miércoles, 1 de julio de 2015

Los atributos de DIOS 7: La Soberanía Parte II. El Libre Albedrío. Filipenses 2.13.

La soberanía de DIOS como lo vimos la semana pasada está basada en su supremacía, DIOS ejerce esa supremacía al diseñar y controlar totalmente el universo que el creo por su buena, agradable y perfecta voluntad, todo esto para su propia Gloria.

Los acontecimientos que  parecieran estar fuera del control de DIOS, como por ejemplo la aprobación por el tribunal  supremo de justicia en Estado Unidos del matrimonio homosexual, en realidad NO lo están,  DIOS es soberano, ni siquiera un átomo anda libre en el universo o dejaría de ser Soberano, NO ha pasado nada que DIOS no tenga planeado perfectamente para su Gloria.

Esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué hay del libre albedrío? ¿Cómo actúa la Soberanía de DIOS sobre el libre albedrío? ¿Somos títeres, robots o marionetas al antojo de DIOS?

Primero debemos definir lo que es el libre albedrío, y por principio de cuentas debemos saber que tanto la palabra como el concepto NO están en la biblia por ningún lado, es un término filosófico basado en el humanismo solamente.

Libre albedrío: Es la habilidad que tiene cada individuo de tomar sus propias decisiones, y más en específico la decisión de creer o no creer en Jesucristo como su salvador personal.

En otras palabras nos dice que tenemos en nosotros mismos la capacidad de elegir o rechazar a Cristo. (Es lo que Erasmo de Rotterdam proponía en la época de la reforma).

Sin embargo, los seres humanos solo podemos escoger lo que nuestra naturaleza nos permite escoger, así los seres no regenerados o de naturaleza totalmente depravada solo se inclinaran a lo malo. Génesis 2.17. Romanos 5:12. Romanos 6:17 y 1ª Corintios 2:14. Ejemplo del buitre y la paloma.

NO HAY TAL COSA COMO UN LIBRE ALBEDRÍO GENUINO, DE SER POSIBLE QUE LOS HOMBRE PUDIERAN HACER LO BUENO A LOS OJOS DE DIOS ENTONCES POR DEMÁS ESTUVO QUE CRISTO MURIERA EN LA CRUZ, ENTONCES NO ESTÁBAMOS TAN PERDIDOS Y ENTONCES DIOS SE HABRÍA EQUIVOCADO.

Lo que si nos dice la biblia es que tenemos voluntad, no tanto así libertad, y somos responsables moralmente del ejercicio de nuestra voluntad, DIOS es soberano y nosotros somos responsables.

¿Qué es la voluntad humana?  La capacidad de elegir entre dos o más opciones, sin embargo como ya lo vimos esa capacidad no es libre, está influenciada por la marca del pecado en los que no son salvos y por el Espíritu Santo en los hijos De DIOS.

La voluntad humana NADA tiene que ver en la salvación, las decisiones al respecto las toma solo DIOS: Filipenses 2:13. Juan 6.44 y 65. Juan 15.16.

En la soberanía de DIOS aun las obras pecaminosas son parte de sus planes perfectos (nada se le escapa a DIOS) son previstas y permitidas no por limitaciones de DIOS (ya vimos que es Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente)  sino porque tienen un propósito específico, además son dirigidas y controladas de modo que redundan en la gloria de DIOS.

Pero si la voluntad del hombre natural no es libre, ¿significa entonces que no es responsable por sus hechos? ¿Acaso Dios no puede inculparle por su orgullo, rebeldía e incredulidad?

Podemos resumir la enseñanza bíblica sobre este asunto con lo siguiente:

1. Dios es enteramente soberano. En todo sentido, sobre todas las cosas, incluso sobre la voluntad humana. Pero la soberanía de Dios no quita ni disminuye en forma alguna la responsabilidad humana.
2. Los hombres son completamente responsables; son responsables por sus hechos, son responsables de obedecer, de creer, de hacer la voluntad de Dios, responsables por todo lo que hacen. Pero en ningún sentido la responsabilidad humana quita o disminuye la soberanía de Dios.

3. No existe contradicción alguna entre estas dos verdades Hechos 2:23, Lucas 22:22, Hechos 4:24-28. Pablo en Romanos.9:11-24 da una exposición de las dos cosas.

En Génesis 20:6 leemos: "Y le dijo  Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases."

Aquí tenemos un caso claro en donde Dios detuvo a Abimelec de pecar, impidiendo que hiciera lo que de sí mismo hubiera hecho. Si Dios puede hacer esto, mucha gente se pregunta, ¿Por qué entonces no detuvo a Adán de pecar? ¿Por qué no detuvo a Satanás?

De todos los atributos de DIOS –aseidad, inmutabilidad, eternidad, omnipresencia, unidad, amor, santidad, ira, etc.- hay algunos que son imposibles mostrar sin la presencia del pecado:  SU MISERICORDIA Y SU GRACIA.

Por este motivo, como lo hemos mencionado muchas veces anteriormente, la desobediencia y transgresión del hombre en el Edén No sorprendió a DIOS en lo absoluto, sus preguntas posteriores solo fueron preguntas retoricas, ¿Dónde estás? ¿Qué hiciste? ¿Quién te enseño que estabas desnudo? Fueron para sacar a la luz la falla de Adán.

Entonces, ¿El pecado de Adán, DIOS lo planeo de antemano? O al menos ¿Podía detenerlo?  Por supuesto que sí, de lo contrario no sería soberano absoluto del universo como ya entendimos.

Por lo tanto aun las obras pecaminosas de los hombres están incluidas en el plan perfecto de DIOS, y son siempre controladas para redundar en el bien: Génesis 50:20.

Que DIOS sea soberano no significa que los seres humanos somos como marionetas en sus manos, eso restaría la importancia a la RESPONSABILIDAD DE 
NUESTRAS ACCIONES.

¿DIOS es el autor o el que incita al hombre al pecado entonces? NO. Para entenderlo bien veamos el caso más famoso en la biblia con respecto a este tema: Faraón y su endurecido corazón. Éxodo 7.2-5.

La Biblia enseña claramente que Dios endureció, efectivamente, el corazón de Faraón. Ahora bien, sabemos que Dios hizo esto para su propia gloria y como señal tanto a Israel como a Egipto. Sabemos que el propósito de Dios en todo esto era un propósito redentor.

Pero nos queda aún un difícil problema. Dios endureció el corazón de Faraón y después juzgó a Faraón por su pecado. ¿Cómo puede hacer Dios responsable a Faraón o a cualquier otro de un pecado que fluye de un corazón que Dios mismo ha endurecido?

Nuestra respuesta a esa pregunta depende de cómo entendemos el acto de endurecimiento por parte de Dios. ¿Cómo endureció el corazón de Faraón? La Biblia no responde a esa pregunta explícitamente. Al pensar acerca de ello, nos damos cuenta que, básicamente, sólo hay dos maneras en que podía haber endurecido el corazón de Faraón: activa o pasivamente.

Un endurecimiento activo implicaría la intervención directa de Dios en el interior del corazón de Faraón. Dios se entremetería en el corazón de Faraón y crearía nueva maldad en él. Esto ciertamente garantizaría que Faraón produciría el resultado deseado por Dios. También garantizaría que Dios es el autor del pecado.

El endurecimiento pasivo es totalmente otra historia. El endurecimiento pasivo implica un juicio divino sobre el pecado que ya está presente. Lo único que Dios necesita hacer para endurecer el corazón de una persona cuyo corazón ya es perverso es "entregarle a su pecado". Encontramos este concepto del juicio divino repetidamente en la Escritura.

¿Cómo funciona esto? Para entenderlo adecuadamente debemos considerar primero brevemente otro concepto, el de la gracia común (General)  de Dios. Esto se refiere a esa gracia de Dios que todos los hombres gozan en común. La lluvia que refresca la tierra y riega nuestras cosechas cae igualmente sobre justos e injustos. Los injustos, ciertamente, no merecen tales beneficios, pero gozan de ellos igualmente. Así ocurre con el Sol y los arco iris. Nuestro mundo es un escenario de gracia común. Mateo 5:45.

Uno de los elementos más importantes de la gracia común que gozamos es el refrenamiento del mal en el mundo. Ese refrenamiento fluye de muchas fuentes. El mal es refrenado por los policías, las leyes, la opinión pública, el equilibrio de poder, etc. Ro. 13.
Aunque el mundo en que vivimos está lleno de maldad, no es tan perverso como podría ser. Dios utiliza los medios mencionados anteriormente, al igual que otros medios para mantener controlado el mal. Por su gracia, controla y refrena la cantidad de maldad en este mundo. Si se dejase al mal totalmente descontrolado, entonces la vida en este planeta sería imposible.

Lo único que Dios tiene que hacer para endurecer los corazones de las personas es quitar los frenos. Les da más libertad de acción. En lugar de refrenar su libertad humana, la incrementa. Les deja seguir su propio camino. En un sentido, les da la soga con que ahorcarse. No es que Dios ponga su mano en ellos para crear nueva maldad en sus corazones; meramente, su santa mano deja de refrenarlos y les permite hacer su propia voluntad.

Si hubiéramos de determinar cuáles son los hombres más crueles y diabólicos de la historia humana, ciertos nombres aparecerían en la lista de casi todos. Veríamos los nombres de Hitler, Nerón, Stalin y otros que han sido culpables de masacres y otras atrocidades. ¿Qué tienen esas personas en común? Fueron todos dictadores. Todos tenían, virtualmente, un poder y autoridad ilimitados dentro de la esfera de sus dominios.

¿Por qué decimos que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente? (Sabemos que esto no se refiere a Dios, sino sólo al poder y la corrupción de los hombres.) El poder corrompe, precisamente, porque eleva a una persona por encima de los frenos normales que restringen al resto de nosotros.

Faraón era el hombre más poderoso del mundo cuando Moisés fue a verle. Casi el único freno que había contra la perversidad de Faraón era el Santo brazo de Dios. Lo único que Dios tenía que hacer para endurecer más a Faraón era quitar su brazo. Las malvadas tendencias de Faraón hicieron el resto. En el acto del endurecimiento pasivo, Dios toma la decisión de quitar los frenos; la parte perversa del proceso es realizada por Faraón mismo. Dios no hace violencia a la voluntad de Faraón. Como hemos dicho, simplemente le da a Faraón más libertad.

Vemos el mismo tipo de cosa en el caso de Judas, Judas no fue una pobre víctima inocente de la manipulación divina. No era un hombre justo a quien Dios forzó a traicionar a Cristo y después lo castigó por la traición. Judas traicionó a Cristo porque quería treinta monedas de plata. Como declara la Escritura, Judas era el hijo de perdición desde el principio. Sin duda, Dios utiliza las malvadas tendencias y las malvadas intenciones de los hombres caídos para llevar a cabo sus propios propósitos redentores.

Sin Judas no hay cruz. Sin la cruz no hay redención. Este no es un caso en que Dios fuerza la maldad. Por el contrario, es un caso glorioso del triunfo redentor de Dios sobre la maldad. Los deseos malvados de los corazones de los hombres no pueden frustrar la soberanía de Dios. En realidad, están sujetos a la misma.

Así ocurrió con Faraón. Mediante este acto de juicio, Dios no manchó su propia justicia creando nueva maldad en el corazón de Faraón. Él estableció su propia justicia castigando la maldad que ya había en Faraón.

Pero Romanos 9.20-23. Nos dice que DIOS ha creado “vasos de ira” y “vasos de honra” Suena a que Dios está haciendo pecadores a los hombres activamente.

Pero el texto no demanda eso. Él hace vasos de ira y vasos de honra de la misma masa de barro. Pero si observamos atentamente el texto, veremos que el barro con que trabaja el alfarero es un barro "caído".

Regresando al ejemplo que dio pie a esta enseñanza, DIOS es soberano aún en la decisión de aprobar el matrimonio homosexual en Estado Unidos,  pero Él no fue el autor ni incito o creó ese pecado en el corazón de los hombres, simplemente ese pecado ya estaba presente en ellos y DIOS solo le  “quito el freno” a ese pecado.

Siguen siendo responsables y culpables del pecado, y DIOS sigue siendo soberano, Justo y Santo, lo más maravilloso aquí es cuando DIOS  decide llamarnos él pasa por alto ese pecado y aún más, nos hace nacer de nuevo por su propia voluntad, y si no fuera porque DIOS es soberano y cumple todo lo que se propone también nosotros le rechazaríamos.

La soberanía de DIOS es importante no solo porque hace añicos el concepto del libre albedrío, aún más, si DIOS no fuera soberano, nosotros no seríamos sus hijos.

Hoy más que nunca debemos decir GRACIAS DIOS POR SU SOBERANÍA EN EL UNIVERSO.



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