien que profesa ser un cristiano pero que ha caído en pecado grave y no demuestra arrepentimiento y no quiere abandonar ese pecado.

Algo pasa en muchas de las iglesias de la actualidad, con tal de que la gente permanezca, que no se vayan a otra congregación, que no se sientan atacados ni confrontados, permanecemos callados y desatendidos de las graves faltas que suceden a nuestro alrededor, todo con tal de tener la iglesia llena. Algo parecido paso hace más de 2000 años en la iglesia primitiva. 1ª Corintios 5:1-2.

Por eso es tan importante e indispensable la disciplina bíblica en la congregación, su papel es primordial en la iglesia del Señor y cuando la lleguemos a aplicar es porque: la disciplina bíblica, es la forma en que la iglesia guarda de ser blasfemado el nombre de Cristo.

Privar a alguien del sacramento de la santa cena es algo que se puede hacer de inmediato obviamente al vetarlo la próxima ocasión que la tomemos.

Pero, para poder excluirlo de la membresía es necesario que primero haya una membresía bien definida en la congregación, motivo por el cual en los próximos meses nos daremos a la tarea de preparar y otorgar las tarjetas de membresía de nuestra congregación.

Un miembro no es lo mismo que un congregante, ni mucho menos que un simpatizante, un miembro es aquel que el liderazgo de la iglesia considera como verdadero discípulo de Cristo, es aquel que en verdad está comprometido con la DIOS y con la congregación y refleja fielmente ese compromiso en todas las áreas de su vida:

ü  Es fiel asistente de servicios y discipulados, porque es enseñable.
ü  Es una persona dispuesta a dar cuentas de su vida porque es corregible.
ü  Es una persona bautizada y no solo un pagano remojado.
ü  Está comprometido con el sustento físico de la congregación.
ü  Comparte la misma confesión de Fe que la iglesia.
ü  Se apega a los lineamientos de la congregación y reglamentos de grupo específico.
ü  Etc.

Poco a poco iremos dando a conocer más a detalle, esto es solo el comienzo, estamos en camino de ser una iglesia correctamente establecida, lo que en verdad deseo es que no se vaya a sorprender al no ser considerado como miembro, la antigüedad no es un parámetro, ya lo entendimos, y si no le interesa esta situación y cree que puede seguir adelante en su vida sin ser miembro, no entendió el mensaje del día de hoy.

Únicamente los miembros son los verdaderos discípulos, los falso discípulos se van, se alejan, consideran escandalosas las palabras de exhortación, pero su destino eterno es lo peor que le puede pasar al ser humano: separación eterna del DIOS amoroso que nos creó y nos redimió.

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